El autor de la fotografía original, Orlando Valenzuela, es originario de Rivas, Nicaragua. Empezó a tomar fotografías en 1980 en Ocotal, Nueva Segovia. Ese año se realizó la Cruzada Nacional de Alfabetización en Nicaragua y él documentó ese momento histórico. Actualmente trabaja en una touroperadora en el área de comunicación. Del mismo modo, la foto actual de la madre y su hijo demuestra que no hay tiempo capaz de capar los sueños, y que esa lucha no fue en vano, como ninguna lo es.
Aquella joven campesina de sonrisa franca con su hijo al pecho y fusil al hombro, representó a nuestro país como imagen ante el mundo en los años 80. Orlando García Valenzuela tomó esa imagen atrapado por la ternura y a la vez por la fuerza que simbolizaba esa arma de defensa.
“Ese día yo estaba en una pequeña tarima de tablas, y desde arriba apretaba el disparador a todo lo que miraba interesante. De repente vi una mujer joven con un fusil al hombro, lo cual era muy común en esos años, pero me llamó la atención que tenía un niño en brazos y le daba el pecho. Alguien le dijo algo señalando hacia arriba y sonrió justo cuando tomé la foto y un poco apenado, moví el lente hacia otro lado”, recuerda García Valenzuela.
Esa foto la tomó en julio de 1984 en Waswalito, comunidad rural de Waslala, a más de 100 kilómetros al noreste de Matagalpa. Pero logró atravesar las fronteras nacionales.
“No recuerdo quien le puso el nombre de miliciana de Waswalito , si el editor o yo, lo cierto que así se empezó a conocer esa foto que pronto se hizo famosa y ese mismo año fue tomada como imagen oficial de la Campaña Mundial de Solidaridad con Nicaragua.
Además agrega, “se decía que así era la revolución, joven, optimista, pero dispuesta a defender con las armas a sus hijos”, narra el reportero gráfico.
Para esa época él era redactor y fotógrafo de la revista juvenil Los Muchachos, publicación mensual de la Juventud Sandinista 19 de Julio.
31 años después, la foto actual de esa madre con su hijo, muestra que ninguna revolución pasa en vano, sin fecundar este valle de lágrimas con su promesa de futuro.