viernes, noviembre 22, 2024
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Negra Jornada para Pascua Lama: Superintendencia de Medioambiente Presentó Nuevos Cargos

Hoy fue una jornada negra para Pascua Lama: el proceso de sanción volvió a cero y surgieron nuevos cargos. La Superintendencia de Medio Ambiente retrotrajo el expediente sancionatorio y además acusó a la minera de no monitorear los glaciares. Aunque Barrick reiteró sus disculpas, los nuevos cargos incluyen incumplimientos en 2014.

 

“Si bien en el pasado Pascua-Lama ha cometido errores y equivocaciones, frente a ellos hemos pedido disculpas y perdón con humildad y transparencia. Sabemos que reiniciar el proyecto requiere demostrar que tenemos una nueva y mejor forma de abordar los desafíos”. Estas palabras de Eduardo Flores, director ejecutivo de Barrick Chile, tras el anuncio de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) de reabrir el proceso sancionatorio de 2013 que le multó con US$ 16 millones y la noticia de 10 nuevos cargos, uno de ellos de carácter “gravísimo”, son el reflejo de la nueva estrategia que ha seguido la firma de capitales canadienses para intentar salvar uno de sus mayores proyectos mineros en el mundo.

La compañía ha intentado hacer un borrón y cuenta desde abril de 2013, un mes antes de que fuera sancionada con la mayor multa de la historia por temas medioambientales. En ese tiempo, la firma descabezó la plana ejecutiva para la región y también asumieron nuevos nombres en Chile.

Sin embargo, la estrategia tuvo ayer un nuevo remezón, en parte esperado y en parte sorpresivo. El devenir final que tenga el caso medioambiental marcará la decisión que tome la compañía respecto al proyecto Pascua Lama, que involucra una inversión cercana a los US$ 9.000 millones. Pero el nuevo escenario se avizora incierto, no sólo por lo que determine la autoridad sectorial sino también por las nuevas revelaciones que ayer hicieron confirmar el mal desempeño medioambiental de la compañía.

Nuevas multas, más piedras en el camino

Ayer, la Superintendencia de Medio Ambiente informó dos decisiones. Por un lado, indicó la reapertura del proceso sancionatorio concluido en mayo de 2013, cuando multó con US$ 16 millones a la compañía por una serie de incumplimientos de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), asociados al sistema de manejo de aguas de Pascua Lama.

La autoridad obedeció lo instruido por el Tribunal Ambiental –ratificado por la Corte Suprema– y devolvió el caso a la zona previa a las sanciones. A partir de ahora, deberá recalificar los 22 cargos que en 2013 agrupó en 5 y aplicar sanciones en forma separada por cada uno de los mismos. Uno de ellos es gravísimo, cuatro graves y el resto leves. El primero puede costarle hasta US$ 10 millones; los graves, un total máximo de otros US$ 20 millones; y el resto, menos de US$ 20 millones.

Pero la SMA señaló que detectó 10 incumplimientos adicionales. Uno de ellos ‘gravísimo’, tres graves y el resto de carácter leve. Extremando estimaciones, la compañía podría llegar a pagar poco más de US$ 30 millones por estos incumplimientos. Considerando ambos procesos, la canadiense podría asumir multas por casi US$ 80 millones.

Sin embargo, como indican estudios de la autoridad, las mineras ubican las sanciones monetarias en una baja prioridad  entre sus preocupaciones. Más apremiante les resulta pensar en la revocación de la autorización ambiental o su imagen ante la comunidad.

Cercanos al proceso creen que para Barrick el escenario más negativo no está en el monto de la sanción. La preocupación principal apunta a que finalmente la autoridad pueda considerar que las dificultades operativas de la compañía son de tal magnitud estructural, que no puedan darle viabilidad completa al proyecto de producción de oro que concentra la parte extractiva en Chile y el resto de la cadena en Argentina.

Sobre todo considerando que Barrick cometió las violaciones señaladas por la autoridad, cuando recién se acercaban al 20% del desarrollo de proyecto. El rajo ni siquiera está construido y menos aún está cerca la fase de producción.

Todo eso lo sabe Barrick. Hasta ahora, su apuesta era que se zanjara rápidamente el proceso sancionatorio que ayer se reabrió, para así, en algún momento del segundo semestre, poder ingresar un nuevo estudio de impacto ambiental para hacerse cargo en forma definitiva del sistema de manejo de aguas fracasado e insuficiente. Y si la suerte los acompañaba, aspirar a estar produciendo hacia fines de esta década.

Según los plazos que acostumbra la autoridad en los procesos sancionatorios, la investigación original no concluiría antes del tercer trimestre de este año y el nuevo podría tardar seis meses más. Es decir, con las novedades de ayer, Pascua Lama estaría viendo perdido casi todo el 2015.

