¿Por qué la derecha defiende con tanto entusiasmo a Matías del Río y guardó silencio cuando acallaron a Eduardo Fuentes?. ¿Qué diferencia a TVN de La Red?
La lista de favoritos por el Rechazo incluye -por ejemplo- a Mónica Pérez y excluye a José Antonio Neme.
A medida que se acerca el plebiscito de salida del domingo 4 de septiembre, los «rostros» de la tele van mostrando su verdaderas caras. Iván Núñez, Mónica Rincón y Monserrat Alvarez ya no ocultan su repudio a la nueva Constitución mientras que Juan Manuel Astorga, Julio César Rodríguez, Mirna Schindler y Andrea Aristegui prefieren ocultar hasta ahora sus preferencias.
Naturalmente que periodistas, comunicadores, locutores y animadoras conservan su intimidad en política, parapetados tras las líneas editoriales de los canales comerciales
-incluida TVN- en aras de una supuesta objetividad o imparcialidad. Todo lo demás supuestamente sería censura o un atentado a la libertad de expresión.
Pero resulta que el mismo texto del proyecto constitucional incluye el derecho a la comunicación, una herramienta democrática de la cual carecía el libre ejercicio de la profesión periodística que estaba -como hasta ahora- en manos del mercado, como si las noticias fueran un producto a la venta.
Programas como «Estado Nacional» (TVN), «Tolerancia Cero» (CHV) y «Mesa Central» (Canal 13) son verdaderas vitrinas para la opción Rechazo, tanto o más eficaces que la franja televisiva del Servel, tal como lo denunciara en su momento la ex ministra del gobierno de Bachelet, Nivia Palma, integrante del directorio de TVN. Con dos panelistas por el Apruebo y cuatro por el Rechazo mostraron las verdaderas intenciones de un «debate democrático».
En materia de panelistas invitados ante las cámaras también aparecen odiosos favoritismos y claras exclusiones. El ex convencional hijo del senador Manuel José Ossandón, el alcalde de Puente Alto Germán Codina, los diputados Mellado y De la Carrera superan en presentaciones a los carismáticos Gonzalo Winter o al senador Juan Ignacio Latorre, prácticamente los únicos representantes de la nueva Constitución que aparecen a veces en pantalla.
Los encuentros vecinales, los conciertos itinerantes, desayunos constituyentes y otras actividades participativas fueron acalladas con una brutal ofensiva contra los tradicionales casa a casa, que fueron motejados como «marcar» casas, tratando de hacer un símil con el fascismo que pintaba la estrella en los hogares judíos al iniciarse la segunda guerra mundial
Una semejanza horrorosa y sin fundamento ético ni moral.
¿Cómo es que no ha sido noticia que la ex convencional, abogada y «académica» Constanza Hube ande repartiendo ejemplares adulterados de la Constitución, texto supuestamente reproducido por el diputado Diego Schalper?
Es más «noticia» que el ex senador Fulvio Rossi acuse de oportunista al presidente Gabriel Boric, mientras el colega Daniel Matamala pone en su lugar al «intelectual» Cristián Warnken, quien afirma que los chilenos no somos lo suficientemente cultos o preparados como para asimilar el texto de la Constitución acordado mayoritariamente por la única convención realmente representativa en la historia de Chile.
La televisión guarda silencio y hace mutis por el foro, no se mete en problemas, prefiere la complicidad de la derecha, el gran empresariado y las transnacionales que financian estelares, concursos, «debates» y conversaciones de dudoso nivel cultural para desviar la atención de la trascendental decisión ciudadana que nos espera el domingo 4 de septiembre.
Entre los favoritos de siempre y los discriminados de la tele.
(*)¨Periodista.
Título e ilustración: Red Digital
Título original: Favoritos y discriminados