Con fastidio exento de sorpresa, he visto que la jauría mediática menciona uno de mis trabajos profesionales, del que me siento legítimamente orgulloso, en un contexto conspirativo que a su vez se enmarca en una nuevo, tosco y revenido montaje comunicacional, como los que han moldeado la mentalidad de los chilenos durante los últimos cuarenta años, y que básicamente consisten en demonizar todo pensamiento palabra u obra que tenga capacidad de obstruir la acumulación o afectar los intereses de los poderes reales que cogobiernan el país. Me refiero a la cuarta o quinta «desclasificación» de los documentos del prodigioso y aparentemente inagotable computador de Raúl Reyes, orquestada en función de demostrar «nexos» y «vínculos» entre el Partido Comunista y las FARC, relaciones políticas enteramente normales entre dos organizaciones políticas de disímil naturaleza, pero que la campaña en comento intenta mostrar en un contexto de «terrorismo», conforme a la estereotipada, histérica y paranoica visión que define ese tipo de montajes.
Ante eso sólo me cabe decir que en alguna fecha del año 2004, en algún lugar de la espesa selva colombiana, tuve la invalorable oportunidad de compartir, durante quince días, la realidad de un campamento de las FARC-EP, ocasión en que le hice una entrevista a fondo al Comandante Raúl Reyes, a la sazón, uno de los siete integrantes del secretariado de esa organización. El resultado de ese trabajo fue publicado en una edición especial del semanario El Siglo, el 21 de diciembre de 2004, lo cual no debiera sorprender a nadie, puesto que utilizó los canales formales de distribución de la prensa en Chile, y agotó el tiraje de cinco mil ejemplares. Dado ese hecho; la pertinencia del tema, en el marco del proceso de negociación política en que están empeñados el Gobierno de Colombia y las FARC; la posibilidad de entregar información de primera mano, útil para entender la naturaleza del complejo conflicto armado de ese país, y la necesidad de taparle la boca a los que hacen gárgaras con la concepción de «terrorismo», la misma que no trepidaron en utilizar cuando sintieron amenazados sus intereses y privilegios, es que ponemos a disposición de nuestros lectores el contenido íntegro y textual de la edición especial de El Siglo que recogió ese trabajo en la selva, de la que no quedan ejemplares en su formato original.
- Capítulo 1: El Poder que Surge de la Selva Colombiana
- Capítulo 2: La Dialéctica de la Guerra y la Negociación
- Capítulo 3: ¿Y si las FARC Ganan la Guerra?
El Siglo en un campamento de las FARC-EP en su 40° aniversario (I):
El Poder que Emerge de la Selva Colombiana
- En extensa entrevista, el Comandante Raúl Reyes Suzarte, miembro del secretariado de las FARC, asegura que sus fuerzas están intactas y que se aproxima el momento de la victoria.
- En este capítulo, los principales hitos de los cuarenta años de historia de la guerrilla más antigua del mundo.
- Por qué las FARC no han podido ser derrotadas.
A poco más de un mes de haber cumplido la mitad de su período en el cargo, el gobierno de Alvaro Uribe va ganando la guerra…por más que eso sólo ocurra en los dominios del realismo mágico propio de los medios de comunicación colombianos.
De hecho, las versiones de esos dóciles medios, cuidadosamente filtradas por la censura oficial y la autocensura, configuran una de las dimensiones operativas del conflicto, de manera que no resulta extraño que publiciten victorias en batallas de las que no pueden o no quieren informar. O que el director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, César Caballero, haya sido obligado a renunciar, porque se le impidió difundir una encuesta con datos que comprometían la imagen del presidente Alvaro Uribe, la cual establecía que el 75% de los colombianos tiene aprehensiones sobre el manejo de la seguridad pública, el principal caballo de batalla de su gobierno.
Es cierto que apenas asumió el poder, el 7 de agosto de 2002, Uribe ordenó una ofensiva generalizada contra las guerrillas, particularmente contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP, lo que ha originado una de las fases más agudas de una confrontación que se prolonga ya por más de cuarenta años, la cual se ha traducido en un promedio de 12,8 combates diarios en el curso del año 2004, con un elevado número de bajas.
Pero de eso el pueblo colombiano casi no se entera. Antes bien, los medios lo bombardean e intoxican con contrainformación y propaganda bélica que lo induce a asumir a Uribe Vélez como el líder predestinado a “solucionar” por la fuerza de las armas el problema del “narcoterrorismo” colombiano, creencia por encima de la cual se está tejiendo una compleja maniobra enfilada a despejarle el camino constitucional a su reelección, el año 2006.
Partes de guerra
A modo de ejemplo, según la estadística del ejército, profusamente difundida por los medios, entre 2002 y 2004 habría dado de baja y/o capturado a cinco mil 342 guerrilleros de las FARC, es decir, alrededor del 30% de sus 18 mil efectivos, y a mil 416 del ELN, o sea, el 31,4% de su contingente.
Sin embargo, se trata de cifras sin ningún nivel de desagregación, prueba o confirmación por medios independientes, muchas veces referidas a población civil residente en áreas de conflicto pero sin vinculación directa con la guerrilla, y que además omiten cuidadosamente cualquier referencia a bajas propias.
De esa forma, no resulta sorprendente el desconcierto de los medios y la opinión pública colombiana, que sobreviene cuando las FARC asestan golpes militarmente contundentes, tales como el del puente sobre el río Villalobos, en el departamento de Santa Rosa, el pasado 1 de agosto, donde murieron trece militares y otros ocho resultaron heridos; o la emboscada de Riofrío, que costó la vida a nueve policías, tres días después.
Entonces, a los medios no les queda sino reconocer que “la muerte de los trece soldados supone uno de los más duros reveses para las fuerzas militares colombianas en los últimos meses, durante los cuales han multiplicado sus acciones ofensivas contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, especialmente”.
A la inversa y en virtud de la censura, esos mismos medios tienen prohibido difundir los partes de guerra de la “insurgencia”.
El balance militar de las FARC-EP establece:
“En el año 2003 las FARC combatieron en cuatro mil 447 oportunidades contra la fuerza pública y los paramilitares (promedio de 12.18 diarias), donde hubo cinco mil 291 muertos entre militares, policías y paramilitares y cuatro mil 701 heridos”.
A diferencia de la historia oficial, no oculta las bajas propias:
“En el año 2003 murieron en combate 542 guerrilleros y 77 milicianos, y fueron heridos 321 lo mismo que 13 milicianos, cifras que evidencian la dureza de la confrontación”.
Sobre los tres primeros meses de 2004, el parte de las FARC, agrega:
“Acciones militares, mil 152 (12, 8 diarias) que arrojan mil 373 muertos entre militares, policías y paramilitares y 818 heridos. De parte de las FARC hemos tenido 43 muertos y 29 heridos”.
El último parte difundido por las FARC, con el balance del mes de ocubre, señala de modo textual:
“Las FARC-EP somos objeto de la mayor agresión militar que registre la historia de este país, pero a su vez somos artífices de la más heroica e invencible resistencia guerrillera enfrentada por la oligarquía y su Estado criminal en el último medio siglo. El Bloque Oriental de las FARC-EP causó desde Arauca, donde impera la Operación Borrasca , al Caquetá, donde campea el Plan Patriota, siendo incompletos los datos, 238 bajas a las tropas oficiales durante el mes de octubre. Más bajas que las de cada mes anterior que fueron incluso superiores. La fanfarronería presidencial carece de argumentos y oculta esta grave verdad. Nuestra fortaleza reside en la justicia de la causa que defendemos, en nuestro arraigo en el corazón del pueblo colombiano y en la unidad y disciplina con las que durante cuarenta años hemos practicado invictos la táctica guerrillera móvil.”
El mismo parte reconoce 22 muertos y 9 heridos de fuerzas propias en el mismo período, antecedente que respalda la afirmación de que las FARC son objeto “de la mayor agresión militar que registre la historia del país”, y demuestra la intensidad de la actual fase del conflicto.
Factor de poder
Si en toda confrontación armada, las versiones de los bandos en conflicto hacen parte de la guerra misma, eso es aún más válido en el caso de Colombia, donde se desarrolla el más violento y frontal de los enfrentamientos, como es la confrontación de clases.
Pero un análisis objetivo de la evidencia empírica disponible, indica en primer lugar que ni las fuerzas militares del Estado están ganando la guerra, ni que el conflicto tiene, por ahora, solución militar.
La historia del conflicto colombiano muestra un comportamiento cíclico, en que la declinación de cada una de las ofensivas militares descargadas contra las FARC, es sucedida por un episodio de algún tipo de negociación.
En los hechos, por primera vez en su período y contrariando su posición inicial, el gobierno de Uribe inició una dinámica de negociación con las FARC, a propósito del intercambio humanitario de prisioneros.
Más allá del resultado, la mera respuesta al planteamiento de las FARC representa un punto de inflexión de las posiciones guerreristas a ultranza que había mantenido el gobierno de Uribe. Tanto es así, que el senador Germán Vargas Lleras, uno de los más connotados exponentes de los halcones de la guerra, planteó que el posible intercambio de prisioneros pone en peligro la reelección inmediata de Uribe: “no quisiera pensar que este cambio lo motivó una actitud que reflejaron unas encuestas. Si eso es así me parece terrible que la política de seguridad empiece a orientarse con condiciones de esa naturaleza. Confio que este sea un episodio aislado, pero si vamos a reversar toda la política de seguridad, todo este tema de la reelección para mí pierde sentido”.
Enseguida, las FARC constituyen hoy en Colombia un factor de poder del que no se puede prescindir, ni en la mesa de negociaciones ni en la intensificación de la confrontación militar.
Tercero, esto lo tiene tan claro el imperialismo, que sin su intervención a escala ampliada, primero con el Plan Colombia y luego con el Plan Patriota, el ejército colombiano estaría al borde de la derrota.
Pero, en lo fundamental, y a pesar de que enfrenta a un enemigo que lo supera en una proporción de diez a uno, tanto en hombres como en recursos bélicos, las FARC tienen claras oportunidades de lograr la victoria, a condición de que se produzca la confluencia entre la insurgencia levantada en armas y el movimiento popular no armado.
Precisamente, la existencia o no de condiciones para que ello ocurra, el tiempo que tarde, y el margen de maniobra de la cada vez más desembozada intervención del imperialismo norteamericano, constituyen las principales variables que pueden inclinar la balanza en una u otra dirección.
Viaje al corazón de la selva
Con la finalidad de obtener información de primera mano, en el terreno mismo, y en virtud de una invitación cursada por el secretariado de las FARC, el periodista que suscribe tuvo la oportunidad de compartir por dos semanas, la realidad del enfrentamiento y la vida cotidiana del campamento guerrillero del Comandante Raúl Reyes Suzarte, uno de los siete miembros del secretariado, en algún lugar de la espesa selva colombiana, sin que, por razones de seguridad de ese campamento, sea posible entregar mayores antecedentes de tiempo, geografía y circunstancia.
En una extensa entrevista, grabada durante tres días consecutivos, el camarada Raúl, como lo llaman sus tropas, se explayó detalladamente sobre la compleja realidad del conflicto colombiano y pudo entregar sin reservas ni reticencias, el punto de vista de las FARC.
Con el propósito de entregar un material de utilidad para el conocimiento, el análisis y la comprensión de un conflicto político y militar que puede tener decisivas repercusiones en las luchas antiimperialistas de los pueblos latinoamericanos, publicaremos en capítulos sucesivos de esta edición extra, el desarrollo completo de esa entrevista, en el mismo orden en que fue diseñada, vale decir, una progresión que parte con la reconstitución histórica de la guerrilla más antigua del mundo, sigue con el análisis de las circunstancias políticas y sociales del conflicto colombiano, y concluye con la revisión de la confrontación militar y sus proyecciones.
Origenes remotos
-Si queremos remontar a la prehistoria de FARC-EP ¿Hay que partir con el asesinato de José Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948, o antes?
“Desde antes, porque en Colombia siempre ha habido guerra. La historia enseña que desde el siglo antepasado, en Colombia ha habido 67 guerras civiles, entre liberales y conservadores, los partidos que han gobernado siempre . Han sido guerras entre facciones oligárquicas, por la tierra, por el poder, por el dominio. Son guerras que han dejado gran cantidad de muertes, pobreza en mucha gente y riquezas en pocas manos. Las FARC traen esos orígenes. La gesta libertaria de Simón Bolívar fue truncada por los santanderistas.
Francisco de Paula Santander se transformó en el enemigo de la gesta bolivariana. Después de obtenida la independencia frente a los españoles, Bolívar siguió su empeño en otros países y por eso no se ocupó mucho de los asuntos del Estado naciente. De ahí que delegó muchos poderes en Santander . Este, que era enemigo conceptual de Bolívar, desvirtuó su pensamiento. Para desgracia de todos nosotros, creó en Colombia un régimen contrapuesto al pensamiento bolivariano, antiimperialista, patriótico y de beneficio para el pueblo. Con ese criterio se constituyeron las instituciones, de cuño santanderista. Las Fuerzas Armadas tienen la concepción santanderista.
La oligarquía colombiana es santanderista, reaccionaria por esencia. Esa es la razón por la que en Colombia todavía no se ha hecho reforma agraria, ni haya posibilidades de que se haga mientras persista este régimen gobernante. Porque los grandes capitales han sido adquiridos gracias a esas políticas de intimidación, de explotación, de expropiación, del apoderamiento de las riquezas fundamentales, sobre la base de asesinatos, de desplazamientos forzados de la gente, de obligarla al exilio, de calumniarla, de no pagarle el trabajo, de obligar a los pequeños fincarios a vender sus tierras por lo que los grandes hacendados están dispuestos a pagar.
De lo contrario, los amenazan, los asesinan o los desaparecen. Sueltan los animales para que dañen sus cultivos, a fin de forzarlos a que les vendan o dejen abandonados sus bienes. Esto ha sido una constante. En la medida en que los partidos liberal y conservador se fueron consolidando como fuerzas rivales, venían las pugnas entre ellos. El partido conservador quería ser el que gobernara por varios años, y luego el partido liberal quería lograr lo mismo, y entonces se enfrascaron en guerras terribles . Hay un libro muy conocido, llamado La Violencia en Colombia, de Germán Guzmán, que señala que en aquella época de la violencia, entre 1948 y 1953, luego del asesinato de Gaitán, hubo más de trescientos mil colombianos muertos, sin contar la cantidad de viudas y huérfanos, y la destrucción total, porque había una guerra a muerte entre el pueblo liberal y el pueblo conservador, pero influido y cumpliendo órdenes de la oligarquía.
Los oligarcas, tanto liberales como conservadores, seguían siendo grandes amigos, compartían sus tertulias en las cafeterías, en las embajadas, en los clubes sociales, mientras ponían al pueblo a pelear . Los jefes liberales y conservadores inviertieron dinero para la guerra, para que el pueblo se enfrentara en las calles y en los campos. Entonces, llegaban las bandas de conservadores, que en ese tiempo estaban en el gobierno, junto a la policía, y asesinaban familias completas, solo por el hecho de ser liberales”.
-¿Esos eran los “pájaros”, antecesores de los actuales paramilitares?
“Exacto. De ahí viene la historia de los “pajaros” y los “chulavitas”, como también se les conocía. Llegaban y asesinaban, y ese es el origen de los paramilitares. A su turno, los liberales organizaron bandas a sueldo, con dinero de la oligarquía liberal, para enfrentarse a las bandas de los conservadores, que estaban apoyadas por el gobierno, el ejército y la policía.
Las primeras guerrilas que surgieron en Colombia las organizaron los liberales. De esas guerrilas surgieron líderes guerrilleros hoy en las FARC, como nuestro mismo comandante, el camarada Manuel Marulanda Vélez”.
-¿Tenían esas guerrillas, básicamente, una concepción de autodefensa?.
“Inicialmente fueron guerrillas liberales que se organizaron como tales para defender su vida de los asesinatos que perpetraban el ejército y la policía en nombre del partido conservador”.
Hipocrecía y violencia
-¿Quiénes eran los líderes más caracterizados de la época, y por qué cree que asesinan a Gaitán?.
“En el partido conservador estaban Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez y Roberto Urdaneta Arbelaez, todos ex-presidentes de la República. Entre los liberales estaban Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo, los Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, hasta que lo matan, el año 1948 .
Gaitán era un liberal progresista, que tuvo la visión de que había que combatir a la oligarquía y desarrollar la parte social. Formuló una dura crítica a la oligarquía, tanto la de su propio partido, como del partido conservador, y por eso se transformó en una persona incómoda para los intereses de esa oligarquía. De ahí que lo mandaron asesinar. Hasta hoy, después de más de cincuenta años de su asesinato, no se tiene noticias de los asesinos . Es un asesinato impune, que parece no tener responsables.
Pero fíjese que eso es una constante en Colombia. Cuando asesinan al mariscal Antonio José de Sucre, hasta hoy nadie da razón de quién lo asesinó, a pesar de que era el hombra más cercano a Bolívar, y que podía ser su sucesor.
Así pasó con Gaitán, y si seguimos en ese tema, podemos llegar a lo que ocurrió con los dirigentes de Unión Patriótica, cuando asesinan a Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo, candidatos a la presidencia de la República, a varios senadores, como Manuel Cepeda Vargas, Pedro Nel Jiménez y muchos otros, entre ellos varios diputados y representantes a las asambleas, dirigentes populares, dirigentes del partido Comunista, dirigentes indígenas, dirigentes sindicales y religiosos, por el sólo hecho de pertenecer a Unión Patriótica.
Fue una orgía de sangre de la izquierda colombiana, a cuenta de la oligarquía en su modalidad de terrorismo de Estado, que en Colombia no es otra cosa que lo que se conoce en todo el continente, vale decir la doctrina de la Seguridad Nacional o guerra interna, en cumplimiento de las políticas estadounidenses.
Luego del asesinato de Gaitán, se agudizaron las contradicciones entre las jefaturas liberales y conservadoras, y es entonces cuando los liberales arman sus guerrilas. También es cuando los comunistas, partido que nace el 17 de julio de 1930, empiezan a organizar autodefensa de masas, organizaciones de campesinos y pobladores que en diversas regiones montaban vigilancias para evitar que llegaran y los asesinaran . Podían observar si llegaba gente extraña o armada, a robarlos y a provocarlos, y ejercían un control sobre sus bienes y su integridad. Con el tiempo, esta gente fue recibiendo instrucción militar.
El partido mismo emprendió esa tarea de mostrar que era necesario prepararse más para su defensa y se constituyeron lo que se llamó autodefensas de masas, con la orientación del partido. Entonces, cuando se enfrentan en guerra muerte las bandas paramilitares conservadoras y las guerrillas liberales, también estaban las autodefensas del partido.
Después viene la amnistía, dictada por Gustavo Rojas Pinilla, en 1953, que buscaba desarmar a toda la gente que ellos mismos habían armado como Estado, porque comprendieron que la situación se les estaba escapando de control, y que la gente empezaba a actuar por su cuenta.
Llegaba un grupo de la gerrilla liberal donde había conservadores, y acababan con todo. Después llegaba la policía o el ejército a las casas de familias liberales, y quemaban las casas, asesinaban a mujeres y niños, e incendiaban pueblos completos. Cuando los oligarcas liberales y conservadores se dan cuenta de esa situación, deciden ofrecer una amnistía”.
Movimiento campesino
-Entiendo que el autor de esa amnistía fue el general Gustavo Rojas Pinilla, quién derrocó al presidente Roberto Urdaneta, en junio de 1953. Sin embargo, las guerrillas que después se convertirían en las FARC, se negaron a aceptarla. ¿Eso es correcto?
“Exacto. En el país había esa cantidad de muertos y heridos causados por la confrontación, y entonces como hoy, la oligarquía bebía del mismo manantial . Entonces deciden llamar a la amnistía a todos los que ellos habían alzado en armas. Ahí aparece un personaje muy conocido, un líder guerrilero de esa época, Dumar Aljures, que entrega más de 3.500 guerrileros liberales con sus armas. Pero como la traición ha sido la constante y la forma de gobierno en Colombia, se hace gran bombo de la sapiencia de este hombre que ha sido capaz de volver a la institucionalidad y creer en la democracia burguesa y todo eso. Pero a los pocos días lo matan en el año 1953, y hasta hoy nadie sabe quién lo asesinó.
Otros guerrilleros liberales, como Manuel Marulanda y Joselo Losada, y guerrilleros comunistas, como Isauro Yosa y Jacobo Prías, consideran que eso es muy peligroso, y no aceptan entregar sus armas. Ellos no estaban combatiendo, pero las guardaron a la espera de ver si la amnistía era funcional y si era un proceso serio.
El partido tenía un trabajo bastante adelantado sobre Marulanda, un joven liberal pero con tendencias de izquierda, que empezó a ver en los comunistas una opción ideológica distinta a la de su partido, en cuanto organización y sentido de clase. Veía que los comunistas prohibían afectar con sus acciones a la población civil, que tenían un programa de gobierno y que planteaban temas de fondo, como combatir la oligarquía.
Con él se van varios de los que combatieron como liberales a Marquetalia, una región campesina. Llegan a fundar sus primeras parcelas, pero organizados y dirigidos por Marulanda. Organizan sus fincas, se ponen a tumbar monte y a sembrar plátano, yuca y maíz, a criar animales, construyen escuelas para educar a sus hijos, pero de una manera organizada, con autodefensa y vigilancia sobre todo el área . Sus jefes eran Manuel Marulanda y Jacobo Prías Alape, conocido como “Charro Negro”, a quien asesinan en Gaitania, Tolima, el año 1960.
En esa época, Marulanda se pone a trabajar con el gobierno. Lo nombran en Caminos Vecinales, la institución que en Colombia se encarga de arreglar carreteras y puentes, porque él sabe mucho de esas cosas. Prías Alape sigue en el trabajo organizativo, visitando la gente, porque era un cuadro del Comité Central del partido. Entonces la reacción decide asesinarlo. Eso fue como un chispazo, porque Marulanda y los otros dicen, pues ya empezaron con el camarada Prías Alape y mañana lo van a hacer con nosotros.
Incluso un militar reconoció que se equivocaron, pues al que había que matar era a Marulanda, a quién consideraban mucho más peligroso que Prías Alape. Ante eso, ellos deciden empezar de nuevo con el entrenamiento militar y prepararse para la defensa. Ellos le estaban pidiendo al gobierno que les diera recursos para construir puentes, escuelas, puestos de salud y mercadeo para sus productos. No era más lo que pedían, y luego de la muerte del camarada Jacobo Prías, exigieron que el Estado les respondiera por su muerte, que no tenía ninguna justificación. A él no lo capturaron peleando con nadie, sino que lo matan por el hecho de ser comunista. El gobierno nunca dio respuesta, ni por la muerte de Prías Alape ni por las exigencias de orden social”
Ataque a Marquetalia
-¿Fue durante el gobierno de Guillermo León Valencia cuando se produce el ataque a Marquetalia?
“Exacto. El gobierno de León Valencia no dió respuesta a las demandas del movimiento campesino de Marquetalia. Encima, vino la campaña en el Parlamento, liderada por el senador Alvaro Gómez Hurtado, quién decía que allí se había establecido una república independiente que el Estado no podía permitir porque se salía de su control, y que eso era muy peligroso porque en Colombia no se podía aceptar una nueva Cuba.
Los gringos apoyaron esa tesis de ultraderecha y financiaron la operación militar contra Marquetalia, el año 1964. Allí no había más que gente trabajando la tierra y defendiendo sus vidas y la de su familia, nada más, aunque, claro, estaban organizados para defenderse. El partido había organizado otras regiones similares, como Ríochiquito, en el departamento del Cauca, liderada por el camarada Ciro Trujillo; en El Pato, departamento de Caquetá, en el Guayabero y en Sumapaz.
Eran regiones que favorecían la producción agropecuaria. Las familias entraban a esas regiones, tumbaban monte y se ponían a cultivar la tierra. Entonces, cuando ya se tenía la evidencia de que Marquetalia iba a ser atacada, hubo cantidad de pronunciamientos públicos. Se dirigieron a parlamentos europeos, a las Naciones Unidas y a distintos organismos internacionales, explicando que los campesinos de la región sólo exigían la aclaración del crimen de Prías Alape, que les dieran recursos para resolver sus problemas y que no eran una amenaza para Colombia ni para nadie .
Pero la embajada norteamericana, a través del Plan Laso, ordenó atacarlos porque no se podía permitir que en Colombia fuera a darse el germen de una segunda revolución cubana. Entonces vino un bombardeo violento contra esos campesinos, que no eran más que 46 hombres y dos mujeres, dirigidos por Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, un integrante del Comité Central del partido, que al ver lo que iba a ocurrir con esas regiones campesinas, decidió irse, en solidaridad con ellos. Al llegar allá, decidió quedarse como guerrillero, combatiendo al lado de los campesinos. Marulanda y Jacobo Arenas se convierten en los líderes visibles de la resistencia.
El 27 de mayo de 1964 se produce el primer combate en La Suiza. Esa fecha se toma como la de fundación de las FARC. Hubo bombardeos en los que participa aviación gringa, los combates se prolongan varias semanas. Se producen muchas bajas enemigas. Isaías Pardo muere combatiendo en el cañón del San Miguel.
El 20 de julio, reunidos en asamblea, los combatientes de Marquetalia, proclaman el Programa Agrario de los Guerrilleros, que en uno de sus párrafos decía: «obligados por las circunstancias, nos tocó buscar la otra vía: la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder”. El ejército colombiano y los gringos calcularon quen en dos semanas acabarían con ese foco, de unas pocos guerrilleros, mal armados y sin experiencia.
Pero pasaron dos meses y no lograron el éxito, porque la operación no consiguió el objetivo de acabarlos. Las tropas recibieron golpes contundentes de muertos, heridos y pérdida de armas. La guerrilla aplicó la concepción del Che Guevara, de morder, huir y prepararse para volver a morder y volver a huir. Se mantuvo en ese lineamiento y sufrió muy pocas bajas. Entonces a partir de ahí decidió convertirse en una organización guerrilera que debía luchar por los intereses ya no sólo de los marquetalianos, sino de los campesinos de Colombia. Luego empezó a expandirse por varias regiones, y por eso hoy, después de cuarenta años, las FARC están en todo el territorio nacional, a lo largo y ancho de toda su geografía, y es un ejército que está luchando no sólo por los intereses de los campesinos, sino de todo el pueblo colombiano, y por la conquista del poder político”.
Del Bloque Sur a la fundación de las FARC
-Entiendo que antes del 27 de mayo de 1964 y el ataque a Marquetalia, la organización guerrillera se llamaba Bloque Sur. ¿Eso es correcto?.
“Sí, desde el año 1960 venía dándose el embrión de la organización guerrillera. El año 1964, después de la operación contra Marquetalia, realizan la Segunda Conferencia, constitutiva de las FARC, que antes se llamaba Bloque Sur. Entonces, deciden fortalecer el trabajo en otras partes y trasladar unidades guerrilleras a otros lugares, para crecer y defenderse del enemigo de clase. Empiezan a manejar una concepción científica de la lucha contra la oligarquía y de la lucha por el poder. Así las FARC van creciendo y se convierten en la fuerza que es hoy”.
-Aparte del grupo de Marquetalia ¿qué otras fuerzas contribuyen al nacimiento de las FARC?
“Una vez producido el ataque a Marquetalia, viene la solidaridad de las guerrillas de Sumapaz, de Ríochiquito, de El Pato y Guayabero. Cuando las fuerzas de Marulanda salen de Marquetalia, se van a El Pato y Guayabero, donde estaba el comandante Richard. Otros se van para Sumapaz, en una región que se llama Viotá. Otros se van hacia El Quindío. Se ubican en distintos lugares, pero con planes ya definidos, de empezar a reclutar más gente, de crecer como fuerza, y de explicarle a la población las razones de su lucha.
En ese tiempo tenían mucha solidaridad y apoyo, y estaban muy inspirados en la revolución cubana. Desde luego, la incidencia de la revolución cubana en la creación, surgimiento y desarrollo de las FARC ha sido muy importante, porque ha sido un factor de estímulo y de ejemplo de que las luchas se pueden adelantar en la medida en que haya de parte de los pueblos voluntad de hacerlo . Pero eso es lo que los enemigos de clase, sobretodo los gringos, han querido bajo cualquier circunstancia evitar. Que se vuelva a dar en el continente una nueva Cuba, una nueva revolución socialista, que rompa con el esquema de capitalismo imperante en la región”.
Historia en cuatro etapas
-Han mediado cuarenta años ente el momento que usted describe y el presente. ¿Qué etapas destacaría usted, dentro de ese extenso período de tiempo?
“Nosotros tenemos definidas cuatro etapas. La primera es la agresión contra la región de Marquetalia, cuando surgen las FARC en su etapa embrionaria. De allí salen victoriosas, en la medida en que sus cuadros se mantienen, elaboran nuevos planes y se nutren de concepciones de lucha económica, política y social para beneficio del pueblo. Y luego, sin abandonar las propuestas de diálogo, que siempre las ha tenido y las mantendrá durante toda su lucha política, se ubica en la región del Duda, en el departamento de El Meta, lo que se conoce como Casa Verde. En este período se realizan desde la Segunda a la Séptima Conferencias y se consolida la organización de las FARC, sobre la base de la constitución de frentes. La segunda Conferencia, en 1966, definió la estrategia, es decir, la toma del poder, la táctica, la de guerrillas móviles, y el programa, que se denominó programa agrario. La Séptima Conferencia, en 1982, replanteó el accionar militar y se constituyó como FARC-EP, es decir, FARC Ejército del Pueblo. Para entonces, ya tenía alrededor de 27 frentes.
La segunda etapa se inicia en 1984, cuando se firman, con el presidente Belisario Betancur, los acuerdos de La Uribe. Con esos acuerdos logran las FARC salir a la opinión pública, conocidas como una organización revolucionaria que está luchando por el poder y que tiene propuestas políticas. En esos años de guerra en muchas oportunidades dijeron que a Manuel Marulanda lo habían asesinado. Después, viene una nueva intensificación del conflicto armado, que atraviesa por las presidencias de Virgilio Barco, César Gaviría y Ernesto Samper, hasta que sobreviene un nuevo período de diálogo, con Andrés Pastrana, proceso que se interrupe en 2002 y desemboca en una nueva agudización del enfrentamiento militar, como la que lleva adelante el connotado representante del narcotráfico y el paramilitarismo, Alvaro Uribe Vélez, y pues, aquí estamos”.
Organización y consolidación
-Antes de pasar a la segunda etapa, quisiera que se detuviera en la primera, en la medida en que se trata de un período de veinte años, cuando se los tildaba de simples bandoleros. ¿Cuál era la actividad principal de las FARC en ese tiempo?
