Haya sido por cobardía, por demagogia, o por una calculada maniobra para que lo devuelvan a Punta Peuco, el hecho es que Alvaro Corbalán, el otrora temido sicario mayor de la dictadura, le mandó una conceptuosa carta al anarquista que lo agredió, en la que le manifiesta, su esperanza de que, en la próxima vez que se encuentren, responda su cortesía, o bien, se mantenga en silencio, pero que no le vuelva a dar otra frisca.
El ex jefe operativo de la CNI, Álvaro Corbalán, envió una carta a Joaquín García, joven que lo agredió en la Cárcel de Alta Seguridad, realizando un llamado a superar los «odios y rencores» aún presentes en la sociedad chilena.
De acuerdo a la misiva publicada por CNN Chile, Corbalán indicó que «el pasado miércoles, después de haberle dado cortésmente las buenas tardes, de manera abrupta, sorpresiva y cobarde, usted me respondió con un cabezazo en el rostro».
«Lamento su reacción ya que usted es un joven de poco más de 20 años y debe saber que su traicionera agresión fue a una persona en la tercera edad, con 65 años, que perdí la visión total de mi ojo izquierdo y buena parte del derecho que es mi ojo único», continúa la misiva.
«Quienes fueron mis adversarios, tienen la misma edad mía y están en similares condiciones de salud como las que yo padezco. Es lamentable que la generación a la que pertenece, mantenga odios y rencores que los chilenos deberíamos superar, privilegiando un necesario reencuentro, en beneficio de nuestro país», se lee en el texto.
Es obvio que Corbalán se mantiene en Jauja, y que todavía no asume los graves crímenes que cometió.
En la carta se indica que Corbalán dio instrucciones a sus abogados «para que no se hagan parte en el Ministerio Público, en la querella por agresión con que Gendarmería le denunció, para no provocarle mayores problemas y condenas judiciales que las que ya enfrenta».
«Ojalá que la próxima vez que se encuentre conmigo, responda mi cortesía o guarde silencio, pero en ningún caso con la equivocada reacción que atribuyo a su juventud e interpretación poco flexible del pasado», finaliza el texto escrito en una hoja de cuaderno universitario.
Vamos a ver qué responde García.
Caluga o menta.
