Había rumores de que la oposición de derecha ocuparía febrero, mes tradicional de descanso y repliegue político, para re/continuar sus ataques al gobierno y particularmente a la Presidenta Michelle Bachelet. Eso suponía la continuidad de cuestionamientos editoriales de los medios conservadores, estableciendo posturas críticas en cuanto a las políticas de la administración bacheletista. Pero se quedaron cortos.
El 22 de enero se fraguó lo que sería el intento o materialización de un golpe político/comunicacional (más comunicacional en los hechos), cuando un grupo de parlamentarios de Renovación Nacional (RN) hizo un Punto de Prensa para regalar a la Presidenta un pasaje para que visitara la Región de La Araucanía, quejándose que pese a los “hechos de violencia” por el llamado “conflicto mapuche” y otros problemas, ella no había viajado en todo el primer año de su gestión a esa zona.
Se preparaba, en realidad, algo más. Que la primera semana de febrero, cuando la Jefa de Estado estuviera en su casa de descanso en el Lago Caburgua (en esa Región), parlamentarios de derecha junto a representantes del sector empresarial, llegarían en lanchas a la Playa Negra para protestar por la no visita a la Región y criticarle que llegase a ese territorio sólo para vacacionar.
Durante varios días, no pocos medios de comunicación estuvieron pendientes de esta acción, la cual dio para algunas páginas en diarios y portales Web, y minutos en radio y televisión.
En el diario La Tercera se dio amplia cobertura a esta acción opositora, y se publicó una foto de archivo de la AgenciaUno donde aparece la Mandataria caminando en el terreno donde tiene su casa en Caburgua. La misma imagen de la AgenciaUno, fue usada por la gente de derecha para diseñar un volante donde colocan a Bachelet caminando cerca del lago, y al lado una foto de una casa patronal ardiendo producto de un atentado. La intención comunicacional, obvia: La Presidenta descansando, las casas ardiendo. La instalación/pretensión de un contraste en la vida de una zona del país.
Luego vino un editorial de La Tercera saludando como “legítima” la protesta en contra de la Jefa de Estado frente a su casa de vacaciones.
En esos días, destacaron los editoriales de El Mercurio cuestionando la creación de los Ministerios de la Mujer y la Equidad de Género y de Cultura. Un cuestionamiento a dos objetivos claves del gobierno bacheletista.
Otro episodio resaltado desde una óptica conservadora y contra/reformista, estuvo marcado por el envío de la iniciativa de interrupción voluntaria del embarazo por tres causales solamente, que ocupó portadas y páginas de los diarios tradicionales y tiempos de noticiarios de radio y televisión, sobre todo resaltando las posturas de la Universidad Católica, del jefe de la Iglesia católica y de parlamentarios democristianos que se oponen a legislar en esta materia.
El vespertino La Segunda tituló dos días seguidos con posicionamientos del Rector de la Universidad Católica, el matutino El Mercurio publicó una destacada entrevista al Arzobispo de Santiago y La Tercera marcó las diferencias sobre el tema en el seno de la Nueva Mayoría. Las radios y canales de televisión siguieron, durante la primera semana de febrero, prácticamente la misma línea editorial.
Llamó la atención que al día siguiente del anuncio del proyecto de despenalización del aborto en tres causales, prácticamente ningún medio dio cuenta de las declaraciones de la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), Claudia Pascual, pese a que ella fue centro de la polémica cuando la iniciativa estaba en desarrollo y esa entidad juega un rol decisivo en la materia.
Sin embargo, el golpe principal para la Presidenta Michelle Bachelet provino de un reportaje en la edición 2287 de la revista Qué Pasa, que en uno de sus titulares de portada se leía: “El millonario negocio inmobiliario de la nuera de Bachelet”.
En las páginas interiores se informa que se trata de un crédito que la sociedad Caval Limitada, de la cual Natalia Compagnon (nuera de la Mandataria) es dueña del 50%, “recibió un crédito por $6.500 millones para comprar tres terrenos en Machalí” que después, de producirse un cambio en el plano regulador de la zona, aumentarían su valor. Y que ese crédito lo dieron altos ejecutivos del Banco de Chile, un día después de que la suegra de Compagnon (Michelle Bachelet) ganara la elección presidencial.
Más tarde, diversos medios publicaron que el hijo de la Jefa de Estado, Sebastián Dávalos, había estado en la reunión con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, además de Natalia, y allí se acordó el préstamo.
