La designación de Patricio Melero en el Ministerio del Trabajo, resiste dos explicaciones: al raspado de la olla entre los dispuestos a jugarse por este gobierno desfalleciente, o una movida estratégica en los descuentos, para salvar lo que se pueda, de la tambaleante estantería del sistema de AFP.
Evidentemente, se trata de una síntesis de ambas posibilidades.
De lo primero, da cuenta el hecho de que, para reemplazar a la hija de Adolfo Zaldívar, Piñera tuvo que poner en el ministerio del Trabajo a un cómplice pasivo de la dictadura, término acuñado por él mismo, en las postrimerías de su primer gobierno.
De lo segundo, la renuncia de Manuel Melero Abaroa a la presidencia de la Cámara Nacional de Comercio, CNC, para eludir un conflicto de interés, así lo demuestra: una clásica maniobra de gambito, que a cambio de sacrificio, asegura posición.
El botín lo justifica: la «reforma» al abollado sistema de pensiones que se negocia en el Senado es la penúltima trinchera, antes del inefable tribunal constitucional, en el estrecho marco de tiempo que le queda al gobierno de Piñera, en medio de una catástrofe de grandes proporciones, y luego de dos retiros de fondos y un tercero a la puerta.
Para la tarea, era necesario un duro de verdad; un bulldozer para tarea pesada, un coronel probado en mil batallas, de aquellos que ha recorrido el camino desde el principio; no de muchas luces, pero de irreductible lealtad; al punto que no trepidó en ir al sacrificio; si bien no es tanto lo que pierde, porque igual no podía ir a la reelección.
Sin embargo, la patética desconexión de Piñera le impide calibrar que se trata de una gruesa equivocación, en tiempo y lugar.
Melero es un bulldozer torpe y a destiempo, que no tiene posibilidades de resolver la menor cuestión, como no sea un encastillamiento del régimen.
Intoxicado con su propio tósigo, de reducir la revuelta a un puñado de anarquistas, delincuentes, vándalos y terroristas, Piñera no se percata de que pensiones dignas y la restitución de los derechos colectivos están entre las principales reivindicaciones de la revuelta.
Colocar en el ministerio del Trabajo, a cargo de ambas materias, a un sujeto de la trayectoria de Melero, admite varias lecturas, esencialmente correctas: un error de Piñera, o uno de sus característicos desafíos; una jugada al borde del abismo, o una maniobra fríamente calculada para abroquelar lo que queda del sistema privado de pensiones, y rescatar lo que se pueda del mobiliario; y en todo caso, una grosera provocación.
Piñera descree de la dialéctica, y por lo que parece, tampoco conoce el tercer principio de Newton, de la acción y reacción.
Por tanto, no contó con la reacción, de equivalente magnitud, del Chile que se mantiene despierto, que configuró al instante una memoria colectiva sobre la calaña del personaje, sin perjuicio del rechazo del movimiento sindical, y de que, en realidad, el fondo del problema no consiste en reformar el sistema, sino en reemplazarlo.
Sapo de la CNI
Rápida como tiro de pistola, restalló la denuncia, de que el flamante Ministro del Trabajo entregó información sobre estudiantes a la CNI, durante la dictadura.
Circuló profusamente por las redes, un documento del ministro de Educación de la dictadura, Sergio Gaete, fechado en abril de 1986, dirigido al director de la CNI, Humberto Gordon Rubio; en el que le adjunta documentación relativa a estudiantes de la región metropolitana, suministrada por el secretario nacional de las juventudes nacionalistas de Chile, Patricio Melero Abaroa.
Por mucho menos no alcanzó a durar ni 48 horas el efímero ministro de Cultura, Mauricio Rojas conocido como «el breve».
El documento fue desclasificado en el libro Los niños de la rebelion, del periodista Maurico Weibel.
Como es apenas natural, Melero lo negó en términos categóricos:
«Esa afirmación de esa carta (sic) es total y absolutamente falsa».
Luego, acudió al comodín de la rizada del rizo:
«No es primera vez que la sacan a colación: yo enfrenté en su minuto al diputado Hugo Gutiérrez (PC) y a otros que la publicaron, y hablé con dirigentes del Partido Comunista, recuerdo haberlo hecho con Lautaro Carmona. Esto fue hace tres o cuatro años».
