Esta semana, la Corte Suprema de Gran Bretaña dictará el fallo definitivo sobre la extradición de Julian Assange a Estados Unudos. El siguiente texto de Reporteros Sin Frontera eslarece la cadena de mitos y mentiras quer sustentan la acusación, la cual, de ser acogida, representaría un golpe letal a las libertades de información y opinión.
Mito 1: Se han respetado sus derechos humanos.
Realidad:
Assange se ha enfrentado a numerosas violaciones de sus derechos humanos en la causa abierta contra él por el gobierno de Estados Unidos, en su vigilancia en la embajada de Ecuador y en el trato que recibe de los tribunales y el sistema penitenciario de Reino Unido.
El gobierno de Estados Unidos ha señalado a Julian Assange para llevar a cabo con él una persecución legal sin precedentes e implacable durante 13 años. En la embajada de Ecuador, las conversaciones legalmente protegidas de Assange con sus abogados fueron vigiladas, y los dispositivos de los periodistas que lo visitaron fueron manipulados.
En su estancia en la prisión de Belmarsh, durante la pandemia de Covid-19, se suspendieron por completo los derechos de visita de Assange, y en ocasiones se vio confinado en su celda debido a las infecciones de Covid en su bloque de reclusión.
Durante su proceso de extradición, Assange fue sometido a registros corporales excesivos y aparentemente punitivos, y los funcionarios de prisiones le confiscaron documentos legalmente confidenciales.
A pesar de sus solicitudes para comparecer personalmente ante el tribunal en todas las vistas, a Assange no se le ha permitido hacerlo desde la vista de fianza celebrada el 6 de enero de 2021, y solo se le ha permitido participar de forma remota a través de un enlace de video desde la prisión.
Mito 2: La demanda de extradición fue presentada por el Presidente Obama o el Presidente Biden.
Realidad:
Aunque Assange permaneció en la embajada de Ecuador en Londres durante la presidencia de Obama, Obama no lo persiguió activamente. Fue el Departamento de Justicia de Trump (DOJ) el que presentó la acusación sustitutiva contra Assange y comenzó a perseguir activamente su extradición.
Cuando el presidente Biden asumió el cargo, su Departamento de Justicia siguió adelante con la apelación que había iniciado el Departamento de Justicia de Trump tras la decisión en primera instancia del tribunal británico de impedir la extradición de Assange por motivos de salud mental, decisión que posteriormente fue anulada por el Tribunal de Apelación.
Mito 3: El caso del gobierno estadounidense contra Julian Assange se centra en las elecciones presidenciales de 2016.
Realidad:
Esta causa judicial está relacionada únicamente con la publicación por parte de WikiLeaks en 2010 de más de 250.000 documentos militares y diplomáticos clasificados filtrados, conocidos como Cablegate, el Diario de la Guerra de Afganistán y los Diarios de la Guerra de Irak.
La nueva acusación contra Assange se basa en 18 cargos -17 en virtud de la Ley de Espionaje y uno en virtud de la Ley de Fraude y Abuso Informático- relacionados con la publicación de los materiales clasificados filtrados. No está relacionada con ninguna actividad de WikiLeaks posterior en 2016 ni con ningún otro punto.
Mito 4: Hay un caso activo contra Assange en Suecia.
Realidad:
No hay ningún caso abierto contra él en Suecia. Las acusaciones de violación formuladas contra él han sido objeto de un amplio examen y controversia, incluso por el ex Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, Nils Melzer, y Assange ha negado las acusaciones.
Nunca hubo acusaciones penales formales, y la investigación de la Fiscalía sueca sobre Assange se abandonó en noviembre de 2019 por falta de pruebas.
El caso del gobierno estadounidense contra Assange, que se basa en la publicación por parte de WikiLeaks de material clasificado filtrado, es totalmente independiente de las acusaciones formuladas contra él en Suecia.