Saúl «Canelo» Alvarez, y Gennady Golovkin protagonizaron lo más parecido al concepto de la pelea del año. La victoria del primero, en fallo dividido, todavía genera polémica.
El combate fue extraordinariamente intenso y cerrado, acorde con las altas expectativas previas. Sin embargo, para la mayoría de los especialistas, el polémico fallo lo opacó todo.
Saúl Canelo Álvarez derrotó por puntos, en fallo mayoritario, al kazajo Gennady Golovkin y se consagró como nuevo campeón mundial mediano del Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de boxeo, en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Las tarjetas de los jurados fueron las siguientes: 114-114, 115-113 y 115-113, estas dos últimas a favor del mexicano.
A un año de lo que fue el primer choque que terminó en un controvertido empate, Canelo y Triple G volvieron a estar a la altura de las expectativas.
Espoleados por la bronca de las polémicas previas, uno y otro excedieron el techo de lo exigible. Fiel a la historia de la categoría mediano, la más técnica y espectacular, lo que se vio sobre el ring fue una verdadera guerra boxística.
Durante los doce rounds ambos boxeadores no se dieron tregua y cumplieron con el objetivo de anteponer el espíritu deportivo sobre cualquier otro interés.
Los 20 mil espectadores que cubrieron las gradas y los millones que la siguieron atentamente por televisión quedaron con la satisfacción de ver lo que fue, sin duda, la mejor pelea del año.
Golovkin fue superior y consciente de su ventaja acumulada en siete de los 12 rounds. Sin embargo, no supo transformarla en una victoria visual y real; llevó su calidad boxística a la especulación en el último round y recibió un voto castigo que lo dejó sin invicto y sin los cetros medianos del CMB y la AMB.
Cuando todo marchaba a un triunfo amplio de Golovkin, Canelo logró impresionar a los jueces con un muy buen trabajo en los rounds finales. Con una gran movilidad y un contragolpeó efectivo logró cortar el rostro del kazajo y filtrar buenas manos.
Sin embargo, Golovkin, desde el octavo round, logró poner los mejores golpes y dañar al mexicano, que nunca cesó al intercambio de golpes y mostró mucha valentía ante una de las pegadas más poderosas del mundo.
La recta final de la pelea fue un toma y daca constante. Golovkin, como en la mayor parte de la noche, fue a buscar al Canelo.
Este, consciente de la superioridad del campeón, cambió la postura conservadora que había tenido en las vueltas 9 y 10 y aceleró la ofensiva en busca de filtrar el golpe salvador que nunca llegó.
Sin embargo, la presión del mexicano en los últimos rounds tuvo efectos en la apreciación de los jurados que determinaron un fallo en favor del nuevo campeón.
Después del combate
El rostro de ambos contendientes delataba el rigor de la pelea.
Con este triunfo, Saúl Canelo Álvarez, de 28 años, estiró su record a 50 triunfos (34 KO), dos empates y una derrota. Además, se convirtió en triple campeón mundial. En tanto, Gennady Golovkin, a los 36 años, quedó con un registro 38 triunfos (34 KO), un empate y una derrota.
Tras perder su invicto en su 40° combate, Golovkin, en la conferencia de prensa posterior al combate, señaló:
«No estoy para declarar quien ganó y porqué. Hice bien mi trabajo. Lo sé. No haber cerrado la pelea en el último round tuvo sus consecuencias. Estoy para una tercera disputa con él. Volveré».
Sin mostrar excesiva euforia, con un notorio corte en la ceja izquierda, Alvarez afirmó:
«¡Gané a la mexicana! Y ahora tengo que seguir aprendiendo más cosas que nunca. Siempre trato de hacerlo y mis entrenadores Eddie y «Chepo» Reynoso, que son los mejores del mundo, lo saben. Busqué el nocaut siempre y no pudo ser. Esto es muy bueno para mí y también para México. Es algo grande, para sentirme orgulloso. Jamás pensé en la derrota. Si mi ceja cicatriza bien, podría pelear con el canadiense David Lemieux, en diciembre, en Nueva York».
Canelo es el hombre del negocio, y quien lleva a los principales auspiciadores mexicanos a Estados Unidos, a miles de turistas, a a las cadenas televisivas de su patria (Televisa y Azteca) a comprar, conjuntamente, los derechos de sus peleas y a motivar a los suscriptores de eventos pagados de cable. Eso explica que se haya embolsado treinta millones de dólares, contra solo veinte de Golovkin, el campeón vigente al inicio del combate.