Agregó enfático:
«Es absolutamente falso, lo desmiento categóricamente -continuó-, esa carta que circula no tiene mi firma, ni es de la Secretaría de la Juventud. Es toda una forma de tergiversar las cosas y de tratar de ponerme en algo en que jamás he estado.
Es un desmentido solo de palabra, y la derecha sabe que hablar es gratis.
Por lo demás, ni el documento debería llevar su firma, ni se refiere a la Secretaría de la Juventud. Enseguida, ¿qué tiene que ver el partido comunista?
Habida cuenta la historia del personaje, en la prueba de razón ácida, la pregunta ¿sería capaz Melero Abaroa, de denunciar estudiantes cuando él lo era?, recibiría una respuesta abrumadoramente afirmativa. Si hubiera que apostarlo, sería fija nacional.
Aparte de eso, los antecedentes que emergieron en el bucle electrónico de memoria colectiva, demuestran que hizo eso, y mucho más.
Es más: precisamente, por cuestiones de esa laya lo pusieron aquí y ahora.
Además, ¿por qué creerle, si él, como Pilatos se lavó las manos, y como Pedro, renegó tres veces, al referirse a Pinochet:
«Creo que es parte del pasado, es una figura del pasado»
A mayor abundamiento:
“La historia va y lo sigue juzgando de manera tal que creo que hoy no es un tema que gravite en la política chilena.
Otro antecedente de la misma índole aportó Reinaldo Mix Jiménez, hermano de la diputada Claudia Mix:
«Conocí a Melero el año 1984, cuando yo fui electo presidente del Centro de alumnos del Liceo Maipú (en donde, hasta ese momento el CAA era designado) y él nombrado por Pinochet como presidente de la Secretaría de la Juventud. En una reunión, en calle 5 de abril, nos amenazó y nos trató de «pendejos» y que no iba a permitir revoltosos dentro del liceo. Unos días después mi hermana Claudia Mix, mi polola de entonces Bárbara Gutiérrez Riquelme y nuestra amiga Cuala Gallardo, las tres de 16 años, eran llevadas a la PDI para ser interrogada por «subversivas», nuestra casa en calle Del Rey era allanada, al igual que la de mi polola; y el rector del liceo y el profesor asesor del CAA eran advertidos que debían tomar medidas contra nosotros o sino serían despedidos. Ese es el nuevo ministro»
«No te pego porque tenís SIDA
También afloró un episodio de homofobia, relatado por Pedro Lemebel, en el libro Adios Mariquita linda, lo cual, en estos tiempos, no es una credencial muy edificante, ni un antecedente que lo ayude mucho en lo que se proponga.
El escritor narra una brutal agresión de Melero:
“Melero se me vino encima con el puño contra mi cara. Y a solo centímetros de detuvo el golpe y me dijo soplándose los nudillos: no te pego porque tenís sida“.
Patrón feudal y caudillo de fundo
Alejandro Sophila, @bicubico, publicó un notable relato en primera persona, acerca de su experiencia con Melero, mientras era alcalde de Pudahuel:·
“Mi madre trabajó durante muchos años en la municipalidad de Pudahuel, bajo la administración de Patricio Melero, como encargada de Desarrollo Comunitario.
Recuerdo que me explicó que estaban haciendo un programa específico para las mujeres que vivían en los campamentos de la comuna, denominado «Tecnología del hogar». Le pregunté en qué consistía, y me dijo que era enseñarles como eran los baños y cocinas en las casas ABC1.
¿Para qué?
Para que pudieran ir a trabajar como «nanas» (sic) al barrio alto, a pesar de vivir en la tierra y cagar en el suelo.
Pregunté: ¿Y por qué no les pasan baños y cocinas a la gente?
«Porque se los roban, y los venden. Si les gusta vivir en la mugre. Es plata perdida»
Esa era la visión de la alcaldía sobre su gente. Recuerdo otra ocasión, cuando había preocupación por el control de la natalidad en la comuna. Se le pidió ayuda a agrupaciones médicas, que dijeron: anticonceptivos en los consultorios. Pero no contaban con que el alcalde estaba contra todo método anticonceptivo. Así que ordenó que se hiciera una campaña para educar sobre el método Ogino, consistente en calcular al ojo los días fértiles.
