Varios “pájaros de mal agüero” siguen insistiendo en el fin del ciclo progresista en América Latina y el Caribe. Como lo señalé en otros artículos, estos “analistas”, son meros opinadores sin mayor compromiso militante.
Cuadran perfectamente en aquella frase de Simón Bolívar que decía: “el soldado bisoño lo cree todo perdido cuando es derrotado la primera vez, porque la experiencia no le ha demostrado aún que con valor, habilidad y constancia se corrige la mala fortuna».
Aunque es cierto que hemos recibido fuertes golpes por parte de nuestros enemigos históricos, también es cierto que donde perdimos –de manera legal o ilegal–, las fuerzas populares se van recuperando.
En Argentina el gobierno neoliberal y vendepatria de Mauricio Macri está cada vez está más acorralado. El pueblo en la calle, movilizado y en plan de lucha, arremete contra las medidas antipopulares y entreguistas en un nivel que va en permanente ascenso, y que incluye, entre otras decisiones, un paro nacional.
En Brasil, el gobierno del usurpador Michel Temer tampoco logra “estabilizar” el país, y cada vez más, su popularidad –si alguna vez la tuvo– va en picada. Por otro lado, Lula ya ha planteado candidatearse para las próximas elecciones presidenciales, cosa que fortalecerá al movimiento popular al contar en la arena política con su principal referente.
En Venezuela, después de haber perdido la mayoría en la Asamblea Nacional, la oposición, transitando fracaso tras fracaso, aparece desdibujada y atomizada, mientras el gobierno bolivariano, no sin problemas y contradicciones, avanza en pos de recuperar las mayorías populares.
La guerra económica desatada por el imperialismo, la oligarquía y vecinos gobiernos reaccionarios sigue afectando al pueblo venezolano, pero se han tomado medidas concretas –con resultados aún parciales–, que apuntan a ir amainando los efectos nefastos de la perversa agresión.
También debemos analizar los casos de Paraguay y Honduras, dos países cuyos gobiernos populares fueron derrocados de manera ilegítima pero que hoy no han logrado consolidar a sus respectivos gobiernos neoliberales. La impopularidad de Horacio Cartes crece. Para el encuestador Francisco Capli, actualmente Fernando Lugo tiene más popularidad que el presidente Horacio Cartes, y sostiene que, si se planteara una reelección, el ex obispo tendría altas probabilidades de retornar al poder.
En Honduras, Juan Orlando Hernández se ha lanzado a la reelección, pero habrá que ver cómo avanza el Partido Libre con Xiomara Castro como candidata a la presidencia para los comicios de noviembre de este año.
El desastroso gobierno de Enrique Peña Nieto en México abre serias expectativas al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, para aspirar a la presidencia en 2018. “La tercera es vencida”, señaló AMLO, quien ha mantenido una posición digna ante el discurso insultante del presidente estadounidense Donald Trump, como asimismo se ha opuesto con ahínco a la privatización de Pemex y a las políticas neoliberales del gobierno de Peña Nieto.
Las elecciones de mediados de año para cuatro estados, fundamentalmente la del estado México, será un indicador importante. Según diferentes encuestas, la candidata por Morena, Delfina Gómez, aparece como segunda, a solo un punto del candidato priista Alfredo del Mazo Maza.
El comandante Daniel Ortega ganó categóricamente las elecciones presidenciales el año pasado; y en El Salvador habrá elecciones legislativas y municipales en marzo de 2018. Allí el FMLN tendrá que prepararse para consolidar su hegemonía de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Lenin Moreno ganó la segunda vuelta el domingo próximo y la Revolución Ciudadana continuará en el Ecuador. Evo Morales sigue manteniendo su popularidad y existen mecanismos legales suficientes para avanzar en su habilitación para ser candidato nuevamente a la presidencia.
¿En qué condiciones se encuentran los gobiernos neoliberales de Guatemala, Panamá, Perú y Colombia, por ejemplo? ¿Y Chile? ¿Podrá el recientemente constituido Frente Amplio superar la dicotomía del bipartidismo conformado por la Nueva Mayoría y Chile Vamos? No dudamos que las fuerzas populares de los países cuyos gobiernos le han dado la espalda al pueblo se están reagrupando y también fortaleciendo.
Creemos realmente que quienes deben de estar más preocupados por la situación política de la región son los representantes de la derecha y el imperialismo, quienes aun teniendo mayoría en su Ministerio de las Colonias (OEA), no pudieron imponer la “Carta Democrática” a la Venezuela revolucionaria.
El panorama político nos indica que de ninguna manera se puede catalogar al momento actual como de “fin de la ola progresista y revolucionaria”. Se está en plena lucha, con avances significativos en muchos países, con retrocesos también, pero dando una pelea ardua en todos los frentes.
Es la lucha de los pueblos lo que indica si estamos a la ofensiva o en retroceso, no solamente el resultado de elecciones, por más que éstas tengan suma importancia. Y vemos también que en esta última década y media, los pueblos han ganado en conciencia independentista y unionista como nunca antes, un elemento fundamental en la construcción de la Patria Grande latinoamericana y caribeña.
El problema de cierta intelectualidad, tanto latinoamericana como de afuera, es que por su falta de contacto y compromiso con las luchas populares, con la lucha de clases, se ubican como meros personajes pasivos, siempre proclives al derrotismo, al escepticismo.
A todos esos intelectuales, la gran mayoría honestos trabajadores de la cultura, les decimos, desde nuestra humilde tribuna, aquello que decía Antonio Gramsci, verdadero intelectual orgánico:
«Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza».
Fuente: Portal Alba