«Hoy el movimiento estudiantil precisa de unidad, de claridad programática, y de lucidez en su accionar. Es por lo anteriormente expuesto, que hacemos un profundo y sentido llamado a la unidad y a repudiar estos actos de violencia, a encontrarnos en el diálogo y la organización de un Movimiento Estudiantil que debe ser consecuente y masivo para concretar las transformaciones que Chile necesita.» Así señala en parte una declaración pública difundida por las Juventudes Comunistas de la Araucanía, en la que denuncia una agresión de sectores radicales y enajenados, en la movilización del pasado 10 de junio. Si el movimiento estudiantil no logra controlar esa violencia irracional, ella terminará con el movimiento estudiantil. Así de simple.