“Claro, se hablaba de bandoleros y como le digo, la prensa decía que a Marulanda lo habían matado cantidad de veces. Entonces para los diálogos de La Uribe, mucha gente quería verlo y tocarlo para comprobar que estaba vivo. Por él han ofrecían ofrecían cincuenta mil pesos para que lo denunciaran y lo entregaran vivo o muerto. Por eso no es nuevo que hoy ofrezcan dinero por los jefes revolucionarios. Siempre lo han hecho. Pero, bueno, en los primeros tiempos, FARC se desplazaba por el territorio y se organizaba. Estaba en un trabajo de consolidación de áreas, conocimiento de territorio, reclutamiento de unidades, formación de cuadros, organizando las escuelas, penetrando distintas áreas. Entonces, lo principal era trabajo de consolidación”.
-¿Había combates armados?
“Sí, claro. Lo que pasaba era que faltaban muchas armas. Entonces, los combates armados no tenían mucha contundencia y lo que se hacía era recuperar armamento . Pero ese armamento no alcanzaba para suplir las necesidades de la gente que ingresaba ni los fusiles que se dañaban por el uso. La toma del poblado de Inzá, en el departamento del Cauca, en la que participaron 145 guerrilleros, fue la primera acción militar de las FARC. Eso ocurrió en marzo de 1965, y a fines de ese año se organiza la Primera Conferencia del Bloque Sur en Río Chiquito, con la presencia de 100 combatientes. Esta conferencia consideró de “una extraordinaria importancia la iniciativa de unificar nuestras fuerzas dentro de bloques geográficos determinados”. En ese trabajo las FARC siguió creciendo y asientó su dirección en Casa Verde, en la región del río Duda. Es un trabajo lento, que tomó mucho tiempo. En esa primera etapa, hasta los diálogos de La Uribe, se suceden cinco conferencias”.
Conferencias
¿Puede hacer un suscinto recuento del desarrollo de esas conferencias?
“Como no. En la Segunda Conferencia, a fines de 1966, participan 250 combatientes y quedan planteados los lineamientos que encauzarían al movimiento hacia una mayor organización de masas, educación, propaganda y finanzas. En esta Conferencia queda planteada la necesidad de crear una distribución de fuerzas en áreas determinadas. Se formó un comando a cargo de Ciro Trujillo, otro a cargo de Joselo Lozada, un tercero a cargo de Carmelo López. Ahí también tendría su espacio otro que luego se convertiría en un traidor, “Cartagena”, y finalmente otro al mando de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas.
Ahí sucedió un hecho importante. Ciro Trujillo convocó a todos los destacamentos, excepto los de Joselo y Marulanda, para que concentraran todas sus fuerzas en el Quindío, pero fueron detectados por el ejército que propinó un durisimo golpe a la organización. Se perdieron varias vidas y el 70 por ciento del armamento. Ciro Trujillo fue un valeroso cuadro guerrillero pero no tuvo una visión clara de la táctica de guerrillas móviles. Este hecho tan lamentable contribuyó para no volver a repetir errores, con lo cual el crecimiento se convirtió en una constante.
Se suceden después la Tercera Conferencia, en 1968 y la Cuarta Conferencia, en 1970, donde se hace un balance de lo acontecido, se diseñan nuevas tácticas de lucha y se constituye una escuela nacional de formación ideológica para el estudio de la “guerra preventiva” y de la guerra del pueblo. Se estudia como crear el espacio para construir el futuro desenvolvimiento de los cuadros y las nuevas áreas de lucha manteniendo las anteriores y se reajustó el Estado Mayor y todos los mandos. De estas conferencias salen nuevos planes militares. Luego viene la Quinta Conferencia, en 1974.
Se hace un nuevo balance a partir de condiciones nuevas y se reforzó el contenido político del proyecto, que contribuiría a dar un salto de calidad al movimiento. Refiriéndose a la crisis generada por el error de Ciro Trujillo, Marulanda dice: «ahora sí calculo que nos hemos repuesto de esa terrible enfermedad que casi nos aniquila a todos». Se propone la ampliación de la Fuerza Guerrillera hasta convertirla en un ejército revolucionario.
La Sexta Conferencia se realizó entre el 18 y el 26 de enero de 1978. Participaron delegados de los seis frentes que teníamos entonces, con unos mil hombres en armas y unos 120 mandos. En esta conferencia surge la concepción de formar un Ejército Revolucionario. Ya estaban encaminados los proyectos de estatuto, un reglamento de régimen disciplinario y las normas de Comando que habrían de regir la vida de las FARC.
Hubo también en esta conferencia un balance general del trabajo de la organización guerrillera, de su organización política y de masas. Se plantea pasar, en áreas guerrilleras, a la estructuración clandestina de la organización política para preservarla del enemigo. Se crean los Estados Mayores de Frente, y con una concepción nueva se crea el Secretariado del Estado Mayor Central, que venía funcionando desde el Pleno del Estado Mayor de enero de 1973. Se trazan los lineamientos generales de un Plan Nacional Militar que luego el Secretariado concretó en planes para Frentes.
La Séptima Conferencia, una de las más importantes de la historia de FARC, se llevó a cabo desde el 4 al 14 de mayo de 1982. Ahí se plantea la necesidad de transformar las FARC en un movimiento ofensivo, que ya no debía esperar el ataque enemigo sino que buscarlo con el fin de atacarlo y golpearlo. Si el ejército huía, la guerrilla volvería a atacar pues ya se planteaba la ofensiva de comandos móviles. Se planteó la lucha desde otros términos. Esta lucha de clases no se dio antes, lo cual producía un salto cualitativo que convertía al accionar en una estrategia con un carácter profundamente político. Los problemas del pueblo no estaban resueltos sino que cada día se agudizaban mas, lo cual provocaba la resistencia de los sectores más empobrecidos. Estos elementos brindaron perfiles nuevos a la lucha.
Sucedió a esta Conferencia un plenario ampliado del Estado Mayor Central, el más extenso de los realizados. Fueron catorce días, en octubre de 1983, de intensa discusión, análisis y conclusiones, con presencia de los jefes de los 27 frentes existentes hasta el momento y otros cuadros del movimiento. Una de las materias que se analizó fue precisamente un informe sobre el cese al fuego, tregua y paz, materia que ya se estaba discutiendo con el Presidente Belisario Betancur, un político conservador, pero que había llegado a la conclusión de que la única salida para el conflicto colombiano era la negociación. De hecho, su primera medida al llegar al gobierno fue derogar el Estado de Seguridad, de Turbay Ayala, y decretar una Ley General de Amnistía”.
Diálogo y tregua precaria
-¿Cuál fue el resultado de esos diálogos, tomando en cuenta que no produjeron ningún cambio en la estructura política del país?
“Bueno, se inician esos diálogos, y se sale a la luz pública mostrando propuestas sociales, económicas y estructurales para el Estado, como única condición para la paz. Como consecuencia de los diálogos de La Uribe surge la Unión Patriótica. Sucedió que en los acuerdos de La Uribe nosotros decimos, lo que se ve en Colombia es que la gente no quiere seguir siendo ni liberal ni conservadora, el pueblo quiere una opción distinta.
Entonces producto de esos acuerdos se creó la Unión Patriótica, un movimiento político amplio, pluralista, que permitía que se metieran ahí revolucionarios y sectores progresistas o independientes que se desprendieran de los partidos gobernantes y que quisieran trabajar por una Colombia distinta a la que tenemos hoy. Esa propuesta tuvo mucha aceptación, fue muy bien vista, porque se intuía que ahí se podían vincular todos los guerrilleros que se desmovilizaran según el cumplimiento de los acuerdos. El partido comunista de Colombia se metió entero dentro de la Unión Patriótica, así como varios sectores sindicalistas, populares y sociales de tendencias progresistas. Entonces, en sólo seis meses de campaña política la Unión Patriótica logró más de veinte escaños en el Congreso Nacional. Llegó a constituirse en la tercera fuerza política del país. Mientras eso ocurría, seguíamos en la mesa de diálogo, conversando con el gobierno”.
¿Esas conversaciones se daban en medio de un estado de tregua?
“Sí, estábamos en tregua. El año 1984, por acuerdo entre las FARC y el gobierno, se convino un cese bilateral del fuego. El gobierno de Belisario Betancur le ordenó a todas sus tropas y sus fuerzas de seguridad a nivel nacional suspender todo tipo de acciones ofensivas contra las FARC. El comandante Manuel Marulanda ordenó suspender todo tipo de acciones ofensivas contra la fuerza pública, en todo el país. Fue un hecho político de suma importancia, porque fue el reconocimiento a las FARC como fuerza beligerante”.
¿Esa fue la primera vez que el Estado reconoce a las FARC como fuerza beligerante?.
Sí, y eso tuvo muchas opiniones a favor. Se lo vió como un gesto político muy importante. Ese acuerdo decía en uno de sus párrafos que si las dos partes lo consideraban conveniente, prorrogaban la tregua el tiempo que fuera necesario. Se nombró una Comisión Nacional de Verificación para que dilucidara si había violación de los acuerdos. Pero el hecho es que las fuerzas militares no cumplieron. Siguieron en todas partes violando la tregua, asesinando guerrilleros en cualquier parte donde los conseguían.
Hubo un hecho elocuente. En Antioquia, en una región que se llama Chibordó, estando los guerrileros en el trabajo de organizar la Unión Patriótica, fueron sorprendidos por la tropa y asesinados. Veintidós fueron asesinados. Ellos, confiados en la tregua, estaban reunidos con campesinos. A raíz de eso, los frentes 14 y 15 del Caquetá realizaron una operación en repudio de ese asesinato.
Asaltaron una unidad, con 32 militares muertos, y les quitaron las armas. Vino el reclamo airado del gobierno en la mesa, que por qué había ocurrido eso, y no sé qué y no sé cuánto. Entonces nosotros dijimos, esto implica que la Comisión de Verificación tiene que operar, porque ustedes no están cumpliendo y la respuesta es ésta; la guerrilla está comprometida en un cese bilateral del fuego pero ustedes no están cumpliendo. Como es normal, ellos reclamaron, se pusieron muy enojados y dijeron que eso ponía en peligro el proceso. Pero en cambio no ponía en peligro el proceso la muerte de 22 guerrilleros. Así se fueron dando distintos hechos en todo el país, de violación de los acuerdos, donde había muertos, encarcelados, y la Comisión de Verificación se limitaba a constatar que eso era cierto y no más, porque en esa comisión no había nadie de nosotros, era toda gente del gobierno. Decían, sí, que pena, hubo violación, incumplieron, que esto y lo de más allá, pero nada más. Por otro lado, se organizaron grupos paramilitares, llamados tiznados o menudos, que empezaron una acción deliberada para acabar con Unión Patriótica”.
La masacre de Unión Patriótica
-¿Quienes son los responsables de esos asesinatos, que según entiendo, llegaron a la estremecedora cifra de cinco mil?
“Pues, las fuerzas de seguridad del Estado. Como política estatal, de guerra sucia, se entregaron a la tarea de asesinar a la dirigencia comunista que estaba dentro de Unión Patriótica, a sus candidatos presidenciales y a todo aquel que consideraban amigo del proceso de paz. Masacraron cerca de cinco mil personas, sólo por el hecho de pertenecer a la Unión Patriótica. Todavía el Estado no da razón de quién los asesinó. Dicen no saber, pero eso corresponde a la política estatal paramilitar. Son las fuerzas de seguridad del Estado, el ejército, la policía, el DAS, la Fiscalía, que a nombre de los paramilitares asesinan a la oposición en Colombia. Esa es la razón para que no los encuentren. Cómo los van a conseguir si son ellos mismos. Los paramilitares están en las brigadas, en las divisiones, en los puestos de policía. Son los mismos terratenientes, latifundistas y congresistas. No todos, pero una buena parte. Están bañados de sangre por esos crímenes. La masacre continúa. El último informe de la Corporación para la Defensa de los Derechos Humanos, presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, denuncia que entre los meses de febrero y septiembre de este año, se presentaron en Colombia 139 casos de violación de derechos humanos contra sobrevivientes de la Unión Patriótica, con la ejecución extrajudicial de 21 de ellos”.
¿Qué tipo de vinculación había entre las FARC y Unión Patriótica?
“Las FARC hicieron la propuesta política de crear la Unión Patriótica. Eso se hace en una reunión con el gobierno, en la mesa de diálogos, y FARC designa cuadros guerrilleros para que vayan a ser líderes de Unión Patriótica, y organizarla. Entre ellos estaban Iván Márquez, hoy miembro del secretariado, que llegó a ser representante en la Cámara, Braulio Herrera, que ya no está en la organización, que también llegó a ser representante a la Cámara, y varios otros cuadros que los teníamos en ese trabajo de la Unión Patriótica, construyendo la organización. A ellos se les dió un plan de trabajo, de organización, que se cumplió con mucho éxito. La Unión Patriótica llegó en corto tiempo a transformarse en la tercera fuera política del país. Una vez que conocimos los planes para asesinarlos a todos ellos, la dirección del movimiento ordenó que se reintegraran a las filas. Por eso ninguno murió allá. Pero la gente del partido Comunista legal y de otras organizaciones, del movimiento sindical, no se vino para acá, porque no era guerrilleros. A la mayoría los mataron allá, y otros están en el exilio ”.
-¿Ellos tenían forma de hacer algo distinto? ¿Pudieron evadir la matanza?
“Es que a veces se cae en el legalismo. Se maneja la esperanza de que por fin se van a abrir espacios. A veces se olvida la concepción de clases que tiene el enemigo, que busca por cualquier medio acabar con sus opositores, por medio de la fuerza. Algunos sectores progresistas y comunistas consideraban que el enemigo no iba a proceder como lo hizo, y entonces no tomaron medidas suficientes, no usaron formas de protección, sino que se mantuvieron allá, y el resultado lamentable es de cinco mil muertos de Unión Patriótica, entre ellos connotados dirigentes populares, periodistas, académicos, cuadros de la juventud, mujeres, indígenas, religiosos. El Estado no responde por esos muertos”.
-En el caso de Chile, hubo una sostenida condena internacional por las violaciones de los derechos humanos ¿Por qué no ocurrió lo mismo en Colombia?
“Lo que pasa es que en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, donde hubo esas dictaduras militares sanguinarias, se conocieron como tales; la comunidad internacional se horrorizó y lo que uno espera como revolucionario es que nunca más eso vuelva a afectar a esos pueblos hermanos . Pero acá en Colombia no ha habido eso. La clase gobernante colombiana no ha necesitado de esas dictaduras brutales tipo Pinochet y demás, porque los gobiernos con máscara civil han hecho el trabajo de las dictaduras militares de los países del cono sur. Vea usted que en el gobierno liberal de Julio César Turbay Ayala, entre 1978 y 1982, al amparo del Estatuto de Seguridad, que era igual al Estatuto Antiterrorista de hoy, asesinaron a medio mundo, desaparecieron, torturaron, exiliaron, todo eso. Entonces era una dictadura igual que la que estaban padeciendo los chilenos con Pinochet. En Colombia no han aparecido dictaduras abiertas, encabezadas por los militares, porque los militares se cubren con los jefes políticos, que tienen la misma concepción y que les dan todas las posibiliades para que cometan estos crímenes con total impunidad. En Colombia, las fuerzas militares tienen plena autonomía en la conducción de la guerra, y no están, bajo ningún concepto, subordinadas al poder político”.
Fracaso del diálogo
-Retomando el hilo del relato histórico, tenemos que la tregua no se cumple ¿Qué sigue allí?.
“Hay que decir que las FARC hicieron grandes esfuerzos y aportes para mantener ese proceso. A pesar de toda esa situación, las FARC ofreció ceses unilaterales de alto al fuego. Claro, algunos sectores lo saludaron y lo vieron muy bueno, en cuanto a mostrar una verdadera voluntad hacia la paz, pero los sectores más reaccionarios lo vieron como debilidad, y lo consideraron como una oportunidad para acabar con las FARC, que según ellos, estaba cansada de la lucha, estaba debilitada y estaba abandonando los ideales revolucionarios del pueblo. En eso pasa todo el gobierno de Belisario Betancur. Los acuerdos de La Uribe no se cumplen, porque tenían que ver con reformas políticas, sociales, económicas y estructurales en beneficio del pueblo, y porque al presidente se le paran muy firme los enemigos de la paz; empezando por los militares; le sabotean su programa de gobierno y lo obligan a mantenerse en un estado de inmovilismo en cuanto al proceso de paz. Entonces nos limitamos a hacer una cantidad de reuniones donde fue muchísima gente a hablar con nosotros en Casa Verde, pero no se vió nada de los acuerdos.
El Congreso no aprobó nada, los militares lo saboteaban todo, y seguían las operaciones militares contra nuestros frentes. Los militares estaban muy enojados con Belisario Betancur y decían que le estaba entregando el poder a la guerrilla, y todo eso, cosa que no era cierta. Belisario Betancur era un presidente que creyó que la salida tenía que ser dialogada, con una visión muy respetable, porque la verdad es que en esa época se habría podido evitar lo que tenemos hoy.
En Marquetalia, la clase gobernante colombiana hubiera podido evitar la guerra, explicando por qué asesinaron al camarada Charro Negro y dándole a los campesinos lo que ellos pedían para resolver las necesidades de su región, y garantizándole seguridad para sus vidas . Pero no lo hicieron, y vea usted los resultados. Y luego eso se repite con los acuerdos de La Uribe. Si el gobierno cumple con los acuerdos que firmamos en La Uribe y no asesinan a la Unión Patriórica, y se toman medidas serias de castigo contra las bandas paramilitares, seguramente en aquella época, veinte años atrás, hubiéramos podido evitar miles de muertos en Colombia, y la situación de confrontación abierta que tenemos hoy. Pero la clase gobernante colombiana siempre ha tenido el sueño de acabar la guerrilla por la vía de la fuerza y no lo va a lograr. Ya cumplimos cuarenta años y las FARC sigue creciendo, son una alternativa de poder, son un Ejército que está luchando por el poder. Nada ni nadie va a evitar el triunfo revolucionarios de las FARC”.
-En esa época, mediados de la de´cada de los 80, las FARC eran más o menos la mitad de lo que son hoy ¿no?.
“Menos. Las FARC en los 80 era la cuarta parte de lo que es hoy. No sólo en hombres en armas sino en trabajo político, en presencia nacional, en presencia internacional, en desarrollo de su misma organización. Pero tenía desde siempre una idea clara de lo que quiere, que es bienestar para el pueblo, que es una Colombia donde quepan las mayorías nacionales, y todo eso dentro de la concepción bolivariana, que es construir un estado benefactor para los intereses de los sectores desposeidos . Lo que hay que recalcar aquí es que la burguesía colombiana se mantiene obsesionada en que debe acabar a la guerrilla de las FARC para que, sin que nadie los moleste, acabar de expoliar la riqueza de nuestro país y entregar lo poco que quede al imperialismo de los yanquis”.
-Desde el punto de vista de ellos, es lógico. ¿no?. Las FARC son el obstáculo a abatir. Constituyen el adversario que les está disputando el poder de manera frontal….
“Sí, pero su gran equivocación es que no lo van a lograr, porque los elementos generadores de la confrontación, de tipo económico, de tipo social, de tipo estructural, cada vez crecen. En la medida en que estos elementos crecen, la confrontación es mayor, porque el pueblo crece en necesidades y entiende que la única forma es resistir contra el hambre, la pobreza, la impunidad; resistir contra la corrupción, resistir por la dignidad, por la defensa de nuestra soberanía y nuestra independencia”.
-Las situación es equivalente a la de otros países de Latinoamérica, donde no hay, sin embargo, una columna vertebral de resistencia, como la que representan las FARC. Por eso decía que al sistema no le queda otra opción que combatirla hasta el final. Ningún sistema admite la dualidad de poder.
“Sí, claro. Cada pueblo tiene su historia, sus líderes y sus formas de desarrollar los procesos. Lo de Colombia es sui generis y esa es una de las grandes equivocaciones de la clase gobernante. No ha valorado en su verdadera dimensión que la guerrilla de Colombia: Las fuerzas insurgentes revolucionarias de Colombia tienen profundas raices sociales, económicas, políticas, que no van a poder acabarlas con el crimen, con el asesinato, con la calumnia, con la mentira, con la intriga, porque están fortalecidas por razones muy profundas. De ahí que estamos convencidos que vamos bien, que el triunfo está cada vez más cerca y que el enemigo de clase no va a lograr destruir a la guerrilla. Podemos decirle al pueblo colombiano que nuestro compromiso es por el poder, por una nueva Colombia; que nuestro compromiso es hacer una patria soberana, una patria donde haya justicia social, donde todos los colombianos, sin distingos de ninguna naturaleza, podamos beneficiarnos de nuestras inmensas riquezas. En ese sentido, las FARC están comprometidas a luchar todo el tiempo que sea necesario hasta lograr esos objetivos. Sabemos que tenemos un enemigo acérrimo, sabemos que es el enemigo de todos los pueblos del mundo, sabemos que es el imperialismo de los yanquis. Pero también sabemos que nuestro pueblo tiene suficiente capacidad para enfrentar cualquier agresión del enemigo de clases”.
El asalto a la Corte Suprema
¿Qué ocurre en el espacio de tiempo que media entre el diálogo con Betancur y el diálogo con Pastrana?.
“Después del fracaso de las negociaciones con Betancur viene un episodio muy doloroso. En esa época existía también el M-19, una guerrilla que después se desmoviliza y entrega las armas, y traiciona la lucha revolucionaria, a cambio de pequeñas cosas de beneficio personal. Pero todavía bajo el gobierno de Betancur, esta guerrilla lanza un ataque contra el Palacio de Justicia.
Fue una acción muy efectista y aventurera, porque entonces el Ejército aprovecha esa circunstancia para lanzar todo su poderío contra el Palacio de Justicia, y practicamente aniquiló, destruyó toda la Corte Suprema de Justicia, para sacar doce guerrilleros que habían ido a tomar como rehenes a los magistrados. Entraron las tanquetas y demolieron todo. Hoy todavía el Estado no ha dado respuesta ni ha indemnizado a los familiares de los magistrados y de todos los trabajadores que estaban allá. Pero lo mostraron como una acción legítima, de Estado, contra doce guerrilleros a los que también aniquilaron.
Ese episodio hizo que el gobierno de Belisario Betancur saliera muy debilitado y terminara muy mal. Ese gobierno que se mostró amplio, progresista, reflexivo y sensible a los temas sociales, con esa acción salió muy criticado, porque un poder del Estado mató a otro poder del mismo Estado. Entonces, sobrevino mucha incredulidad. Nosotros sabemos por distintas vías que esto lo hizo directamente el Ejército, sin consultar con Belisario. Pero como era el presidente, le tocó salir ante las cámaras para decir que eso lo había autorizado él y que lo ha consultado con otra gente, y que habían estado de acuerdo. Lo cierto es que ahí aprovechó el militarismo colombiano y la ultraderecha, que es el verdadero poder en Colombia, para poner a Belisario Betancur contra la pared y hacerlo salir muy mal de la presidencia.
Vino entonces un nuevo presidente liberal, Virgilio Barco Vargas, padre de la Canciller, Carolina Barco Jackson, un inversionista petrolero. El no acabó con los diálogos, pero los mantuvo sin darles trascendencia. Nombró un un Alto Comisionado, que iba donde nosotros, hacíamos algunas reuniones, revisábamos como iban los temas, pero no se avanzó en nada. Mientras tanto, siguieron los crímenes contra Unión Patriótica y los amigos de las FARC, por parte de los paramilitares, hechos que los ocultó la policía y el ejército como le he venido diciendo, porque el paramilitarismo en Colombia es la estrategia contrainsurgente del Estado.
Se hicieron muchos documentos y denuncias sobre la criminalidad de estos grupos. Virgilio Barco no respondía nada, terminó sus cuatro años de gobierno sin que avanzara el proceso de diálogo, pero tampoco lo acabó. Viajaba a Casa Verde mucha gente a conversar con nosotros. Persistíamos en que se cumplieran los acuerdos que habíamos firmado con Belisario Betancur, para que el proceso tuviera continuidad y se consolidara, que respondieran por los muertos, pagaran las consecuencias y pararan la criminalidad. Pero nada. Luego viene el gobierno de César Gaviria Trujillo, ex-Secretario General de la OEA, una ficha de los gringos.
Llega en una época, principios de los 90, donde estaba todo el descalabro internacional por la traición de la dirigencia soviética que acabó con el socialismo de allá, cuando se decía que el socialismo no tenía ninguna opción en el mundo y que la única opción era el capitalismo. Vinieron las tesis de Fukuyama, del fin de la historia y todo eso, y de eso se aprovechó la clase gobernante colombiana, encabezada por Gaviria, para presionar a las FARC y también al ELN, porque en ese tiempo ya habíamos constituido la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. En la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar estaba el ELN, estaba el EPL, el partido marxista leninista del camarada Caravallo, estaba el PRT, una fracción pequeña de obreros que tenía una organización armada, estaba el Quintín Lame, una organización indígena, y las FARC.
Cuando llega Gaviria, tampoco acaba con los diálogos. Convoca una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución Nacional. Teníamos la carta constitucional del 86, y hoy tenemos la del 91. Las cinco organizaciones dijimos que estábamos dispuestos a participar en la Asamblea Nacional Constituyente en nuestra condición de beligerantes. El quería que nosotros fuéramos a la constituyente a cambio de renunciar a nuestra condición de luchadores sociales, de guerrilleros, de insurgentes.
Le propusimos veinte candidatos de las cinco fuerzas. La gente del gobierno que hablaba con nosotros nunca nos dijo que eso no era viable, nunca nos dijo, no veinte, les podemos dar diez, cinco, nada. Nosotros tampoco nos movimos de allí, porque dijimos, bueno, les hemos pedido veinte y listo. En eso estaban personalidades de la vida política nacional como Alvaro Leiva Durán, que era un ex-ministro, un hombre progresista, un hombre que considera que los diálogos son la solución para nuestro problema.
El con otros senadores y representantes de la Cámara constituyeron una comisión a petición de Gaviria, que se llamó Comisión Exploratoria de la Cámara y el Senado. Esa comisión viajó donde nosotros, para ver si encontraban el interés de participar en la Asamblea Nacional Constituyente. Cuando salieron de allí, sacaron un comunicado diciendo que habían encontrado en las FARC el mejor interés e intención de participar en la asamblea y exponer sus temas. Pero mientras eso ocurría, había permanente amenaza contra nosotros y nuestros campamentos. Sobrevuelo de aviones día y noche, de helicópteros, informaciones de que nos iban a atacar, ya habían combates cerca de donde nosotros estábamos. Una situación muy complicada, Por esos días ya se había desmovilizado el M-19, había entregado las armas y ya se había entregado Juan Carlos Pizarro; el Quintín Lame había hecho lo mismo. Una fracción del ELN igual, entregó sus armas. Se fueron más de tres mil quinientos del EPL. De las FARC, nadie”.
El ataque a Casa Verde
-¿Eso terminó con la Coordinadora?
“Prácticamente. Ya le cuento sobre la Coordinadora. Pero entonces Gaviria, estimulado por lo que estaba pasando en Europa, el derrumbe del muro de Berlín, la desaparición del campo socialista y por la reinserción de estos guerrilleros del M-19 y demás, decidió atacarnos en Casa Verde, mediante una acción militar que llamaron la Operación Centauro. Lo hicieron sin previa notificación.
Mientras la comisión parlamentaria dijo que encontraba en las FARC y la Coordinadora la voluntad de participar, el gobierno, el 10 de diciembre de 1990, día de las elecciones para la Asamblea Constituyente, atacó Casa Verde sin previo aviso, en una operación calculada, en la que ellos pensaban que podían eliminar por lo menos a uno de los miembros del secretariado, si no a todos. Una operación violenta, donde utilizaron más de cuarenta aviones y cantidad de helicópteros, bombarderon parecido a lo que estamos viendo hoy en Iraq. Yo estaba ahí. Gaviria tenía tenía lista a la prensa para dar el parte de victoria. Pero se apresuraron. La operación empezó a las ocho. A las diez de la mañana estaban diciendo que había por lo menos sesenta guerrilleros muertos, entre ellos, miembros del secretariado.
Decían que yo mismo estaba muerto. Teníamos dos planes de respuesta al enemigo, y el resultado fue que hubo cantidad de tropa muerta. A los tres meses el Congreso de la República llamó a un balance para ver qué habían conseguido en Casa Verde. Tuvieron que reconocer que el resultado eran 120 bajas de las tropas, nueve helicópteros averiados y destruidos, una cantidad de armamento perdido y una millonada de dinero invertido en esa guerra, y nada. No pudieron capturar a nadie del secretariado ni darlo de baja. Nosotros tuvimos trece camaradas muertos y treinta heridos, en tres meses de combate.
Gaviria acabó los diálogos que había iniciado Betancur en 1982, y declaró una guerra total contra las FARC. Nuevamente dijeron que éramos unos bandoleros, que estábamos condenados a la muerte y la desaparición, que el mundo nos repudiaba porque ya los comunistas no podían existir en ninguna parte, menos aún los guerrileros y que los guerrilleros inteligentes, buena gente, ya estaban en el Congreso de la República.
Entonces vino una respuesta organizada y bien coordinada entre lo que quedaba de la Coordinadora Guerrilllera Simón Bolívar; el ELN, la fracción del EPL de Caravallo y las FARC, a nivel nacional. Fue una campaña militar que le propinó duros golpes al Ejército y a la economía del país. A esa campaña la llamamos “Comandante Jacobo Arenas, Estamos Cumpliendo”. Al ver esa situación, el gobierno de Gaviria ofreció nuevamente diálogos.
Pues, claro, nosotros jamás vamos a renunciar a los diálogos. Ni antes, ni ahora, ni después. Dijimos, listo, estamos dispuestos a dialogar, pero exigimos áreas seguras para poder conversar. Nos ofrecieron veinte áreas, todas sin ninguna importancia, en las profundidades de la selva. Pensaban que nos tenían asustados, derrotados y que queríamos dialogar para negociar la desmovilización y la entrega. Pues, nosotros dijimos que estábamos dispuestos a dialogar en nuestra condición de guerrilleros, como fuerza beligerente, y de lo contrario, no. Finalmente se consiguió que se dialogara en Carabunó, departamento de Arauca, y después en Caracas. En aquella época, año 91, el presidente Carlos Andrés Pérez, ofreció su país para que reiniciáramos los diálogos. Allá estuvieron Alfonso Cano, Iván Márquez y otros cuadros que mandamos a eso. Los demás quedamos resistiendo el operativo, porque era una operación violenta, para ver cómo nos liquidaban”.
