En su quinta declaración en la Fiscalía, el senador de la UDI, Jaime Orpis, reconoció por primera vez el desvío de asignaciones parlamentarias en el caso Corpesca. Además, confesó que cometió delito tributario al pedir emisión de boletas falsas para justificar los aportes económicos que la empresa le dio para financiar gastos de su campaña que estaban fuera de la ley del Servel.
«Reconozco que apliqué a usos propios o ajenos parte de los dineros que se me asignan para el pago de asesores externos o legislativos». Por primera vez en el marco de las cinco declaraciones que ha prestado, el senador Jaime Orpis Bouchon (UDI) reconoció ayer ante el Ministerio Público el desvío de asignaciones parlamentarias.
En tres horas y 15 minutos, Orpis -acompañado de su abogado Sergio Rodríguez Oro- renunció a su derecho a guardar silencio en una serie de puntos que no se habían abordado en diligencias anteriores. Sobre el mal uso de asignaciones parlamentarias, denunciado por su ex asesora Carolina Gazitúa, el senador reconoció:
«Infringí la obligación que pesaba como administrador de tales recursos de aplicarlos solo para el pago de asesores, y no para otros fines distintos».
En la indagatoria que sustenta el fiscal nacional Jorge Abbott con la fiscal Ximena Chong -en el denominado caso Corpesca- se ha acreditado hasta el momento el desvío de $151 millones de dineros que el Congreso le entregaba para apoyo legislativo. Se descubrió que en algunos casos, dichas asesorías eran inexistentes, y en algunas contrataciones -según declararon en la causa sus ex asesores- las remuneraciones que el Senado les pagaba eran sólo una parte para ellos y la otra debían restituírsela a Orpis.
Sobre este punto, el senador de la UDI también reconoció los siguientes hechos:
«Mi intención es proceder a reintegrar la totalidad de tales dineros que fueron usados para fines propios o ajenos, distintos de lo que correspondía, que era el pago de asesores parlamentarios».
Sobre el uso de esos dineros, el parlamentario de la Región de Arica y Parinacota y Tarapacá confesó:
«Reconozco que tales dineros se utilizaron con fines políticos, financiando diversas actividades de esa índole. Ello ocurrió principalmente con las campañas de los años 2009, 2010, 2012 y 2013».
Consultado por transferencias a Marianella Ovalle, dijo que ella es parte de su grupo de apoyo en Iquique y que los unía una amistad, y dijo que él instruyó pagos para ella:
«Eso era para pagar platas de campaña de actividad política (…) Me refiero a todo lo que significa el manejo de la región, todos los gastos de la actividad en la región».
Delitos tributarios
Tal como en sus declaraciones anteriores, refutó los cargos de cohecho y lavado de dinero que se le atribuyen -que también son parte del escrito de desafuero ante la Corte de Santiago que está pendiente-, y dejó un documento con mayores detalles de la Ley de Pesca y las complejidades de su tramitación.
Ayer optó por renunciar a su derecho a guardar silencio:
«Reconozco que solicité personalmente o a través de terceros la emisión de boletas de honorarios a la empresa Corpesca SA. Lo que uno persigue es buscar recursos para financiar campañas políticas, pero no tuve a la vista la rebaja de la base imponible».
Sobre quién pidió esas boletas, dijo haber solicitado personalmente la emisión de boletas a 12 personas ligadas a él, a su campaña o a cercanos que le facilitaron documentos tributarios ideológicamente falsos.
El senador explicó que temporalmente conseguía fondos con Corpesca y pedía boletas por dichos montos:
«No solo financié mi campaña, sino varias más, y normalmente se parte unos 7 u 8 meses antes de la elección».
Dijo que la emisión de boletas de honorarios tuvo su origen en una solicitud de Mujica de darle dinero para sus campañas:
«Este me manifestó que no podía otorgarme financiamiento vía Servel, ya que la empresa no cumplía los requisitos, ante lo cual le propuse el financiamiento mediante boletas de honorarios de terceros, lo que aceptó. Nunca pensé en el delito tributario, solo que la empresa justificara el egreso por caja. Yo daba las instrucciones a quienes me conseguían boletas para que me depositaran en mis cuentas corrientes, y también en cuentas de terceros, como los jefes de campaña, para que hicieran directamente gastos de campaña. Esto no era para ocultar el origen de los dineros, sino para disponer mas fácilmente su gasto».
Orpis aseguró a la fiscalía:
«Reconozco que se trata de un financiamiento de actividades políticas al margen del modo que dispone la normativa correspondiente».
Ante una pregunta del comisario Edson Figueroa sobre un depósito registrado a la cuenta de la ex intendenta Antonella Schiaffia, el senador dijo:
«Obedece a que ella se acercó, y tenía problemas económicos, estaba cesante, y concurrió a pedirme ayuda, y yo la ayudé».
Tras la jornada de declaración de ayer y en medio de la semana que retomó sus actividades en el Congreso, Jaime Orpis sostuvo: «He colaborado con la investigación y he dicho toda la verdad». En ese sentido, rechazó los cargos de cohecho por parte de Corpesca que se le atribuyen. «Tengo muy claro que nunca mi conciencia y actuar legislativo fue comprado», aseguró.
En cuanto al desvío de asignaciones, expresó que «desde un principio he dicho que voy a asumir mi responsabilidad y voy a reparar el perjuicio causado», y reconoció que «esto es consecuencia de la vorágine en que me metí por las campañas políticas y que no supe controlar. Reconozco mi error al haber financiado irregularmente la política».
A Jaime Orpis se le investiga por los delitos de cohecho, lavado de activos, fraude al fisco y delitos tributarios que tienen relación con la facilitación de boletas ideológicamente falsas.
Según la investigación, Corpesca le pagó más de 260 millones de pesos durante dos años por esa vía.
La súbita locuacidad de Orpis podría explicarse en función de un trato con Fiscalía, aún no dado a conocer, para someterse a un juicio abreviado, tal como aconteció con Jovino Novoa.
El lunes, el pleno de la Corte de Apelaciones de Santiago fijará alegatos para analizar el desafuero del senador.
