Alteración de fechas, ocultamiento de información y descargas ilegales sobre el Río Estrecho, en el Valle del Huasco, cometió la trasnacional Barrick Gold, según una denuncia presentada el lunes por Greenpeace ante la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) contra del proyecto Pascua Lama.
La organización ambientalista afirma que la empresa manipuló datos al presentar el 18 de enero de este año una «autodenuncia» ante la SMA señalando que un alud había dañado uno de sus sistemas de manejo de agua, lo que había afectado una zona de vegas y provocado un daño ambiental irreparable.
Este incidente motivó una sanción a Barrick equivalente al 0,1 por ciento del presupuesto del proyecto, pero que fue pagada con un 25 por ciento de descuento, algo considerado «irrisorio» por Samuel Leiva, director de Campañas de Greenpeace.
Según explicó a Cooperativa el activista, Barrick informó a la SMA que el alud había ocurrido el 10 de enero, cuando los antecedentes muestran que éste se registró en realidad el día 16.
«Al autodenunciarse ellos contaron una historia diferente a lo que realmente ocurrió»; el fenómeo natural les sirvió como la «excusa perfecta para ocultar las gravísimas violaciones a la normativa ambiental», dijo Leiva, quien asevera que durante los días 9, 10 y 11 de enero Pascua Lama liberó aguas sin tratar al Río Estrecho, «material que no sabemos cuál fue su condición».
Así, el alud del 16 «les vino como anillo al dedo para ocultar las descargas ilegales que habían hecho» y decir que «toda la contaminación que se produjo fue, lamentablemente, un hecho natural, cuando no fue así», resaltó el representante de Greenpeace.
La ONG arribó a esta conclusión «revisando información interna, reportes de incidentes que ocurren en la mina y, además, los cuadernos de obras de las empresas contratistas» que luego fueron «chequeados con los archivos públicos, cruzando información».
Si bien existen estos elementos, Greenpeace no puede «comprobar la contaminación del río», ya que la Dirección General de Aguas (DGA), no efectuó «monitoreo en línea» entre el 7 y el 15 de enero debido a «ajustes técnicos» y «mantención» de sus equipos, indicó.
Con todo, ésta «es la primera vez que nosotros podemos demostrar que Barrick Gold ha manipulado los hechos y deliberadamente engañado a la Superintendencia del Medioambiente», destacó Leiva, quien espera que el organismo «le quite los permisos a esta empresa, que tiene un prontuario ambiental muy amplio (…) No vemos cuándo la autoridad va a decir ‘basta ya'».