No sé si a usted le ha sucedido que cuando expresa repudio hacia la injusticia, el abuso, el descaro, la ofensa y la apatía le llaman resentido. Resentidos sociales nos dicen a los que no nos conformamos. ¿Qué siente cuando le dicen resentido? ¿Usted le ha llamado resentido a alguien? ¿Por qué? ¿Qué significa realmente ser un resentido?
Hoy amanecí pensando en esa palabra y en su connotación, y recordé el poema de la escritora y poeta chilena Cote Avello. Aquí se los dejo. Los invito a que la sigan, tiene un blog llamado: Cote Avello.
Su letra es extraordinaria, les fascinará.
Resentidos
Puedo cerrar los ojos y traer a mis manos
el recuerdo de las manos de mi padre
tomándolas con ternura y firmeza.
Repasar los largos años de amargura
en que se ennegreció mi infancia
desde que nunca más.
Siento, sentí, sentiré,
y sobre todo resiento.
Puedo cerrar los ojos y traer a mi boca
el sabor del hambre acumulada,
el dolor de la fatiga arañando el estómago,
el hedor de la mugre decorando la casa.
Respirar profundo y saborear la miseria
que abrazó mis pasos de niña.
Siento, sentí, sentiré,
y resiento una vez más.
La imagen de la muerte
escalando desde los cimientos
para devorar la felicidad de mi madre.
Robarle la ternura,
destrozarle la paciencia,
arrancarle de cuajo el amor de un solo golpe certero,
largo, agónico, traicionero.
No necesito cerrar los ojos para ver su fantasma revolviendo mi propia vida.
La bruma de la memoria gastada
me arroja sobre un infierno de sombras.
La historia contada que nunca termina de doler
y de adquirir existencia propia
transformándose en el tiempo,
para desalojarme del suelo firme
y despedirme a un páramo desolado y sin retorno.
Siento, sentí, sentiré,
Resiento angustiosamente.
La falta, la insistente y porfiada falta,
que anuncia su condenada presencia
con cada despuntar del alba
y con cada luna nueva.
La dolorida carencia
que encarece el estar vivo.
Siento, sentí, sentiré,
resentidamente…
Después de todo lo arrebatado
después de todo lo trastocado
todo lo destrozado,
lo dañado y lo enturbiado,
no me pedirán que olvide y perdone.
No me abofetearán de nuevo.
No escupirán sobre mis antiguas
y renacidas lágrimas, su indolencia.
Después de todo, quiénes son para llamarme resentida.
Aquí el audio con mi voz: Resentidos.
Y el enlace a la entrevista que tuve el privilegio de realizarle el año pasado: Cote Avello Ilimitada.