Así que se armó un evento de lanzamiento donde se invitó a los centros de madres de la comuna. Melero tomó el micrófono, se puso a hablar mal sobre el condón, y sobres las pastillas anticonceptivas, y presentó el método que ellos apoyaban.
Lo explicó detalladamente… excepto que al revés. Confundió días fértiles con el resto de los días, y según contó mi madre, nadie se atrevió a corregirlo. En resumen no pudo ejecutar bien ni siquiera una política mal pensada y mal hecha.
Los municipios en dictadura eran una forma de extender el control de pinochet y de la política económica de los Chicago Boys en forma operativa hasta que le pegara hasta el último chileno. Y en Pudahuel era más por la fuerza, que por la razón.
Me tocó encontrarlo en varias oportunidades. No recuerdo ninguna especialmente interesante. Mi madre veía en él estabilidad laboral y un boleto para acercarse a Pinochet. Yo siempre vi a un tipo parco con postura de jorobado que sonreía sólo para las cámaras”.
De esa guisa, con la fusta de un acrisolado autoritarismo, Melero armó una estructura feudal y clientelar, que lo ha mantenido de caudillo en la comuna, como alcalde, y luego como diputado del distrito 16, desde 1985; es decir, la friolera de 36 años consecutivos.
Defensa de Shaeffer
En la sesión Sesión 35ª, el miércoles 20 de agosto de 1997, ensayó una vana defensa de la Colonia Dignidad, y del mismo Paul Schaeffer, en el contexto de una ofensiva de la UDI, en apoyo a Colonia Dignidad, para obstruir el proceso que, en ese entonces, ya se inclinaba irreversiblemente contra Shaeffer.
“Se han dado juicios condenatorios sobre personas que, por último, no han tenido la oportunidad de defenderse, y nosotros no tenemos atribuciones para condenarlas. En el informe se aprecian ausencias de reconocimientos por algunas obras benéficas realizadas en el largo período desde el establecimiento de la ex Colonia Dignidad en Chile. No he escuchado palabras relativas al hospital, a la escuela; faltan los testimonios de miles de pacientes y de niños que han sido atendidos y educados en función del rol subsidiario que el Estado les reconoció en su momento”.
A mayor abundamiento:
Nos parece extemporáneo proceder a acusar, a condenar públicamente y a recomendar su expulsión sin que previamente los tribunales de justicia se pronuncien. La Cámara de Diputados no es un tribunal de justicia. Es una instancia política y le corresponde investigar los actos del Gobierno. Mal haría en procesar y condenar previamente a personas. De esta forma, no compartimos el primer punto del proyecto de acuerdo, en cuanto a recomendar la expulsión de esos dirigentes, sino que queremos tener claridad sobre los hechos, en el marco del debido proceso”.
Prosiguió, con la sutileza e un bulldozer atravesando un puente de cristal:
“Nos hubiera gustado que el mismo esfuerzo que los organismos del Estado han desplegado para investigar los delitos que presuntamente se han cometido en la ex Colonia Dignidad y encontrar a sus culpables, se aplicara en otras acciones y circunstancias. La opinión pública ha visto, por las pantallas de la televisión, una verdadera acción persecutoria: en el campo de la salud, de los delitos tributarios, de las acciones judiciales. Ha habido un despliegue realmente extraordinario, pero en otros sectores y circunstancias vemos que hay complicidad, ocultamiento de situaciones y falta de facilidades para esclarecer los hechos”.
Y concluyó con énfasis y fervor dignos de mejor causa:
“¡Cómo nos hubiera gustado, en tantas circunstancias, ver que no existe el doble estándar de hoy para perseguir a unos y ocultar y amparar a otros!”.
Ministro de la empresa
Sus convicciones doctrinarias son básicas, pero inconmovibles: para que Chile crezca, primero, siempre, el empresariado.
Fue presidente de la Comisión de Pesca, cuando se tramitó la fatídica ley Longueira. Tras las bambalinas, fue un artífice importante de su aprobación en la Cámara de Diputados.
Su historial en materia de legislación del trabajo es espeluznante.
Votó en contra del postnatal de emergencia, la reducción de la jornada laboral, el impuesto a los súper ricos. En 2019 declaró que “no son necesarios los sindicatos para que el trabajador haga valer su derecho”. Argumentó que los trabajadores de Conaf no podrían seguir apagando incendios si acaba su jornada laboral”.