Diálogo en el exterior y guerra en la selva
¿Ha sido esa una de las fases más activas de la guerra?
“Fue muy violenta, muy dura, casi tan dura como hoy. Bueno, se inician los diálogos en Caracas, pero viene el problema del alzamiento de los coroneles encabezados por Hugo Chávez. Después, el presidente Rafael Caldera dice que nos nos puede seguir recibiendo. Entonces aparece una opción en México, con Salinas de Gortari. Fuimos a Tlascala. Se firma una agenda de temas sociales, políticos y económicos, que son la antesala de la paz. Porque tenemos entendido que mientras no se resuelvan esos problemas, la paz no va a llegar a Colombia. Mientras impere la mezquindad de la clase gobernante, la impunidad, la politiquería y la entrega de nuestra soberanía, pues el pueblo no se va a doblegar.
De ahí que la agenda contemplara todos esos puntos. El gobierno los aceptó. El Consejero en ese tiempo era Horacio Cerpa Uribe, después candidato a la presidencia, pero se preocupó sólo de defender la política del gobierno y no hizo nada para conseguir que los diálogos tuvieran éxito. Muchos en el gobierno pensaron que las FARC iba a desistir de su lucha, que por estar dialogando no iba a enfrentar a las tropas, y resulta que había combates violentos, con cantidad de muertos de la tropa y recuperación de cantidad de armamento. Era una guerra muy dura. Nos buscaban por todos lados.
El objetivo era eliminar a los tres que estábamos acá, porque en ese tiempo el secretariado éramos cinco. Dos estaban en los diálogos, y tres estábamos aquí. Lo que querían Gaviria y el ejército era capturar o asesinar a alguno de nosotros para ablandar a los de la mesa. Eran operativos intensos en la profundidad de la selva, donde quiera que consideraban que estábamos, pero no nos consiguieron.
}La situación se complicó por la dificultad para ponerse de acuerdo, porque, claro, son dos concepciones diametralmente distintas. La nuestra, que es la de soluciones de fondo en beneficio del pueblo y la del gobierno, que es la de defender sus intereses. Viendo esas dificultades, el Comandante Marulanda ordenó a los que estaban dialogando que se vinieran, que plantearan en la mesa un receso para hacer consultas, a ver si encontrábamos una solución, o qué hacíamos. Porque tampoco era muy fluida la comunicación, no era fácil conocer el desarrollo de los temas entre Tlascala y acá. Los del gobierno dijeron que a ellos eso les parecía muy bueno porque también ellos tenían que hacer consultas. Vinieron los camaradas, y en eso el gobierno mexicano ayudó con seguridad y acompañamiento, gesto que valoramos.
Como seguía la confrontación, se le propinaron duros golpes al ejército, se le tomaron bases militares. Entonces Gaviria pretextó que las FARC no tenían interés ni voluntad de diálogo. Porque nadie podía entender, dijo, que mientras estaban dialogando, vean lo que están haciendo contra las tropas, contra la policía, que eso nadie lo entendía y no se qué y no se cuánto. Pero sí quería que entendieran que ellos estaban detrás de matarnos a nosotros.
Bueno, canceló los diálogos unilateralmente y volvió a declarar guerra total, guerra integral y todo eso lo hacía mientras desarrollaba el modelo neoliberal, mientras cumplía fielmente las directrices del FMI y las políticas gringas. Entonces, ofrecía dinero por todos nosotros, y se hacían campañas publicitarias por los medios de comunicación para que la gente enviara información sobre la dirigencia de las FARC.
En medio de esa situación, las FARC organiza la Octava Conferencia Nacional Guerrillera, en el año 1993. Esa Conferencia analiza toda la política de las FARC, la política nacional, la situación internacional y elabora nuevos planes. Reafirma su lucha por el poder político, reafirma su política de continuar los diálogos, la lucha por la construcción de un ejército, la lucha por la construcción de una nueva Colombia. Y en la propuesta de diálogo. Imagínese, todavía éramos pequeños en aquella época, pero dijimos, si nos desmilitarizan un municipio, vamos a dialogar de nuevo”.
¿Cuál era el sentido de exigir la desmilitarización de un municipio?
“Porque el mismo Gaviria y su equipo de gobierno, decían en aquella época, la única manera de dialiogar es en medio de la guerra. Calculaban que estábamos tan asfixiados, tan atomizados, que seguro ya no íbamos a dialogar. O que nos íbamos a someter a dialogar en cualquier escuela rural por ahí, rodeados de tropa.
Nosotros dijimos, sí, nuestra política es dialogar, pero nos desmilitarizan un municipio, La Uribe, en el Meta, donde estuvimos antes de la operación contra Casa Verde. Pero también dijimos, con el gobierno de Gaviria no vamos a negociar y lo declaramos un gobierno dictatorial; ya dialogamos con él y canceló los diálogos por su cuenta y riesgo, y está imponiendo el modelo neoliberal, las privatizaciones y todo eso, pero estamos dispuestos a dialogar con su sucesor, siempre y cuando desmilitarice La Uribe.
Fueron duros los combates en todo ese tiempo, pero las FARC lograron fortalecerse, las FARC siguieron creciendo. Porque las FARC crecen más en los tiempos de la guerra que en la época de los diálogos. Nuestra política es buscar los diálogos y en eso no vamos a cambiar jamás, nuestra lucha es por la paz. Pero la verdad es que la guerrilla crece en la guerra, porque la razón de la guerrilla es enfrentar al Estado. Entonces, en ese tiempo crecimos mucho. Se formaron cuadros muy capaces en la conducción de tropas, en el trabajo político, en la organización. Producto de la confrontación, la gente se interesa por ingresar”.
Crecimiento en medio del conflicto
-¿Sube el reclutamiento?.
“Sube mucho. Cuando hay confrontación, y hay tropa muerta y todo eso, pues la gente quiere ingresar y ser combatiente. Dicen, si otros pueden por qué yo no. Eso es una lógica. En la medida en que conocen los fines políticos e ideológicos de nuestra lucha, pues con mayor razón se quieren vincular y quieren aportar y consideran que la organización es afín a sus intereses, porque FARC es pueblo en armas”.
-¿Cómo califica el comportamiento militar de FARC en esa etapa?.
“Yo lo califico de muy eficiente. En estas fases agudas del conflicto siempre se le propinan bastantes bajas a la tropa, se les quita mucho armamento. Lo que pasa es que la clase gobernante colombiana tiene a su servicio los medios de comunicación y el aparato estatal, lo que le permite no sólo deformar lo que realmente pasa en el campo de combate y mostrarlo al revés, sino también utilizar recursos para reclutar más tropas. Además, tienen la ayuda de los yanquis, que les van dando todos los dólares que quieran y asesoría militar, como lo han venido haciendo con el Plan Colombia.
Pero bueno, en ese tiempo se fortalece mucho la guerrilla, y el sucesor de Gaviria, Ernesto Samper Pisano, dice que él va a buscar los diálogos con nosotros. Nosotros le decimos, listo, estamos dispuestos a dialogar si nos desmilitarizan el municipio de La Uribe. Pero nombra como comandante de las fuerzas militares al general Harold Bedoya Pizarro, un connotado fascista y paramilitar, enemigo de cualquier salida incruenta, y cuando viene el intercambio por medio de cartas con los emisarios de Samper, y nos dicen que van a desmilitarizar La Uribe, entonces el general Bedoya expide un comunicado diciendo que los militares no van a aceptar que se desmilitarice ese municipio porque es violatorio de la soberanía y porque es entregarle a la subversión una potestad de ellos.
Entonces, el presidente se asusta, desiste de eso, y al poco tiempo vuelve a lo que hizo Gaviria. Nos declara nuevamente terroristas y bandidos, ofrece dinero por nosotros y cancela los diálogos. El secretariado nos había nombrado al camarada Manuel Marulanda y a mí para que fuéramos a organizar los diálogos. Viajamos cerca del sitio donde presuntamente iban a retirar las tropas y lo que se vino fue una operación militar violenta, con combates duros y mucha tropa muerta, y nos retiramos de allí.
Después supimos que Samper no podía porque ya conocía que se le venía el escándalo por el famoso proceso ocho mil, porque en su campaña desvió más de seis mil millones del cartel del Valle del Cauca, para hacerlo presidente de la República, a cambio de que los exonerara de responsabilidades y no los fuera a extraditar. Por ese escándalo, que por poco no lo tumba de la presidencia, no tuvo fuerza para adelantar el proceso.
Pero por distintas fuentes, supimos que él pretendía sentarnos a la mesa y nada más, porque no tenía recursos ni voluntad política para resolver el problema, porque ellos siempre han soñado, e insisto en eso, que las FARC se va a desmovilizar y entregar las armas. Ante eso, nosotros dijimos, si no nos desmilitarizan el municipio de La Uribe, no hay diálogo, y lo declaramos ilegítimo porque estaban los dineros del narcotráfico en su campaña, luego es un gobierno corrupto con el que no podemos dialogar. Seguimos nuestro accionar, porque nosotros tenemos planes político militares muy concretos, aprobados en las conferencias, y sobre esos planes nos guiamos, para no estar improvisando ni pensando qué hacemos mañana o más tarde.
Mientras tanto, Samper le pidió al presidente de Costa Rica, José María Figueres, que le ayudara a ver si nosotros dialogábamos. Figueres nombró a Guido Sibaja, un hombre de su cancillería para que vienera a Colombia y dijera que su gobierno estaba interesado en facilitar el escenario de conversación. Nosotros aprovechamos esa circunstancia política, y el comandante Marulanda le escribió una carta a Figueres diciéndole que nosotros, como política, no íbamos a renunciar jamás a los diálogos, pero que para volver a dialogar, lo haríamos con un gobierno distinto al de Samper, siempre y cuando desmilitarizara cuatro municipios: La Uribe, Vista Hermosa, La Macarena y Mesetas.
Ellos pusieron el grito en el cielo, cómo se le ocurría a Marulanda pedir eso, que eso eran exhabruptos, que eso era imposible, que no habían entregado uno, mucho menos iban a entregar cuatro, que eso era la guerra, que había que acabarnos a como diera lugar, y no se qué y no se cuánto. Seguimos moviendo esa propuesta y mientras tanto, pues combates violentos, duros, donde se tomaron batallones completos y bases militares, con mucha tropa muerta. Las FARC asestan contundentes golpes al ejército y a los paramilitares en operaciones como El Billar, Miraflores, Tamborales, Mitú, Juradó, el cañón de La Llorona y Yarumal, entre otras, causando centenares de bajas y prisioneros. Se destruyeron torres eléctricas, oleoductos, de todo.
Porque nosotros pensamos que en la guerra de la lucha de clases, si no se golpea la economía del enemigo, es muy difícil llegar al poder, porque ellos compran sus mercenarios, tienen con qué pagarles. Así pasaron esos cuatro años con una confrontación violenta entre las tropas y las FARC y por otro lado, con los escándalos políticos de Samper. Hicimos un nuevo Pleno del Estado Mayor Central, el primero después de la Octava Conferencia, el año 97.
Allí hicimos un balance de todo nuestro accionar político y militar, sesudo, muy bien hecho, de nuestra situación en el plano político, en el plano militar, en el plano de relaciones nacionales y exteriores, y todo esto. Definimos en aquel Pleno que con quien sucediera a Samper, nosotros estábamos dispuestos a dialogar siempre y cuando nos desmilitarizaran cinco municipios, ya no los cuatro, porque a los cuatro anteriores le adicionamos San Vicente del Caguán, en Caquetá. Emitimos una declaración señalando esa oferta. No teníamos idea quién iba a ser el nuevo presidente. La controversia política estaba entre liberales y conservadores, que son los eternos dueños del poder.
El candidato liberal era Horacio Cerpa Uribe, Ministro del Interior durante todo el gobierno de Samper, a quien defendió como abogado en el escándalo de los dineros del narcotráfico. Samper quería que fuera su sucesor para guardarle las espaldas y darle continuidad a sus políticas.
El candidato conservador era Andrés Pastrana Arango. Al principio dijo que estaba interesado en el diálogo, pero no estaba dispuesto a desmilitarizar los cinco municipios. Después, con mayor habilidad, dijo que si llegaba a la presidencia de la República, estaba dispuesto a desmilitarizar los cinco municipios, y que él en persona lideraría los diálogos con el secretariado nacional de las FARC. Entonces, nosotros vimos que era el que tenía una propuesta más concreta.
La mayor parte de la gente en Colombia está cansada de la guerra, porque la guerra es real. En la guerra hay muertos, hay heridos, hay huérfanos; en la guerra hay destrucción, la guerra ahuyenta la inversión social. Eso afecta muchísimo a la gente. Entonces una inmesa mayoría de la gente pedía diálogos y nosotros decíamos, estamos de acuerdo con los diálogos, queremos los diálogos siempre, porque partimos de que la paz es del pueblo, la paz es de los revolucionarios; la paz no es de la oligarquía, de los yanquis o del imperialismo. En esas condiciones, en su campaña electoral, Pastrana busca mayores acercamientos con nosotros.
En eso juega un papel muy importante Alvaro Leiva Durán, que es un ex-ministro de Estado, ex-senador, catedrático de universidades, que a la vez es muy amigo de Pastrana. En una ocasión me dice que Andrés Pastrana quiere hablar conmigo, y que está dispuesto a ir donde le diga, para ver si podemos ponernos de acuerdo en una fórmula para diálogos, si él llega a la presidencia de la República. Yo le dije que estaba dispuesto a recibirlo en cualquier parte, pero que me parecía más importante que pudiera hablar con Marulanda.
Le pregunté si de verdad Pastrana estaba interesado en hablar con Marulanda, porque lo que conocemos de Pastrana, es que siempre ha sido reaccionario, es un hijo de ex-presidente, es un oligarca, es un privilegiado de este país. Entonces, en esa conversación con el doctor Leiva quedamos en que él iba a conversar con Pastrana, a ver qué opinaba de conversar con Marulanda, y yo igualmente lo iba a plantear a mi dirección. Así se hizo y seguimos trabajando esa opción.
Pastrana mandó a Víctor G. Ricardo, que después sería el Alto Comisionado, a que hablara con Marulanda y le ratificara que estaba dispuesto a desmilitarizar los cinco municipios, que estaba dispuesto a conversar con él y a que trabajaran en conjunto el proceso de paz. Se hicieron varias reuniones, en las que Leiva colabora mucho. El es conservador. No es un revolucionario, ni mucho menos un comunista, pero es un conservador que ha llegado a la conclusión de que hay que buscar salidas incruentas para los problemas que nos afectan. Una semana antes de las elecciones presidenciales, FARC emite una declaración donde se se ratifica que está dispuesta a dialogar con cualquiera de los candidatos que resulte ganador, siempre y cuando desmilitarice los cinco municipios y se comprometa al combate del paramilitarismo.
Ese documento se interpretó como un guiño de FARC a la candidatura de Pastrana, pero la verdad es que no hubo ninguna alusión directa de respaldo a él. Así lo interpretaron los que querían diálogos, y el que había definido cómo lo iba a hacer era él. Entonces viene el triunfo arrollador de Pastrana, y consecuente con lo que había dicho, me mandó a decir con Alvaro Leiva, bueno, ya tengo la presidencia de la República y tengo el compromiso de hablar con Marulanda. Así se hizo.
Hubo una primera conversación como candidato electo, donde dijo que apenas se posesione, está dispuesto a empezar los diálogos, pensando que eso era muy fácil, o muy rápido. El camarada Manuel le dice, vea, presidente, lo mejor es que usted se posesione, nombre sus ministros y su equipo de gobierno, y vamos con calma porque apenas usted llegue a posesionarse vamos viendo como hacemos, no creo que sea tan rápido, tenemos que darle por lo menos unos tres meses. Y él le dijo, pero es que el país está pidiendo prontitud en eso, y Marulanda, yo se que sí, pero hay que organizar todo. Al final él se posesiona el 7 de agosto y sólo en enero iniciamos los diálogos”.
Dialogos de San Vicente del Caguán
¿Cuál es su balance de los diálogos con el gobierno de Pastrana?
“Déjeme contarle que se instalan los diálogos en medio de dificultades serias, porque Pastrana quería dejar tropa en San Vicente del Caguán, diciendo que eran funcionarios que cuidaban esos locales, que eran médicos veterinarios, que eran técnicos, y cualquier cosa para mantenerlos ahí. Nosotros dijimos, no aceptamos a nadie de esos trabajadores ahí. Saca todo lo que hay y dialogamos. Alcanzó a pronunciar que eso era imposible, lo mismo que el Ministro de la Defensa y el propio Alto Comisionado, Víctor G. Ricardo. De ahí no nos movimos. Finalmente sacaron a todo el mundo de allá. Después nos reunimos para ver como iba a ser el manejo de los cinco municipios.
Ahí no se firmó ningún acuerdo, nosotros no asumimos ningún compromiso con el gobierno distinto a dialogar, distinto a que ellos sacaban sus tropas de esos municipios, nosotros les ayudábamos a cuidar esos sitios para evitar robos y nada más. Luego vino la la reunión con el Alto Comisionado para la Paz, para la instalación, pues ya teníamos los invitados nacionales e internacionales, muchísima gente todas partes. Pero se presenta un lío. Nosotros decimos, vamos a poner el himno y la bandera de las FARC. La representación del gobierno dijo, no, basta con el himno y la bandera nacional de Colombia. Nosotros dijimos, somos una fuerza guerrillera, tenemos nuestros símbolos, somos una fuerza beligerante, entonces tenemos que tener nuestra bandera y nuestro himno. Se formó una discusión de no acabar.
Que eso era imposible, que eso no lo podían aceptar, porque la Constitución, y porque las leyes y porque la institucionalidad y todo eso. Dijimos, a nosotros eso nos tiene sin cuidado, entendemos las razones de ustedes, pero ustedes también entiendan que nosotros somos insurgencia, nosotros nos hemos levantado contra el Estado, nos hemos levantado contra el gobierno, nos hemos levantado contra la institucionalidad y todo eso de las leyes lo resuelven ustedes. Fue tan álgida la discusión que dijimos, como no nos podemos poner de acuerdo, hagamos un comunicado como mesa diciendo que no podemos instalar los diálogos y listo.
Nos dicen que no nos pongamos en esto, y se instaló así. Fue discusión violenta, y después vino una cosa como fácil, como la fuerza que le va a dar seguridad a los invitados del gobierno y al mismo presidente. El camarada Manuel Marulanda iba ir a esa instalación, porque iba Pastarna. Pero se capturaron unos tipos dentro de la zona de desmilitarización, con unos planes concretos, con croquis y todo eso; lo que querían en ese día de instalación era asesinar a Marulanda por encima del mismo Pastrana si era necesario. En el plan decía, y si toca asesinar a Pastrana, hay que hacerlo también”.
-¿Era un plan de los paramilitares?
“No, del ejército. Entonces nosotros denunciamos ese plan y explicamos la razón por la cual el comandante Marulanda no se hizo presente ese día. Por eso Pastrana quedó solo en la instalación y mostraron la silla vacía y toda esa vaina ¿recuerda?. Es eso. Querían hacer lo que yo le explicaba del año 53 con Dumar Aljures, aunque en otras condiciones. Consideraban que era el momento de eliminarlo allá y si tocaba asesinar a Pastrana, no había ningún problema. Bueno, se inician los diálogos. Nosotros consideramos que iniciar los diálogos era un triunfo muy grande, después de lograr la desmilitarización de los cinco municipios, que nos habían dicho inicialmente, como le conté en el primer momento, que eso era imposible. Y después les tocó cinco, y sacaron de San Vicente todo el batallón de cazadores, que era un batallón de contraguerrilla”.
El pendulo vuelve a la guerra
-Se advierte un comportamiento cíclico del conflicto, con alternancia entre negociaciones que poco rinden e intensificación del enfrentamiento militar.
“Bueno, vea, tenemos la etapa de Marquetalia, cuando atacan a los 48 campesinos en Marquetalia. Logran resistir, desplegarse por todo el país y crear las FARC. Viene luego la otra etapa, la segunda, que es Casa Verde, donde luego de firmar los acuerdos de La Uribe y de la orden de cese al fuego unilateral de la comandancia de las FARC, y de mucha gente que fue a conversar con nosotros y conoció la propuesta nuestra, el presidente César Gaviria Trujillo, decide acabar con esos diálogos con una operación militar de exterminio. Ellos calcularon que si no habían podido acabar con las FARC cuando estaba naciendo en Marquetalia, ahí en Casa Verde sí la podían acabar, con la Operación Centauro. No la acaban tampoco. Después vienen los diálogos con Pastrana. También él decide acabar los diálogos, declararnos terroristas, inspirado por los gringos, después de las Torres Gemelas en Nueva York y Washington y todo eso, y lanza otra operación militar violenta contra nosotros pensando exterminarnos y resulta que no lo logra, y aquí estamos. Pues sale elegido Uribe, y nos declara otra vez la guerra total. Y qué ha pasado. Después de cuarenta años seguimos luchando por los mismos ideales, por la defensa de nuestros principios, por el pueblo colombiano, hasta la conquista del poder político. En eso estamos”.
-Tengo entendido, y corríjame si me equivoco, que en la Séptima Conferencia se produce la separación formal con el partido Comunista colombiano.
“Bueno, sí. Las conferencias de las FARC son la máxima instancia. Cuando se reune la conferencia nacional de guerrilleros, cesan las responsabilidades de todo el Estado Mayor Central, poque en la conferencia hay que entregar cuentas, y la misma conferencia se encarga de analizar los problemas políticos, los problemas económicos, los problemas militares, los problemas sociales. Elabora nuevos planes, y en el mismo momento se elige la nueva dirección. En varios casos reelige a los que venían siendo su dirección nacional, del Estado Mayor Central, del secretariado y su mismo Comandante en Jefe. Pero también integra nuevos cuadros.
Entonces, como se trata de analizar toda la política, pues ahí también se ve la situación de los comunistas y de otras fuerzas afines. Cómo están los partidos comunistas de los demás países, cómo están los movimientos de liberación, los movimientos sociales y populares, todo eso. En el caso del partido Comunista colombiano, pues las FARC es partido Comunista. Las FARC es una organización marxista leninista.
Las FARC ideológicamente se orienta por los principios científicos del marxismo leninismo. De hecho, varios de nosotros venimos de ser cuadros del partido Comunista colombiano. Había, hasta la Séptima Conferencia, un intercambio bastante estrecho de nuestra dirección de FARC con la dirección de los camaradas del partido. Por eso ellos opinaban en las conferencias, y en algunos casos participaron de las conferencias, con sus opiniones, pero no más.
Ellos no participaron en ningún momento en ninguna acción militar, pues ellos tenían otras tareas, no tenían el conocimiento de la vida militar tampoco, pues esa responsabilidad recayó siempre en los que estamos acá a tiempo completo en nuestra condición de guerrilleros. Entonces en esa conferencia hubo discusiones de enfoque, pero son las discusiones que se dan en todos los partidos y fuerzas revolucionarias donde hay opiniones que de pronto se contraponen, pero que a la final pues eso contribuye al desarrollo, porque innova, porque desarrolla y todo eso; no son contradicciones antagónicas, de ninguna manera. Lo que pasa es que en la medida en que las FARC crecieron y se convirtieron en un ejército grande como es hoy, que cubre todo el territorio colombiano y tiene unas políticas bien definidas, pues también tiene una dirección propia.
Es una dirección que no tiene ninguna dependencia, digámolo así, del partido Comunista colombiano, poque las FARC tiene su Estado Mayor Central, tiene su secretariado y tiene su máxima instancia que es la Conferencia Nacional Guerrillera. Entonces, el secretariado y el estado mayor con su comandante en jefe son los encargados de ejecutar las políticas que aprueban las conferencias . Tenemos muy buenas relaciones con los comunistas de la parte legal. Ellos tienen su trabajo en sindicatos, en organizaciones sociales y populares, y nosotros el nuestro.
Antes era un poco distinto, había más dependencia. Hoy no hay esa dependencia, por lo que le digo, porque las FARC se convirtió en una organización grande, con una fuerza grande, que por su mismo desarrollo ha logrado también formar cuadros . Por eso las FARC tiene hoy la ventaja de que en el caso que muera alguien de sus dirigentes, pues es normal, uno es mortal, lo puede suplir inmediatamente con otros cuadros, porque la mata ya ha dado ramas, y ramas importantes.
Por eso, cuando muere nuestro comandante Jacobo Arenas, uno de los fundadores de las FARC, el 10 de agosto de 1990, pues las FARC lo suple con otro camarada del Estado Mayor, que es el miembro del secretariado, Iván Márquez, y claro, nosotros sin la experiencia y sin las particularidades de la personalidad y los conocimientos de Jacobo Arenas, pues seguimos en la tarea ahí, apoyados en las directrices de Manuel Marulanda y los documentos oficiales nuestros, y ahí sigue el trabajo sin muchas dificultades. Recientemente murió otro camarada del secretariado del Estado Mayor Central, el camarada Efraín Guzmán. Los dos de muerte natural. Los mata el corazón. Inmediatamente entonces también se hace lo mismo. Se busca otro de los miembros del Estado Mayor Central y se sube al secretariado para llenar ese cupo.
No se trata de reemplazar a nadie porque son cuadros irreemplazables. Se trata de continuar adelante la construcción de nuestro ejército, del desarrollo del ideal revolucionario para la toma del poder. Por esa razón, después que muere el camarada Nariño, que así le decíamos a Efraín Guzmán, entonces el secretariado determina nombrar dos miembros del Estado Mayor Central a la suplencia del secretariado, de tal manera que si muere alguien del secretariado, entonces uno de estos camaradas inmediatamente lo supla, de manera que no haya que llegar a quén ponemos, a quién buscamos y de pronto se comete algún error porque no se hace una selección acertada.
Esa misma política la manejamos en el nivel de todas las estructuras de FARC. A nivel de los estados mayores de los bloques de frente, los estados mayores de frente, los estados mayores de columna, de compañía, de todo eso. O sea que hay estados mayores que tienen diez o más integrantes, con el fin de que vayan haciendo ahí la experiencia en el manejo de direcciones, y entonces estén en capacidad de suplir a cualquiera de los dirigentes, cualquiera de los principales.
Porque como le decía, la mata ya ha dado suficientes ramas y está en condiciones de sortear cualquier situación. Esta es otra gran equivocación del enemigo de clase; pensar que si en algún momento capturan o dan de baja a alguien del secretariado, que las FARC se acaban. No, las FARC no se acaban porque es un ejército del pueblo, es pueblo, y en sus cuarenta años han logrado desarrollarse en esa proyección estratégica de darle continuidad a su lucha por el poder político. Por eso es que nos cuidamos de improvisar. Vamos despacio porque queremos ir lejos”.
La historia es el futuro
-Para cerrar esta recapitulación histórica. ¿Qué personas, dirigentes o combatientes destacaría de manera particular?.
“Indudablemente, a los creadores de las FARC. Desde luego, a Manuel Marulanda; al inolvidable camarada Jacobo Arenas, a los marquetalianos. En este momento, de los que estuvieron combatiendo en Marquetalia, los que tuvieron el heroismo y la dignidad de levantarse en armas en aquella época, prácticamente desarmados, sin apoyo y sin experiencia, están Marulanda, Miguel Pascuas, que es el comandante de un frente, Jaime Guaraca, que tiene problemas de salud, y Jaime Bustos. Ellos cuatro quedan. Cuatro marquetalianos que no han dejado de combatir.
Entonces, digamos que ellos son símbolos de heroísmo, dignidad y moral revolucionaria, porque después de cuarenta años, ahí siguen, en la línea de combate, luchando, aportando su experiencia en la construcción de este ejército . Y también muy satisfechos de ver cómo esos 48 hombres se multiplicaron a miles de guerrilleros y guerrilleras que hoy son las FARC en todo el país. Son como los padres de familia que vieron a los niños chiquiticos y que hoy pueden ser profesionales. Apoyados en ese ejemplo, en esas tradiciones, hoy las FARC son un ejército poderoso, un ejército que ya no se puede derrotar, un ejército que está luchando por el poder político, por transformaciones políticas y sociales estructurales, y que hoy está mucho más cerca de conseguirlo”.
El Siglo en un campamento de las FARC-EP en su 40° aniversario (II):
La Dialéctica de la Guerra y la Negociación
• ¿Están preparadas las FARC para derrotar al poderoso ejército colombiano?
• El Comandante Raúl Reyes responde acusaciones de narcotráfico, violación de los derechos humanos y terrorismo.
• Dos vías para la conquista del poder.
Transcurridos cuarenta años de un conflicto sangriento y agotador, en que las fuerzas militares del Estado no han conseguido derrotar ni tampoco impedir el crecimiento de las FARC, la pregunta inversa es inevitable: ¿están las FARC en condiciones de derrotar al potenciado ejército colombiano?.
La respuesta, naturalmente, varía según la perspectiva de cada uno de los protagonistas.
Como se verá en la continuación de la entrevista con el Comandante Raúl Reyes, la respuesta de las FARC es categóricamente afirmativa. En la práctica, manejan dos hipótesis de salida, ninguna de las cuales considera el desarme.
La primera, en la medida en que se imponga una salida negociada, consiste en la conformación de un gobierno provisional, en el que las FARC estarían representadas por el miembro del secretariado, Alfonso Cano, en tanto que el contingente de combatientes se integraría a las fuerzas armadas del nuevo Estado.
La segunda, de más largo aliento, presupone una acumulación de fuerza militar, suficiente para permitir el salto desde la guerra de movimientos al control y defensa de territorios, y de fuerza política, en la medida en que se produzca la confluencia con el movimiento popular no armado. En ese escenario, una ofensiva general de tipo político militar, que combine huelgas y paros del movimiento popular con acciones militares decisivas y culmine con la captura de centros neurálgicos de poder, marcaría el preludio de la construcción de un nuevo tipo de Estado, al estilo de lo que realizó el ejército del Movimiento 26 de Julio en Cuba.
El imperialismo norteamericano no está dispuesto a aceptar una victoria de las FARC, en ninguna de las modalidades descritas, pero la teme. De ahí su progresivo nivel de intervención en el conflicto colombiano, tanto en lo tocante al incremento de la ayuda militar, primero a través del Plan Colombia, y luego, cuando no fue suficiente, mediante el Plan Patriota, como en la asesoría operacional en terreno, e incluso, como reconoce el informe 2003 del PNUD, denominado El Conflicto, Callejón con Salida, con intervención directa en operaciones de combate:
“Estados Unidos cada día aporta más equipo y asistencia más crítica a la fuerza pública de Colombia. Tecnologías de veras vanguardistas, como las empleadas en la invasión a Iraq, en su momento podrían propinar golpes letales a la guerrilla. Pequeñas fuerzas norteamericanas ya realizan “operaciones especiales” en nuestro territorio, con eficacia y sin despertar el fantasma de Vietnam”.
