En el denominado «encuentro político y social por Chile», una parte de la oposición, más exactamente partidos y organizaciones sociales de la ex concertación, actual Lista del Apruebo, o pacto Unidad Constituyente, buscó estructurar una propuesta para entregar al Gobierno en el marco de la agenda de contenidos mínimos comunes.
La sesión virtual, transmitida por streaming, se extendió por casi siete horas y convocó a partidos políticos, organizaciones sociales, y pymes.
En cambio, no concurrieron ni el partido Comunista, ni el Frente Amplio, salvo el senador Juan Ignacion Latorre, ni la CUT.
El secretario general de la multisindical, Nolberto Díaz, explicó las razones de la ausencia de la multisindicAL:
Díaz, acusó que personeros políticos se infiltraron “como polizontes” en el cónclave:
«Creemos que se le falta el respeto, que se abusa de la confianza de la presidenta del Senado, cuando a esta reunión tan masiva, supuestamente de la oposición, se infiltran como polizontes, personeros políticos que jamás estuvieron con los cambios, que siempre se negaron a las reformas sociales, que no comparten nuestros valores y que cuando fueron senadores o ministros se negaron a cualquier reforma sindical, ambiental o social, a favor de los trabajadores».
Renta básica universal
El debate abrió con la renta básica universal.
En líneas generales, hubo acuerdo en que la renta básica universal debe estar por sobre la línea de la pobreza, e idealmente, cerca de $600 mil pesos para una familia de cuatro personas.
También hubo coincidencia en que su implementación es urgente y prioritaria.
En las exposiciones, hubo una afirmación transversal de que Chile cuenta con los recursos y que el costo no puede seguir siendo pagado por los fondos previsionales.
La ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, señaló la disposición del gobierno de llegar al 100% del Registro Social de Hogares, pero no a través de una renta básica de emergencia, sino del IFE.
O sea, la focalización en lugar del beneficio social universal.
Aún en la última baldosa, con el país en llamas, el gobierno no renuncia ni a su sobre-ideologismo ni a su cicatería.
Luego, una cobertura del cien por ciento implica subsidiar al 10% más rico del país, que, ciertamente, no lo necesita; de lo que se infiere que ni en ocasión tan ruda, Piñera deja de beneficiar a sus amigos.
El cónclave abordó después el tema de la pandemia, donde la opinión mayoritaria apuntó a que la respuesta del gobierno ha sido escasa, insuficiente y tardía, y que se requiere una batería de medidas urgentes. En tal sentido, se criticó con acritud el hecho de que clínicas privadas siguen cobrando por el PCR, e Isapres que no financian los PCR. Como bien público, tiene que ser absolutamente gratis. se señaló. De igual forma, se enfatizó la necesidad de llegar a al menos 30 trazadores por 100 mil habitantes, y de solventar el pago de las médicas, entre otras medidas. La cita contó con la presentación del informe para la pequeñas y medianas empresas y finalizó con la exposición sobre la situación de derechos humanos, con el académico de la Universidad de Chile Salvador Millaleo. Sin embargo, en el cónclave no se abordó la propuesta inicial de incluir la liberación de los presos políticos de la revuelta, entre los mínimos comunes. Prevaleció en cambio, el criterio de la política de lo posible, en el sentido de que no es tema de una agenda de mínimos comunes sino de desafío permanente; dicho lo cual, los presos políticos de la revuelta, siguen de rehenes del Estado, con el fin de escarmentar a la población. Este sector de la oposición de centro espera entregar su propuesta el lunes al Gobierno, mientras la derecha trabaja en un documento propio. “Le hace bien al país conversar y le hace bien a la política escuchar, dialogar”, dijo la presidenta del Senado, Yasna Provoste, al final de la cita. Piñera no resistió la tentación de meter la cuchara. Naturalmente, hizo el enésimo llamado a la «unidad», «buena voluntad» y «amistad cívica»: «Estamos buscando marcos de entendimiento o acuerdos entre el Gobierno, Chile Vamos y la oposición, más que nunca por la pandemia, por la recesión de la economía, por los tiempos de adversidad que hemos tenido que enfrentar. Le pido a mis compatriotas, y especialmente a los que tienen cargos de responsabilidad: unidad, buena voluntad, capacidad de diálogo, capacidad de acuerdo». A más tardar a mediados de la próxima semana, los participantes en la iniciativa de los mínimos comunes deben abrir el juego. Ahí se verá qué fondo tiene esa piscina. Sino fuera por la extrema urgencia, los pronósticos no se presentan auspiciosos. Pero hasta entonces, los cubre el beneficio de la duda. Sin embargo, una cosa es la urgencia, y otra muy distinta, que los mínimos no den el ancho. Noticia en desarrollo. No se incluyó a presos de la revuelta