Hoy es fácil hacer leña del árbol caído, más allá de que Sergio Jadue nunca fue importante. A lo más, desempeñó con habilidad, o más precisamente con trapacería, el papel de mascarón de proa de poderes en las sombras, que la actual crisis no termina de develar.
El tema es que se arrancó con los tarros.
De hecho, uno de sus mentores, el inefable «socialista» Jaime Estévez, reconoció que ponerlo en la testera del fútbol chileno «fue un error». Hoy, cuando ya es un pálido recuerdo, los medios del sistema compiten una carrera de revelaciones.
Sin perjuicio de que más útil hubiera sido desplegarlas cuando todavía era el factótum del poder, leerlas no tiene desperdicio. De que son sabrosas, lo son.
El paraíso de Sergio Jadue
El FBI le cayó encima. Tal como lo hizo con toda la plana mayor de la Conmebol, el ente rector del fútbol sudamericano. La investigación de la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, detectó hace varios meses en sus pesquisas del mundialmente famoso caso de corrupción en la FIFA, un movimiento inusual de dineros vinculados a Sergio Elías Jadue Jadue (36).
Según información recopilada y confirmada por Qué Pasa, el ex presidente de la ANFP había creado durante su mandato un vehículo jurídico conocido en el mundo financiero como “sociedades offshore” en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes, desde donde manejaba hasta hace poco grandes sumas de dinero.
Las operaciones fueron realizadas a través de Amicorp, una empresa dedicada a las asesorías de inversiones y con presencia en más de 40 países del mundo. Jadue les habría justificado el dinero como pagos por sus funciones como vicepresidente de Conmebol. El dinero nunca pasó por Chile.
Las sospechas apuntan directamente a la cifra de 1,5 millones de dólares que, según la misma revelación de la fiscal estadounidense, habrían sido pagados, entre junio y septiembre de 2013, como sobornos a cada una de las siete federaciones del organismo a cambio de los derechos de todas las versiones de la Copa América hasta 2023. Se trata de la pieza ausente del rompecabezas más difícil que le ha tocado armar a la opinión pública chilena en el último tiempo.
Mientras Martín Cáceres, lateral izquierdo, anticipaba a toda la defensa chilena y anotaba el 3-0 con el que Uruguay firmaba la derrota más dura en cancha de la selección chilena desde que Jorge Sampaoli asumió como su entrenador, Sergio Jadue iba camino al aeropuerto de Santiago para tomar el vuelo LAN 500 a las 22.35 horas rumbo a Miami.
Partía, según él, de vacaciones junto a su familia, dándoles la razón a los que lo acusaban y abriendo una ola de especulaciones sobre su intempestiva salida, entre las que se asomaba una sola verdad: se trataba del fin de su reinado de cinco años en la ANFP.
—¿Se siente traicionado por algún dirigente?— le preguntó un periodista de TVN.
—¿Sólo por uno?— respondió Jadue con ironía.
El largo brazo del FBI
Lo que no dijo fue que partía a la capital del estado de Florida a entregarse al FBI para participar en la investigación de la fiscal Lynch.
Según ha trascendido, a Jadue lo fueron a buscar directamente al avión, pues se habría acogido a la figura de “colaboración eficaz”, que implica que un acusado puede optar a una rebaja en su eventual condena.
La misma información señala que en esa ciudad se instalaron físicamente los investigadores para cerrar el círculo que se abrió el 27 de mayo pasado, cuando la fiscal general norteamericana dio una conferencia de prensa donde reveló el complejo entramado de corrupción que hizo caer a la plana mayor del fútbol sudamericano y que incluso golpeó al número uno de la FIFA, Joseph Blatter.
El peso de la justicia estadounidense cayó entonces sobre el presidente saliente de Conmebol, Nicolás Leoz; su presidente en ejercicio, el uruguayo Eugenio Figueredo, además de los presidentes de las federaciones de Brasil y Venezuela, José María Marín y Rafael Esquivel, quienes fueron acusados de recibir pagos de sobornos por parte de las empresas Datisa y Traffic por los derechos de transmisión de la Copa América, como consigna el informe de la fiscal Lynch en el punto 249, además de acordar otros 20 millones en total por cada edición de la Copa hasta 2023.
