La construcción del hospital en la segunda comuna más populosa de Tarapacá fue una buena noticia, no así lo “inflado” del coste del terreno. Un gran negocio es el que terminó cerrando el Comando de Bienestar del Ejército con la venta en 2013, de los terrenos para la construcción del recinto.
No sólo multiplicó varias veces el valor del metro cuadrado, sino que aprovechando la operación para urbanizar -con recursos públicos- terrenos aledaños que mantiene en su poder, elevando sustancialmente su plusvalía. Todo, realizado en colaboración y conocimiento de las autoridades de la época Piñera.
¿Irresponsabilidad o complicidad? La actual administración del Servicio de Salud ya inició una investigación, mientras que el Ministerio de Defensa estudia un requerimiento similar.
Si bien, la compra de terrenos es una práctica usual y que, en la medida en que se realice bajo condiciones claras y transparentes, no debiera llamar la atención, en este caso concreto en que aparece involucrado el Comando de Bienestar del Ejército, caben ciertas dudas respecto de la forma y procedimientos en virtud de los cuales materializó la venta del terreno denominado “Lote M-5” de aproximadamente 54.400 metros cuadrados, es decir, unas 5,44 hectáreas, vulnerando las normas y exigencias vigentes.
Para entender el contexto de la historia, es necesario explicar que el lote “M-5”, ubicado justo donde terminan las poblaciones habitadas, carece de urbanización. Este lote nació como consecuencia de la subdivisión de varios predios, específicamente, el lote “M” de 27,78 hectáreas, el que fue subdividido en 6 lotes, todos los cuales, menos uno, serán beneficiados por el proyecto de urbanización que financiará el Gobierno Regional, con la construcción del Hospital de Alto Hospicio.
El problema existente es que, de acuerdo a una serie de documentos que están en manos del Servicio de Salud de Iquique, el proceso de negociación para la compra del lote M-5 fue anterior a la subdivisión del terreno, lo que, en la práctica, obligaría a esta institución a invertir más recursos de los originalmente establecidos, porque se verá obligado, para materializar la ejecución del proyecto, a urbanizar sectores que, originalmente, no estaban considerados y que están en manos del Comando de Bienestar del Ejército.
Hay que consignar que la última población urbanizada del sector y más cercana es La Pampa y, precisamente, entre la población La Pampa y el lote M hay una vía a medio urbanizar (Avenida Unión Europea), de doble calzada, pero no pavimentada.
De acuerdo a las indagaciones realizadas por El Independiente, no existió en el Servicio de Salud de Tarapacá de la época, cuya directora era la Dra. Adriana Tapia, ni existe actualmente, ningún informe ni estudio de evaluación comparativo que acredite la justificación para haber realizado la compra del terreno en cuestión.
Entonces, la pregunta de rigor que surge es, ¿cuál fue el objetivo de adquirir, precisamente, ese terreno cuya venta beneficia al Comando de Bienestar del Ejército?, ¿qué tipo de negocio hay detrás y qué papel juega el Ejército?
En relación a esta trama, también hay otras preguntas que resultan necesarias de ser contestadas por las partes involucradas, es decir, el Comando de Bienestar del Ejército y el Servicio de Salud de Tarapacá.
¿Si las conversaciones del Servicio de Salud y el Comando de Bienestar se iniciaron antes de que se subdividiera el lote M, se exigió al vendedor, es decir, al Comando de Bienestar del Ejército, que el lote tuviera un buen frente a la Avenida Unión Europea para facilitar el acceso de los usuarios del Hospital de Alto Hospicio?
En la práctica, tras la polémica subdivisión, el lote M-5 quedó a trasmano, encerrado en diagonal por otros los lotes M-4 y M-6, situación que obliga hacer un largo circuito para acceder al esperado Hospital de Alto Hospicio, y, además, la urbanización de calles que, prácticamente, terminan beneficiando a casi todos los lotes del Comando de Bienestar del Ejército.
Este punto es relevante, porque si el Servicio de Salud de Tarapacá, para lograr concretar la construcción del Hospital de Alto Hospicio, tiene que urbanizar terrenos que le pertenecen al Ejército, por supuesto, que cuando éste último inicie la venta de los terrenos ya urbanizados, la plusvalía de los mismos será mayor y, por consiguiente, también podrá incrementar el monto de la venta.
¿Negocio redondo?
Los sumarios: Servicio de Salud y Defensa
Los hechos descritos, llevaron al nuevo director del Servicio Salud de Tarapacá Dr. Luis López, en septiembre del 2014, a iniciar un sumario para establecer los posibles vicios o anomalías que se habrían cometido en el marco de la negociación. tuvo acceso a las conclusiones de la indagatoria interna, cuyas principales conclusiones son las siguientes y que, a todas luces, son graves.
“El Comando de Bienestar del Ejercito subdividió el lote M con el fin de venderle al Servicio de Salud el lote M-5 acogiéndose al Artículo 140° de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (L.G.U.C.), artículo de excepción, que casi nunca se utiliza, porque hace muy complejas las ventas de los lotes resultantes, pero que permite subdividir generando calles nuevas dentro de un predio y sin urbanizarlas, siempre que se cumplan varias condiciones absolutamente obligatorias”.