En paralelo, en la página Web El Líbero -medio digital financiado y dirigido por personeros de la derecha- se publicó una entrevista a un profesional que demandó a la empresa Caval por no pago de sueldo y comisiones, y que opinó que era extraño que el Banco de Chile le hubiera dado ese crédito a la sociedad Caval, ya que ésta contaba con poco capital y prácticamente ningún respaldo para cubrir la deuda.
Los Ministros del Interior y de Justicia tuvieron que salir al paso, se obligó a Dávalos a hacer una Declaración de Intereses y se armó una polémica que incluyó criterios políticos y éticos sobre el episodio que el medio digital El Mostrador bautizó como “Nueragate”.
Las páginas de medios escritos y espacios de medios electrónicos, paradójica pero no gratuitamente, se llenaron de declaraciones de parlamentarios y dirigentes del oficialismo cuestionando a Dávalos y la situación. No hubo necesidad de recurrir a vocerías de la oposición.
En todo caso, el diputado opositor más activo en febrero, Juan José Edwards (RN), no sólo lideró la acción contra la Presidenta en el lago Caburgua, sino que señaló que el caso de Natalia Compagnon era tres veces más grave que el caso Penta (el escándalo y procesamiento por ilícitos financieros, tributarios y de campañas electorales, donde aparecen vinculados los dueños del consorcio y un grupo de dirigentes de la UDI) y exigió la renuncia de Dávalos al cargo de director del área sociocultural de La Moneda. En realidad, todo indica que Edwards vino a reemplazar las tradicionales y polémicas vocerías de verano del ahora senador Iván Moreira (UDI), quien esta vez guardó silencio y no se metió con la prensa, porque está involucrado seriamente en el caso Penta y presumibles violaciones a las normas de campañas electorales.
Un asunto que no soltó la derecha ni sus medios afines, incluidos además personeros de la Democracia Cristiana, fue el criticar a la administración bacheletista por no pedir la libertad del opositor venezolano Leopoldo López, convirtiendo el tema en conflicto durante febrero.
Uno de los objetivos comunicacionales del sector ya está logrado. Que cuando Michelle Bachelet regrese de vacaciones, tenga que enfrentar estos episodios.
Y es que todo parece indicar que la oposición quiere que marzo parta con situaciones difíciles para el gobierno y la Nueva Mayoría.
No cabe duda que en su primera aparición pública y/o ante los periodistas, se le preguntará qué opina o qué sabe el caso de su nuera y el préstamo del Banco de Chile. También es probable que se le interrogue sobre la protesta que hubo en Caburgua y si finalmente visitará oficialmente la Región de La Araucanía. Y el debate sobre la iniciativa del embarazo le será señalado, ya que la polémica se armó cuando la Mandataria partía de vacaciones.
Quizá las/los asesores comunicacionales decidan que la Presidenta otorgue una entrevista a algún medio para abordar todos esos temas y así superar la situación político/comunicacional y no tener que referirse más de una vez a ello, o simplemente se preparen las respuestas para un primer Punto de Prensa.
Lo que parece inevitable es que la Jefa de Estado hable de esos asuntos porque, en definitiva, no tendría problemas en hacerlo.
También hay todo un tema comunicacional a fines de febrero, cuando ya prácticamente nadie en el gobierno ni en la Nueva Mayoría siga de vacaciones, por el anunciado encuentro mundial organizado por ONU/Mujer y entidades gubernamentales chilenas, donde se espera que parlamentarias de derecha, algunos diputados de la Democracia Cristiana, organismos católicos y medios de prensa, quieran colocar el tema del aborto y posibles polémicas y anecdotarios en torno de la actividad.
No parece gratuito, además, que desde cargos directivos de la derecha se haya insistido en que a inicios de marzo se lanzará formalmente el nuevo referente unitario de la oposición y que se efectuaría un cónclave, lo que comunicacionalmente podría ayudar a desviar la mirada de situaciones de alto conflicto en el sector, como el caso Penta, las pugnas internas (Manuel José Ossandón versus Sebastián Piñera, peticiones intra/UDI de que renuncie la directiva del partido, etc.) y el balance altamente negativo en que coincidieron casi todos los analistas en el último tiempo sobre la situación de las colectividades derechistas.
En efecto, no hay hechos que demuestren que haya cambiado el escenario para la oposición de derecha. Por ello, la disputa de prioridades en la agenda político/nacional parece favorecer objetivamente al oficialismo, aunque en lo que va de febrero la derecha logró remover el tapete.