No era todo

En la nueva formulación de cargos hecha por la SMA, se detecta como incumplimiento gravísimo la intervención por sobre lo autorizado de 13,8 hectáreas (más de 130 mil metros cuadrados de superficie) de una especie floral conocida como Azorella Madreporica, además de 2,16 hectáreas de vegas altoandinas. Esto, producto de la construcción de caminos, campamentos barriales, sistema de drenaje-ácido ducto y otros trabajos y áreas removidas.

Sobre la primera especie, la RCA le permitía intervenir como máximo 35 hectáreas, es decir, Pascua Lama se excedió en casi un 50% de lo autorizado.

Los dos cargos graves apuntan a monitoreo de glaciares y el plan de monitoreo social, incluyendo en este caso incumplimientos muy recientes (desde junio de 2014) con el nuevo equipo ejecutivo.

Según el documento de la autoridad sobre este último punto, Barrick no cumplió con sesiones periódicas del Comité de Seguimiento Ambiental, donde debían participar representantes de comunidades de Alto del Carmen, Vallenar, así como de autoridades locales, junto a organismos estatales y de la empresa. Tampoco Barrick ha cumplido con programas continuos de Educación Ambiental a representantes de las organizaciones comunitarias que integran instancias de seguimiento, lo que buscaba que estas comunidades comprendieran los resultados de los monitoreos y los vinculen a la realidad de las localidades y grupos humanos que representan.

En un tema aún más delicado, la SMA sostuvo que la minera cumplió sólo parcialmente su compromiso de monitoreo de los glaciares y glaciaretes emplazados en el área de influencia del proyecto.

Revela monitoreos de radiación incompletos entre diciembre de 2012 y febrero de 2013 y, luego, en el invierno de 2013. Tampoco dieron continuidad a los informes de medición de material particulado sedimental en el segundo semestre de 2013, lo que se refleja en la ausencia de datos acumulados y consolidados, situación que impide a la autoridad saber en forma detallada la tendencia de las tasas de depositación en cada estación de monitoreo.

No sólo eso. La Minera no entregó resultados de monitoreo de temperatura de los glaciares Toro 1, Toro 2, Esperanza y Ortigas 1, entre marzo y julio de 2013, los que –según la autoridad– presentan una condición de fragilidad aún más critica que los glaciares de mayor volumen (Guanaco, Estrecho).

Junto con ello, la SMA asegura que los promedios que presenta Barrick del balance de masa combinado de 2012-2013 “tienden a minimizar los caudales de aporte de glaciares y glaciaretes, no siendo representativos del régimen efectivo de aportes por derretimiento a la cuenca del Río Huasco”.

Y tampoco, dice la Superintendencia, Barrick cumple en su Plan Comunicacional, de manera suficiente con el informe sobre los excedentes que se generen en los mismos glaciares. Asegura que no hizo un estudio integral de la condición de todos los cuerpos de hielo (sólo Esperanza y Guanaco), “limitándose a un ejercicio investigativo orientado únicamente al estudio de las condiciones climáticas imperantes, sin incluir las posibles causas”.

Y aún más, detecta que en el período 2016-20014 (es decir, ocho años), la minera alcanzó el límite 2 de superación de balance de masa superficial para el glaciar estrecho, sin que presentara información para analizar dicho evento.

Para el director de Greenpeace Chile, Matías Asun, la decisión adoptada por la Superintendencia de Medio Ambiente es el principio del fin de Pascua Lama. Según indicó, la SMA acogió considerar, para el proceso que viene, las denuncias que han venido haciendo respecto de lo que llama la “autodenuncia mentirosa” de Barrick, que dio origen al proceso que sancionó originalmente en 2013 y que ahora se retrotrae.

Asegura que la empresa ha ocultado información a la autoridad y que no está en condiciones de seguir con el proyecto.

Para Álvaro Toro, abogado de distintas organizaciones que se han mantenido como denunciantes en estas causas, a diferencia de otras comunidades representadas por Lorenzo Soto, que tras un acuerdo económico con Barrick se han abstenido de seguir en el proceso, el proyecto Pascua Lama debe ser eliminado y revocarse su RCA.

“Conocemos este proyecto y sabemos que es inviable y, por tanto, más allá de las buenas intenciones de la empresa, que siempre son fuegos artificiales para tratar de confundir a la opinión pública, la única decisión correcta de ella sería retirarse de la zona”, sentenció, agregando que es valioso el proceso que está llevando adelante la Superintendencia de Medio Ambiente.

Fuente: El Mostrador

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