En los últimos años, el litio ha aumentado significativamente su importancia en distintos ámbitos de la economía chilena.
Como ejemplo, representó un 8,2% de las exportaciones totales en 2022, reflejo de una demanda mucho mayor por su importancia en la electromovilidad y almacenamiento energético.
En términos de recursos identificados a nivel mundial, Chile representa un 41% de las reservas mundiales de litio, seguido de Australia (25,4%), Argentina (9,8%) y China (6,7%) (ver informe).
En este artículo describimos algunos elementos relevantes del litio en la economía chilena.
¿Por qué el litio es relevante para la transición energética a nivel mundial?
El litio es un elemento fundamental en la transición energética. Esta ha sido impulsada por el reemplazo de los motores de combustión interna, con el objetivo de reducir las emisiones que provocan el calentamiento global.
En particular, es un mineral clave en la producción de baterías de iones de litio.
Así, se ha convertido en un insumo hasta ahora insustituible en la transición hacia la descarbonización y electrificación del transporte y en el almacenamiento de las energías renovables.
Ello explica el crecimiento exponencial de su demanda a nivel mundial en los últimos años.
¿Cómo ha impactado el litio en las exportaciones de bienes chilenos?
En las exportaciones de litio destaca, principalmente, el carbonato. En menor medida, también contribuyen los envíos de hidróxido[1].
La diferencia entre ambos radica en que el hidróxido tiene una mayor concentración del mineral y es más eficiente en la producción de baterías.
Entre 2013 y 2021 las exportaciones de carbonato de litio representaron, en promedio, un 0,8% de las exportaciones de bienes. Esta cifra subió a 8,2% en 2022 (gráfico 1).
China, Corea del Sur y Japón son los principales destinos de los envíos.
Esto ubica al carbonato de litio como el segundo producto minero más relevante de las exportaciones después del cobre –que representó 45,3% de los envíos en 2022.
Se suma el alza de las exportaciones de hidróxido durante el primer semestre de 2023 (SUBREI, 2023), que alcanzaron en torno a 10% de los envíos de litio según información de aduanas. Este producto se contabiliza en los envíos industriales de químicos de las exportaciones, por su mayor valor agregado.
Al descomponer el aumento del valor de los envíos de carbonato de litio, se observa un alza especialmente significativa de su precio durante el primer semestre de 2022.
De este modo, pese a caer en lo más reciente, se mantiene muy por sobre el promedio histórico 2018-21 (gráfico 2). Los volúmenes también han aumentado desde 2018, pero gradualmente.
¿Cómo ha impactado el litio en la evolución del PIB minero?
La extracción de litio se mide en el PIB minero, particularmente en otras actividades mineras —que representaron 3,4% del PIB total en 2022.
En este último año, esta subactividad creció 10,4% en términos reales —contribuyendo en 0,9 puntos porcentuales a la variación anual de la minería—, la que fue liderada en término de incidencia y dinamismo por el litio, según información de Cuentas Nacionales.
La información del Imacec (gráfico 3a) ilustra la dinámica de otras actividades mineras en los últimos años, mientras que la desagregación de la producción de litio (gráfico 3b) muestra la mayor ponderación del carbonato respecto del resto de los productos.
¿Cuáles son los actuales encadenamientos productivos asociados al litio?
En base a la última matriz insumo-producto (MIP) se estiman los encadenamientos productivos de la minería que incluye la extracción de litio (gráfico 4).
Esto es, la capacidad de arrastrar producción de otras industrias a través de su demanda de bienes intermedios.
Los resultados muestran que servicios empresariales es el sector con mayor encadenamiento derivado de la producción de litio, debido principalmente a la demanda por servicios de arquitectura e ingeniería. Este efecto sobre los servicios empresariales es incluso mayor, en términos relativos, que el registrado por la minería de cobre.
¿Qué se espera que ocurra con el litio en los próximos años?
Según Cochilco (ver Informe), la demanda mundial por carbonato de litio aumentaría 15,5%, en promedio anual, entre 2021 y 2035, debido principalmente al consumo proyectado de baterías de la industria automotriz.
La misma fuente espera una recomposición de la demanda hacia mayor hidróxido de litio, por su mayor duración y dominancia en el mercado de la electromovilidad.
Lo anterior es coherente con las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Esta señala que, entre 2020 y 2040, la demanda total de litio a nivel mundial podría multiplicarse por trece en el escenario de políticas ya declaradas. Dicho factor podría aumentar hasta cuarenta y dos en un escenario de desarrollo sostenible.
En cuanto a la oferta, se proyecta un crecimiento promedio anual de la producción mundial de 12,6% hacia fines de 2035. Esto vendría impulsado por la materialización de nuevos proyectos de inversión, los que representarían en torno al 55% de la producción hacia el mencionado año.
Así, el precio del litio dependerá, entre otros factores, del desequilibrio proyectado entre demanda y oferta en los próximos años.
En términos comparativos, Chile cuenta con una ventaja en la explotación del mineral, ya que las reservas de litio se concentran en salares, que a pesar de que implica tiempos de desarrollo más lentos que los yacimientos de mineral de roca, operan con menores costos.
El Banco Central se encuentra monitoreando la evolución de la producción de litio en el PIB y su impacto en las exportaciones, la inversión y en el resto de los sectores económicos. Ello se justifica en la importancia que ha adquirido este mineral en lo más reciente y su rol en el proceso de transición energética internacional.
[1] Según información de aduanas también existen exportaciones de sulfato y otros derivados del litio, aunque en menor magnitud.
(*) Consejera; (**) Jefe de Grupo de Actividad y Demanda, Departamento de Análisis de Coyuntura; (***) Analista Económico Senior, Departamento de Análisis de Coyuntura