El brasileño José Hawilla, propietario de la empresa de marketing deportivo Traffic, confesó haber pagado US$ 1,5 millones a cada una de las siete federaciones del fútbol sudamericano —cuyos nombres no se informaron entonces—, además de US$ 3 millones a los directivos de Argentina, Brasil y el presidente de la confederación, Eugenio Figueredo.
La investigación avanzó los meses siguientes y, uno a uno, los empresarios y dirigentes comenzaron a colaborar con la indagatoria a medida que la destreza del FBI comenzaba a cercar a los involucrados.
Figueredo, Marín y el dueño de Datisa, Alejandro Burzaco, también terminaron colaborando, obteniendo distintos beneficios. El primero aceptó ser extraditado a Uruguay desde Zúrich, donde estaba preso desde el 27 de mayo.
Esta semana se confirmaba si Estados Unidos retiraba su solicitud de extradición para que regrese a su país. Marin, por su parte, fue extraditado a Estados Unidos desde la misma ciudad y Burzaco compareció a finales de julio ante las autoridades en Nueva York, pagando US$ 20 millones de dólares para quedar con arresto domiciliario.
En septiembre pasado, Lynch anunció públicamente que correría el cerco y que individualizaría al resto de los sospechosos, lo que hizo crecer la idea de que, inevitablemente, las garras de la justicia estadounidense llegarían hasta el fútbol chileno.
Es conocido que la legislación norteamericana contempla beneficios importantes para quienes colaboran con la investigación y delatan al resto de los imputados, lo que habría convencido semanas antes al dirigente colombiano Luis Bedoya de renunciar a su federación y viajar a Estados Unidos para entregarse y negociar con los perseguidores.
La situación de Bedoya fue calcada a la de Jadue y habría terminado acelerando el final de este último: tras su renuncia por “motivos personales”, en Colombia desconocen su paradero y se especula con que se habría entregado a la fiscal Lynch ya que viajó a Nueva York el 4 de noviembre pasado junto a su mujer.
Paradójicamente, Jadue viajó cuatro días después presumiblemente al mismo destino, con escala en Sao Paulo. Hasta ese minuto, ambos formaban el selecto grupo de dirigentes no alcanzados por las pesquisas, junto a Luis Chiriboga, de Ecuador, y Juan Ángel Napout, de Paraguay.
Las contradicciones en Quilín
Este miércoles, cuando ya todos daban por hecho la renuncia de Jadue, la ANFP citó a los medios a una rueda de prensa donde el presidente interino, Jaime Baeza, intentó explicar, sin mucho éxito, la convulsionada situación al interior del organismo. El principal dato que entregó el nuevo presidente era que Jadue ya estaba fuera.
Pero la ausencia del calerano comenzó a notarse varias semanas atrás, pues paulatinamente comenzó a faltar a sus actividades diarias, como el propio Mundial Sub 17 que se jugaba en Chile con autoridades de la FIFA en el país.
En esos días Baeza, junto a Antonio Martínez, comenzaron a tomar las riendas de la ANFP: negociaron los premios con los jugadores de la selección chilena, tarea de la que el ex presidente de Unión La Calera se encargaba personalmente y para la que el capitán de la selección, Claudio Bravo, tenía línea directa.
Dicen que el lunes 9 de noviembre, Jadue llegó a Juan Pinto Durán a la concentración de la Roja sólo a poner la firma.
En la rueda de prensa, sin preguntas, Baeza contó que el jueves de esa semana el directorio, tras el regreso de Jadue al país desde un sospechoso viaje a Sao Paulo donde llegó declarando que no renunciaría atribuyendo todo a una operación en su contra, le solicitó una reunión extraordinaria para aclarar “las interrogantes que circulaban respecto de los hechos investigados por la Fiscalía Norteamericana”.
La junta se llevó a cabo y, según el texto que leyó Baeza, “el señor Jadue no dio respuesta ni aclaró las inquietudes planteadas, se le solicitó que diera un paso al costado por el bien de la industria y del fútbol chileno”.
Jadue se negó a renunciar y presentó un permiso de 30 días para considerar su situación (de acuerdo a lo permitido en el artículo 15 de los Estatutos de la Corporación), y a partir de ese momento “se alejó de cualquier función dentro de la ANFP, asumiendo quien les habla en calidad de presidente subrogante”, detalló Baeza.