La cita al informe referido no es de ninguna manera casual ni baladí. El informe del PNUD representa, con mayor sutileza y elaboración que los medios de comunicación del sistema, la opinión de lo que arbitrariamente podría denominarse la “sociedad civil” colombiana, aquella que reside en las ciudades y que percibe el conflicto con distancia crítica no exenta de temor y preocupación creciente.
La respuesta de dicho informe a la pregunta inicialmente planteada, también es categórica: las FARC jamás van a tomarse el poder porque en Colombia no habría condiciones estructurales para el triunfo de la guerrilla.
Las premisas de un debate tendencioso
Como se trata de un informe elaborado desde las categorías de la ideología de moda, aquella que decretó la muerte de las ideologías y la imposibilidad de revoluciones en tiempos de la posmodernidad y el mercado, niega, abstrae o subvalora las raíces históricas, las condiciones políticas específicas, las matrices geopolíticas, los componentes ideológicos y subjetivos, y sobre todo, la naturaleza de aguda confrontación de clase que caracterizan y particularizan al conflicto colombiano, al tiempo que, a la inversa, sobreestima y absolutiza la capacidad de intervención del imperialismo norteamericano.
Es así como introduce categorías vacías de significado, como tipificar el conflicto entre un “centro” urbano y moderno y una “periferia” rural y atrasada, o perpetra inaceptables errores metodológicos, como trazar una línea divisoria entre las fuerzas militares del Estado y los grupos alzados en armas, categoría en la que asimila indistintamente a las guerrillas izquierdistas, que luchan por el poder y el cambio social, con los grupos paramilitares, agentes del histórico despojo de tierras y desplazamiento forzado del campesinado, ejércitos privados de narcotraficantes y latifundistas, puntas de lanza de la guerra contrainsurgente y autores de las peores matanzas y las más atroces violaciones de los derechos humanos, tal como demuestra el siguiente párrafo de antología:
“Tanto las guerrillas como los paramilitares dicen luchar en interés de ciertos estamentos o pobladores de la región. Y aunque cabe discutir si en efecto lo hacen o hasta dónde lo hacen, de si “representan” o cómo “representan” al campesino o al hacendado, parece claro que los grupos armados se instalan y actúan con más intensidad en zonas o en momentos de aguda polarización social”.
Aparte de la mera declaración, el informe de marras no entrega mayores luces acerca de la supuesta inviabilidad estructural de la guerrilla en Colombia, como no sean afirmaciones aventuradas, tautológicas y del todo discutibles.
La principal premisa de esta supuesta inviabilidad consiste en que “la insurgencia es periférica porque existe democracia”; afirmación que respalda con generalidades insostenibles, tales como “en Colombia no se justifica la guerra insurgente, pues faltan las dos condiciones que para ello suelen exigirse: i) no existe el “tirano insoportable”, el dictador represivo y sanguinario; ii) ni existe la imposibilidad de apelar a medios no violentos para realizar reformas políticas y sociales, como la competencia electoral, el argumento racional o la mediación internacional”, o con datos fuera de contexto, al estilo de “la Unión Patriótica -el movimiento político auspiciado por las FARC en tiempos del gobierno Betancur- tuvo un máximo de nueve congresistas (tres senadores y seis representantes) en las elecciones de 1886, cuando alcanzó menos del 2% de los votos. Es más: según las encuestas de opinión a lo largo de los años, apenas dos o tres de cada cien colombianos sienten simpatía por la insurgencia y la inmensa mayoría la percibe como puramente criminal” .
El segundo tipo de razones esgrimidas por el informe, se funda en generalidades tales como afirmar que si en 40 años, las FARC no han sido capaces de derrotar al Estado, difícilmente lo harán, avaladas con argumentos del tipo:
“Ni las FARC, ni el ELN, ni los paramilitares están en condiciones de impedir la toma de algún “cuartel” o el ingreso de las Fuerzas Armadas a alguna ciudad, pueblo, aldea o área despoblada. En Colombia, sencillamente no existe una “guerra de posiciones”.
El tercer tipo de razones de la hipotética inviabilidad del triunfo de la guerrilla es abiertamente tendecioso, con afirmaciones como las que siguen:
“Haciendo una gruesa simplificación histórica, se diría que la guerra en Colombia comenzó con las luchas por la tierra y acabó en una lucha por las bonanzas”; “El crecimiento del aparato militar desencadena su propio círculo vicioso: un aparato más grande demanda más recursos y a la vez puede usarse para obtener más recursos”; “Algunos incluso opinan que la guerrilla, acaso también los paramilitares, sólo buscan riqueza o en todo caso que actúan con más codicia que fe” o “Una cosa es, pues, tomar las armas para hacer pillaje y otra es hacer pillaje para seguir en armas”.
Afirmar que en Colombia hay democracia porque existen elecciones es una falsificación de la historia, tanto porque omite el clientelismo, la corrupción y el monopolio político de los dos partidos de la oligarquía, como porque abstrae la salvaje represión de que han sido y son objeto las fuerzas políticas y sociales que han pretendido o pretenden plantearse como alternativas al sistema, caso precisamente del genocidio de que fueron víctimas los militantes de Unión Patriótica, dato que el informe de marras soslaya de manera impúdica.
Si la formalidad democrática no alcanza para contener el avance de la guerrilla, peor para la formalidad democrática, y allí están para probarlo las maniobras conducentes a permitir la reeleción directa de Alvaro Uribe Vélez, percibido como la última reserva de Occidente ante la amenaza planteada por las bárbaras huestes de la “narcoguerrilla”, a pesar de los probados vínculos de dicho personaje con el narcotráfico y el paramilitarismo.
Sostener que en Colombia no existe una “guerra de posiciones” carece de significado, toda vez que el éxito de la estrategia militar de las FARC radica precisamente en su habilidad de plantear una guerra de movimientos, la que ha sido capaz de desarrollar con singular originalidad y maestría.
Sobre el tercer tipo de argumentos, sólo cabe decir que ante semejante nivel de debate, nunca es más válido el antiguo aforismo de que los dioses ciegan a los que quieren perder.
La madre del cordero
El último tipo de razones enarboladas por el informe en comento es consistente con su matriz ideológica de subordinación: “con el fin de la bipolaridad y la consolidación de Estados Unidos como hegemonía mundial, se produjeron tanto un cambio de sus prioridades en Colombia como un creciente nivel de atención e injerencia en el conflicto”; “El orden mundial que emerge después del 11 de septiembre es aún más hostil a la insurgencia. El endurecimiento y el unilateralismo de Estados Unidos, su creciente atención a Colombia y sus vecinos, los nexos de las FARC con terroristas de otras latitudes y el mismo motete de “narcoterroristas”, apuntan a asfixiar la guerrilla desde afuera”.
Una vez más el informe confunde las categorías. El concepto de hegemonía remite, como se sabe, a la dominación por asimilación y consenso, mientras que en Colombia lo que hay realmente es una guerra brutal, atizada y financiada por el poder imperial. Por lo demás, el propio informe se encarga de esclarecer la verdadera madre del cordero: “en este hemisferio no hay lugar para otra Cuba”, lo que parece encantar a los redactores del mismo.
En suma, este es el tipo de temáticas que abordó la segunda entrevista con el Comandante Raúl Reyes, en su campamento guerrillero emplazado en las profundidades de la selva colombiana. .
Dos partidos, un sistema…
-Hace poco ví en televisión las declaraciones del ex-presidente Julio César Turbay Ayala sobre el tema del intercambio humanitario de prisioneros. Dijo que el gobierno tiene la obligación de negociar con las FARC, puesto que no las pudo derrotar militarmente. Me parecen un reconocimiento a las FARC como una fuerza de poder. ¿Cuáles son los factores que lo explican?.
“Indudablemente que son muchísimos los factores. Los hay de tipo económico, sociales, históricos, políticos y hasta culturales . La verdad es que en este momento en Colombia no hay una alternativa distinta, seria, frente al ordenamiento jurídico político que ha construido la burguesía colombiana. Las fuerzas políticas que participan de ese esquema, pues están en el gobierno. No son oposición, no pueden serlo porque están dentro de ese interés y se benefician de él. Una de las particularidades de nuestro caso es que aquí no se ha permitido el desarrollo de fuerzas de oposición al régimen gobernante, porque han sido asesinadas por éste.
Es lo que ocurrió con Unión Patriótica, lo que ocurrió con el partido Comunista colombiano, que está diezmado por la criminalidad del Estado en su modalidad de terrorismo, lo que ocurre con el movimiento sindical, con intelectuales disidentes de la política estatal, con periodistas. Es decir, a todos aquellos sectores que tienen el valor de disentir de las políticas gubernamentales, les queda muy complicado hacer su ejercicio político de forma legal. Por eso aquí no hay un partido ni una fuerza política legal que pueda uno decir que tiene presencia en el Congreso, que tiene presencia en la Cámara, que tiene presencia en la institucionalidad política, porque no se permita que exista. En algunos países del mundo hasta le pagan a la oposición para que haga su política. Y aquí hacen gárgaras los políticos tradicionales diciendo que lo que falta en Colombia es una oposición. Pero ellos la han asesinado. No toleran que exista esa oposición”.
…Y una opción alternativa
-¿Es esa conducta del régimen la que ha convertido a FARC en un factor de poder?. Desde otra perspectiva, ¿cuáles son sus principales lineamientos políticos?
“El monopolio político del bipartidismo explica en buena medida que las FARC se hayan convertido, desde la clandestinidad y su lucha armada, en una verdadera opción de poder. Naturalmente, dentro de una política de combinación de todas las formas de lucha, porque ideológicamente FARC es una organización marxista leninista que se nutre del pensamiento del libertador Simón Bolívar y se alimenta de la experiencia revolucionaria de pensadores latinoamericanos y de otros revolucionarios. Hace el trabajo de combinación de todas las formas de lucha, relacionando la acción armada con la acción política abierta y el trabajo de masas, pues su principal tarea por ahora es la construcción del ejército.
Las FARC es una organización clandestina, una organización levantada en armas contra el Estado. Las FARC está luchando por un nuevo Estado, un nuevo gobierno. Por una nueva Colombia. Y si el régimen no ha tolerado expresiones políticas desarmadas, pues mucho menos va a tolerar una organización armada como las FARC, que públicamente señala, donde sea necesario, que está luchando por el poder, que no reconoce la institucionalidad, que está luchando por un nuevo Estado, por un nuevo régimen, que está luchando por una justa distribución de la riqueza, por una Colombia sin explotadores y explotados, que está luchando por el socialismo para Colombia.
Entonces, en la medida en que el régimen no puede resolver los problemas de la población, proporcionalmente crece la simpatía a las FARC y la empiezan a ver como una opción. Entonces de hecho las FARC tienen ese reconocimiento. La clase gobernante insiste, como le decía ayer, en liquidar a las FARC con el uso de las armas. Es una obsesión ya esquizofrénica, pues ya llevan cuarenta años intentándolo. Y como le decía, no lo lograron en Marquetalia, no lo lograron en Casa Verde, no lo lograron en San Vicente del Caguán y no lo van a lograr jamás. Porque las FARC se convirtió en una realidad inamovible.”
-Sin embargo, el gobierno de Uribe Vélez tiene un alto nivel de aceptación, precisamente por su política de línea dura…
“Nosotros vemos que en este momento, con Uribe Vélez, la clase gobernante está jugando una última carta para ver si ahora logran, con ayuda de los gringos, con la invasión norteamericana, con la presencia de los gringos y la presión internacional, desvertebrar a las FARC y llevarla a la claudicación y a la Pax Romana. Pero los problemas que ha generado la confrontación crecen todos los días. Tienen mayor dimensión y la guerrilla se viene fortaleciendo. Usted mencionó a Julio César Turbay Ayala, que fue presidente de la República de 1978 a 1982, y él mismo se dedicó a combatir la guerrilla con el Estatuto de Seguridad, mediante el decreto 1923. Su cuatrienio lo dedicó a combatir las fuerzas revolucionarias y a los amigos de las FARC, pues en esa época encarcelaron, torturaron y desaparecieron cantidad de gente.
Muchas veces el tipo salió al exterior y allá le preguntaban qué pasaba en Colombia, por qué había tantos presos políticos, y él decía que no, que en Colombia no había presos políticos y que el único preso era él, que andaba por allá, paseando. Con esa desfachatez y cinismo hablaba. Este personaje, caracterizado jefe liberal, ideólogo de la burguesía, es de los que esperan que la guerrilla de las FARC sea borrada del mapa político.
Turbay y la clase política tenían fincadas las esperanzas en que el gobierno de Uribe Vélez iba a lograr ese objetivo. Pero en la medida en que pasa el tiempo y Uribe no logra ese objetivo, entonces ellos empiezan a desesperarse, porque han tenido la ilusión de que si Uribe acaba con las FARC, entonces no van a tener que hacer reformas en beneficio de los trabajadores. Si Uribe acaba las FARC entonces no necesitan ningún acuerdo, porque no van a hacer acuerdos con los muertos para el intercambio de prisioneros. Si acaban a las FARC, entonces no van a tener quién les golpee la economía ni quién les ahuyente la inversión social, porque al no existir las FARC nadie más lo va a poder hacer. Eso es lo que ellos sueñan. Pero entonces qué ocurre.
A medida que pasa el tiempo, pues Uribe ya superó la mitad de su período y no puede mostrar resultados, porque una cosa son los deseos y otra es la realidad, estos mismos señores que lo han apoyado, que son los terratenientes, los latifundistas y la oligarquía de este país, se empiezan a preocupar y dicen, bueno, qué pasa, el tiempo transcurre, cada vez estamos más viejos, cada vez con más canas; este señor Turbay ya es un octogenario, y ve que no pasa nada.
Entonces, si el Estado es débil, dicen ellos, en la medida en que no logra acabar con la guerrilla, toca buscar un acuerdo. Porque ese es el problema real. ¿Por qué dialogan ellos con la guerrilla?. Pues dialogan con la guerrilla porque no la han podido derrotar. Pero también la guerrilla ¿por qué dialoga con ellos?. Porque tampoco los ha podido derrotar. Porque el día que la guerrilla logre tomarse el poder y derrote a su enemigo de clase en la confrontación política, pues para qué va a dialogar con ellos. Entonces se presenta esta situación. Nosotros vemos que Uribe es una especie de experimento final. Porque fíjese qué ocurre si comparamos con lo que hizo Pastrana.
Aparentemente Pastrana, el hombre que dialogó, el hombre que según ellos dió más de lo que ha debido dar, cosa que no es cierta, pero bueno, dialogamos, avanzamos en una agenda, pudimos dar a conocer a nivel mundial las propuestas de las FARC. Pero al darse cuenta que las FARC no era una organización para dejarse ilusionar y atraer por la modernidad, por lo que hace europa y las muchachas bonitas, sino que tiene una concepción de lucha por el poder, pues entonces decide acabar los diálogos.
Y acaba los diálogos en medio de una campaña publicitaria violenta con el argumento que las fuerzas militares ya tenían la capacidad suficiente para liquidar a las FARC y que no lo habían hecho antes porque el presidente no se los había autorizado. Pastrana, según ellos, era el responsable de que no hubieran liquidado a las FARC, cosa absolutamente falsa. Entonces se reune la burguesía liberal y conservadora y dicen, bueno, acabamos los diálogos, viene la guerra total contra las FARC, los declaramos terroristas y luego los conservadores en el gobierno apoyan a Alvaro Uribe Vélez para la presidencia de la República. Hay que dejar bien claro que es el partido Conservador el que mayor aporte hace para convertir a Uribe Vélez en presidente, a pesar de que es liberal. Y eso es lo que hoy le cobra. Si usted ve las noticias de televisión y radio, hoy el partido Conservador está diciendo, nosotros hicimos a Uribe Vélez presidente. Entonces ahora le toca darnos la contraprestación, y nos permita una parte del botín burocrático, nos permita la vicepresidencia de la República, cargos de representación diplomática y la administración de entes gubernamentales, como pago político ”.
La última trinchera
-¿Qué piensa del actual debate sobre la reforma constitucional que permitiría la reelección de Uribe?
“Bueno, están en eso también. Hay partidarios de la reelección de Uribe en los liberales y los conservadores. Pero eso se irá complicando en la medida en que Uribe no pueda mostrar resultados”.
-¿Usted cree que todavía perciben a Uribe como la carta de garantía de la continuidad del sistema?.
“Sí, todavía en algunos sectores Uribe es percibido como la tabla de salvación, como el predestinado por la divina providencia para liquidar a la insurgencia colombiana . Pero también por el otro lado cunden las preocupaciones de quienes dicen, no, esto no va a ser tan fácil. Las FARC ya están muy arraigadas, muy posesionadas en todo el país”.
Un ciclo recurrente
-¿Es un hecho nuevo que ciertos sectores asuman que a las FARC ya no es posible derrotarlas por la vía militar?
“No, no es tan nuevo. Ya tiene cerca de unos diez años. Lo que pasa es que ellos juegan muy bien con esos cálculos. Cuando se les aparece una opción en que ellos creen que ahora sí lo van a lograr, y dicen ahorita estamos en condiciones de liquidarlos, entonces parten con la propaganda de que las FARC no son nada, que están liquidadas, que están acabadas. Pero como los hechos son tozudos, cuando ven que eso no es así, entonces dicen hay que dialogar, hay que buscar las salidas. Entonces no es nada raro que más adelante digan, hemos debido dialogar, que vaina, que nos equivocamos, que vengan para acá, que conversemos. Nada de raro”.
-Este es un ciclo que se ha venido repitiendo en forma recurrente .
“Exacto. Eso es cíclico. Ya le contaba lo que pasó con todos esos gobiernos y cómo acabaron los diálogos y cómo después nos estaban buscando para dialogar, y todo eso. Eso lo han hecho siempre, porque su estrategia, naturalmente, consiste en mantenerse en el poder, a costa de lo que sea, y como su enemigo ideológico son las FARC, sueñan con acabar a ese enemigo. Entonces en este gobierno han encarcelado a muchísima gente, población civil, sindicalistas, dirgentes populares, gente del pueblo común y corriente, que nada ha tenido que ver con la guerrilla. Pero los han mostrado como combatientes guerrilleros, incluso muchos de ellos como comandantes. ¿Para qué?. Pues para mostar éxitos”.
La guerra mediática
-Pero eso ¿no les crea problemas de desgaste de la credebilidad?
“Pues sí, eso les ha creado muchísimos problemas. Por ejemplo, en Cartagena de Cheira, un municipio sobre el río Caguán, se llevaron ochenta pobladores. La gran noticia que sacaron los medios de comunicación fue, contundente golpe al 14° frente de las FARC. Pero como no eran guerrilleros ni eran nada, y nada les pudieron probar, pues tuvieron que soltarlos, pero ahí sí que sin bulla. Los soltaron, pero lo que le quedó a la gente es que golpearon muy duro a las FARC .
En Arauca han hecho igualmente lo mismo. Arriba, por el lado norte de Colombia, pues han hecho lo mismo. En ese momento emplearon una figura jurídica retrógrada, las zonas de rehabilitación, donde prácticamente hay una dictadura de los militares, que tienen todas las facultades jurídicas para proceder contra la población cilvil a como les diera en gana, con muchísimos recursos. Pero eso empezó a fracasar porque cometieron muchísimas arbitrariedades, y la gente comenzó a quejarse, y a entablar demandas contra el Estado por injurias y calumnias, y daños a su integridad física y moral. Entonces el Estado está embrollado con todas esas cosas, al punto que esa figura de las zonas de rehabilitación, desapareció porque no fue funcional.
Entonces por eso usted puede ver en las noticias que los ex-presidentes liberales Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper Pisano y Julio César Turbay Ayala están hablando de que todavía no se define la reelección. Eso tiene varios elementos. Uno, los liberales quieren ser ellos los que gobiernen en el próximo cuatrienio. Dos, ellos entienden que un elemento para hacer política, para hacer proselitismo es agitar la propuesta del canje humanitario, porque varios de los congresistas retenidos son senadores o representantes liberales.
Entonces, están detrás de hacerse de todos esos votos, y les resulta incómodo que Alvaro Uribe Vélez no tenga ningún interés en el acuerdo humanitario, pero que tampoco sea capaz de rescatarlos por la fuerza. Y los familiares, pues obviamente no quieren que se intente el rescate por la fuerza, pues saben que corren peligro sus familiares. Eso es normal. Por eso la lucha nuestra por conseguir la aprobación del canje. Es un elemento político de mucha importancia. Porque tiene también el fin de buscar la liberación de los guerrilleros y las guerrilleras que están en la cárcel, sólo por el hecho de hacer uso del derecho universal de la rebelión”.
-¿Cuántos son los guerrilleros en prisión?
“Pues no le puedo dar la cifra exacta ahorita, pero son más o menos unos trescientos guerrilleros en total. A alguna gente que, como le cuento, la están calumniando y la están sindicando, sin ser de la organización. Pero guerrilleros propiamente, según la última cuenta que hicimos, no pasa de trescientos”.
El alcalde Garzón y el Polo Democrático
-El surgimiento del Polo Democrático Independiente, que logró la alcaldía de Bogotá para Luis Garzón, ¿es. para ustedes es un dato de interés en el cuadro político colombiano, o lo ven con suspicacia?
“La verdad es que lo vemos con suspicacia, porque hay cantidad de gente que votó por el Polo Democrático Independiente, no porque tengan una ideología contraria a los conservadores y los liberales, sino porque en muchos casos han sido maltratados. De pronto favorecieron con votos y con apoyo a determinados jefes liberales y conservadores, y después, cuando no los tienen en cuenta, entonces salen resentidos de ahí. El Polo Independiente es una amalgama de fuerzas, pero también de intereses.
Entonces ahí están desde el partido Comunista, que votó por el frente, hasta sectores del movimiento sindical, liberales, conservadores, algunos intelectuales, académicos, y algunos de ellos lo hicieron porque consideran también que es buscar una alternativa distinta a los partidos tradicionales. Eso es cierto. Pero del Polo Democrático no podemos decir que es una organización definida ideológicamente como alternativa al sistema de los partidos gobernantes. No.
Unos cuantos que están liderando ese Polo están detrás de convertirse en presidentes de la República, y buscan que la burguesía colombiana les permita que ellos administren sus intereses. En eso hay mucha desinformación, porque ahí están personajes que fueron del partido Comunista, que fueron del movimiento sindical, que fueron guerrilleros. Entonces, manejan eso habilidosamente, dicen que vienen de la izquierda. Pero resulta que renegaron de la izquierda y hoy están en la alcaldía de Bogotá, como es el caso de Luis Garzón.
El fue dirigente del partido Comunista colombiano, y dirigente sindical. Pero renegó del partido y renegó del movimiento sindical, e hizo todo lo posible para que le permitieran ser el alcalde de Bogotá. Hoy está detrás de llegar a la presidencia de la República, y eso no está mal. Sólo que no le le puede dar el caracter de un hombre de izquierda, porque él se retiró de eso. Y si vamos a analizar el caso de Navarro Wolf, que viene de ser del M-19, pues lo mismo, Es de esa gente que entregó las armas, que se reinsertó, que le ha tocado decirle al regimen perdone lo que hice, y resulta que los revolucionarios no tenmos por qué pedirle perdón al enemigo de clase. Pero ellos sí, a cambio de que les permitan hacer su política y los conviertan en figuras para impedir que lleguen otras fuerzas comprometidas con el pueblo ”.
Descomposición del sistema bipartidista
-Sin embargo, el surgimiento de Polo Democrático ¿no sugiere la descomposición del sistema bipartidista?
“Sí, en cierto modo es producto del descontento. El Polo Democrático Independiente expresa ante todo el descontento que tiene mucha gente de los partidos liberal y conservador. Es que en Colombia hay un elemento que se está manejando. Hay muchos candidatos que saben que si se presentan como liberales o conservadores, no van a tener respaldo. Entonces, buscan siglas, por ejemplo, se ponen Movimiento Sí Colombia. Ese movimiento es conservador. Es de Noemí Sanin, que fue candidata a la presidencia de la República y hoy es una embajadora Uribista. Ella no quiere la identifiquen como tal, porque si se muestra como conservadora, pues no tiene ninguna opción. En el partido liberal ocurre lo mismo. Entonces, muchos encontraron el en Polo una coraza para meterse ahí”.
-Es decir, en su opinión ¿el Polo Democrático no es sino más de los mismo?
“Sí, más de lo mismo, con la salvedad de que ahí hay gente de izquierda. Pero son pequeñas fuerzas que no deciden dentro del Polo. Los que deciden dentro del Polo son los que representan más de lo mismo”.
Composición de las FARC
-Históricamente, la base de sustentación y la cantera de reclutamiento de FARC ha sido campesina. ¿Hoy se mantiene ese caracter, o ha evolucionado?
“Su base inicial es campesina. Los 48 hombres que se levantaron en armas en Marquetalia eran campesinos. Muchos de ellos venían de ser guerrilleros liberales, y otros eran dirigentes comunistas. El origen de las FARC es campesino. Pero con el tiempo, pues empiezan a ingresar otras fuerzas, otras expresiones. Estudiantes, profesionales, obreros de sectores urbanos, intelectuales, etc. Hoy en las FARC todos esos sectores están presentes en nuestras filas. Esto tiene que ver con lo que le contaba. En la Séptima Conferencia ya las FARC deja de ser una organización que lucha solamente por la reforma agraria y hace un compromiso de luchar por los intereses de todo el pueblo colombiano, incluidos obviamente los campesinos. También eso tiene que ver con que hoy Colombia es un país urbano. El 70% de la población colombiana vive en las ciudades y un 30% vive en los campos”.
-¿Tienen las FARC presencia en sectores urbanos, especialmente en las grandes ciudades?.
“Las FARC tienen presencia en todo el país. La tiene en Bogotá, en Medellín, en Cali y en todas las ciudades. En la Octava Conferencia se definió que cada uno de los frentes urbanos tenían que estar insertados dentro de los bloques de frentes. Los bloques de frentes son unas instancias de dirección, mando y conducción de la organización, intermedias entre el Estado Mayor Central y los frentes. Entonces, para darle mayor operatividad, organización y poder dirigir mejor el trabajo, estos trabajos urbanos están dentro de los bloques de frentes. Por ejemplo, el bloque oriental que incluye a Bogotá, la capital de la República, tiene bajo su responsabilidad todo el trabajo sobre Bogotá. Así como operan en el campo, también operan en la ciudad”.
-¿Qué tipo de acciones se realizan en las ciudades?
“Todas las acciones que sea posible hacer, sin ninguna excepción. Desde tomar puestos de policía, hasta acciones de propaganda, todo lo que es la operatividad guerrillera. La misma que realiza en el campo, la realiza ahí contra las fuerzas enemigas. Pero claro, dentro de la concepción de la lucha guerrillera, de la concepción de unidades móviles de combate. Fíjese que un comando guerrillero se llevó a unos diputados del Valle del Cauca, los sacó del corazón de Cali. De Bogotá han sacado cantidad de gente y han realizado operaciones ahí dentro. Realizaron hace poquitico una operación en la capital del Huila, y así en todas partes, en Barranquilla, en Cartagena, en Santa Marta, en Ibagué, la capital del Tolima, en todas partes se opera así . Los sitios donde deben estar ellos, pues los deciden los estados mayores de los bloques donde trabajan. Porque un comando acciona en Bogotá, y si se considera que es improcedente que permanezca allá, porque queda muy detectado, pues entonces está un tiempo en el campo, operando con las guerrillas de acá, porque no hay diferencia entre los gerrilleros de allá y los de acá, somos todos lo mismo, todos nos guiamos por una sola política y unas solas normas, entonces hacen un trabajo acá y luego vuelven allá o mandan otros. Así se opera”.
Perfil ideológico de las FARC
-En términos de ideología, usted me decía que son una organización que se define como marxista-leninista. La guerra de movimientos es de inspiración guevarista. Pero ¿tienen alguna elaboración propia?.
“Sí, las FARC ha tomado las experiencias de muchos pueblos. Se ha estudiado la experiencia de los chinos, se ha estudiado la experiencia de Lenin en Rusia, la experiencia de Ho Chi Min en Viet Nam, la experiencia de Fidel Castro y del Ché Guevara en Cuba, y de aquí mismo en Colombia y de países hermanos. Pero las FARC han buscado construir su propia política, su propia estrategia, su propio modus operandi, partiendo de que Colombia es distinta a Cuba, distinta a cualquier país asiático, a cualquier país europeo.
Entonces hemos ido construyendo nuestras propias normas, nuestras propias tareas, nuestras propias responsabilidades. Y también en el sentido de que en las FARC no existen los grados militares que tiene el ejército de la burguesía. Hemos querido crear algo completamente distinto. En el ejército de la burguesía existen los grados de general, de cabo y todo eso . Pero en FARC pensamos que debe tener una organización que corresponda a su ideología. Por eso aquí la comandancia no tiene esos grados.
Son equivalentes, pero distintos. Por ejemplo aquí aparecen los comandantes de Estado Mayor Central, que es la máxima instancia, de la cual salen los miembros del secretariado. Pero el organismo grande es el Estado Mayor Central, que es el organismo nacional . Pero como no puede estar reunido todo el tiempo, porque son muchos y con distintas tareas, entonces delegan en los miembros del secretariado las tareas de la conducción y el control diario de las distintas actividades de la organización.
El secretariado entonces le rinde cuenta al Estado Mayor Central, que le rinde cuentas a la Conferencia, que es la máxima instancia. Entonces aquí existen los comandantes de Estado Mayor Central, comandantes de bloques de frentes, con sus correspondientes reemplazantes, comandantes de frente con sus reemplazantes, comandantes de compañía con sus reemplazantes, comandantes de columna con sus reemplazantes, comandantes de guerrilla con sus reemplazantes y así sigue la estructura hasta llegar a la UTC que es la unidad más pequeña, que pueden ser tres o cinco combatientes. Pero la unidad básica de la guerrilla son doce hombres, es decir, una escuadra, con su comandante y su reemplazante.
