Aconsejada quizá por qué torpe asesor de marketing político, apretada contra la raya por su pobre desempeño en las encuestas, y en el obvio empeño en capitalizar la crisis de la derecha, la candidata concertacionista, Yasna Provoste, arrancó hacia adelante y desempolvó el manido recurso del anti-comunismo, en este caso, a título de escopeta.
Ella, poh; la colcha con más plumas…
En el programa La Tercera y radio Duna, Estación Moneda, la candidata del Nuevo Pacto Social, sacó a relucir una agria, falaz, innecesarias y odiosa andanada contra la izquierda histórica, naturalmente sobre la base de la caricatura, a propósito del falso dilema de un pie en el gobierno, y el otro, en la calle:
«El Partido Comunista, cuando se unió a la Nueva Mayoría, venía saliendo de un Congreso ideológico, y la postura plasmada ahí tenía que ver con incidir para hacer transformaciones importantes. El PC fue parte de la Nueva Mayoría siendo un partido pequeño dentro de un contexto más grande. A diferencia de lo que ocurre hoy día con Gabriel, que el PC es el partido más grande y que va a ser el partido que va influir como lo ha hecho este tiempo. Ahí es donde tenemos profundas diferencias porque ellos no están donde estuvieron con la Nueva Mayoría en 2010, que era incidir en cambios estructurales, sino más en la lógica de estar en las calles».
Evidentemente, la senadora Provoste no ha entendido un pepino. Por su apresurada corrida hacia el centro, parece olvidar el mensaje de la revuelta. O por el contrario, asume la ideación conservadora que reduce la revuelta a inevitables expresiones del lumpen, cotidianas en el territorio, el camino más corto para equivocar el análisis.
En segundo lugar, todo aconseja que apaciente su rebaño, en lugar de meterse en rebaño ajeno; práctica propia de patriarca latifundista.
En tercer lugar, la senadora falsea los hechos, y cuarto, por si fuese necesario, evade, como es costumbre en su partido, el veredicto de la historia.
El candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, partió por lo más obvio:
«Me sorprende que uno de los partidos más leales con la Presidenta Bachelet hoy día reciba ese tipo de comentarios por parte de un partido político que torpedeó permanentemente las reformas de ese mandato, lo que es no hablar con la verdad».
Agregó:
«Somos una coalición amplia, diversa. La gente está cansada de escuchar solamente peleas entre nosotros: no soy anti-algo, y si ellos quieren hacer la campaña en base a este tipo de antípodas, no van a encontrar un interlocutor conmigo».
A su turno, Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista y candidato a diputado por el cuarto distrito, estimó que el giro conservador de la candidata concertacionista en poco se diferencia del discurso de Kast:
“No es rigurosa con los hechos reales, más parece una medida de gran preocupación por el curso que lleva la campaña presidencial; es un recurso que han usado los sectores más reaccionarios, lo usa hoy José Antonio Kast; no tiene nada que ver con batalla de ideas ni permitir que la ciudadanía se forme juicio propio”.
Sobre el tema de la hegemonía del PC, respondió:
«La candidatura de Gabriel Boric reúne a cinco partidos políticos y siete movimientos; como se ve, no sólo el PC. Tampoco tiene un rol hegemónico. Más allá del tamaño que tenga en todo tiempo histórico, el PC siempre ha estado por defender los procesos democráticos”.
Respecto a la participación del PC en la Nueva Mayoría, corrigió:
“No fuimos nosotros los que no leímos el programa; no fuimos nosotros los de la letra chica; no desempeñamos nosotros el ministro del interior, en el momento del quiebre en el proyecto que encabezaba la Presidenta Bachelet”.
Sobre la supuesta contradicción entre protesta colectiva y paz social, apuntó:
«Son los típicos argumentos para que los cambios sean en la medida de lo posible; de acuerdo al consenso neoliberal. Ya pasaron esos tiempos. Sencillamente,´planteamos cambios estructurales y de fondo, que representen la necesidad urgente de amplias mayorías y eso en absoluto tiene por qué desestabilizar la convivencia pacífica, al contrario. Lograr los derechos tan anhelados del movimiento popular, es clave para una convivencia en paz, y terminar con los abusos y las inequidades, las discreciones, las persecuciones, la explotación de unos respecto de otros”.
Y concluyó:
“Bregar porque hayan transformaciones democráticas no es ni extremar las cosas ni polarizar, es sencillamente poner en el centro las demandas por derechos que ha hecho el movimiento popular, a lo largo de todo Chile en estos dos últimos años exigiendo una nueva constitución, transformaciones estructurales profundas como el fin de las AFPS, una batalla contra las expresiones de patriarcado en el Estado chileno y abrirle camino a las grandes demandas históricas del movimiento feminista, un estado plurinacional y descentralizado, entre varias otras».
Lo más probable que los tiros por elevación de la candidata concertacionista obedezcan, entre otros motivos, al descuelgue de varios exponentes de la coalición, que huelen, no sin razón, que por ahí no está el queso.
Contexto histórico: Yasna y el Indeleble Anticomunismo de la DC
por Iván Ljubetic V. (*)
Para ganar votos, intenta simular una democratacristiana diferente. Amplia, con ciertos arranques izquierdistas. Luce su segundo apellido de origen diaguita, Campillay.
Pero es democratacristiana. No puede escapar a lo que es el alma de ese partido al que Salvador Allende calificó justamente como “un partido burgués, cuya misión histórica radica, exactamente, en preservar la existencia del sistema capitalista”.
Y la mejor herramienta creada por la burguesía para defender sus privilegios es el anticomunismo. La usaron Pinochet, Hitler, Mussolini, Bolsonaro, Piñera, Iván Duque. Y ahora, Yasna Provoste.