Lo delicado del tema es que, justamente, varias de las normas a las que el Comando de Bienestar del Ejército se debía ajustar, las pasó por alto.
Una de ellas es, por ejemplo, que el propietario vendedor (Comando de Bienestar del Ejército) debió ceder al uso público las calles que generó dentro de la subdivisión.
¿Qué hizo?
No las cedió y las incluyó en la superficie vendible, lo que implica que el Servicio de Salud compró calles que nunca debió pagar, además del lote efectivo.
Otro de los puntos que se vulneró, de acuerdo a la legislación existente, es que el comprador debía entregar al momento de la compra una boleta bancaria por el monto equivalente a la urbanización que le correspondía a su lote. Para que ello fuera posible, el Comando de Bienestar debió elaborar a su costa, es decir, a su cargo, todo el proyecto de urbanización del lote M completo, es decir, elaborar los proyectos de redes públicas de alcantarillado, agua, electricidad y pavimentación con sus presupuestos y con las aprobaciones de los respectivos servicios competentes.
Luego, con esos proyectos completamente aprobados debió desglosar el presupuesto de cada ítem, proporcionalmente, para cada lote y entregarlo a la Dirección de Obras de la Municipalidad de Alto Hospicio, entidad que guardaría las boletas de garantía que los futuros compradores debían tomar.
Sobre este punto, ¿qué fue lo que ocurrió?
Se traspasó al Servicio de Salud, la tarea de hacer y financiar el proyecto de urbanización de toda la subdivisión.
Entre las conclusiones del sumario se señala que el proyecto de urbanización termina pavimentando e instalando luminarias a casi todos los lotes restantes de propiedad del Comando de Bienestar, ganando esta repartición una enorme plusvalía cuando venda los lotes M-2, M-3, M-4 y M-6.
Esta misma situación motivó la solicitud del diputado (PC), Hugo Gutiérrez, al Ministerio de Defensa para que inicie un sumario administrativo para establecer los vicios cometidos durante el proceso que, implicaría en la práctica, que el Ejército pueda comercializar otros lotes a un mayor precio, aprovechando los recursos del Servicio de Salud de Tarapacá, oficio que fue remitido el pasado 5 de enero.
Se pagó más de lo que corresponde
Hay que señalar que, de acuerdo, a la indagatoria del Servicio de Salud de Tarapacá, finalmente se pagó un valor por metro cuadrado más alto que los precios de los lotes vendidos por el Comando de Bienestar a otros compradores de lotes vecinos. En este sentido, el presupuesto oficial elaborado por los ingenieros del proyecto fue de $1.342.700.000 (precio de primer trimestre de 2014).
El presupuesto elaborado por la Dirección de Arquitectura de Tarapacá sería de $4.700.000.000 (UF 184.300), es decir tres y media veces más alto que el presupuesto oficial original. El tema aquí, según advierten los denunciantes, es que este monto se incrementará durante la obra, probablemente en un 10 ó 20 % más, llegando a los $ 5.400.000.000 (UF 212.000), porque el terreno es difícil, tiene una diferencia de nivel cercana a los 10 metros. Si a ese valor, se le suma el precio pagado por el lote M-5 al Comando de Bienestar (UF 26.284), se gastará en el terreno cerca de UF 238.000.
Cabe mencionar que la superficie real comprada al Comando de Bienestar del Ejército es cercana a los 46.000 metros cuadrados, pues el resto son calles, de manera, entonces, que el precio que se está pagando por el terreno se aproxima a las UF 6/M2. , como referencia en sector La Pampa terrenos urbanizados oscilan entre 2,5 y 3,5 UF/M2.
Otros terrenos desechados originalmente
Uno de los terrenos que, a juicio de arquitectos expertos, se pudo utilizar para levantar el Hospital de Alto Hospicio corresponde a uno que, actualmente, es de propiedad de ZOFRI y que se ubica en la Avenida Los Álamos, esquina Avenida Monte Los Olivos. Dicha propiedad tiene aproximadamente 120 hectáreas de superficie, pero la franja de terreno que enfrenta a la Avenida Monte Los Olivos en una longitud de más de 680 y que equivale a unas 10 hectáreas, está afectada por el Plan Regulador con el uso de “Área Verde”. Pese a esta situación, advierten que, perfectamente, se pudo negociar con ZOFRI, ofreciendo una permuta y la desafectación de unas cuatro hectáreas en el Plan Regulador.
De acuerdo a los antecedentes que ya están en poder del Ministro de Defensa, José Antonio Gómez, cabe preguntarse: ¿la localización de un hospital no es acaso un tema de trascendencia en una ciudad y la definición del terreno parece una tarea que las autoridades, en su conjunto, debieran asumir?, ¿qué está pasando, entonces, en Tarapacá? Según un experto, “el problema radica en una falta de lo que podríamos llamar la gran visión urbana y territorial, esa mirada en el largo plazo, y también una cierta incapacidad técnica”.
Hay que advertir que en la zona, respecto de este tema, hay hermetismo por parte de las instituciones involucradas en el proyecto del Hospital de Alto Hospicio y es necesario que exista un pronunciamiento formal, el que también corresponde al Comando de Bienestar del Ejército.
Fuente: El Independiente