Si vamos a comparar eso con la estructura del ejército, el comandante de la escuadra acá viene a ser como un cabo dentro del ejército, y el reemplazante viene a ser como un cabo segundo, y así sucesivamente hasta llegar arriba. Como somos una organización político militar y somos partido, la escuadra a la vez es militante de partido, que estudia la política, la ideología, que hace el trabajo de educación, que hace el trabajo político dentro de la guerrilla. Fuera de eso, la guerrilla de las FARC crea el partido Comunista clandestino y organiza el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia”.
Trabajo de masas
-¿Esa es una manera de relacionarse con las masas?
“Es una forma de relación con las masas, es una forma de crecer y es una forma de incidir mucho más con nuestras propuestas políticas”.
-¿Cuál es el sentido de crear el partido Comunista clandestino?
-El partido Comunista clandestino es un partido creado, orientado y organizado por las FARC, y está a disposición de las FARC para las tareas que se le asignen . Por ejemplo, en una fábrica se crean células de partido. Esas células tienen la función de tener la relación con los sindicatos, con los patrones, con todo el mundo, pero ellos tienen un trabajo clandestino. Eso permite conseguir información y captar nuevos combatientes, y permite conseguir apoyos de distinta índole. Estas células se encargan de hacer el trabajo que les señale las FARC. Por eso el partido Comunista clandestino es un partido para la lucha por el poder, y de ahí nos nutrimos con nuevos combatientes. Este partido nada tiene que ver con Bogotá, ni con el partido Comunista colombiano.
Es de las FARC y depende directamente de las FARC, y las FARC tiene su dirección independiente de Bogotá. Nada tiene que ver con el partido Comunista de Bogotá en cuanto a estructura orgánica. Ayer le contaba que desde hace años las FARC han podido desarrollar su propia dirección, resolver sus problemas con esa dirección y entonces se dijo, bueno, los camaradas de Bogotá harán su trabajo allá como partido legal.
Ellos participan en elecciones y están en cuanto foro hay por allá y todo eso. Nosotros no, porque somos clandestinos, somos organización alzada en armas . Entonces la creación del partido Comunista clandestino también tiene la importancia de que mucha gente quiere contribuir con la lucha revolucionaria, pero no tiene vocación de mártir; nadie quiere luchar para morir sino para ganar, para vivir. Por eso entonces prefieren militar clandestinamente y desde esa posición contribuir a la lucha revolucionaria y no andar con un letrero que diga que es comunista para que lo asesinen por ese hecho y de pronto no hacer el aporte que se cree obligado a hacer ”.
Trabajo legal y trabajo clandestino
-Si le he entendido bien, eso establece una importante diferencia de enfoque con el partido Comunista colombiano. ¿Es eso lo principal que los separa?.
“Obviamente lo que nos separa es que ellos hacen trabajo legal. Ellos están allá y participan de elecciones, viajan por todo el país y por todo el mundo, ahí están. Nosotros no lo podemos hacer porque estamos armados, porque somos guerrilla. Ellos no son guerrilla. Entonces, este partido Comunista clandestino ha crecido mucho. Es una organización grande. Estamos viendo cómo se le da una organización propia, porque hasta ahora su dirección es el Estado Mayor Central de las FARC, y estamos pensando que en la medida de su crecimiento, va a tocar hacer un Congreso, y que nombre su Secretario General, para que tenga la estructura que tienen todos los partidos.
Pero por ahora pensamos que debe mantenerse en la clandestinidad, porque si no, los van a asesinar, porque aquí no hay espacio para agrupaciones políticas distintas a las del régimen. Entonces, encontramos como suplir la debacle que pasó con Unión Patriótica. A Unión Patriótica la asesinaron, la desaparecieron, y allí habían comunistas, liberales, pero también gente sin partido. Entonces hicimos la propuesta del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia.
De eso se hizo el lanzamiento hace cuatro años, con invitaciones a muchísima gente. Hubo más de treinta mil personas en ese acto de lanzamiento. Se trata de recoger la gesta bolivariana, de partir del hecho que en Bolívar nos encontramos todos, no sólo en Colombia sino también con los revolucionarios y los antiimperialistas de la región. Y entonces buscamos relaciones con todos los bolivarianos.
El Movimiento Bolivariano también es clandestino, desde luego, y pensamos que debe ser clandestino hasta que tengamos nuevas condiciones para que pueda salir a la luz pública, en la medida en que tenga un apoyo de masas grande. El Movimiento Bolivariano tiene en este momento un jefe, Alfonso Cano, miembro del secretariado de las FARC. Pero si después es tan grande que puede estar en la legalidad, habrá que ver como se le estructura una dirección nacional, que no necesariamente tiene que estar amarrada a la dirección nacional de las FARC ”.
-La condición cladestina del partido Comunista clandestino y del Movimiento Bolivariano ¿no obstruye su relación con el movimiento de masas?.
“Al contrario, la facilita porque, como le vengo diciendo, la gente quiere luchar, quiere hacer su aporte a la lucha revolucionaria, pero no quiere exponerse demasiado, porque está su vida de por medio. Entonces, se vinculan siempre y cuando sean clandestinos. Muchos catedráticos e intelectuales están en sus trabajos, y desde allá participan en sus organizaciones, pero en forma clandestina. Porque si un día son descubiertos, pues los mandan a asesinar, o mínimo, los dejan sin trabajo”.
El frente internacional
-¿Qué me puede decir del trabajo de las FARC en las relaciones internacionales?
“En el trabajo internacional hay una comisión que tiene presencia prácticamente en todos los países, donde en la primera etapa se hizo el trabajo de explicar cuál era la lucha de las FARC, cuáles son sus objetivos y cuáles son las dificultades de la lucha en Colombia . Se hicieron relaciones con distintos gobiernos. Nos han recibido muchísimos gobiernos, de Europa y de aquí, de América Latina . Este trabajo sigue ahí. El gobierno colombiano y la casta dirigente se preocuparon mucho porque las FARC tenía mucha simpatía en el exterior, alcanzaron a decir que eramos una especie de Robin Hood, y luego, cuando ocurrió lo de las Torres Gemelas, nos declaran terroristas.
Entonces, le pidieron a esos gobiernos que no nos recibieran, porque éramos terroristas. Algunos gobiernos, para no desairar a Uribe Vélez, metieron a las FARC entre los grupos terroristas, pero después nos mandaron notas diciendo que lo había hechos para quitarse presiones, pero que estaban abiertos a recibirnos a cualquier hora. Entonces se sigue manejando algún nivel de relaciones con algunos gobiernos. Pero sobre todo está el trabajo con fuerzas políticas que no están en el gobierno, con fuerzas de izquierda, con movimientos progresistas. Eso se mantiene sin ningún problema”.
Lucha ideológica y autonomía
-¿Cómo afectó a las FARC el contraataque ideológico que proclamó el fin de las ideologías, el fin de la historia, y que pasaron de moda las luchas por el cambio social?.
“A las FARC no las afectó. Las FARC es una organización muy cohesionada política e ideológicamente, y por eso no hubo ninguna dificultad interna. No hubo ningún cuadro, ningún dirigente, que empezara a cuestionar la continuidad de la lucha, el objetivo de la búsqueda del poder y la construcción del socialismo. El comandante Marulanda y el comandante Jacobo Arenas se ocuparon de elaborar pensamiento sobre eso. Si había caido el muro de Berlín y Gorbachov había traicionado a los soviéticos y al campo socialista, pues las desigualdades sociales continuaban y en particular la situación de Colombia seguía empeorando en cuanto a pobreza, violencia, desigualdades y falta de posibiliades.
Entonces aquí, internamente, no afectó a las FARC. Pero además por otra razón. Las FARC nunca han dependido económicamente de nadie. No es cierto que a las FARC le haya llegado el oro de Moscu en aquella época, ni mucho menos de los cubanos, nada, de los chinos tampoco, de los vietnamitas, pues menos. Las FARC han ido creando su ejército por propia cuenta. Han tenido vida independiente.
Las FARC no han tenido que ir a Cuba a decirle a los camaradas cubanos, mire, por qué no nos elaboran este plan operacional, o cómo se hace este asalto, cómo se hace tal emboscada, cómo se hace esta toma. No. Las FARC han aprendido en la confrontación y han creado sus escuelas de inteligencia y de combate, donde se le enseña a la gente cartografía, inteligencia de combate, tácticas de combate. De una parte, eso ha retrasado la lucha revolucionaria porque hay que ir armando todo eso, haciendolo de a poco. Pero tiene la virtud de darnos la independencia, de no depender de nadie. Porque fíjese lo que pasó en otras guerrillas.
La guerrilla salvadoreña estuvo ad-portas del poder. Pero cuando viene lo de Unión Soviética, pues ellos quedaron sin ayuda y les tocó llegar a una negociación convertida en una frustración para el pueblo salvadoreño. En Nicaragua, pues lo mismo. Todos contribuimos a la lucha nicaraguense. Llegan al gobierno, y cometen cantidad de errores esos dirigentes; el pueblo les cobra eso y los gringos aprovechan la situación para conseguir que doña Violeta sea la presidenta.
Sembraron la esperanza de que detrás de doña Violeta venían bultos de dólares, y no llegaron ningunos dólares pero sí sacaron a los sandinistas de la presidencia. Y los acabaron, porque la reacción volvió a tomar el poder. Aquí mismo en Colombia, se desmovilizó el M-19 y todos esos grupos que entregaron las armas. En nada benefició eso a la población. No hicieron reforma agraria, no generaron empleo, no acabaron el paramilitarismo, no se dió la defensa de la soberanía de nuestra patria. Entonces, nosotros analizamos todo eso para decir, no, en Colombia siguen todas las condiciones para continuar la lucha, y ahí estamos .
Pero fíjese que eso tenía de otra parte la ilusión, que no desapareció nunca de las mentes enfermizas de la burguesía colombiana, de decir, bueno, ahora sí llegó el momento de acabar a las FARC, porque quedaron ideológicamente huérfanos, no tienen apoyo de ningún lado, no tienen aliciente de ninguna naturaleza, y ya llegó el momento que tienen que entregar las armas, o se acabaron. A Cuba también la debilitaron mucho. Cuba empezó a no recibir la ayuda del campo socialista, se intensificó el bloqueo de la manera más infame.
Pero afortunadamente la revolución cubana también es un caso sui generesis, que hay que valorar en toda su dimensión. Ahí están los cubanos. No lograron acabarlos tampoco. ¿Qué pasa entonces?. El capitalismo dice, bueno, hay que acabar con la revolución cubana, hay que acabar con las FARC, porque esos son los peligrosos, los que cunden el mal ejemplo, los que pueden estimular el pensamiento revolucionario en la región . De ahí que no sea fácil la situación para los camaradas cubanos y no sea fácil la lucha revolucionaria en Colombia, para las FARC”.
Incremento de la agresión imperial
-Incluso, cabe anticipar niveles de agresión mucho más agudos, tanto contra Cuba como contra las FARC ¿no lo cree así?.
“Sí, ellos lo van a a intentar. Ellos han venido tejiendo el especimen de que hay un eje del mal aquí en la región, que es Cuba, Venezuela y las FARC. Dicen que hay que acabar con ese eje del mal, y por eso la campaña permanente contra el gobierno de Hugo Chávez. El presidente Hugo Chávez no es un comunista, pero es un bolivariano, es un patriota venezolano que está luchando contra la política norteamericana.
No es cierto que nosotros recibimos ayuda de Chávez, pero por lo menos no se deja imponer las políticas de Estados Unidos contra nosotros, ni tampoco las políticas de Uribe Vélez contra nosotros, sino que guarda distancia a ese respecto. Por eso la oligarquía colombiana se ha convertido en el enemigo acérrimo de Chávez. La burguesía colombiana, la burguesía venezolana y el conjunto del capitalismo buscan ahogar a toda costa la revolución o el proceso venezolano. Porque consideran muy peligroso que se convierta en una nueva Cuba. Y claro, que Venezuela se convierta en una nueva Cuba, y Colombia tenga una guerrilla, revolucionaria por convicción, pues todo eso les preocupa mucho”.
-Usted me decía que las FARC han elaborado un pensamiento autónomo.¿En qué se manifiesta?.
“En las propuestas políticas. Por ejemplo, a nosotros se nos dice, ustedes quieren el poder. Sí, somos pueblo en armas, queremos gobernar Colombia. Bueno, entonces ustedes qué quieren ¿hacer un socialismo como el que cayó en Unión Soviética?, ¿o hacer un socialismo como el de Cuba, muy cuestionado, dicen ellos?, ¿ o hacer un socialismo como el de China, o el de Vietnam, o el de Corea del Norte?.
Nosotros decimos, no, queremos hacer un socialismo para Colombia, para los colombianos, tomando todas esas experiencias de las otras revoluciones, de los otros procesos, para ver cómo algunos elementos de esos procesos encajan en nuestro modelo. Por lo que le decía hace un rato, porque Colombia es completamente distinta a esos otros países . Entonces, no podemos pensar en trasladar lo que hizo el comadante Fidel Castro hace cuarenta años allá, a Colombia, en el nuevo siglo. Habrá que ver qué elementos de esas experiencias sirven para aplicalas en Colombia y cuáles ya no tienen vigencia ”.
Lucha por el poder
– Hasta el momento, las FARC ha ido acumulando fuerza en los márgenes del sistema. No parece posible que sea derrotada militarmente. Pero ¿cuándo presumen ustedes que viene el paso decisivo hacia la competencia directa por el poder?
“Pues en esto nosotros partimos del análisis marxista-leninista de las premisas de la revolución. Creemos que tienen que darse unas premisas objetivas y subjetivas, Sin eso es imposible. Nosotros vemos que en el caso de Colombia la burguesia no va a poder seguir gobernando como antes, ni el pueblo está decidido a dejarse gobernar como antes. Entonces, a medida que esa contradicción se convierta en una realidad, que tiene que ver con la profundización de la contradicción trabajo-capital, pues va a llegar el momento de la toma del poder.
Mientras tanto, es muy difícil. Por eso nuestro trabajo de la combinación de las formas de lucha tiene que ver con el accionar militar, con la concientización de las masas, con el debilitamiento y la descomposición del sistema. Por eso también contribuimos a agudizar las contradicciones dentro de los partidos del gobierno, dentro de la misma institucionalidad gobernante, para mostrar su incapacidad y su falta de voluntad política para resolver los problemas de la población. De ahí que ponerle fecha, digamos, a la toma del poder, pues es imposible y equivocado. Puede ocurrir que este intento que está haciendo la burguesía, con un presidente fascista y paramilitar, como es Alvaro Uribe Vélez, al servicio de la política gringa, sea lo último que ellos hacen.
Eso puede ocurrir. Pero va a depender mucho de la movilización de las masas, va depender mucho de la capacidad de resistir del pueblo, la capacidad organizativa, de la capacidad de la resistencia armada, de la capacidad de generar hechos políticos que le muestren a ellos la inviabilidad de su sistema gobernante. Entonces nosotros vemos que estamos avanzando, que día a día vamos avanzando en el objetivo del poder, y con esa concepción del poder es que hacemos nuestros planteamientos.
Fíjese que las FARC primero dialogó en el exterior, después pidió para dialogar un municipio, pero el gobierno no quiso entregar un municipio pues dijo que era mucho; entonces las FARC realizaron operaciones militares muy grandes, durante un buen tiempo, para conseguir no la desmilitarización de un municipio, sino de cinco municipios. Hoy las FARC no ha cancelado las posibilidades de dialogar, y están detrás de la posibilidad de conseguir diálogos nuevamente.
Porque partimos de que el destino de Colombia no puede ser la guerra, el destino de Colombia tiene que ser la paz con justicia social , y que el diálogo es un camino hacia ese objetivo de la paz. Por eso tenemos la propuesta de que el gobierno, cualquiera que sea, éste o el que venga, tiene que desmilitarizar dos departamentos. Ya no son municipios sino departamentos, que son Putumayo y Caquetá, para poder dialogar nuevamente sobre la paz que requiere Colombia. Eso tiene que ver con la vocación de poder. Si las FARC no tuviera esa definición estratégica de la lucha por el poder, para qué pediría ese territorio, no tendría sentido. Podríamos sentarnos a conversar por ahí, en la escuela rural de cualquier vereda ”.
La dura realidad de la Colombia urbana
-¿Qué diagnóstico tiene del estado de conciencia del pueblo colombiano, aquel que está expuesto a un condicionamiento mediático bastante común a los países de la región? ¿Qué tan lejos o cerca está de lo que estamos conversando?. Pienso en el ciudadano medio, ni siquiera el obrero, el estudiante o aquel que ha elaborado algún grado de consciencia y compromiso, pienso en esa heterogénea composición de gente común que acostumbramos a llamar pueblo.
“Esa heterogénea composición que es el pueblo, es de verdad muy heterogéna, porque los medios de comunicación están al servicio del sistema, del capitalismo. Hay gente que está muy pendiente de lo que dicen los medios de comunicación, pero es una minoría. Es una minoría por varias razones.
Primero, porque muchos no disponen de los medios de comunicación, no tienen los recursos para comprarlos. Y otros porque no creen en ellos. Pero hay un sector que se convierte en el apoyo de esas políticas. Pero no lo hace por convicción, sino por interés personal. Entonces ellos están, como se dice aquí en Colombia, al sol que más alumbra. Si ellos ven que en algún momento dado Uribe ya pierde sus inversiones, sus esperanzas, y aparece otro que le ofrece algo, se van con él. Porque muchos son empleados, son funcionarios del gobierno, en cualquiera de los organismos estatales, o están detrás de emplear a alguien de su familia, un hijo, una hija, un amigo o un familiar, dentro de cierto sector, entonces están detrás de que su amigo o familiar llegue al Senado de la República, llegue a cualquier posición de esas para que le de la mano.
Entonces, en ese sentido, se convierten en gente que los apoya, que vota por ellos, pues por puro interés particular. Pero en el fondo la gente quiere cambios y están cansados de todo. Ya le digo, aquí no se ha hecho reforma agraria, aquí todavía hay formas de latifundismo en la tenencia de la tierra, y en todo. Aquí no hay asistencia social del Estado a los trabajadores, nada. Lo que hacen es dar algunas limosnas y se llevan algunos niños y les dan algunos dulces un día al año y todas esas cosas para hacer política, no para más.
No hay de parte del Estado políticas para proteger la salud, para garantizar la educación de los niños, para garantizar programas de vacunación de los niños, ni nada. Y si no hay programas para la educación primaria, ni secundaria, pues mucho menos para los estudios superiores. Fuera de eso, hay cantidades de muchachos que con mucho esfuerzo logran hacerse profesionales, pero si no tienen padrinos y apoyos, al terminar sus estudios no consiguen trabajo, pues todo está politizado.
Entonces hay un descontento muy grande y aparte de todo ese fenómeno social, están los problemas de la represión, de la inseguridad, de la incertidumbre, donde a cada rato hay muertos, hay heridos y todo eso, es un país muy convulsionado. Colombia está muy polarizada y se va a polarizar más porque la confrontación es dura. Y en la medida en que hay confrontación, pues hay muertos, hay heridos, hay destrucción, se ahuyenta la inversión, tienen muchísimas dificultades. El ejército y las tropas se exasperan tanto que cometen errores porque empiezan a ver enemigos por todos lados y entonces le disparan a la población civil, a los niños”.
Agudización de contradicciones
-En ciertos momentos, cuando uno logra abstraerse de la versión unilateral de los medios de comunicación del sistema, fluye la sensación de que en Colombia los sucesos están cerca de salirse de control. ¿Comparte esa apreciación, o la encuentra exagerada?.
“No, para nada exagerada. Usted dice bien. Estamos en esa etapa. Estamos en la etapa donde ya, como le decía, citando a Lenin, la oligarquía ya no puede gobernar como antes. Primero, porque la gente reclama, así sepa que los van a asesinar, como ocurrió con los sindicatos de los petroleros de la USO. Así sean objetos de amenazas, ellos se van a la huelga. Así también pasa con los trabajadores de la educación, los trabajadores del magisterio. Para que les paguen les toca cada tiempo haver paros, si no no les pagan, y entonces los amenaza el ejército, los amenaza la policía a nombre de los paramilitares, y a algunos de ellos los matan, pero a pesar de eso se lanzan a la protesta, pues no les queda otro camino.
Entonces hay esa etapa prerrevolucionaria, donde la gente lucha a sabiendas que le puede costar hasta su vida, y donde el Estado no puede garantizar nada. Lo que pasa es que los medios de comunicación muestran una cosa completamente distinta. Entonces, le fabrican los asesores de imagen del presidente, un discurso y una cara para cada momento, donde aparece victorioso, o se muestra muy amable o se muestra muy enojado, para mostrar autoridad y todas esas cosas, pero la realidad es otra. Y esa descomposición, esa ilegitimidad estatal está presente en todo el aparato.
En el ejército hay unos problemas muy serios de corrupción, de insubordinación de las tropas, de descontento de mandos militares y de tropas frente a lo que está haciendo Alvaro Uribe como presidente y jefe constitucional. Hay varios policías en la misma situación. Corrupción en todos lados, dineros del narcotráfico en todos lados, militares y policías comprometidos con el paramilitarismo. Algunos acusan a los otros, y entonces los otros que también saben de las andanzas de los primeros, igualmente reclaman.
El fenómeno del narcotráfico ha logrado penetrar en toda la institucionalidad. En Colombia los dineros del narcotráfico han nombrado presidentes y senadores, gran parte de los negocios están subsidiados con dineros del narcotráfico. Las principales tierras y más fértiles del país están en poder de los grandes mafiosos. Las ganaderías más grandes, como Fedegan y todas estas, son de los narcotraficantes, que a la vez son terratenientes, son latifundistas y son paramilitares. Entonces, el estado de descomposición y de incertidumbre en Colombia es muy grande. De ahí que puede ocurrir cualquier cosa de la noche a la mañana. Yo no sé hasta dónde nuestro pueblo tenga capacidad para aguantarse mucho más tiempo, pero no parece. De ahí que la tarea de las FARC es seguir adelante en la lucha por el poder, porque hoy tenemos mucho más elementos de los que teníamos antes, y sobretodo mucho más capacidad y mucho más compromiso con nuestro pueblo”.
El marasmo paramilitar
-A propósito del paramilitarismo, ¿qué opinión tiene de la peculiar negociación del gobierno de Uribe con un sector de las Autodefensas Unidas de Colombia?. Sobre el mismo tema ¿ha logrado el paramilitarismo debilitar la base de apoyo civil, especialmente campesina, de las FARC, como parece ser su objetivo político?.
“Dentro de la estrategia contrainsurgente en Colombia está el paramilitarismo. El paramilitarismo es inherente a la política estatal . El paramilitarismo ha sido creado y organizado, orientado y dirigido desde el propio Estado. Esa tarea se la entregaron a la fuerza pública, a los generales del ejército y la policía. Pero ellos lo hacen en cumplimiento de las directrices que les han entregado sus jefes políticos: presidentes de la República, directorios políticos de los dos partidos, congresistas y todo eso. Siguen siendo terratenientes, siguen siendo latifundistas y siguen siendo los que gobiernan el país. Alvaro Uribe Vélez es un terrateniente, es un latifundista, es un paramilitar y es un mafioso. Y es el representante de la burguesía colombiana. Estados Unidos conoce todo eso. Pero lo mantiene ahí porque le está haciendo el favor de abrirle las puertas al ALCA, de seguir privatizando para cumplir con el modelo neoliberal y de seguir entregando la soberanía de nuestro país. Por eso en Colombia la política paramilitar es tan difícil de erradicar.
Lo que hay ahora es un gobierno paramilitar, pues ellos mismos dijeron públicamente que tenían en el Congreso más del 35% de sus representantes apoyando a Uribe. Eso lo dijo Salvador Mancuso, uno de los principales jefes paramilitares. Y durante la campaña pára hacer a Uribe presidente, en muchas regiones era normal que las tropas del ejército colombiano pararan los carros y le dijeran a la gente que había que votar por Uribe.
En muchos casos le pintaban sus carros con Autodefensas Unidas de Colombia, hay que votar por Uribe. Entonces, cuando se señala que este hombre es un paramilitar, no es por hacerle una campaña sin fundamento, sino por hechos evidentes. Hoy qué ocurre. El se comprometió con ellos a legalizarlos, a darles estatus político, porque quieren crear el partido Uribista, el partido fascista. Su base social es el paramilitarismo. Pero luego vinieron las pugnas entre ellos.
Eso que están diciendo los medios, de que hay divisiones entre ellos, es cierto. Hay un sector de estos tipos que son uribistas, entonces caminan a lo que él les diga, pero hay otros que no son uribistas. Se consideran maltratados por Uribe, y le pujan duro. Son capaces de matarlo cualquier día, porque lo consideran un traidor. El ha traficado drogas, él ha sido paramilitar propiamente y entonces ahora pues aparece combatiéndolos y extraditándolos. Entonces ellos dicen, cómo así, pues no me dejo, y entonces vienen las peleas entre ellos.
Ellos saben a ciencia cierta cuáles son los generales, tanto militares como policiales, que también son paramilitares, que les han dado a ellos las instrucciones, que les han entregado las órdenes de matar a medio mundo y que trafican con drogas. Y verlos entregándolos a los Estados Unidos, pues eso no se lo aguantan. Todo esto hace que haya una complejidad muy particular, donde uno no puede saber qué pasará de aquí a mañana.
Uribe quiso hacer de la negociación con los paramilitares su gran obra, para decir que así como estaba negociando con los paramilitares, entonces la guerrilla tenía que aceptar lo que él decía, porque esa era su política de paz. Nosotros dijimos desde un principio que eso era como negociar yo con yo, y que eso no tenía ningún futuro, porque se trataba de una pantomima.
Hace unos meses, estuvieron los medios de comunicación hablando de la desmovilización de un grupo de ellos, el llamado Bloque Cacique Nutibara. Hicieron un gran acto y todo eso, ochocientos tipos que se entregan y mostraron unos revólveres, unas pistolitas viejas, y nada. No entregaron armas. Después, pudimos establecer que el gobierno lo que hizo fue recoger de las zonas marginales de Medillín, unos cuantos jóvenes y jovencitas, y les dijo, ustedes vengan para acá, aparezcan como paramilitares, les vamos a poner a ganar un sueldo de 500 mil u 800 mil pesos, y aparezcan allá para mostrar que hicimos una desmovilización muy grande. Y lo hacen así, pero como era gente desempleada, después apareció diciendo, bueno, y de nuestro dinero qué. No les pudieron seguir pagando y la gente se enojó y se fue.
Entonces, eso es un engaño, un circo armado por Uribe ¿Por qué?. Porque tiene muchas presiones, sobretodo de Europa, porque sigue violando los derechos humanos, porque no le creen la pantomima de la negociación con los paramilitares, porque saben que él es paramilitar. Esa es la razón para que en Europa se hayan mostrado tan enojados. Allá le hicieron el vacío, lo dejaron hablando solo. Y los pocos que se quedaron en el Parlamento europeo fue para exigirle que respetara los derechos humanos y que aprobara la ley de canje.
Entonces él se enojó y dijo que prefería que lo llamaran paramilitar. A él le fascina que le digan paramilitar porque eso es. Entonces ese es otro fracaso grande que tiene. Que la famosa negociación con los paramilitares no va para ningún lado. Hace un tiempo Carlos Castaño, uno de los jefes paramilitares más caracterizados de Colombia, de un momento a otro desapareció. No han dado razón qué se hizo. Hay varias hipótesis. Unos dicen que se fue para Estados Unidos, otros que se lo llevaron, que se fue a presentar, otros dicen que lo capturaron, otros dicen que está muerto, otros que está escondido. Eso, en el fondo, tiene la finalidad de acabar con el proceso, porque no va para ningún lado”.
La pantomima de la desmovilización
-¿Por qué Uribe aparece jugando la carta de desmovilizar a los paramilitares?.
“Uribe es especialista en el espejismo. No es más que eso. Como le estaban criticando, como López Michelsen y otros ex-presidentes le criticaron que no había hecho ninguna propuesta de paz con la guerrilla, entonces argumentó que con la guerrilla era la guerra total, porque solamente después de debilitarla en el combate la iba a invitar a dialogar, y que mientras tanto él iba a hacer la paz con los paramilitares. Calculó que al desmovilizar a sus paramilitares iba a legalizar el paramilitarismo, y que entonces la guerrilla iba a llegar de atrás a ofrecerle desmovilización y entrega.
Se equivocó una vez más. Las FARC han estado combatiendo muy duro con los paramilitares, en muchas regiones del país les ha causado bajas muy grandes, les ha quitado muchísimos equipos y armamento y todo eso. Entonces ellos han empezado a decir que han cometido un error muy grande en enfrentarse en armas con la guerrilla, que su papel no podía ser ese, que ellos tiene que seguir pistoleando a la gente en las calles, a los desarmados. Porque es distinto enfrentarse armas con armas que matar a un escritor, un intelectual que está ahí con un lapicero en la mano”.
-Militarmente ¿son una fuerza considerable?
“Pues la fuerza de ellos es el ejército, es la policía. Eso es todo. Lo que pasa es que a ellos los financian los terratenientes, los latidundistas, los grandes ganaderos, que tienen el dinero proveniente del narcotráfico. Por eso hay esa mezcla de crimen con dinero del narcotráfico. Entonces a Uribe eso se le ha convertido en un lío, porque Estados Unidos le dice, bueno, pues a estos señores me los tiene que extraditar porque acá han mandado toneladas de cocaína”.
-¿Por qué Estados Unidos quiere anular a una poderosa fuerza de combate contra la subversión?.
“Por la doble moral. Ellos quieren mostrar que están combatiendo el narcotráfico . Y como son completamente reconocidos los vínculos de estos grupos con el narcotráfico, pues no pueden ocultarlo de ninguna manera. Entonces les toca pedirle a Uribe, bueno, haga algo. Y como recientemente ha habido todos esos escándalos con generales, pues menos pueden ocultarlo y les toca hacerlo. Nosotros sabemos que desde hace años el Departamento de Estado ha venido sosteniendo conversaciones con Carlos Castaño, pidiéndole que se comprometa a colaborar con ellos, a denunciar cuáles son los otros narcotraficantes, cómo operan y todo eso, a cambio de que ellos lo legalizan y le cobrarían una pena mínima. Los gringos hacen todo eso ”.
-A la luz de estos antecedentes ¿el paramilitarismo es es un fenómeno en declinación, o todo lo contrario?.
“Pues, como le he venido diciendo, tienen el presidente paramilitar, y eso es una fuerza . Lo que pasa es que tienen muchísimo desprestigio, y muchísimas dificultades, porque otra vez volvemos a lo que hemos hablado hace rato. Tienen un enemigo que no les da tregua, que los acribilla donde los consigue, también”.