Una nueva “santa alianza”
Yasna, unida en Santa Alianza con el facho Kast, el moribundo Sichel y otros candidatos que juegan a perdedor, está lanzada contra Gabriel Boric, candidato del Pacto Apruebo Dignidad formada por el Frente Amplio y Chile Digno, uno de cuyos partidos es el Partido Comunista de Chile.
¿Y qué herramienta usa Yasna Provoste? Naturalmente, el cuco del anticomunismo.
La prensa de hoy, miércoles 27 de octubre de 2021, informa que:
“La senadora y candidata presidencial de la DC, PPD y el PS, Yasna Provoste, diferenció el rol que tuvo el Partido Comunista (PC) en el ex conglomerado de la Nueva Mayoría y el que tiene la tienda actualmente en el comando de Gabriel Boric.
Según la abanderada de Nuevo Pacto Social, cuanto el PC era parte de la ex Nueva Mayoría lo hizo “siendo un partido pequeño dentro de un contexto más grande, a diferencia de lo que ocurre hoy día con Gabriel”.
“El PC es el partido más grande y va a ser el partido que va (a) influir como lo ha hecho este tiempo. Ahí es donde tenemos profundas diferencias, porque ellos no están donde estuvieron con la Nueva Mayoría en 2010, que era incidir en cambios estructurales, sino más en la lógica de estar en las calles”, acusó la senadora de la falange.
En esa línea, Provoste evidenció que dar un gran poder al PC es “complejo” porque, debido al clima de polarización, “lo primero que debemos generar es paz, sin paz no hay desarrollo posible. Después de todo lo que hemos sufrido, sobre todo con la pandemia, si no nos vemos a reencontrar ahora como hermanos ¿cuándo?”.
Pronta y justa respuesta de Gabriel Boris a Yasna: “Me sorprende que uno de los partidos que fue más leales con la presidenta (Michelle) Bachelet hoy día reciba ese tipo de comentarios por parte de un partido político que fue, justamente, el que torpedeó permanentemente las reformas de la presidenta Bachelet”.
Viejos y nuevos pecados
Y algo más. Recomendamos a Yasna que coma “pasas” o que estudie la historia patria. El Partido Comunista de Chile fue uno de los partidos que tuvo influencia en Gobierno Popular de Salvador Allende, el gobierno más patriota y que más hizo por el pueblo chileno.
¿Quiénes perturbaron entonces la paz? ¿Quiénes entonces no trataron a todos los chilenos como hermanos? Los fascistas, la derecha en su conjunto y el Partido Demócrata Cristiano.
PDC: ni blanco ni paloma
Patricio Aylwin, siendo Presidente del Senado encabezó, el 6 de marzo de 1972, una reunión conspirativa en la chacra El Arroyo de Chiñigue. Junto con él participaron Enrique Urrutia Manzano, presidente de la Corte Suprema; Jorge Fontaine, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio; Benjamín Matte, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura; Orlando Sáenz, por SOFOFA; Arturo Fontaine, subdirector de El Mercurio; Jaime Guzmán, Andrés Zaldívar, Rafael Montero.
El objetivo era buscar el camino para derrocar a Salvador Allende.
En la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano iniciada el 12 de mayo de 1973, se eligió una directiva dominada por el ala derecha, encabezada por Patricio Aylwin como Presidente.
En sus primeras declaraciones, éste sostuvo:
“Los marxistas entienden sólo cuando a su poder se opone otro poder… Estamos frente a un régimen que va al totalitarismo estatista, cuyos métodos son pronunciadamente estalinistas, encanallando la convivencia y utilizando la calumnia y la vileza contra los que discrepan”. (Ercilla N.º 1974, 16 al 22 de mayo de 1973, página 12).
Escribió el general Carlos Prats González en sus “Memorias. Testimonio de un Soldado” (Pehuén, 1985):
“El viernes 3 de agosto de 1973, es un día histórico: en esa fecha, Aylwin desahució el diálogo con el gobierno, abriendo así las compuertas de la más grave crisis institucional de la Historia de Chile” (página 544).
Patricio Aylwin refiriéndose al golpe fascista dijo en septiembre de 1973:
“Nosotros tenemos el convencimiento de que la llamada vía chilena de construcción del socialismo, que empujó y enarboló como bandera la Unidad Popular y exhibió mucho en el extranjero, estaba rotundamente fracasada. Y eso lo sabían los militantes de la Unidad Popular y lo sabía Allende. Y por eso ellos se aprestaban, a través de la organización de milicias armadas muy fuertemente equipadas, que constituían un verdadero ejército paralelo, para dar un autogolpe y sumir por la violencia la totalidad del poder. En estas circunstancias, pensamos que la acción de las fuerzas armadas simplemente se anticipó a ese riesgo para salvar al país de caer en una guerra civil o en una tiranía comunista”.
Un grupo de 13 dirigentes y parlamentarios del PDC, discrepando abiertamente de la directiva de su partido, declararon:
“Condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional”.
En la entrevista al diario español ABC el expresidente Eduardo Frei Montalva, de fecha 10 de octubre de 1973, justificó y apoyó el golpe fascista. Afirmó:
“Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros, cuyas vidas no son ciertamente tan importantes como la de Chile, pero que son vidas humanas, y muchas, y todas amenazadas perentoriamente. Y no puedo decir que estemos aún a salvo, porque -ya lo ve usted día tras día- los arsenales. La guerra civil estaba perfectamente preparada por los marxistas. Y esto es lo que el mundo desconoce o no quiere conocer”.
¿Qué tiene de extraño que Yasna utilice hoy, igual que Kast y Sichel el cuco de anticomunismo?
Lo que ocurre, es que Yasna aún no tiene claro quienes están por la paz y quienes no.