La presidenta de la UDI y José Antonio Kast, entusiasmados y aliados con Jair Bolsonaro y sus planteamientos, compitieron por ser los primeros con rendirle pleitesía al neofascista brasilero.
De a poco se va estrechando los lazos entre la ultraderecha de Brasil y de Chile. Las intenciones de estar más juntos crecieron con la opción de que el candidato presidencial de ese sector en Brasil, Jair Bolsonaro, se convierta en Presidente de esa nación, lo que se estima en el mundo conservador como una muestra del avance de la ultraderecha en Europa y América Latina.
El Presidente Sebastián Piñera expresó su coincidencia y aplaudió los planes económicos ultra neoliberales de Bolsonaro, mientras desde la Unión Demócrata Independiente (UDI) y de vocerías del ex candidato presidencial chileno, José Antonio Kast, se saludó el avance de las fuerzas y las ideas que representa Bolsonaro. Lo propio hizo Manuel José Ossandón, dirigente de Renovación Nacional (RN).
Luego vino la competencia entre Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la UDI (partido vinculado al pinochetismo y las posturas más duras de la derecha chilena) y el propio Kast por quien llegaba primero a Brasil a visitar al aspirante presidencial apoyado por los militares, la jerarquía evangélica, el empresariado más conservador y la ultraderecha brasilera.
De acuerdo a comentarios y algunos análisis que surgieron en la prensa local, desde sectores de la derecha y la ultraderecha chilena se está instalando que seguir un ideario y un programa como el de Bolsonaro, redituaría mediática, política y electoralmente.
Esto tiene que ver con posturas ultra neoliberales, privatizadoras, de aumento de medidas policiales y autoritarias, oposición a avances en temas de diversidad sexual y derechos reproductivos, alianza con los evangélicos y grupos ultraconservadores de la Iglesia Católica, desmantelamiento de transformaciones progresistas, disminución de gasto en políticas públicas y sociales y políticas restrictivas en materia de migrantes.
Por lo demás, se evalúan como positivas las declaraciones “populistas” y autoritarias de Bolsonaro, que tendrían efecto en un tipo de electorado.
Precisamente ante el acercamiento de la ultraderecha chilena hacia Bolsonaro, en Chile se recuerdan las posturas homofóbicas, misóginas, racistas y militaristas del candidato presidencial.
Un punto de encuentro -entre otros- en la reivindicación pública hecha por Jair Bolsonaro de la figura de Augusto Pinochet, algo que comparten enteramente Van Rysselberghe y Kast, al igual que la valoración de las dictaduras brasilera y chilena.
El diputado del Partido Comunista, Guillermo Teillier, indicó que el candidato brasilero tiene “un pensamiento bastante retrógrado, ha alabado incluso a Pinochet, entonces yo creo que ahí se juntan pensamientos similares”, comentando el encuentro de la presidenta de la UDI con Bolsonaro.
En la tesis de que la ultraderecha pudiera avanzar en Chile, Teillier comentó que Van Rysselberghe “le está diciendo (a la ciudadanía chilena) que hay posibilidades de que lo de Bolsonaro se repita en Chile”.
Este miércoles la presidenta de la UDI estará en la lujosa casa de Jail Bolsonaro en el exclusivo barrio de Barra de Tijuca, conversarán sobre estrategias futuras, el avance ultraconservador en América Latina y seguro afianzarán lazos.
A ese mismo lugar debería llegar en los próximos días José Antonio Kast. El que no irá al parecer, a pesar de que respaldó al ultraderechista brasilero, sería Manuel José Ossandón.
Como sea, todos en la idea de que el dirigente y ex parlamentario de Brasil es un buen ejemplo para que avancen el ultraconservadurismo en Chile.
Parece obvio que esas conversaciones no quedarán solo en eso, y que ahora se aprovechará de estrechar los lazos y coordinaciones entre estos sectores y personeros de Brasil y Chile.
Más allá de formalismos como que Jacqueline van Rysselberghe y José Antonio Kast, sean invitados a la posible ceremonia en que Bolsonaro asuma como Presidente de Brasil, todo apunta que las ultraderechas de ambas naciones buscarán maneras de trabajar juntas, incluido asuntos de política exterior.
Fuente: El Siglo
Tíitulo e imagen de DRD.