Un estudio realizado por expertos de universidades de Francia y el Reino Unido concluyó que trabajar en horarios nocturnos y durante los fines de semana por tiempo prolongado envejece prematuramente el cerebro y afecta la habilidad intelectual de las personas. De acuerdo con la investigación, publicada en la revista especializada Occupational and Environmental Medicine, si un trabajador cumple turnos de noche por más de 10 años y los fines de semana -los llamados horarios antisociales- su cerebro envejece en más de seis años.
Para elaborar su informe, los científicos de las universidades de Swansea (Gales) y Toulouse (Francia) sometieron a 3.000 voluntarios en Francia a exámenes de memoria, velocidad de pensamiento y habilidad cognitiva. La investigación les permitió determinar que aunque se registró una recuperación luego de que los trabajadores dejaron de laborar en dichos horarios antisociales, tardó cinco años para que sus cerebros lograran un funcionamiento normal.
Según el estudio, aunque el funcionamiento del cerebro declina con la edad, a consecuencia de la neurodegeneración, trabajar durante la noche o los fines de semana aceleran en gran medida ese proceso.
El llamado reloj interno corporal incentiva que el ser humano sea activo durante el día y descanse por la noche. Pero si ese reloj interno se modifica, las consecuencias pueden variar desde sufrir cáncer de mama hasta obesidad. Ahora, el estudio anglo-francéss ha demostrado que también existe un impacto en la actividad cerebral.
El doctor Philip Tucker, miembro del equipo de investigación de Swansea, declaró a la BBC que se trata de un decline «bastante importante de la función cerebral».
«Cuando los voluntarios realizaron el examen de habilidades cognitivas cometieron más errores y fallas. Uno en cien cometió fallas. De todos modos, es difícil indicar cuál sería la diferencia en la vida diaria de estas personas», continuó.
Tucker indicó que para los trabajadores de horarios nocturnos o de fin de semana «deberían implementarse medidas orientadas a mitigar consecuencias, incluidos controles médicos y exámenes cognitivos frecuentes que alerten acerca de un deterioro cerebral».
Para el doctor Michael Hastings, del Consejo de Investigaciones médicas del Reino Unido, el estudio «es muy importante» porque es la primera vez que se descubre un vínculo entre el trabajo en horario antisocial y un envejecimiento prematuro del cerebro.
«Si la persona puede mantener sólido el ciclo de su reloj interno es improbable que registre una neurodegeneración», explicó el científico.
Hastings dijo que las conclusiones del estudio podrían servir para establecer ahora patrones más eficaces en sitios como los centros geriátricos «donde las enfermeras deberían implementar rutinas estrictas de actividad diaria y de descanso nocturno a los ancianos, incluso con la ayuda de medicamentos como la melatonina para normalizar el reloj interno».
Por su parte, el profesor Derk-Jan Dijk, del Centro del Sueño en Surrey, en el sur de Inglaterra, afirmó que muchos jubilados que trabajaron en horario nocturno durante años registran un patrón muy debilitado de sueño.
«Eso quiere decir que muchos de los efectos no serían tan fácilmente reversibles como se sugiere. Actualmente, aceptamos que trabajar en horarios antisociales no es bueno para la salud humana, pero este estudio demuestra que también se ve afectada la función cerebral y creo que esa conclusión sorprenderá a muchos», concluyó.