Sólo a Piñera podía ocurrírsele semejante ministro del Trabajo. Así le irá, no digan después que no la vieron venir.
Es evidente que no trae el encargo de negociar posiciones ni promover acuerdos, porque de entrada se encargó de notificar que no ha entendido nada, y que está convencido de el tiempo de Chile se puede retrotraer al 17 de octubre de 2019.
Así, declaró en entrevista a radio Duna:
«El primero y más relevante es volver a recuperar el crecimiento positivo del país y las expectativas son buenas. Tengo la convicción de que la mejor política social es crear trabajo, porque da estabilidad y certeza».
En otras palabras, automatismo del mercado y subsido al capital; la misma política económica política que tiene a Chile al borde del desastre, y chatos a la mayoría de los chilenos.
No más auspiciosa es la perspectiva respecto a la problemática de la previsión:
«Es una mal política pública utilizar los fondos previsionales para enfrentar la pandemia. Esto beneficia a los sectores menos vulnerables y golpea a las mujeres. Cuando se insiste en que la ayuda del Estado es insuficiente, pido que se valore este esfuerzo económico que se aprobó casi unánime, pero como que se invisibiliza para nuevamente echar mano a los fondos previsionales».
Los mismos lugares comunes desde hace 40 años; las mismas mentiras, el mismo, con el perdón del lector, carerrajismo.
Cualquiera sea el propósito que haya perseguido Piñera, el desenlace es previsible: el ministro no va a tener a nadie con quién negociar, al menos en serio, y las torpezas que cometerá con su talante autoritario, lo sacarán del cargo de manera anticipada. Doble contra sencillo.
Memoria colectiva
Como un símbolo de la comunicación del primer tercio del siglo veintiuno, en cuestión de pocas horas, se configuró el espacio de memoria y debate que evaden sistemáticamente los medios de comuniación convencionales.
Daniel Jadue @danieljadue
El Gobierno se cae a pedazos y los conflictos de interés rondan cada decisión que toma. Patricio Melero es hermano del Presidente de la Cámara de Comercio y no puede ser Ministro del Trabajo. Aquí está en juego el futuro de las y los trabajadores!
Tarquino Paspala @TarquinoPaspala
Las ironías de la vida. Según su curriculum, el ministro del trabajo Patricio Melero, no ha trabajado nunca a nadie. Sólo se evidencia una larga vida parasitando del estado, y obstaculizando todas las iniciativas que podrían beneficiar a los trabajadores. Un asco!!
Carmen Hertz Diputada @carmen_hertz
La impunidad política, moral y social amén de la penal otorgada a los civiles cómplices activos de la dictadura y el exterminio permite que sujetos deleznables como @patriciomelero hayan estado 30 años en el parlamento y hoy sea Ministro del Trabajo
Ignacio Borell @BorelIgnacio
Cristián Labbé, hijo de Cristián Labbé, reemplazará a Patricio Melero, hermano de Manuel Melero, tras la renuncia de María José Zaldívar, hija de Adolfo Zaldívar
Karina Oliva @karina_ol
Esto es escandaloso. Renuncia el Presidente de la Cámara Nacional de Comercio para que su hermano Patricio Melero pueda asumir como Ministro del Trabajo. La decisión la tomaron los empresarios. No hay Presidente, hay un gerente. No es #CambioDeGabinete es Cambio en el Directorio.
Daniel Stingo Camus @danielstingo
La ciudadanía fue clara, dijo que quería terminar con la constitución de Pinochet. ¿Qué hace el gobierno? Pone a Patricio Melero, un defensor de la dictadura y de las AFP, a cargo de la reforma previsional. Otro intento del gobierno, de seguir cuidándole el negocio a sus amigos.
Enid #TransFeminista @EnidSoledad
Hay que ser proactiva, dado que Patricio Melero ya mostró la hilacha: Quiere saltarse los sindicatos y enviar el tercer retiro al TC.
Voy creando el hashtag altiro.
#RenunciaMelero
Vagabundo ilustrado @vagoilustrado
Con Patricio Melero asumiendo el ministerio del trabajo, y siendo reemplazado como diputado por el ex chico reality Daniel Labbé Jr (hijo del torturador), “Chile Vamos” tiene ahora por lejos la bancada con más parlamentarios/as designados que llegaron al Congreso con cero votos.