El directorio no estuvo de acuerdo con su petición y volvió a pedirle la renuncia, carta que recién se entregó este miércoles, cuando ya su avión aterrizaba en tierras norteamericanas.
Según otra versión, Jadue le reconoció a los directivos que su situación era insostenible, que estaba negociando con la justicia americana. Les reveló que había viajado por lo menos tres veces a Nueva York en el último mes y que tenía todo planeado, confidencian en el organismo.
Esta versión implica que la declaración de Baeza del miércoles sólo sirvió para ganar tiempo y revisar si Jadue actuó solo o hay más directivos implicados. Al interior de la ANFP señalan que el ambiente se corta con un cuchillo y las desconfianzas están a la orden del día. Las miradas están puestas sobre quienes eran los más cercanos al ex presidente, como los dirigentes Nibaldo Jaque, Mauricio Etcheverry y Óscar Fuentes.
Al menos, para los directivos, un dato es real: desde mayo pasado Jadue mantenía contacto con su abogado,José Pablo Forteza, quien ya lo había asesorado en 2012 cuando quiso demandar al presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales, Carlos Soto, por un conflicto con jugadores de Unión La Calera.
El ex presidente de la ANFP recurrió a su abogado por este tema y otros flancos que mantenía abiertos: la denuncia del Ministerio de Justicia de que los sueldos que tanto él como otros cinco directores de la ANFP cobraban eran ilegales.
Finalmente, el gobierno denunció las irregularidades y solicitó la devolución de los salarios que, en el caso de Jadue, ascendía a 34 millones de pesos.
La situación es de máxima tensión en Quilín. Junto con la limpieza y la aclaración de todas las dudas que dejó el paso de Jadue por la administración de la ANFP, la dirección interina debe garantizar la elección de una nueva gerencia ad hoc que sea capaz de cumplir con dos tareas vitales para el futuro del fútbol chileno:
el cierre de las negociaciones por el Canal del Fútbol (CDF) y la permanencia del seleccionador nacional, Jorge Sampaoli, y darle continuidad a su proyecto con miras a la Copa Confederaciones del próximo año y al Mundial de Rusia 2018 que, a diferencia del de Brasil, seguramente no tendrá a Sergio Jadue entre sus asistentes.
Fuente: Qué Pasa
Los millonarios e irregulares préstamos de la ANFP de Jadue
D. Reyes, G. Cancino y A. González
En sus cinco años de gestión, casi la mitad de los clubes asociados recibió montos superiores a lo establecido en los reglamentos de Quilín. Los más beneficiados fueron Unión La Calera, Deportes Concepción, Santiago Morning y La Serena. Entre los cuatro suman más de 3.900 millones de pesos.
Casi la mitad de las instituciones pasaron por la oficina del renunciado dirigente para acceder a montos superiores a lo permitido. En cinco años, la ANFP otorgó créditos por $6.500 millones. U. La Calera fue una de las más beneficiadas, como también La Serena, D. Concepción y S. Morning.
Un acuerdo del consejo de presidentes de la ANFP de fines de 2012 fijó en $50 millones el monto máximo de préstamos anuales que cada club podía recibir por parte del directorio de la entidad. En esa reunión se estableció, también, que cada crédito debía cancelarse antes del 31 de diciembre del año respectivo.
Sin embargo, en los registros de la ANFP figuran numerosos préstamos que exceden el tope establecido, los cuales fueron otorgados por el renunciado presidente Sergio Jadue y el directorio a una quincena de clubes (ver infografía).
En cinco años, el monto total de préstamos -sumando los que se ajustan a reglamento y los que no- llega a $6.500 millones. De esa cifra, y según trascendió desde Quilín, casi $4.000 millones se concentran en cuatro clubes:
Deportes Concepción, entidad ligada al suspendido secretario general Nibaldo Jaque (1.455 millones de pesos); Unión La Calera, presidida por Sabino Jadue, tío de la ex principal autoridad de la ANFP ($1.385 millones); Santiago Morning, liderado por Miguel Nasur ($596 millones), y Deportes La Serena, el ex equipo de Mauricio Etcheverry, quien hasta la semana pasada era asesor de Jadue ($478 millones).
Aunque varios créditos han sido pagados, y funcionaban como adelantos de distintos excedentes, la práctica revela un modus operandi que ensombrece aún más la gestión del ex titular de la ANFP.
