La Fiscalía española pidió a EU la extradición de Michael Townley por el asesinato del diplomático español Carmelo Soria, en Chile, en 1976. Se trata del mismo sujeto estadounidense que asesinó a Orlando Letelier en Washington, también en 1976, y que goza de libertad en su país de origen como «testigo protegido».
El ex agente de la DINA está imputado por su participación en la muerte del diplomático Carmelo Soria. El Fiscal considera que Chile «no ha sido efectivo» persiguiendo estos delitos.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional española reclamó a Estados Unidos la extradición del ex agente de la DINA, Michael Townley, por su participación en el secuestro y asesinato del diplomático español Carmelo Soria.
Townley está en la lista de búsqueda y captura española desde octubre de 2012, cuando fue procesado junto a otros seis ex agentes de la DINA por el juez Pablo Ruz, por el hecho ocurrido en 1976.
Según la Fiscalía, la persecución de estos delitos en Chile «no ha sido efectiva», por lo que los agentes fueron imputados por genocidio, asesinato y detención ilegal por la más «competente» justicia española.
La investigación de esta causa surgió a raíz de una querella de la Fundación Española Presidente Allende contra 15 ex militares realcionados con el hecho, admitida por el juez Garzón en 2001.
El crimen
El juez afirmó que los hechos ocurrieron el 14 de junio de 1976, cuando Soria, que trabajaba para la Cepal, regresaba a su casa en Santiago.
En ese momento, dos de los procesados, el sargento José Ríos Sanmartín y el capitán Jaime Lepe, disfrazados de Carabineros, «pretextaron una infracción de tráfico» y llevaron a Soria a una casa proporcionada por Townley.
«Soria fue torturado -maniatado y con la cara vendada- durante varias horas, en las cuales le fracturaron todas las costillas (…) a fin de que les dijera si tenía relación con el Partido Comunista de Chile y cuál era su misión en el país, y ya con la idea de asesinarle y hacer pasar su muerte como un accidente de tráfico, le inyectaron (…) media botella de pisco», detalló el juez.
Durante este interrogatorio, en el que participaron los seis acusados, Soria solamente dijo «pobre Chile». Ya que no consiguieron una respuesta positiva, el capitán Guillermo Salinas lo estranguló, «ayudado materialmente por otras dos personas de la brigada, no identificadas».
Posteriormente, el grupo se desplazó hacia el Canal del Carmen, donde «hicieron que se precipitara al vacío, tirando el cuerpo».
El cadáver fue encontrado un día después y en él se encontró una nota «simulada por sus captores», en la que se contaban presuntas infidelidades de su esposa.