La respuesta de las FARC
-Los medios de prensa y los políticos del sistema, tildan a las FARC de narcoterroristas. ¿Qué me puede decir de las acusaciones de narcotráfico?
“Pues qué ocurre. En buena parte de la geografía colombiana, la gente, por no haber hecho el Estado reforma agraria, siembra coca, o siembra amapola en las cordilleras. Esos campesinos que la siembran no son narcotraficantes. Son trabajadores de la tierra como el que siembra soya, ajonjolí o trigo. No es más. Pero luego vienen unos intermediarios, que les compran los kilos de coca, y los van acopiando en ciertos lugares, hasta que completan una cantidad y se la venden a otros mayoritarios, y así empieza el tráfico.
Entonces las FARC qué hace. A esos, las FARC les cobra impuesto, lo mismo que les cobra a los demás. Esa es toda la relación. No hay ninguna otra. Aparte de eso, buena parte de los grandes ganaderos a la vez son narcotraficantes, buena parte de los empresarios son narcotraficantes, buena parte de los políticos son narcotraficantes. Entonces, al cobrarles impuesto, uno no puede saber si ahí vienen los dineros provenientes del narcotráfico. Si mañana no hay más narcotráfico en Colombia, pues no llegará ningún billete que tenga algo que ver con eso. Los billetes del narcotráfico están presentes en toda la economía nacional. La Iglesia Católica, que cobra como todas las iglesias del mundo los diezmos, las primicias y las limosnas, los obtiene de ahí ¿de dónde más?. Esos dineros están en el deporte, en la educación, en la cultura, en todos lados ”.
También hacen caudal del tema de los secuestros ¿qué me puede decir usted de los secuestros atribuidos a las FARC?.
“Primero hay que decir que estamos en una lucha de clases. Estamos enfrentados a un Estado, a un poder apoyado por Estados Unidos, la superpotencia del mundo, porque somos una fuerza revolucionaria que está luchando contra ese poder. Entonces, es apenas normal que lo mínimo que pueden hacer contra nosotros, si no logran eliminarnos o capturarnos, es ponernos cualquier calificativo.Nos incluyen en la lista de sus terroristas, pues no existe en Colombia ni en el mundo el derecho a la rebelión, no existe el derecho a disentir de las políticas norteamericanas, porque aquel que disienta de esas políticas, pues es un enemigo y por tanto es un terrorista.
Como nosotros estamos luchando por el poder político, cada una de las acciones que realizamos tiene carácter político. En todos los manuales de estrategia militar se encuentra que para poder destruir al enemigo hay que golpearle la economía. Si no se le golpea la economía al enemigo, es imposible llegar al poder, porque obtendrá siempre ganancias y parte de esas ganancias la invertirá en la lucha contrarrovolucionaria, en retrasar los procesos revolucionarios. Y por otro lado, una organización como las FARC necesita muchísimos recursos para poder sostener un ejército de hombres y mujeres, grande ya, que requiere comida, vestuario, medicamentos, armamento, explosivos, municiones, que requiere muchísimas reservas para el proceso revolucionario ”.
Impuesto para la paz
“Entonces lo que las FARC cobra son impuestos. Esos impuestos están considerados en una ley, que llamamos ley 002. Ya hemos hecho dos leyes y vamos a hacer otras. Entonces dijimos, todos los capitales enemigos de la revolución, enemigos del pueblo, superiores a dos millones de dólares, deben pagar un impuesto. Un impuesto para la paz. Cuando cobramos ese impuesto, ellos lo llaman secuestro. Nosotros decimos, bueno, ¿entonces el impuesto que cobra el Estado también se llama secuestro?. Claro, para ellos no se llama secuestro. Y qué ocurre. El Estado tiene evasores de impuestos, pues nadie quiere pagar impuestos. Si uno es evasor de impuestos, pues lo meten a la cárcel, o tiene que irse a esconder a España, Miami o a cualquier lugar. Aquí en Colombia, nosotros cobramos ese impuesto, y hay esos evasores también. Entonces, como no tenemos cárceles, pues se les echa mano y se les dice vea señor, usted nos debe el impuesto, páguenos el impuesto y se va. A eso lo llaman secuestro”.
-¿Lo pagan?
“Y sí, claro. Pagan. Hay quienes pagan sin necesidad de este tipo de presiones porque no tienen ningún problema. Otros han venido a decir, bueno, cómo es lo del impuesto. Le decimos, lo del impuesto es esto y esto otro; usted tiene un capital así y asá, y sobre eso usted paga un impuesto. Hay veces que dicen, bueno, estamos dispuestos a pagar, lo que pasa es que tengo unos compromisos con el banco, que no se qué, a ver si me dan un tiempo más, que una fecha, que ahora pago algo o no puedo pagar sino hasta tiempo después. Listo, no hay problema, se arregla con ellos. Pero hay otros que dicen, no, yo primero muerto que pagar impuestos, y no pagan. Bueno, a ese se lo captura y se viene para acá . A eso lo llaman secuestro. Todas las acciones militares que se realizan contra la fuerza pública las llaman actos terroristas. Una unidad nuestra, dos mil hombres o cinco mil hombres van y se toman un batallón, entonces se llama terrorismo.
Entonces son los guerrilleros criminales, asesinos, que asesinaron a los pobres soldaditos, que casi eran unos niños indefensos. Todas esas historias se echan para ver cómo nos muestran ante la prensa, a través de la prensa mundial, como una organización criminal. Entonces cualquier acción que se realice le dan el carácter de terrorismo, porque a la misma organización la catalogan como terrorista. Si la organización es terrorista, pues todas sus acciones son terroristas. Pero entonces nosotros decimos, si terrorismo es luchar por el poder, por la paz, por la independencia, contra la burguesía colombiana, por una nueva Colombia en paz con justicia social, contra el imperialismo norteamericano, pues nosotros vamos a seguir siendo eso”.
Derechos Humanos
-En los medios de comunicación colombianos se hace continua referencia a masacres de campesinos atribuidas a FARC. En el último tiempo, son los casos de diez campesinos asesinados en la vereda de Tibú, el 10 de agosto, de 34 campesinos en La Gabarra, y de siete campesinos en Samaná. También se le acusa de expulsar a 500 personas de Cocorná. Asimismo mencionan el atentado con explosivos al Club Nogales. Esto motiva que organizaciones de Derechos Humanos, como Human Rights Watch, y organismos de la ONU, como Acnur, acusen a FARC de graves violaciones a los derechos humanos. ¿Qué responde frente a las acusaciones de violación de los derechos humanos?
“En Colombia los victimarios del pueblo posan de víctimas. En la histórica práctica de violación de los Derechos Humanos por cuenta de las instituciones gubernamentales están las raíces y el verdadero origen del alzamiento en armas de una parte considerable del pueblo contra el Estado y sus gobiernos. Las guerrillas revolucionarias son la respuesta militar del pueblo a la sistemática violación de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario por los sucesivos gobiernos de la oligarquía liberal-conservadora.
Los grandes medios de comunicación están al servicio de los intereses de los ricos, las multinacionales y del imperialismo estadounidense, son caja de resonancia de las fuerzas de seguridad del Estado, encargados de difundir la propaganda negra de la policía y las fuerzas militares en contra de los revolucionarios, los sindicalistas, las organizaciones populares y de masas del pueblo, es el aparato ideológico de la clase en el poder, que sin pudor alguno calumnia, miente, intimida y pide agudizar el terrorismo de Estado para imponer la política neoliberal con su tratado de Libre Comercio y el ALCA de los gringos. Las FARC están comprometidas en la lucha política por el poder, su razón de ser es su pueblo con los campesinos, obreros, trabajadores, jóvenes, mujeres, ancianos y niños desposeídos y marginados, las armas de los revolucionarios jamás se usan contra su propio pueblo, se poseen para castigar los esbirros enemigos encargados de defender los intereses políticos y económicos de los ricos y el imperialismo”.
Secuestros políticos
-¿Y qué me dice de secuestros como los de ex-candidata presidencial Ingrid Betancourt, de otros políticos y de lo que se denomina personalidades?.
“Esos tienen carácter político. Esas retenciones de de la ex-candidata Betancourt, de senadores, de diputados, de los comandantes militares y de policía que están en este momento en nuestro poder, que se capturaron en combate, que después de combatir ellos se rindieron, y entonces se capturaron, se les respetó la vida, los curaron y todo eso, tienen fines de conseguir la ley de canje, que permita liberar de las cárceles a los guerrilleros que también están privados de libertad por el hecho de ser combatientes revolucionarios”.
–¿La Iglesia Católica avala el acuerdo humanitario?
“La Iglesia está detrás de conciliar. No hace más nada porque ellos no son gobierno. Busca decirnos que Uribe sí quiere; seguramente a Uribe va a decirle que nosotros sí queremos, pero que pedimos esto, y entonces Uribe dice que no. Nosotros decimos, independiente de lo que Uribe diga, nosotros decimos que sí, ofrecemos el canje, y estamos diciendo vamos a entregar a la ex-candidata presidencial, a los tres militares norteamericanos que se capturan cuando se derriba el avión, a los congresistas, a todos los políticos que tenemos con esa finalidad en nuestro poder, a cambio de que nos entreguen los guerrilleros que están en las cárceles. Los familiares de los prisioneros están muy interesados en eso, desde luego. Y gran parte de la población también”.
-Entonces ¿es algo se está transformando en tema de la próxima campaña presidencial?
“Sí, evidente. Ese tema de la propuesta del eventual canje o acuerdo humanitario, ya lo están utilizando con fines politiqueros. Porque una buena parte de la población colombiana, yo diría la mayoritaria, quiere que se haga ese acuerdo. Entonces los liberales están por apropiarse de esa bandera, apoyando que debe hacerse el acuerdo, porque ahí tienen votos”.
-En los últimos días, el gobierno ha manifestado su voluntad de iniciar negociaciones para el intercambio humanitario. ¿Cuál es la opinión de las FARC?
“Me remito al comunicado entregado por el Secretariado de las FARC, el 14 de septiembre pasado. Reafirmamos nuestra disposición para pactar con el gobierno de Colombia los términos del canje o intercambio humanitario de prisioneros. Decimos que la construcción del acuerdo bilateral de canje impone la necesidad de un espacio seguro, es decir, desmilitarizado, y por el tiempo que sea necesario, para que las partes expongan sin sobresaltos sus puntos de vista, realicen las consultas que a bien tengan, y finalmente aproximen sus posiciones a la firma del mencionado pacto. Para tal efecto proponemos los municipios de Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá. También decimos que la propuesta de un despeje por 72 horas, que está siendo difundida por algunos medios, es apócrifa. No tiene origen en las FARC. Sin embargo, dió pie para que el comandante de las Fuerzas Militares mostrara todo su desprecio por la suerte de sus soldados prisioneros. Estas posiciones de extrema mezquindad y de dureza inocua sólo logran prolongar la pena del cautiverio. Finalmente reiteramos nuestra total disposición a convenir el canje o intercambio humanitario con los delegados del presidente Uribe, y expresamos nuestra determinación de trabajar con un nuevo gobierno una solución diplomática al conflicto interno que vive Colombia, pues la paz con justicia social, y no la guerra que nos ofrecen como panacea, debe ser objetivo de todos los colombianos”.
Condiciones para la lucha guerrillera
-Haciendo una apretada síntesis de las opiniones de politólogos y especialistas que uno puede leer en la prensa, y en informes como el del PNUD, se advierte la crítica posmoderna de la imposibilidad del socialismo como proyecto político, se postula la inviabilidad de la lucha armada habiendo espacios democráticos, se cuestiona el apoyo de la población civil a la guerrilla y se menciona una supuesta ausencia de programa. ¿Qué comentarios le merecen estas críticas?
“En Colombia existe larga tradición de lucha guerrillera en importantes sectores de la población, desde los comuneros de José Antonio Galán levantados contra los españoles, seguida de la guerra por la independencia liderada por Simón Bolívar, posteriormente las guerrillas liberales, armadas y financiadas por sus jefes para defender sus propias vidas, las de sus familias y sus bienes de la policía y el ejército oficial, al servicio de los gobiernos conservadores de la época y largos 40 años después surge la lucha guerrillera revolucionaria del pueblo constituida en oposición política al Estado y su Régimen gobernante.
En cada una de estas etapas las guerrillas han recibido inmejorable apoyo de buena parte de la población. Sin esta particularidad, constituida en premisa fundamental de éxito de las organizaciones guerrilleras es imposible crecer, consolidarse, movilizarse, mantenerse y combatir con éxito las fuerzas armadas estatales. Fuera de esta realidad en la etapa de la guerrilla revolucionaria colombiana los gobiernos de la oligarquía acrecientan con sus políticas de injusticia social, de exclusión y represión violenta, más la concentración de las riquezas en beneficios de sus intereses económicos, las causas inocultables del alzamiento armado del pueblo.
En Colombia aun subsisten formas feudales de la tenencia de la tierra porque ningún gobierno ha querido llevar a cabo una reforma agraria que devuelva las tierras con créditos baratos a los campesinos que quieran trabajarla para desarrollar la producción de alimentos para el sustento de la población en un país que posee privilegiadas condiciones geográficas y climatológicas para producir de todo durante los doce meses del año. Hace pocos años aquí se producía café de buena calidad para exportar y hoy anuncian considerable reducción en la producción cafetera al punto que de exportadores vamos a convertiremos en importadores del grano. Como consecuencia lógica de esta grave situación económica social cada día aumenta el desempleo en los campos y poblados de Colombia. Además de empujar por la fuerza a los campesinos pobres a vivir del sustento de la coca y la amapola.
Quienes afirman que en Colombia no existen condiciones para organizar y desarrollar la lucha guerrillera revolucionaria del pueblo es porque participan de pequeños o grandes privilegios de la clase en el poder, así algunos de ellos antes hayan estado en las organizaciones de izquierda. De hecho existe un considerable grupo de personas provenientes del desmovilizado M-19 y fracciones del Ejército Popular de Liberación Nacional y del Ejército de Liberación Nacional que entregaron las armas con banderas y todo al sistema gobernante a cambio de su regreso a participar de las políticas estatales que ellos mismos estaban combatiendo.
Buena parte de estos elementos de la traición al pueblo y sus intereses están ahora de asesores políticos, sociales, culturales, económicos y hasta militares de las políticas del gobierno de fascista de Uribe Vélez con el innegable propósito de desalentar, calumniar, denigrar, perseguir y liquidar a quienes mantienen firme su compromiso de lucha revolucionaria por la conquista del poder político para instaurar un nuevo Estado, con gobiernos garantes de la verdadera democracia del pueblo, con protección a las organizaciones sociales, populares y de masas.
Quiero dejar bien claro que además del trabajo del enemigo por medio de los desmovilizados, existe otro sector de gente que en alguna época estuvo militando en las filas de la izquierda desarmada que, como los anteriores traidores abandonaron los ideales que decían defender para convertirse en acérrimos defensores del régimen, con el agravante que según sean sus conveniencias de tipo personal se hacen pasar en ciertos círculos por gente de izquierda. Verdaderos farsantes e impostores.
También quiero decir que, en el ejercicio de la lucha revolucionaria se cometen errores superables e involuntarios, pero el peor y más grave de todos es no conseguir la derrota definitiva del poder de los ricos en Colombia. Finalmente, puedo decirle que las criticas sanas, francas y constructivas si contribuyen a ver la globalidad de la situación y posibilitan buscar y encontrar correctivos saludables al proceso revolucionario sin sacrificar principios irrenunciables”.
Un desenlace de dos vías
-Ustedes tienen una propuesta política que le entregan a cada gobierno. ¿Qué sentido tiene hacer propuestas que no serán escuchadas?.
“Nosotros recientemente hicimos una propuesta, la propuesta de Nuevo Gobierno. Estamos convencidos de que Uribe Vélez no va a lograr lo que la burguesía quiere que consiga. Los gringos no van a lograr el sueño de acabar con la guerrilla en Colombia. Pero Uribe por su personalidad y su convicción de fascista, no va a ceder nada. Nosotros creemos que es necesario un nuevo gobierno, y hemos llamado a distintos sectores; hemos hablado con ellos, y vemos interés en constituir un nuevo gobierno, pluralista, democrático, patriótico, que se comprometa con la paz con justicia social, a aclimatar la paz entre los colombianos, a defender la soberanía de nuestro país, pisoteada por los gringos.
Claro, la gente está interesada en eso, pero le da miedo que los descubran y los asesinen las fuerzas militares y de seguridad. Nosotros mantenemos esa propuesta y creemos que puede tener buen futuro. También hemos propuesto que en esa idea de gobierno tienen que estar las FARC. No para que las FARC se desmovilicen y desaparezcan como opción revolucionaria de la lucha por el poder, sino para facilitar una congruencia de las distintas fuerzas interesadas en los cambios que requiere el país. Y para eso hemos propuesto que Alfonso Cano, jefe del Movimiento Bolivariano, esté dentro de ese nuevo gobierno.
Esta propuesta se viene moviendo con fuerza, como le digo, aquí y en el exterior, y hemos considerado que en cualquier momento puede tener un desenlace favorable, en la medida en que se agudicen más las contradicciones, y que se evidencie la incapacidad de Uribe de gobernar. Pero si eso no resulta por lo que sea, por temor de la gente, pues las FARC va a seguir adelante su lucha política , y en coherencia con el accionar militar y organizativo que se haga en todo el país, las FARC también pueden declararse gobierno en cualquier momento, tomarse los símbolos del poder, o tomarse una parte del país y de ahí seguir luchando por el resto”.
-¿Y cuál es el desarrollo más probable, en su opinión?
“En política no existe la bola de cristal. Eso es lo que se tendrá que ir viendo en el camino”.
El Siglo en un campamento de las FARC-EP en su 40° aniversario (III):
¿Y si las Farc Ganan la Guerra?
• Fortalezas y debilidades de los actores de la guerra más larga del mundo.
• De la autodefensa a la lucha por la conquista del poder
• Las limitaciones del poder militar
“Estamos entrando a la ciudad perdida”, alcanzó a decir mi guía, un muchacho moreno de unos veinte años, enfundado en uniforme de camuflaje y armado de un fusil AKA-47, antes que, de improviso, emergiera la visión del campamento emplazado en, y confundido con, la entraña misma de la selva.
De un área de unos setenta metros de diámetro, comprende cuatro o cinco hileras simétricas de “cambuches”, o tiendas de campaña, dotadas de sus respectivas literas y tosco mobiliario de madera, dos cocinas con grandes quemadores a gas que previenen el humo delator, y que también sirven de comedor; un cobertizo de medianas dimensiones, con bancadas de palo, donde se reune el contingente a la hora de la actividad cultural, y otro más pequeño destinado a sala de comunicaciones.
Todas las estructuras mencionadas son abiertas, en el sentido de que carecen de paredes, y consisten más bien en empalizadas con techumbres de nylon o lona impermeable, estampadas de camuflaje.
Están conectadas a nivel del suelo por senderos construidos con tablas, los mismos que conducen a las letrinas, situadas a unos doscientos metros del campamento, a una suerte de plaza central, donde suceden las formaciones y se reciben las órdenes del día, y a los puestos fijos de guardia, dispuestos en anillos periféricos concéntricos en torno al mismo.
El agua para la bebida, el baño y el aseo, e incluso para el transporte en alargadas piraguas impulsadas por poderosos motores fuera de borda, la provee en abundancia un caño o riachuelo cercano, donde también se puede pescar.
Un generador a petroleo proporciona electricidad, que sirve, en el corazón de la selva, para recibir televisión satelital, o para alimentar los más modernos sistemas de comunicaciones electrónicas, tales como radiotelefonía e internet.
A pesar de la rústica sencillez de sus instalaciones, el campamento luce cómodo, ordenado y funcional; diríase que establece una estrecha interdependencia con el exuberante entorno de la selva, la que la guerrilla ha aprendido a conocer como nadie y con la que convive en relaciones de armonía y buena vecindad.
Impresiones urgentes
Algunos brochazos suscintos de lo que me tocó presenciar.
La actividad del campamento es incesante, alternada con breves períodos de descanso que se aprovechan para la instrucción en técnicas de supervivencia, tácticas de combate y orientación, o en la formación política o para la hora cultural, durante el corto crepúsculo tropical, cuando se canta, se hacen representaciones teatrales o se narran las hazañas de los fundadores.
Terminados los noticieros de televisión a las 20:00 hrs, cuando ya en la selva es noche cerrada, todos aquellos que no tienen turnos de guardia se van a dormir, hasta que suena el pitazo de levantada, a las cuatro y media de la madrugada del día siguiente.
Al menos una vez por semana llega una caravana de mulas cargadas con abundante provisión de alimentos, sea el que la guerrila produce en sus propias granjas o criaderos, o el que adquiere a agricultores de la zona, con los que mantienen relaciones cordiales y recíprocamente respetuosas.
Hasta donde puedo honestamente atestigüar, las FARC constituyen una guerrila disciplinada, motivada por una fuerte convicción ideológica y cohesionada en torno a su dirección, por sus símbolos y tradiciones.
Sus combatientes no reciben pago en dinero, pero tienen todas sus necesidades básicas cubiertas, especialmente en lo relativo a la alimentación, salud, instrucción e indumentaria.
Su armamento es heterogéneo, pero suficiente y eficaz para el tipo de combate que desarrollan, con la excepción, tal vez, del combate aéreo, donde el incremento de la capacidad de transporte y bombardeo de las fuerzas militares, producto de la cuantiosa inversión bélica del Plan Colombia, ha creado un desequilibrio táctico que la guerrilla no ha podido neutralizar, en la medida en que carece de sistemas de misilería tierra-aire.
El promedio de edad de los combatientes frisa los veinte años de edad y el de los mandos se aproxima a los cuarenta. La actividad permanente los mantiene en óptima condición física. En su mayoría son de origen campesino, pero también los hay de otras extracciones sociales, tales como estudiantes, trabajadores y profesionales provenientes de la zonas urbanas.
La presencia de la mujer es importante en la guerrilla, al punto que ha alcanzado alrededor del 40% del contingente. Su integración ha sido igualitaria en deberes y derechos, y ha tenido beneficiosos resultados en lo que respecta a la sociología de la afectividad y la autosustentabilidad psicológica de una guerrilla en campaña permanente. El balance, según escuché, también es positivo en cuanto a su comportamiento en combate, donde nada las diferencia de sus compañeros, ni en valor ni en destreza ni en acometividad.
Patrullaje perpetuo
Si bien el campamento que visité corresponde al de un frente, vale decir, de una unidad de unos trescientos guerrilleros, nunca alcancé a ver a más de cincuenta reunidos en sus instalaciones.
El resto permanece en las guardias fijas, o está patrullando en zonas circundantes, o en misiones de reconocimiento en áreas más alejadas.
Este despliegue territorial se cumple con riguroso método y disciplina, tanto en el día como en la noche, en el sereno o bajo el bíblico diluvio tropical, porque, en rigor, constituye la clave de la sobrevivencia en la guerra de movimientos.
Si la selva y el camuflaje protegen al campamento de la observación aérea, el elaborado sistema de patrullaje terrestre le proporciona una alerta temprana de la presencia del enemigo. Por eso, su diseño está concebido para la portabilidad, no sólo porque la norma impide la permanencia en un mismo sitio por períodos prolongados, sino porque a la menor señal de peligro, debe estar en condiciones de levantarse y transportarse en cosa de minutos.
Esa es, entre otras, una de las razones que explican que muy raramente el ejército “consiga”, como dicen allá, un campamento guerrillero, y nunca a algún cuadro de nivel de dirección.
En función de estos antecedentes recogidos en terreno, no resulta para nada exagerado afirmar que las FARC han logrado desarrollar una modalidad y una táctica de combate que no registra parangón en experiencias guerrilleras equivalentes, al menos en la historia moderna.
Agudización del conflicto
Por estos mismos días, el conflicto armado colombiano atraviesa por uno de los períodos de mayor dureza en sus cuarenta años de historia. Las propias cifras de bajas enerboladas por ambos bandos, lo señalan a las claras, si bien difieren de manera diametral.
Así, por ejemplo, en el servicio web del Ejército, puede leerse lo siguiente:
“Un total de 6.373 insurgentes han sido capturados y otros 1.939 fueron abatidos en combates en los últimos doce meses mediante operaciones de la fuerza pública reveló ayer en Barranquilla el Ministro de Defensa Nacional Jorge Alberto Uribe”.
A su turno, el parte de las FARC del mes de agosto establece 142 muertos y 149 heridos en el Ejército, tres muertos y ocho heridos en la policía y 27 muertos y 24 heridos entre los paramilitares, mientras que admite 19 muertos y 18 heridos en las fuerzas propias. Y en el de octubre, registra 111 muertos y 133 heridos entre militares y policías, en 32 combates, 80 hostigamientos y 39 minados, en tanto reconoce 22 muertos y dos heridos, sólo en el bloque oriental.
Las fuentes oficiales, vale decir, el gobierno, el Ministerio de Defensa y las diversas ramas de las Fuerzas Armadas, aseguran que las fuerzas del Estado van ganando la guerra, versión que es profusamente difundida por el sistema público de medios de comunicación social. Claro que difícil grado de credibilidad puede asignarse a afirmaciones como la siguiente, del Ministro de Defensa, Jorge Uribe:
“Todos los días, los grupos subversivos se están uniendo y entrelazando con las autodefensas (paramilitares; n. del a.). Por eso creo que con el transcurrir del tiempo, vamos a acabar con un solo enemigo al frente (…) Exagerando, las FARC hoy no tienen más de 15 mil hombres, cifra que pueden tener un rango de equivocación de un 15 o un 20 por ciento”.
Mucho más plausible resulta el análisis de Alfredo Rangel, el especialista en temas de defensa más prestigiado de Colombia, director de la Fundación Seguridad y Democracia, quién no se caracteriza, precisamente, por su simpatía hacia las FARC. En un documento de reciente publicación, anota:
“La estrategia de la guerrilla consiste en tomar en cuenta todas las posibilidades de hacer pagar al enemigo verdaderamente el precio de la aceleración y en tal medida que le resulte insostenible. Raymond Aron resume este planteamiento en la siguiente fórmula: los guerrilleros ganan la guerra cuando no la pierden, y quienes luchan contra ellos la pierden si no la ganan. En este contexto se inscribe el actual repliegue estratégico de las FARC, el cual pretende desacelerar la ofensiva de las Fuerzas Militares, para producir su desgaste, restándole peso a su superioridad militar -expresada en el mayor número de combatientes, mayor poder de fuego y capacidad aérea, así como de artillería entre otros elementos-. En esta pretendida dilatación de las acciones la insurgencia está dispuesta a ceder espacio a cambio de tiempo; incluso aprovecha las ofensivas de las Fuerzas Militares para atacar a sus tropas, en un territorio conocido, de fácil movilidad y repliegue. Esto se ve ilustrado en las siguientes palabras de uno de los miembros del Secretario de las FARC, el “Mono Jojoy” cuando dice: “Mientras más hombres llegan a combatirnos más blancos hay”.
El documento, de 44 páginas, busca alertar a la opinión pública contra el triunfalismo de la historia oficial. En tal sentido, agrega:
“En el marco de las ofensivas llevadas a cabo durante el gobierno de Uribe, es cierto que la insurgencia ha perdido espacio y se ha tenido que replegar; sin embargo, ha ganado tiempo y conserva fuerzas como para poder desacelerar las acciones armadas de las Fuerzas Militares”.
Entre las conclusiones, postula:
“Es posible apreciar como las FARC han mantenido durante este gobierno una vocación ofensiva en el plano táctico, representada en importantes acciones que han tenido un considerable impacto sobre la Fuerza Pública, medida en este caso en número de bajas. Un aspecto adicional es el hecho de que estas acciones no han sido improvisadas o producto del azar, sino por el contrario acciones que responden a planteamientos y recomendaciones que desde siglos atrás reposan en manuales y escritos sobre estrategia y forma de conducción de operaciones de guerra”.
Aunque el documento en comento tiene la franqueza de admitir, respecto de las FARC que su propósito, apunta a “entender su dinámica, para actuar eficazmente en su contra”, al menos debe reconocérsele que describe la actual fase del conflicto colombiano en los términos más objetivos en que eso es posible.
Fortalezas y debilidades de las fuerzas militares
Más allá de las cifras que se atribuyen los bandos en disputa, el análisis riguroso de fortalezas y debilidades de cada uno de ellos explica por qué el ejército no ha logrado derrotar ni menos impedir el sistemático crecimiento de las FARC, que el propio Ministro de Defensa sitúa en torno a quince mil hombres en armas, agrupados en 60 frentes y siete bloques territoriales, con presencia en los 27 departamentos, o provincias, del país.
Entre sus mayores ventajas, las fuerzas militares del Estado cuentan con superioridad en hombres y recursos. El Plan Colombia comprende un crecimiento del ejército desde 60 mil a 180 mil hombres. Las cifras del Ministro de Defensa, Jorge Uribe, son aún más contundentes:
“El incremento del pie de fuerza pública pasó de 279.000 miembros en agosto de 2002 a 360 mil este año. La meta al 2005 es llegar a los 376 mil efectivos”.
El gasto militar se incrementó desde el 1% al 2,9% del Producto Interno Bruto, calculándose que superará el 4% hacia el final del período de Uribe. Según la ONG Medios por la Paz, el presupuesto del Estado para la guerra alcanza anualmente la friolera de 4.800 millones de dólares, equivalentes al 116% del presupuesto anual en salud, y el 125% del gasto en educación.
Precisamente, una de las principales variables de orden estratégico consiste en determinar cuánto tiempo logrará soportar semejante esfuerzo bélico la estructura económica de un país en acelerado deterioro de sus indicadores económicos y sociales.
La superioridad también es manifiesta en lo tocante a poder aéreo y disposición de tecnología bélica de última generación, tanto en dispositivos electrónicos de detección como en sistemas de armas avanzadas.
Enseguida, se trata de un ejército combativo y experimentado, con cuarenta años de aprendizaje en tácticas de lucha antiguerrilllera, que además dispone de casi total autonomía respecto del poder civil en la conducción de la guerra, así como una inagotable cantera de reclutamiento.
Entre sus debilidades, las principales son el aislamiento de la población civil y la ausencia de una dirección política, toda vez que la oligarquía y la clase política colombiana abdicaron tempranamente esa función.
Seguidamente, una parte importante de su contingente proviene de la conscripción del servicio militar, de baja moral combativa, y que además lucha en un medio que le es desconocido. En el extremo opuesto de la ecuación, parte importante de la tropa permanente, vale decir, del contingente “profesional”, es reclutado entre jovenes sin futuro y sectores de lumpen urbano, lo que en cierto modo explica el deplorable historial del ejército colombiano en materia de derechos humanos.