En total, 23 clubes recibieron empréstitos de parte de la mesa presidida por Jadue, pero de estos, los que excedieron los 50 millones anuales, aparte de los cuatro antes mencionados, fueron Barnechea, Naval, Antofagasta, San Marcos, Cobreloa, Coquimbo, Ñublense, O’Higgins, Palestino, Rangers y San Luis (el club de origen del actual timonel interino, Jaime Baeza).
En cuanto a Everton, la institución viñamarina afirma que si bien recibió $700 millones para edificar su centro deportivo, estos fueron entregados por el Comité Organizador Local de la Copa América.
Los estatutos
Aparte de Jadue, los créditos debieron estar en conocimiento del resto del directorio. Así lo ordena el artículo 19 de los estatutos de la ANFP, que señala que es «facultad y deber» de la mesa «otorgar a los clubes asociados préstamos de urgencia conforme al reglamento, en casos calificados por el propio directorio por dos tercios de sus miembros, los que deberán ser cancelados dentro del año calendario en que se otorga el préstamo».
Sin embargo, una fuente de la actual directiva de la ANFP minimiza la culpabilidad del resto de la mesa: «Se podrá decir que cometimos errores… Estamos quedando de ignorantes en este caso porque de verdad no sabíamos de estos préstamos; hay una realidad que la gente del fútbol conoce: el sistema en la ANFP es muy presidencialista, y los clubes pasaban directamente a hablar con Sergio (Jadue).
Ahora que estamos a cargo de la asociación estamos revisando al revés y al derecho todo el período 2011-2015, y nos encontramos con estos créditos. Habemos directivos que no vivimos del fútbol, tenemos nuestras empresas, entonces, venimos a las reuniones, pero ocurre que todo el poder se concentra en una o dos personas».
La misma fuente agrega que «toda la información de los préstamos será entregada a los clubes en el consejo del viernes; se le está haciendo seguimiento a cada cheque y hasta acá, todos han ido a cuentas de clubes, no a particulares; otra cosa es qué se haya hecho con ese dinero y ahí cada institución debería investigar».
Según el dirigente, «esta práctica también tiene otros responsables, no solo Sergio (Jadue), sino que también los presidentes que fueron a pedir más dinero del establecido. Hasta lo que hemos revisado, no hay ilícitos, pero sí una práctica que revela abuso de poder y que da para pensar mal. En cuanto a las deudas, hay varios créditos que están pagados y creemos que la asociación puede recuperar lo que falta de aquí a tres meses, con un buen plan de pago».
«Los préstamos que se han hecho a La Serena son los que han salido en forma legal de la ANFP. Están en la contabilidad, en los papeles y han ingresado al club como corresponde».
«Falta transparencia»
Mario Rodríguez, presidente de U. de Concepción (club que no está en el polémico listado), manifiesta sobre los préstamos que «esas cifras son absolutamente desconocidas para muchos de nosotros. Si la ANFP hacía ese tipo de financiamiento, debía informarlo debidamente. Falta transparencia».
«Tenía entendido que se podían pedir hasta $50 millones, pagándolos dentro de un año. Esto va en contra del fair play financiero, de la industria y de la competencia. ¡Con 150 millones extra, en mi club haríamos maravillas!», dice un presidente que prefiere no revelar su identidad. Sugiere, de paso, que el modus operandi ayudó a Jadue a mantenerse en el poder: «Los hechos están a la vista».
Mauricio Peyreblanque, titular de La Serena, asume que su club es uno de los que ha recibido más dinero. «¿Si son 478 millones desde 2011 a la fecha? Sí; no sé en todo caso cuánto habrán pedido los otros. Y ya hemos abonado $138 millones en los últimos seis meses, con las platas de los excedentes de la Copa América. Y después de la negociación de márketing con Nike, abonamos esos 110 mil dólares que nos debían llegar. Los préstamos a La Serena están en la contabilidad, en los papeles y han ingresado al club como corresponde; si los montos son mayores a los que autoriza la ANFP, es otro problema».
«El Mercurio» intentó ubicar, sin éxito, al timonel de Concepción, Adolfo Sabando, y a Miguel Nasur y Luis Faúndez, de S. Morning.
Fuente: El Mercurio