Aunque este medio invariablemente aconseja tomar a beneficio de inventario la encuestología del partido del orden, no es menor que en la encuesta de Adimark de agosto Piñera haya bajado cuatro puntos porcentuales, mientras el nivel de desaprobación subió seis puntos.
En agosto, el mandato del Gobierno encabezado por Sebastián Pinera concluyó con 48% de aprobación y 47% de desaprobación. Así lo muestran las cifras del Indicador de Aprobación de Gobierno que mensualmente realiza la empresa de investigación de mercado y opinión pública, GfK Adimark.
La aprobación del Gobierno pasó de 52% en julio a 48% en agosto (-4%), tratándose de una caída estadísticamente significativa. Por otro lado, la desaprobación pasó de 41% en julio a 47% en agosto (+6%), un aumento significativo desde el punto de vista estadístico. Implica, además, un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a las cifras de marzo (primer mes de gobierno).
De hecho, el nivel de desaprobación registrado en agosto representa un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a las cifras de marzo.
Después de seis meses de mandato, la desaprobación alcanzada en agosto de 2018 (47 por ciento) es diez puntos porcentuales más alta que la obtenida en el mismo mes de 2010 (37 por ciento).
Y, en comparación a su primer mandato, la aprobación al Ejecutivo en agosto es siete puntos menor.
Alto respaldo en el nivel socioeconómico alto
También destaca en el sondeo que el respaldo al Ejecutivo en el nivel socioeconómico alto es casi 10 puntos mayor.
En específico, la aprobación del Gobierno de Piñera alcanza un 40 por ciento de aprobación en el nivel socioeconómico bajo, mientras que en el nivel medio es 53 por ciento y en el alto 57 por ciento.
«La diferencia entre el resultado del nivel bajo y los dos restantes (medio y alto) es estadísticamente significativa», indicó Adimark.
En el mes de agosto tuvieron lugar la polémica por los dichos que le costaron el cargo al ministro de las Culturas Mauricio Rojas, la agenda de derechos humanos y el conflicto ambiental y también político en Quintero y Puchuncaví.
Claramente, el sistema mediático le bajó el perfil a la información, relegándola a espacios secundarios.