La corrupción y los disensos en el mando a propósito del compromiso y la vinculación de un sector del ejército y la policía con las fuerzas paramilitares, y la creciente dependencia de directrices provenientes de asesores norteamericanos, son factores que operan en contra de la eficacia operativa.
Entre los factores adversos, destaca en lugar preeminente la topografía del país, que alterna selvas, montañas, llanuras, pantanos y vías fluviales, ampliamente favorable a las tácticas de la guerra de movimientos.
La propia dislocación de las FARC por toda la intrincada geografía del país, y su movilidad, le imponen por contraste a las tropas del ejército, la necesidad de acantonar y concentrar fuerzas en bases fortificadas, fuera de las cuales quedan expuestas a las emboscadas y acciones de hostigamiento, que son por lo demás, las que le infieren mayor número de bajas.
Fortalezas de las FARC
Entre las principales fortalezas de las FARC se cuenta, sin duda, la inigualable destreza desarrollada en la guerra de movimientos, avalada por cuarenta años de historia casi sin derrotas militares de importancia, con la excepción de la emboscada que sufrieron las columas de Ciro Trujillo, en los albores de su historia.
Enseguida dispone de una sólida dirección política y militar, encabezada por Pedro Antonio Marín, más conocido como Manuel Marulanda Vélez, acaso el mejor exponente de este tipo de lucha desde el estratega vietnamita, mariscal Vo Nguyen Giap.
En tercer lugar, en la perspectiva subjetiva, se trata de un contingente de combatientes profesionales, diestro y especializado en sus tácticas de lucha, de elevada moral combativa y cohesión ideológica, imbuído en una acerada determinación de combatir hasta la victoria final, animado por añadidura de una imperturbable confianza en la misma.
Cuarto, dispone del dominio del territorio y la iniciativa.
Las FARC siempre están en movimiento y combaten cuándo, dónde y cómo lo deciden, en función de objetivos políticos y militares, que buscan no sólo golpear al enemigo, sino también infundir confianza en su base de apoyo civil o respaldar su programa político. .
En tal sentido, proclamar la derrota estratégica de las FARC por su supuesta incapacidad para pasar a la guerra de posiciones es una estupidez, porque no van a abandonar la táctica que le es más eficiente y productiva sólo por complacer a unos cuantos analistas de escritorio.
Por lo demás, guerra de movimientos y guerra de posiciones no son concepciones o categorías absolutas y recíprocamente excluyentes. Se adoptan o se desechan en función de complejas consideraciones siempre cambiantes, tales como retaguardia, logística y evolución de las correlaciones militares y políticas.
Si en Colombia la guerra de movimientos es el tipo de combate táctico-estratégico más favorable para las FARC, en El Salvador la guerra de posiciones fue la opción elegida por el FMLN. Pero así como hacia el final de la guerra de El Salvador, el FMLN desplegó una guerra de movimientos, las FARC, podrían, en caso de que las condiciones así lo aconsejasen, decidir defender posiciones territoriales.
Seguidamente, las FARC disponen del apoyo de la población rural en las áreas donde ejercen influencia, como lo demuestra el propio empeño de los paramilitares en impedirlo, sobre la base de las masacres, el desplazamiento forzado y el terror. Su cantera de reclutamiento es también virtualmente ilimitada, y de hecho desechan más solicitudes de ingreso de las que pueden aceptar, debido a limitaciones de índole logística.
Luego, cabe consignar su independencia económica y su capacidad de autoabastecimiento en cuanto a logística y armamento, factor que le atribuye una gran autonomía política en el proceso de toma de decisiones. A mayor abundamiento, y en lo que constituye probablemente un hecho histórico inédito, las FARC han logrado construir un verdadero ejército revolucionario, con todas sus especialidades, capaz de disputarle mano a mano el poder a las fuerzas armadas del Estado.
Finalmente las FARC tienen a su favor el remozado contexto político y geopolítico de la región, con un presidente Chavez consolidado en Venezuela, y con fuertes movimientos populares en Bolivia, Ecuador y Brasil y en menor medida, en Perú y Panamá, países limítrofes, con la mayoría de los cuales comparte además el espacio geográfico y geopolítico de la cuenca amazónica. .
Debilidades
En el análisis de debilidades, cabe anotar la dificultad para coordinarse e imbricarse con el movimiento popular no armado, producto y a la vez consecuencia de su condición de organización clandestina, y su relativamente escasa presencia en las ciudades, debida a la misma razón.
A ello hay que agregar el repliegue del movimiento no armado, resultado combinado de la implacable represión y la penetración de la ideología neoliberal, fundada en la abrumadora batería de los medios de comunicación del sistema, todo lo cual configura un terreno sumamente adverso y acotado para las políticas de alianzas.
Enseguida, la lucha de las FARC enfrenta la progresiva intervención del imperialismo norteamericano, que por el momento se limita al suministro de recursos económicos y tecnológicos, pero que bien puede escalar hasta la intervención militar directa, escenario que depende tanto de la evolución del mismo conflicto colombiano, como de otros en los que está involucrado, tales como Iraq y Afganistán.
En este somero recuento, tampoco pueden omitirse los problemas de logística, armamento y aprovisionamiento, proporcionales al propio crecimiento de las FARC.
La coyuntura inmediata del conflicto depende de la capacidad del régimen de Uribe, de sostener la ofensiva generalizada contra las FARC, la que hasta el momento ha insumido ingentes costos en vidas y recursos económicos, contra resultados militares escasamente relevantes.
Si Uribe no logra apuntalar el Plan Patriota, acaso la operación militar más importante desde Marquetalia, que comprende el despliegue de 17 mil soldados con el fin de capturar o eliminar a miembros del secretariado de las FARC, destruir la infraestructura logística de su retaguardia estratégica y debilitar su capacidad militar, la insaciable oligarquía colombiana y también la oscilante opinión pública no tardarán en cobrarle la cuenta por el fracaso de su política de “seguridad democrática”, preludio de una nueva fase de negociaciones, si es que no, en hipótesis del Comandante Raúl Reyes, de la derrota política y militar del actual sistema, preludio de una Nueva Colombia.
¿Y si las FARC ganan la guerra?
En tal caso, la ideología que postula el fin de las ideologías y la imposibilidad de establecer regimenes políticos que escapen a la tutela imperial, experimentaría una derrota tan definitiva como la que El Quijote le propinó a las novelas de caballería, sin perjuicio del efecto dominó en una región caracterizada por inéditos niveles de concentración de la riqueza y generalización de la pobreza, polarización social, radicalización política y desarrollo de luchas populares de marcado contenido antiimperialista.
Esta última entrega de la entrevista al Comandante Raúl Reyes, realizada en su campamento en algún lugar de la selva colombiana, recoge su análisis de la confrontación militar y sus proyecciones.
La responsabilidad del mando
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-Comandante, en términos militares, y desde luego también políticos, anoto los siguientes factores que explican el desarrollo de las FARC: mando, vale decir, una conducción única y experimentada, investida de prestigio y credibilidad; experiencia en las tácticas de movilidad; asociado con lo anterior, territorio, muy favotable para las tácticas guerrileras basadas en la movilidad;. En lo subjetivo, una fuerte convicción ideológica y una alta moral, versus una descomposición moral en las fuerzas del Estado. Entre los factores objetivos, aguda polarización social, una desigualdad en la distribución del ingreso que quizá no tiene parangón en el continente, y una economía incapaz de solucionar los acuciantes problemas de la gente. ¿Puede ahondar en cada uno de esos factores, rebatirlos o complementarlos, si he omitido alguno de importancia?.
“Bueno, el chorizo que usted plantea es largo, tan largo como cuarenta años de historia. Agregaría que otra de las particularidades de las FARC es que su comandancia superior está siempre con las tropas. El camarada Manuel Marulanda Vélez, nuestro Comandante en Jefe, nunca ha salido de Colombia. Es más, casi no ha salido del monte o de de la selva. El prefiere que otros, cuando es necesario, lo hagan, pero él no sale, porque considera que su debee es estar con sus tropas y que su puesto de combate debe ser con ellas, en el trabajo de la conducción, de la formación, de la orientación, de la elaboración de planes.
Entonces, esa es la escuela que tenemos. Por eso usted no puede encontrar que los comandantes de las FARC anden por allá en México, o estén en Europa paseando o cosas parecidas. No. Los miembros del secretariado están con las tropas, están en los bloques, están en los frentes, están en las tareas diarias de organización. Y de ahí para abajo, todos. Esta es otra particularidad, porque uno conocía por varias vías cómo otras direcciones guerrilleras, sus jefes militares, estaban en México, en otros países, y sus guerrilleros y mandos de menor graduación, pues en la candela.
Nosotros hemos visto que eso no es funcional, ni corresponde a la tarea del mando, porque el mando tiene que saber ganarse la autoridad con sus tropas. El mando tiene que ser el primero en la disciplina. El mando tiene quie conocer a fondo las particularidades de sus hombres. El mando tiene que tener la capacidad de resolver los problemas de sus hombres, y enseñarles a saber resolverlos. El mando tiene que tener la capacidad de saberse orientar en cualquier situación política o militar, por difícil que sea.
Entonces, para ganar autoridad ante los subalternos, se necesita .estar siempre ahí, con ellos, trabajando con ellos, haciendo lo que ellos hacen, viviendo lo que ellos viven. Esto, obviamente, sin caer en lo que se conoce como igualitarismo pequeñoburgués, porque la comandancia necesita algunas cosas particulares para hacer su trabajo. Pero tiene que estar con la gente. Si mañana nos tenemos que ir de aquí, y yo lo invito, nos vamos los trescientos de aquí, de esta área, pues nosotros vamos caminando con ellos, con nuestro equipo al hombro, con nuestro fusil al hombro. Nos vamos con la gente. Ellos se cansan. Nosotros también nos cansamos. Y como nos cansamos, pues paramos, descansamos media hora, quince minutos, tomamos agua, y seguimos.
Llegamos a cualquier lugar donde obviamente no hay nada, no hay estos cambuches que ested ve aquí. Entonces hacemos cómo dormir ahí en la montaña, ahí con ellos. Tendemos hojas y encima de las hojas un pedazo de plástico, y ahí dormimos. Y nos vamos a bañar al caño, pues no tenemos nada de esto que usted ve aquí . Entonces, ese es un elemento que a nuestro juicio es muy importante, pues tiene que ver con que las FARC han podido crear todo lo que necesita para su actividad .
La guerrilla de las FARC no ha recibido ayuda de nadie, tiene vida propia, no espera que le lleguen dólares de ningún país. Sabe que tiene que conseguir la forma de financier la lucha revolucionaria. Sabe perfectamente que Lenin dijo con toda razón que no puede haber revolución sin partido, pero que no puede haber partido sin finanzas.
Hay que conseguir las finanzas, y eso implica que hay que administrarlas muy bien, con el criterio proletario, en cuanto a la obtención de recursos y a la inversión también, porque son recursos para el proceso revolucionario y no para el beneficio de nadie en particular, y por eso hay que tener un control permanente sobre cada uno de los bienes de la organización, empezando naturalmente por las armas y por cada una de las cosas que se tiene. Por eso si al ir a combate, un comandante o un combatiente determinado, agarra un fusil, pues ese fusil no es de él, ese fusil es del pueblo, y como es del pueblo, entonces la dirección de la unidad guerrillera es la que decide quién se queda con ese fusil, pues es propiedad de una organización del pueblo, que tiene que responder por todos esos recursos.
Entonces, el ejercicio del mando contribuye a la formación de la gente . Esto mismo tiene que expresarse en cada una de las acciones que se hagan, partiendo de que lo que se diga o lo que se haga o lo que se deje de hacer, es propaganda que busca enseñarle a la gente que éste no es cualquier ejército, que es un ejército revolucionario, que es un ejército comunista, que es un ejército del pueblo, y que está comprometido con unos ideales y no con hombres.
Si mañana muere uno de sus jefes, como es normal, en cualquier momento, tiene que seguir adelante la lucha por ese objetivo, por esos ideales. Entonces eso explica mucho y también se aplica en la parte operativa, en lo que usted decía de la movilidad. Por eso, si viéramos necesario movernos de este lugar, ahora, o a la medianoche, o a la hora que sea, por presencia del enemigo, inmediatamente nos movemos de aquí, y nos vamos a otro lugar. Basta con echarnos los equipos a la espalda, agarramos los fusiles, y listo. Ah, es que hay que caminar tres o cuatro días y está lloviendo, pues no importa, caminamos el tiempo que sea. Por eso hay que estar haciendo ejercicios permanentemente, y hay que tener provisiones en distintos lugares, para que la gente no aguante hambre. Entonces, hay una movilidad permanente, en dependencia de las tareas que toquen. Si esta fuera una unidad con una tarea distinta a la que tiene hoy, pues no estaría con este tipo de campamento, sino que estaría con ningún campamento, y esta noche podría dormir aquí, y mañana en cualquier otro lugar, a cinco o diez horas de aquí, y así sucesivamente”.
Territorio y movilidad
-O sea, ¿este es un campamento bien implementado para la usanza?
“Este es un campamento acondicionado para recibir periodistas, ja ja, para hacer entrevistas. Bueno, este es un campamento no lujoso sino cómodo. Ni siquiera cómodo, sino relativamente cómodo”.
-Bueno, yo al menos lo encuentro notable por su economía de recursos y funcionalidad…
“Sí, es relativamente cómodo. Pero como le vengo diciendo, tiene que ver con la tarea que se cumple. No es que cada uno de los frentes, si tiene otras tareas, va a armar una cosa de esta naturaleza”.
-Imagino que en la cercanía de población, o de una instalación militar, no se podría tener algo como esto.
“No, no se puede tener. Por eso hay que crear primero las condiciones del terreno. Hay que conocer el terreno, hay que saber a qué distancia distancia está todo y hay que ver mas o menos qué planes tiene el enemigo sobre esa área. Ahora, en esta etapa, las FARC no están defendiendo territorios. Eso se contradice con la movilidad. Si están las FARC defendiendo territorio, pues entonces dónde queda la concepción de la movilidad. En una de esas, si ya estamos empezando a tomar parte del país para declararnos gobierno, entonces ya ahí hay que defender territorio. Pero por ahora no. Entonces cuando el enemigo dice que sacó a las FARC de no se dónde, eso es propaganda, porque no es cierto.
Las FARC no están defendiendo territorio. Si la tropa llega cualquier día aquí, pues nos movemos de este lugar y listo, porque no estamos en el plan de ponernos a pelear hasta que la sangre llegue al pecho para que no nos vayan a sacar de este sitio. No. Colombia tiene un millón 148 mil kilómetros cuadrados, y nos vamos para cualquier parte. Entonces toda esa campaña de que hay lugares donde sólo las FARC vivían allá y que llegó la tropa y los sacó corriendo, eso es falso. Es la campaña. Y por esas mentiras que dicen permanentemente los generales a través de los medios de comunicación, es que no ven la realidad de lo que les ocurre hoy. Eso explica por qué tienen tantas bajas en sus hombres, pérdida de armamento y todo eso”.
Territorio y apoyo civil
-Evidentemente, la configuración del extenso territorio de Colombia presenta condiciones ideales para la concepción de la guerrilla móvil. Pero ¿cree que es un factor absoluto?. Dicho de otro modo, con otra configuración territorial ¿las FARC podrían haber alcanzado su actual nivel de desarrollo?.
“El territorio es muy importante. Pero lo importante es conocerlo. Y todavía más importante es tener apoyo de la población. Si usted no tiene apoyo de la población y no conoce el terreno, es fácil que pueda ser golpeado. Pero si conoce el terreno y tiene el apoyo de la población, hay posibilidades de operar, de accionar, de subsistir, de desarrollar la guerrilla, y al enemigo le queda muy difícil golpearla. Si no se cumplen estas dos premisas, pues es muy difícil. Por eso le he venido diciendo que uno de los capitales grandes que tienen las FARC es que conocen el terreno y tienen apoyo de la población.
Los guerrilleros se mantienen permanentemente haciendo reconocimiento de terreno, explorando, conociendo donde hay dificultades para hacer determinados cruces, y uno analiza si es necesario mandar a que se haga un arreglo. Si hay que cruzar un río que es muy peligroso, pues entonces hay que tener previsto cómo se cruza, para evitar que se ahoguen los que no saben nadar. Si hay regiones sumamente anegosas, entonces qué hacemos para que la gente pueda pasar rápido por las lagunas sin que les pase nada. O en otras áreas donde no hay agua, pues qué vamos a hacer para trasportar agua de otras partes. Hay que saber las distancias para ubicar la comida, los medicamentos y todo eso. Por eso las FARC en las condiciones de hoy, son un Estado, un gobierno. Pequeño, desde luego, con la particularidad de que está insertado en un Estado capitalista que nos persigue todo el tiempo. Pero de hecho es un gobierno y es un Estado, y tiene un jefe, que es Manuel Marulanda Vélez”.
Abastecimiento de armas
-¿Cómo se abastecen de armamento?
“Bueno, una parte lo recuperamos en el combate con la tropa. Otra parte, pues tenemos que comprarlo, y no le puedo decir mucho más”.
-Recuerdo haber leído que en una ocasión se derribó un avión con armas para las FARC, supuestamente vendidas por Vladimiro Montecinos.
“Habría que preguntarle a la prensa que publicó eso”.
-¿Han intentado adquirir armamento antiaéreo para compensar el desequilibrio planteado por el incremento del poder aéreo de las fuerzas del Estado, como consecuencia del Plan Colombia?.
“Si usted tiene el dato dónde venden eso….
Factores objetivos y subjetivos
-En el recuento que le hacía hace un rato, estaban los factores subjetivos y objetivos en relación a la situación general del país. ¿Qué conclusiones les deja el análisis de esos factores?.
“Sí, esos factores tienen sus cambios de acuerdo a la situación política, social y económica del país. Cada vez que hacemos reuniones del secretariado del Estado Mayor Central, conferencias o plenos del Estado Mayor Central, nos ocupamos de analizar todas las variables sociológicas del país, y también de la arena internacional. Y en este caso, lo que estamos viendo es que hay una aceleración de las contradicciones en el capitalismo del sistema gobernante, que a nuestro juicio no van a poder resolver.
Por mucha repartija que hagan del patrimonio de los colombianos, sus apetitos voraces no van a poder ser saciados. Y el pueblo cada vez va a tener mayores necesidades, y esas necesidades lo van a obligar a resistir las políticas gubernamentales. Entonces, todos estos elementos tienen que contribuir al desarrollo del factor subjetivo. Por eso, la tarea nuestra es contribuir también a agudizar las contradicciones.
Esas contradicciones se pueden profundizar en la medida en que tengamos fuerza, que podamos, con la moral revolucionaria y la organización, con la audacia, con arrojo de los combatientes en la batalla con el enemigo, crearle dificultades a las tropas, al Estado y al gobierno hasta que ellos se den cuenta que la solución no es esa, que les toca buscar otras alternativas. Todo esto hace parte de nuestra concepción de organización político militar. Como le decía ayer, las FARC, todo lo que hacen, tiene un fin político. Sus acciones militares son por fines políticos. Sus acciones financieras son por fines políticos. Todo tiene un fin político”.
El ejército, según las FARC
-El parte de guerra entregado en abril por las FARC señala que en el año 2003 se le causaron cerca de diez mil bajas al ejército. Ese es un número importante para cualquier ejército. ¿Cree usted que lo resiente? ¿qué explica ese número de bajas?.
“Bueno, vea usted. El ejército de Colombia es un ejército grande. Un ejército que consume una parte muy considerable del presupuesto nacional. Según estudios que conocemos, es el ejército que más consume de su Producto Interno Bruto. Mucho más que el del propio Estados Unidos. A pesar de que tiene guerras en todas partes, el ejército de Estados Unidos consume el uno por ciento del PIB. El ejército colombiano consume cerca 4% del PIB, aparte de la ayuda de los Estados Unidos, que por otro lado no es ayuda, sino pequeñas prebendas que reparten para apoderarse de Colombia y su soberanía.
Pero, como le vengo diciendo, es un ejército grande. Una fuerza pública con cerca de doscientos mil hombres, fuera de la policía, del DAS y la fiscalía. Este gobierno fascista de Uribe Vélez busca aumentar mucho más el ejército, crear nuevas dependencias de informantes, de sapos como les decimos acá, para que sirvan de apoyo a la fuerza militar. Y esta fuerza militar recibe de Estados Unidos mucha tecnología para detectar comunicaciones, para golpear a la guerrilla. Mucha tecnología en la aviación, en helicópteros, en tanquetas de guerra.
Es un ejército bien armado, con experiencia en la lucha guerrillera, combativo. Pero el gran problema es que es un ejército al servicio de una clase gobernante corrupta, mafiosa. Y buena parte de este mismo ejército, sobre todo en el nivel de su cúpula, también es corrupta, es mafiosa y son paramilitares. Se han convertido en mercenarios a favor de las políticas norteamericanas. Son agentes del pentágono, de la CIA.
Esto les crea internamente, muchas dificultades, porque no es un ejército que está combatiendo para defender la soberanía de su país, sus fronteras o su integridad territorial, sino un ejército de ocupación combatiendo al pueblo, para defender los intereses de clase del gran capital del país, de las multinacionales, y particularmente del imperialismo yanqui. Infortunadamente, este ejército, las bajas que recibe en los combates, las repone rápidamente con nuevos hijos del pueblo, que los llevan forzadamente a pagar servicio militar. Porque el que no paga servicio militar, si es un bachiller no puede ingresar a la universidad; si es un muchacho común y corriente, no puede trabajar.
Entonces necesariamente tiene que presentarse al servicio militar y como tienen necesidad de más hombres, para reponer los muertos, los heridos, entonces los llevan a pagar el servicio. Pero además tienen otro elemento que utilizan con mucha habilidad. Como hay tanto desempleo en Colombia, sobre todo en los jóvenes, entonces muchos de estos muchachos terminan de pagar su servicio militar. Y dónde van a trabajar si no hay trabajo.
Entonces allá mismo les ofrecen trabajar de mercenarios. Les pagan un sueldo a cambio de que asesinen a dirigentes populares, a dirigentes políticos disidentes del gobierno, o conforman con ellos batallones de contraguerrilla para combatir la insurgencia. En muchos casos a estos muchachos les hacen firmar un contrato en que ellos renuncian a cualquier opción de reclamar prestaciones, ni siquiera reconocer que fueron muertos en combate, porque el contrato es sin derecho a nada. Entonces muchos de esos militares, “profesionales” contraguerrilleros, mueren en combate, pero ni siquiera los registran en los medios de comunicación, pues ese ha sido el compromiso.
Ellos no pueden aparecer nada. Sin embargo, hay que decir que también eso les crea otro problema. La parte del ejército que no es mercenaria, que corresponde a militares de academia o soldados rasos que están pagando la libreta militar, es vista como mediocre, como hombres sin trascendencia, porque los otros se consideran elites.
Otro elemento que les complica mucho es la actividad paramilitar. Porque hay paramilitares dentro del ejército colombiano, y hay militares de carrera, profesionales en todo el sentido de la palabra, que están en contra de la actividad paramilitar. Ellos consideran que eso mancha su institución, que es contrario a sus leyes, normas y reglamentos. Entonces, tienen muy malas relaciones con la parte paramilitar. Igualmente, hay un sector del ejército patriota, que no gusta de los gringos.
Está muy inconforme porque tiene que cumplirle órdenes a los gringos, independientemente que tengan menor grado que ellos o lo que sea, porque son los que dan el dinero y son los que se consideran los policías del mundo y los que mandan a todos. Entonces, todo esto contribuye a que la moral de las tropas no sea alta, y explica tantos errores que cometen. Dentro de esa parte del ejército, de contraguerrilla o profesionales, abunda el vicio. Fuman marihuana, consumen cocaína, heroína, todo eso. Son enfermos y les permiten eso para que puedan volverse hasta suicidas, con tal de buscar los resultados que les exigen Uribe y los altos mandos militares.
Además, está el problema de la corrupción a nivel de la jefatura y participación en el narcotráfico. En los mandos medios del ejército, en el nivel de oficiales de bajo rango, de capitán hasta subteniente, muchos de ellos no lo comparten, se cuestionan y dicen, nosotros vamos poniendo el pecho, jugándonos el pellejo, y vea lo que hacen los generales, los coroneles, están traficando, están consiguiendo dinero, están defendiendo a los gringos, están vendiendo nuestra soberanía. Este es un problema serio al interior de las fuerzas militares y la policía. Son muchos los casos de corrupción de la policía y el ejército, que no han podido tapar más y han salido a flote. Hace algunos años los comunistas colombianos y las mismas FARC entregaron cantidad de datos sobre todo esto que le estoy hablando”.
Corrupción
-Entiendo que incluso se encontró un cargamento de cocaína en el avión presidencial, y otro en un navío de la armada. ¿Puede precisar esos antecedentes?.
“Sí, claro. Como le he venido diciendo, cuando hicimos las denuncias de la corrupción dentro del ejército y de su actividad paramilitar, se dijo que era la campaña de desprestigio de la subversión y los comunistas contra la instituciones castrenses. Pero hoy son tan evidentes esos hechos, que ellos mismos tienen que reconocer que tienen problemas muy serios. En el gobierno de Ernesto Samper, en el propio avión presidencial gente de la Fuerza Aérea colombiana estaba metiendo cocaína, y la descubrieron. Vea lo que pasa con la fuerza naval. El buque insignia, el buque Gloria, iba lleno de cocaína, y quiénes son los responsables de eso. Pues gente de la Armada nacional. Tenemos información que eso lo han hecho desde hace muchos años, y parece ser que ahora cometieron algún error, se dejaron ubicar, y ahora les toca cobrar. No es que no lo hayan hecho otros. Por eso la declaración que hizo recientemente el general Jaime Uscátegui, tiene que ver con eso también ”.
-¿Se refiere a ese general que está procesado como autor de una de las masacres de los paramilitares?.
“Sí, el paramilitar que tiene que ver con la masacre de Mapiripán, en la que treinta campesinos fueron asesinados por paramilitares, en 1997. El está diciendo, vea, a mí me están sindicando ser paramilitar, pero yo no he participado de esas acciones. En cambio participaron de esas acciones estos coroneles y estos generales. Y dice, lo grave es que tenemos que reconocer que nosotros hemos tenido vínculos con los paramilitares, hemos auspiciado las acciones de los paramilitares desde hace muchos años. Lo que ocurre es que lo hemos negado siempre, pero es una verdad, dice este mismo general”.
-Y todo esto¿lo sabe la sociedad civil?
“Sí, la gente sabe que es así. Pero los medios de comunicación de eso no hablan mucho, o más bien, no hablan casi nada. Además, a ciertos medios de comunicación, como la revista Semana, los lee muy poca gente. Un campesino, un obrero de por allá, de la construcción, no se da cuenta de eso, no sabe de eso. Y de pronto está detrás de ver que dice el noticiero, porque se va donde el vecino, de pronto tiene un aparatico chiquitito y va a ver, pero no conoce nada. Pero esa es la situación que tiene el ejército”.
-Este tipo de situaciones ¿tiene algún efecto al interior del ejército?
“Bueno, las FARC están buscando por todos los medios conversar con ellos. El comandante Marulanda ha hecho dos o tres cartas, dirigidas a los generales patriotas, a los generales bolivarianos, a los coroneles, diciéndoles que es la hora de sentarnos a conversar, para ver como evitamos que continúe la confrontación, porque ellos están siendo utilizados por la oligarquía colombiana para defender sus intereses corruptos, mafiosos y de entrega de nuestra soberanía. Y esa propuesta se mantiene ahí. Hay un sector del ejército que está interesado en eso”.
Guerra de clases
-Por lo menos con los datos actuales, desde el punto de vista estrictamente militar, el ejército ya no está en condiciones de derrotar a las FARC. ¿A qué lo atribuye?.
“Bueno, el gran secreto de las FARC es que es pueblo en armas. Entonces, por ser pueblo en armas, tiene la ventaja de nutrirse de ese pueblo, de esa sabiduría popular. Y esa sabiduría popular permite crecer, no sólo en hombres, sino en influencia en amplios sectores y llenar los cupos o vacantes que se vayan dando, con nuevos cuadros, con nuevos combatientes. Esa es una fortaleza. Y la otra fortaleza, no menos importante, es que las FARC son una organización político militar.
Ya le decía que cada una de las acciones que hacen las FARC, tienen un fin político. No hay una diferencia entre las acciones de tipo militar y las acciones políticas, pues son todas inherentes. Esto dentro de la misma concepción marxista leninista de organización con fines de lucha por el poder. De ahí que la confrontación sea tan dura, porque es una lucha de clases, en todo el sentido de la palabra, donde el enemigo de clase hará todo lo que de él dependa para impedir el triunfo de las fuerzas insurgentes de Colombia.
Pero no podrán lograrlo en la medida en que la esencia del capitalismo no es resolver los problemas de los pueblos, sino pauperizarlos, reprimirlos, quitarles cualquier logro que hayan conseguido los trabajadores en tantas luchas populares y de masas. Entonces, las posibilidades de que el enemigo de clase consiga acabar la guerrila en Colombia, son nulas. No lo lograrán, porque además Colombia tiene una tradición de lucha centenaria.
Aquí no hay una guerrilla trasplantada o traída del Asia, de Europa, o de otros países. Sus raíces tienen sustento en la realidad colombiana. De ahí que los niveles de la confrontación sean tan duros, porque la clase que gobierna, pues está en su plan, en su derecho, además, de hacer todo lo que pueda para defenderse, para mantenerse en el poder. En esa medida la confontación es muy dura y cada vez se va aponer más dura. Porque es la guerra lo que está de por medio. Y la guerra no deja nada bueno, sino muertos, la guerra no deja sino destrucción, la guerra no puede dejar triunfos para el enemigo, porque esta confrontación tiene basamentos sociales muy profundos, que no se van a resolver si no hay cambios en la estructura del régimen gobernante”.
Guerra de movimientos
-¿Podría describir los lineamientos del tipo de guerra de movimientos que plantean las FARC? .
“Las FARC son una guerrilla, una organización político militar que hace la lucha de guerrillas móviles y que tiene como forma táctica la modalidad de lucha de guerrillas. Ese accionar de guerrillas móviles de combate, le permite golpear al enemigo permamentemente en distintos lugares del país, con pequeñas unidades, comandos tácticos de combate, con asaltos, dando de baja postes, centinelas, realizando golpes de mano contra las fuerzas enemigas, y todo eso se aplica en la concepción del Ché Guevara.
La movilidad permanente, que consiste en golpear al enemigo, retirarse, prepararse de nuevo para de nuevo volver a golpear, y así sucesivamente. Eso también explica en buena medida que el accionar de la guerrilla es permanente, que tiene la capacidad de estar golpeando en todo momento, día y noche, en cualquier lugar del país. La FARC como ya es grande también, pues donde ve posibilidades de golpear con grandes fuerzas a una unidad importante del enemigo, sea un batallón, sea una brigada, sea una base de doscientos, trescientos hombres, pues también lo hace, porque tiene suficientes hombres para eso . Pero como es guerrilla, lo hace sobre la base la seguridad en que va a lograr el objetivo con un mínimo de bajas en sus fuerzas”.
Inteligencia y coordinación
-¿Eso lo asegura con inteligencia previa?.
“Sí, una de las cosas más importantes. La inteligencia de combate es un instrumento que se utiliza siempre, para cualquier acción, para evitar el aventurerismo, porque no se puede ir a la aventura de que de pronto se consigan bajas en las filas guerrilleras y triunfos para el enemigo. Entonces, previo a cualquier acción militar, grande o chica, se hace una inteligencia de combate lo más completa que se pueda. Y para eso, las FARC tienen escuelas para impartir los cursos a los guerrilleros y sobre todo a la comandancia, sobre la inteligencia de combate.
Esa inteligencia de combate que se hace sobre determinadas unidades militares, es supervisada por los comandantes correspondientes, jefes de la operación, para poder evitar cualquier interpretación que ponga en riesgo la integridad de varios guerrilleros o que la operación que se va a realizar no se consiga. Esto implica conocimientos, recursos y experiencia, para poder asegurar el objetivo. Porque hay que ver cuánta gente, cuántas armas, cuántas municiones se requieren para lograr cualquier objetivo.
Las FARC, en su nueva modalidad de operar, a través de los estados mayores de los bloques, pueden colocar las fuerzas que sean necesarias en un área de operaciones determinada, para golpear al enemigo, con mil, dos mil o tres mil hombres, quinientos, o los que sean necesarios. Y eso se puede hacer simultáneamente en varias partes del país, o en las áreas de determinados bloques.
En este momento hay siete bloques de frentes de FARC en el país. Todas las unidades de FARC a nivel nacional están insertadas en siete bloques de frentes. Estos siete bloques de frentes tienen sus correspondientes estados mayores de frente. Ese Estado Mayor de frente tiene su comandante y tiene su reemplazante, y son las máximas autoridades de esas áreas. Y a su vez tienen ellos comunicación y coordinación directa con el Estado Mayor Central y su secretariado.
Entonces, por ponerle un ejemplo, si se va a realizar una operación en el departamento del Magdalena, donde se requieran dos mil hombres, pues entonces el Estado Mayor del bloque correspondiente del Magdalena, mueve las unidades necesarias de cada uno de los frentes para completar los dos mil hombres. Y si en un momento determinado fuera necesario que uno de los bloques vecinos le preste o lo apoye con más hombres, pues así se hace”.
Campañas
-Según entiendo, lo que ustedes llaman campaña consiste en movilizar todos los frentes al mismo tiempo ¿verdad?
“Sí, en el momento de hacer campañas militares, que hace tiempo no se hacen, lo que se busca es que el grueso de la organización participe de un accionar generalizado. Tiene que ver con tomas de bases militares, tiene que ver con acciones en las ciudades, con paralización de las carreteras, con bloqueos al transporte, al sistema eléctrico, a la infraestructura del país . Entonces son acciones donde participa una buena parte de la organización.
No quiere decir que todas las FARC participen en eso, tampoco, porque hay distintas tareas que cumplir. Algunos están haciendo las escuelas, están de instructores, están en el trabajo ideológico, o en el en trabajo propagandístico, o en el trabajo de organización de masas. Pero, por ejemplo, si hay una campaña generalizada para accionar en todo el país, cada bloque asume una tarea, una responsabilidad de operar en su área, sobre determinados objetivos contra el enemigo. Entonces, como le vengo diciendo, ellos calculan cuántos hombres necesitan, qué armas se necesitan para ese tipo de operaciones y el resto de la gente se queda cumpliendo las demás tareas”.
Escuela militar
-Evidentemente, cuarenta años de historia permiten un fondo de experiencia poco comun. ¿Usted diría que ya hay una cierta epistemología militar propia de FARC, capaz de reproducirse, de hacer academia y transmitir conocimiento?.
“Sí, claro. Cada una de las operaciones militares es objeto de una evaluación. Se hacen balances. Las unidades guerrilleras que participan de determinada operación, al concluirla, hacen su balance, para poder sacar de esas operaciones, nuevas experiencias, y hacer de eso escuela. Y se balancean todas, las que resultan muy buenas, las que resultan regulares y las que son un fracaso también, para poder ubicar dónde estuvo la falla y que el estudio de estos casos tácticos, que así se llaman, posibiliten aprender de ellos y enseñarle a los nuevos combatientes.
Entonces, se hacen una especie de asambleas, por compañías, por frentes, por columnas, donde se van recopilando las concusiones generales de cada una de estas asambleas, y luego el mando superior hace una síntesis, de qué es lo más notorio de cada uno de estos balances. Y estos son los insumos que sirven de elemento de estudio en las escuelas, para los nuevos guerrilleros y la comandancia. Esto ha permitido que las FARC ya tengan su cartilla militar, de orden abierto y de orden cerrado, de operativos militares y todo eso. La cartilla militar señala cómo se hacen, desde los balances en adelante. Quién los orienta, cómo se realizan los balances y qué es lo que se debe buscar con esos balances”.
Lucha contrainsurgente
-El ejército colombiano los ha combatido durante los mismos cuarenta años. ¿Han hecho ellos también su experiencia en la lucha contrainsurgentes? ¿han aprendido a combatir a las FARC?
“Aquí hay que entender que el problema es de concepción, Los ejércitos de todos los estados, de todos los gobiernos, incluidos los socialistas, son fuerzas que operan en forma regular. Son ejércitos creados para enfrentarse o para defender su territorio en caso de una invasión, o de problemas fronterizos con algún vecino, o con cualquier país que los quiera invadir. Por eso son ejércitos demasiado grandes, en hombres, en armas, con esa concepción de andar en grandes unidades.
La concepción de la lucha guerrillera no puede ser esa. La concepción de la lucha guerrillera tiene que ver con la de un ejército irregular, que mantiene la movilidad permenente. En esa concepción, entonces, organiza las operaciones militares. En esa concepción tiene su logística, tiene que resolver sus problemas de medicamentos, tiene que resolver sus problemas de instrucción militar, y todo eso.
El ejército colombiano ha hecho y sigue haciendo un esfuerzo por tener una parte de sus filas operando en forma irregular. Estudian concienzudamente los documentos que incautan de la guerrilla, en combates, en asaltos, y la información que les llega por la infiltración de las filas guerrilleras. Pero como le digo, el problema no es fácil para ellos, porque hay un problema conceptual. Ellos son militares de academia que se forman para conducir grandes unidades y no para realizar la operación avispa, de picar a un elefante en la cola, en el moco, en las patas y en los testículos”.
-¿Ellos han especializado unidades de lucha contrainsurgente para combatir a las FARC donde éstas son fuertes?.
“Sí, claro, pero no les funciona como ellos quisieran por lo que le digo. El problema es conceptual. Eso no lo pueden resolver”.
-Me refiero a gente que ellos internen en la selva, en pequeñas unidades, y los dejen ahí buscándolos sin pausa.
“Sí, claro, lo hacen. Pero ellos necesitan alimentarse. Ahí viene el gran problema. Cómo llevan ellos la cantidad de comida que necesitan, sin que sean detectados. Si lo hacen con aviones, el avión es detectado. Si lo hacen con helicópteros, pues igualmente. Si es a través de embarcaciones, lo mismo. En un tiempo ellos utilizaron la táctica de inflitrar patrullas pequeñas en la selva. Pero nosotros nos dimos cuenta, y los empezamos a neutralizar con fuerzas superiores. Le causamos muchas bajas a esas patrullas. Entonces, tuvieron que volver a la táctica de moverse con fuerzas considerables. Y a esas es fácil detectarlas”.
-¿Cuentan con el apoyo de la población local?.
“No, no tienen ese apoyo, ni tampoco conocen el terreno, y fuera de eso tienen los problemas propios de su condición de ejército regular. Muchos mandos militares son gente que está dentro del ejército porque ahí encuentra una forma de trabajar, porque le gusta la vida militar, está detrás de los ascensos, pero como es un funcionario del Estado, quiere tener sus vacaciones, tiene su familia, su señora y sus hijos, entonces los quieren visitar, están detrás de cuándo el hijo tiene su graduación, están detrás de todas esas cosas . Porque ellos no son prefesionales revolucionarios como los guerrilleros, sino gente que está detrás de conseguir un sustento económico y nada más”.
Baja moral combativa
-Esas bajas que ustedes aseguran haberle causado al ejército el año 2003 ¿se traducen en en una disminución de su moral de combate?
“Claro, hay baja en su moral combativa. Le cuento que ese parte que hicimos público, donde damos cuenta de diez mil bajas, son mal contadas. Es mucho más. Las FARC no consideran serio de su parte, ni es político tampoco, dar unas cifras que de pronto no correspondan a la realidad, porque eso es ajeno a nuestra concepción.
Pero esos datos son bastante benévolos pues no reflejan la realidad. Es mucho más la cantidad de bajas de las fuerzas del Estado. Y se explica por lo que le vengo diciendo. Ellos operan en forma regular, mientras la guerrilla es irregular. La guerrilla es la dueña del terreno. La guerrilla es la que conoce el terreno. La guerrilla se puede mover desde el norte hasta el sur del país, y del occidente hasta el oriente, porque tiene apoyo de masas. porque conoce el terreno, porque ha creado bases de apoyo para moverse todo el tiempo sin ningún problema”.
Evolución de las tácticas
-¿Qué evolución de la táctica ha ido operando a través de las ocho conferencias, desde aquella de autodefensa, propia de la época de Marquetalia, hasta el presente, cuando el objetivo es la toma del poder?
“La concepción, el arte operacional y la táctica que se emplean en cada momento, obviamente en cada una de nuestras conferencias se van perfeccionando. Se le van adicionando nuevos elementos, sacados de la misma experiencia. Las FARC tienen la particularidad de que sus fundadores no se sentaron primero a dilucidar, a romperse la cabeza pensando cómo vamos a organizar este ejército, cómo vamos a organizar esta guerrilla, sino que empezaron a organizarla, a ensayar, a probar qué es lo funcional en la práctica misma, y en la medida en que fueron consiguiendo resultados, pues ahí se fue haciendo la teoría.
Entonces aquí se ha hecho al revés. Aquí no se hizo la teoría para probar si funciona, sino que primero se hace la práctica, y si funciona, entonces nos sentamos y elaboramos un documento sobre esa experiencia . Así se ha construído todo lo que tiene que ver con la concepción y sobretodo con la táctica. Como le vengo diciendo, al regresar del combate se hacen los balances, y sobre esos balances se extrae una experiencia que sirve de guía, que sirve de escuela, que sirve para dotar a la organización de nuevos elementos teóricos de la confrontación, porque se va aprendiendo también, ahí en el combate, de cómo está operando el enemigo. Si están muy agresivos, que armas están utilizando, si han cambiado sus modos de operar, o no los han cambiado.
En esas condiciones, vamos ajustando nuestro modo de operar frente a ellos. Toda esa experiencia, se sintetiza en las conferencias, que se encargan de ir haciendo los ajustes necesarios en la parte estratégica, en la parte táctica y en la parte operacional. Si se considera necesario, si ha encontrado nuevos elementos para ajustar la parte operacional, se inserta. Y además, esto tiene desarrollo a nivel de las escuelas . Las escuelas las tenemos a nivel nacional, de comandantes, y tenemos escuelas por bloques de frentes y por frentes, Por ejemplo, la Séptima Conferencia, en 1982, se ocupó de analizar con mucho cuidado, con tesis, discutiendo con la mayoría de la comandancia y los guerrilleros de base, el modo de operar que empleaba el ejército en aquella época.
Se vio que el ejército buscaba asimillarse a la táctica guerrillera, buscaba utilizar también el campo traviesa para lograr ubicar guerrilleros y campamentos guerrilleros, buscaba no dejarse descubrir por la población civil, para que nadie denunciara su presencia, buscaba desarrollar capacidad de sobrevivencia en la selva, no dejar trillos, no dejar ninguna huella, para que de esa manera pudieran llegar a los campamentos guerrilleros sin ser detectados. Entonces la guerrilla, en esa Conferencia, se ocupó de analizar eso y decir, bueno, entonces también nosotros tenemos que cambiar nuestra táctica.
Nuestra táctica ahora no puede ser de seguir esperando a las tropa para que entren a los campamentos nuestros, sino que tenemos que pasar a la parte ofensiva de ir a buscarlos donde estén. Eso es lo que se llama en nuestros documentos, el nuevo modo de operar. Esa Conferencia dijo, vamos a emplear este nuevo modo de operar por un problema de concepto, porque a partir de esa Conferencia ya dejamos de ser unicamente FARC, para convertirnos en FARC-EP, Ejército del Pueblo, porque ya no es una guerrilla que solamente lucha por la reforma agraria, gratuita y con tierra y crédito para los campesinos, sino una guerrilla que además de luchar por esos intereses del sector agrario, también lucha por los intereses de todo el pueblo colombiano, de los desempleados, de los estudiantes, de las mujeres, de los niños, de los trabajadores, donde quiera que estén. Para ser coherentes con esa definición política, se vio que también había que ajustar el modo de operar, en la táctica, de combatir al enemigo con la táctica de golpearlo permanentemente, de irlos a buscar donde se encuentren”.
Experiencias de combate
-¿Qué ocurrió en el terreno de la confrontación militar en el período de casi veinte años que media entre la Segunda y Séptima conferencia?.
“Todas las conferencias de las FARC son importantes. No sé si peco de inmodesto, pero son importantes porque han permitido hacer un balance riguroso de aciertos y desaciertos, y de superar fallas. Obviamente, entre todas estas conferencias ha habido algunas más importantes que otras. La Séptima es una de las más importantes. Porque se da el paso de convertirse en ejército del pueblo. Se tomó la experiencia de Fidel Castro en Sierra Maestra, donde ellos eran muy poquitos, pero ellos dijeron, somos un ejército, por la concepción que tuvieron, ofensiva, y por la situación que tenía desmoralizado al ejército de Fulgencio Batista. En muy poco tiempo se tomaron el poder ”.
-Entiendo que por la época de la Segunda Conferencia, las FARC sufren un golpe en el que cae cerca del setenta por ciento de los combatientes. ¿Qué pasó ahí?.
“Cuando se constituyen las FARC, en el año 1966, en la Segunda Conferencia, el segundo de FARC al mando en ese tiempo, Ciro Trujillo, salió con una unidad para el centro del país, a la región de El Qundío, lo que se llama el viejo Caldas, con unos planes muy concretos, y no se sabe por qué razón, decidió cambiar los planes que llevaba.
El enemigo los ubicó, y tuvimos bajas muy grandes. No sé si cien o trescientos hombres, porque estaban muy pequeños todavía, pero en proporción a lo que eran las FARC en ese momento, hubo unas bajas más o menos del setenta por ciento. O sea, sobrevió sólo el treinta por ciento. Todo por errores originados por el cambio de planes. No sólo se perdieron los hombres, sino armas también. Eso es lo que la Tercera Conferencia balanceó como un desastre. Cada conferencia analiza lo que le digo, los avances y los retrocesos, buscando dónde estuvo la falla, por qué se cometió. Sólo recién en la Quinta Conferencia, en 1974, el camarada Marulanda pudo decir, nos repusimos de esa terrible enfermedad que casi nos liquida a todos. Sólo entonces las FARC vuelve a disponer de una fuerza guerrillera semejante a la que se hizo presente en la Segunda Conferencia.”.
-Probablemente, esa fue la coyuntura más delicada de la historia de las FARC. ¿Recuerda otros momentos como ese?.
“No, de verdad que no. Después de eso se pudo superar todos esos errores, corregirlos, tomarlos como ejemplo y evitarlos”.
Logística y aprovisionamiento
-En el campo de ustedes, al tener una guerrilla desplegada nacionalmente, con mucha movilidad y mucha gente, presumo que los problemas de logística, aprovisionamiento y armamento, deben ser muy complejos .
“Muy complejos, sobretodo muy costosos. Hay que decir que armar a todos los hombres, a todos los combatientes, pues eso implica unos costos muy grandes. Garantizarle la alimentación, garantizarle los medicamentos, a miles de hombres de las FARC, garantizarles lo que se necesita para la actividad diaria, tener los recursos para sufragar los gastos de cada una de las operaciones militares, es un costo altísimo, es un costo muy grande.
Pero las FARC se han ocupado también en estos cuarenta años de producir. No en grandes cantidades, pero producen muchas cosas para su autoalimentación. En distintas áreas de frentes y de bloques tenemos producción de alimentos. Plátano, yuca maíz, caña para sacar dulce. Criaderos de cerdo, de ganado, de aves, de peces. En las cordilleras se siembra arveja, frijol, papa. Lo que se dé en cada uno de los climas. Con la particularidad de que Colombia es un país que produce durante todo el año, porque aquí no tenemos el problema de las estaciones.
Entonces, de acuerdo al área y al territorio donde esté cada una de nuestras unidades, se siembra y se produce lo que se dé en esa área. Podemos producir nuestro queso, nuestra leche. Y se hacen algunas pequeñas inversiones, en gasolina o en cualquier cosa, buscando finanzas. Ponemos a engordar ganado en los potreros o en las fincas que haya. Después se vende ese ganado y algo se gana. Tenemos con eso varios fines.
Primero, contribuir al autosostenimiento de la guerrilla. Segundo, que la gente aprenda a trabajar. En eso también se ve la solvencia del mando. Tiene que enseñarle a la gente a trabajar. Nosotros pensamos que en el futuro no podemos tener una sociedad de parásitos. Tenemos que tener una sociedad que trabaje, que produzca. Porque nos preocupa lo que pasó en la Unión Soviética, donde el Estado les daba todo. No defendieron eso que alcanzaron a construir y que fue de mucho beneficio para millones de rusos.
Consideramos que si bien es cierto la organización tiene que garantizarle lo necesario para subsistir, la gente tiene que trabajar. Hay que enseñarle a trabajar. Y además porque estamos pensando que hay que crear reservas, porque vamos a ser gobierno. Y para ser gobierno se necesitan reservas económicas. La reserva más importante es tener cuadros preparados para eso. Después pueden construir granjas agrícolas, después van a administrar estas granjas, después van a enseñarle a la gente cómo se organiza la producción, cómo se organiza el trabajo. Igualmente, tenemos en varias partes maquinaria para construir vías carreteables. Construimos carreteras, puentes, caminos, escuelas, todo eso”.
-Me parece muy interesante, y poco conocido…
“Es que de eso no hablamos casi. Entonces hay varios guerrilleros que son tractoristas, que manejan las motoniveladoras, que manejan las retroexcavadoras, que manejan las volquetas, todas esas maquinarias necesarias para abrir carreteras, o para arreglarlas. En la época de los diálogos con Pastrana, en los cinco municipios se construyeron cantidad de carreteras y puentes. La misma gente del gobierno encontró cantidad de guerrilleros y guerrilleras manejando volquetas y maquinarias de esas, y otros boleando palas y picos, arreglando”.
El monstruo grande písa fuerte
-Desde ese punto de vista, no deja de parecer irónico que la salida de ese proceso haya sido una de las fases más agudas de la guerra.
“Pues, sí. Después de que la gente estaba allá, prestando seguridad para los que estábamos ahí, incluída la población de los cinco municipios, y como le digo, haciendo carreteras, construyendo puentes, ayudando a arreglar escuelas para los niños y puestos de salud, entonces acaban los diálogos y viene la represión, pues todo el mundo agarra los fusiles otra vez”.
-Desde entonces, y a partir de la entronización de Uribe Vélez, la guerra no hace sino intensificarse. En un reciente parte de guerra de las FARC, se habla de un promedio de más de doce combates diarios. ¿Qué me puede decir del desarrollo de la guerra en estos días?
“Ese parte registra un promedio de 12,8 combates por día. En cuanto a las acciones, todas. Hay desde acciones de operaciones de comando, hay desde emboscadas, asaltos, tomas, copamientos, todo eso”.
-¿Quién lleva la iniciativa? Entiendo que el ejército tiene desplegados veinte mil hombres en los departamentos del Meta y del Caguán.
“Allá tiene más. Pero, vea, la ofensiva es general. No es cierto que haya una ofensiva sólo contra esa área. Es una ofensiva contra todas las FARC a nivel nacional. Tienen en su contra que, como las FARC están en todo el país, les ha tocado hacer una ofensiva a nivel nacional, contra todos los bloques nuestros. Ya le decía que el año pasado les causamos como diez mil bajas. En los primeros tres meses de este año 2004, el ejército tiene cerca de dos mil bajas entre muertos y heridos. Y las FARC tiene cerca de 50 muertos y heridos en el mismo tiempo. En este mismo momento hay combates en distintas áreas del país”.
-Y esa desproporción en el balance de bajas ¿no los hace desistir?
“No, ellos no van a desistir”.
-Me sorprende que casi no hay información pública acerca de lo que estamos conversando…
“No hay información de parte de ellos porque la campaña que han montado es decir están acabando con las FARC. Ya entregaron partes de victoria donde las FARC se redujeron o desaparecieron definitivamente. Y si la reducen, pues a los poquitos que quedan, no les queda otra que aceptar la rendición, que es lo que quiere Uribe. Por eso el presidente Uribe cuando habla de diálogos y que está dispuesto a la paz, es la pax romana, es la paz de la entrega, es la paz de la rendición, es la paz de la traición, que las FARC jamás van a aceptar”.
Plan Colombia
-¿Diría que la actual ofensiva es uno de los períodos más activos de la historia de estos cuarenta años de historia de la guerra?
“El ejército todo el tiempo está buscando a la guerrilla. No es cierto que sólo ahora, en este gobierno, esté buscándola. No. Lo ha hecho siempre, Lo que sí es cierto es que en este gobierno han recibido más apoyo que nunca de los gringos, a través del Plan Colombia. Les dan asesoría los gringos, permanentemente, pero esto se inició en el gobierno de Pastrana. El Plan Colombia no es obra de Alvaro Uribe Vélez. El Plan Colombia es obra de Andrés Pastraba Arango.
Dicho personaje tiene esa deuda con Colombia. Durante el proceso de los diálogos, se estaban buscando recursos para resolver y solucionar los problemas estructurales que se conversaron en la mesa de los diálogos. Entonces, idearon los amigos de Pastrana un plan para recoger recursos, para financiar esas obras de carácter social. Pero Andrés Pastrana, con sus asesores de Estados Unidos, resolvieron darle el carácter actual, y lo convirtieron en un instrumento de presión por un lado, para la mesa de los diálogos en ese momento, y de captación de recursos de los gringos, para abriles la puerta de par en par, y así entrar a Colombia sin ningún problema. Es decir, es la entrega de la soberanía”.
-¿Son cinco mil millones de dólares, según entiendo?
“Hablan cualquier cantidad de cosas. Hay veces que hablan de siete mil millones, otras veces hablan de cinco mil, de pronto aparece el señor Colin Powell diciendo que van a aumentar en quinientos millones. Pero son cifras astronómicas . Lo que pasa es que muchos recursos vienen representados en en aviones, en helicópteros, en material bélico”.
-¿Es ayuda militar, básicamente?
“Sí, básicamente es ayuda militar. Porque con eso Estados Unidos ha organizado la intervención en los asuntos internos de Colombia de manera más directa . Piense que no es de ahora. Ya le contaba como en Marquetalia participó la embajada gringa, contra los 48 campesinos de aquella época. Pues siempre ha estado Estados Unidos inviertiendo en la guerra de Colombia, con el propósito de acabar con las FARC”.
-¿Ustedes han resentido el Plan Colombia, en términos del potenciamiento de la capacidad militar de las fuerzas del Estado?
“Pues, sí. Como le digo, tienen más aviones, tienen más helicópteros, tienen más tanquetas, tienen más asesoría gringa, tienen más propaganda. Sí”.
-Si la guerrilla avanza en su propósito de tomarse el poder. ¿Hasta dónde cree usted que el gobierno norteamericano está dispuesto a intervenir para impedirlo?
“Los gringos son muy pragmáticos. Ellos están dispuestos a invertir lo que sea necesario, donde quiera que vean sus intereses en peligro. Fíjese que en Iraq eso es lo que hicieron y siguen haciendo. En el año 1998 nos reunimos con un funcionario del Departamente de Estado, llamado Phillip Ciccola, en Costa Rica. Con toda desfachatez, nos dijo, la política de mi gobierno es intervenir militarmente donde quiera que nuestros intereses sean amenazados. Y si hay que hacerlo por encima de cualquier Estado, y por encima de cualquier gobierno, se hace. Y como ellos consideran que en este país están amenazados lo que consideran sus intereses, pues es la razón de que estén metidos aquí.
Pero el problema es que Colombia no es de Estados Unidos sino del pueblo colombiano. Entonces, el pueblo tiene que levantarse y luchar contra los agresores y los títeres de los agresores. Tienen la desventaja de que las FARC no tienen puestos fijos; ni edificios, ni fábricas, ni polvorines ni nada que puedan destruirle, como han hecho en Iraq. Aquí no. Porque aquí tiene un gobierno títere. Claro, uno no sabe en qué momento ese títere mejor se va a ir a dirigir o a acabar de entregar el país desde allá mismo en Washington. Allá queda mejor que en Colombia. Pero por ahora no, porque aqui lo tienen a él. Y la guerrilla de las FARC está en todo el país, en su operatividad de guerrillas móviles. Qué le van a destruir. Nada. Dónde los van a conseguir, si hoy están el un lugar y mañana pueden estar en cualquier otro. Entonces es una guerra de una potencia contra unas fuerzas invisibles”.
Posibles desenlaces
-¿Considera usted que la situación actual es de equilibrio estratégico, en la medida en que ninguna de las dos fuerzas es capaz de destruir a la otra, y deben por tanto, seguir coexistiendo, o más bien, combatiéndose?
“Pues si las fuerzas militares colombianas hubieran logrado destruir a la guerrilla, no estaríamos conversando aquí No hubiéramos entregado a la opinión pública nacional e internacional los resultados de la confrontación militar del año 2003 y los meses que van de este año. No estaría Uribe diciendo que nos va a acabar todavía. No estaría Uribe pidiendo que lo reelijan porque necesita más tiempo para acabar con las FARC. No estaría Uribe diciendo que le amplíen el Plan Colombia, porque solo así nos puede derrotar.
Hay un estudio reciente, un documento, que está bastante bueno, que es un reporte que hizo un general en retiro del ejército colombiano, que fue Ministro de la Defensa, Alvaro Valencia Tovar. En ese documento, el general Alvaro Valencia Tovar defiende la estrategia militar de su ejército, como es apenas natural, pero dice unas verdades muy grandes. Y es que si no logran el apoyo de los Estado Unidos a través del Plan Colombia, ellos no van a lograr derrotar a la guerrilla colombiana, porque es una guerrilla con mucha experiencia, es una guerrilla enraizada en la población, con un mando que ha hecho una experiencia única, que no tiene dependencias en el exterior de nada.
Eso lo sabe muy bien Uribe. Y lo sabe muy bien el señor Bush. Por eso es que manejan todo a través del Plan Colombia. Pero Estados Unidos tiene una crisis muy grande y tiene muchos problemas en todo el mundo. Hoy la política de Bush está cuestionada en el mundo entero. No va a ser fácil que le aprueben más presupuesto para la guerra, no ya no solamente en Iraq, sino tampoco en América Latina, particularmente en Colombia. Y de ser así, el señor Uribe pues se va a ver en aprietos, porque no va a tener como continuar una guerra injusta contra el pueblo colombiano”.
-He recopilado una serie de opiniones de politólogos y especialistas en temas militares, que plantean una supuesta incapacidad estratégica de tomarse el poder, porque no son capaces de pasar desde una guerra de movimientos a una guerra de posiciones, y que el éxito de la política militar de Uribe Vélez consiste en haber recuperado la iniciativa y haber confinado a las FARC a sus posiciones de retaguardia. ¿Qué comentarios le merecen esas opinionres
“El gobierno de Álvaro Uribe Vélez tiene por política principal de su administración debilitar o liquidar el movimiento guerrillero. Con esa promesa se hizo de la primera magistratura, apoyado por la caverna más reaccionaria de los dos partidos tradicionales en representación de la oligarquía, terratenientes, latifundistas, grandes ganaderos, empresarios y sus bandas de paramilitares traficantes de drogas.
El plan de guerra contrainsurgente cuenta con millonarios recursos del PIB de los colombianos, más los millones de dólares provenientes de los Estados Unidos a través del Plan Colombia y su extensión, el Plan Patriota. Este Plan de intervención gringa en el conflicto interno nuestro, cuenta con la complacencia de Uribe y la oligarquía apátrida que, en contraprestación hipoteca la soberanía nacional y la dignidad de nuestro pueblo.
En el mismo propósito de beneficiar los voraces apetitos del imperio, busca justificar los millones de dólares invertidos en la guerra con campañas triunfalistas, carentes de realismo, en la que suministran falsas informaciones de guerrilleros muertos, heridos, capturados o desertados de nuestras filas. Con esta finalidad acuden a captar opiniones de analistas o politólogos que por obvias razones ignoran la táctica de guerra de guerrilleras móviles de las FARC, quienes terminan profundizando más la distancia entre la verdad de los resultados de la confrontación diaria y los deseos de los benefactores del incendio político que mancha de sangre la geografía de la patria. La primera víctima de la guerra es la verdad. Los resultados de los diarios combates de las FARC con las fuerzas de seguridad del Estado están registrados en los comunicados y partes de guerra firmados por los Estados Mayores de los bloques y frentes. En estos partes aparece la cantidad de bajas enemigas y las nuestras en forma concreta y oficial”
-Una pregunta obligada para el final. ¿Cuál es el desenlace más posible de esta guerra, según las previsiones de ustedes?
“Y yo tengo que decirle lo mismo que ayer. Pensamos que una salida posible es un gobierno nacional de coalición amplia, donde debe estar uno de los nuestros, Alfonso Cano. Otra posibilidad es que se agudice el conflicto político militar, y en algún momento tomemos un territorio y nos declaremos gobierno, y desde allí ir por lo que queda. Pero adelantar cómo o cuándo eso va a ocurrir, pues no está en la ciencia de la revolución”.