viernes, noviembre 22, 2024
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Por qué Sanhattan está Obsesionado por Salvar a Latam

por Carlos Tromben.

La fuerza en la tarea de abogados y financistas chilenos para salvar a LATAM está compuesta por muchos socios y ex socios de Sebastián Piñera.

¿Están salvando realmente una aerolínea o una red de favores y de negocios?

Cuando a principios de julio se anunció que el fondo estadounidense Oaktree inyectaría US$ 1.300 millones en Latam Airlines para salvarla de la bancarrota, los que conocen a Sebastián Piñera de sus años mozos deben haber pensado lo mismo: “las vueltas que da la vida”.

En 1985, cuando Sebastián Piñera era un joven ejecutivo a cargo de una filial chilena de Citicorp, dejaba la vicepresidencia del grupo un tal Howard Marks. En siete años, este Chicago Boy con maestría en contabilidad y marketing, proveniente de una familia judía de clase media del barrio de Queens, Nueva York, rentabilizó el porfolio de Citicorp apostando por deuda corporativa y soberana de alto riesgo.

Lo mismo que el futuro presidente de Chile hacía por aquel entonces a escala local.

Para el joven Piñera las estrategias de entrada y salida de Howard Marks fueron una verdadera mentoría a la hora de invertir en activos a precios de liquidación o con un descuento significativo, como eran la mayoría de las empresas chilenas de aquel entonces.

Piñera lo hizo con CAP, Copec, CCU y con pagarés convertibles de deuda externa, cuando el equipo del entonces ministro de Hacienda, Hernán Büchi, abrió esa ventanilla.

Marks dejó Citicorp envuelto en un aura de audacia y éxito propia de los años 80. Piñera también dejó la filial chilena del conglomerado dos años más tarde para iniciar su propia carrera.Hoy, 35 años después, Piñera encabeza un gobierno cuyo único horizonte es lograr llegar a marzo de 2022.

Y la aerolínea que lo hizo un multimillonario en el ranking de la revista Forbes se acogió hace unos meses al capítulo 11 de la ley de quiebras en Estados Unidos.

La propuesta de Oaktree, un fondo de inversiones especializado en activos de alto riesgo (distressed securities) que se fundó en 1995 en Los Ángeles, California, podría ser un salvavidas para Latam, al menos para saldar deudas con los acreedores.

¿Y quién es uno de sus socios fundadores? Howard Marks.

Los actuales controladores de la aerolínea (las familias Cueto y Amaro, Qatar Airlines y Delta) estarían felices con la propuesta de Oaktree, por cuanto eleva la chances de que puedan mantener el control accionario de la compañía.

Todos hicieron negocios con él

Es curioso como casi todos los involucrados en el actual rescate de Latam tengan una historia de negocios o una relación personal con Sebastián Piñera. El fondo Moneda Asset es un importante acreedor de la aerolínea a través de sus bonos corporativos; además es uno de los administradores del actual fideicomiso ciego del mandatario.

Otro que hoy también participa del rescate en calidad de acreedor no garantizado es Consorcio Nacional de Seguros, que tiene en su directorio a Patricio Parodi, miembro del semillero de Piñera en los tiempos de Citicorp.

Moneda y Consorcio se han sumado a los inversionistas locales que se han comprometido en el tramo A (pago a acreedores), organizados desde Santiago por el banco de inversión Larraín Vial, el misma que administró el fideicomiso de Piñera durante su primer gobierno.

En las compañías de seguro Bice y Penta, que también participan de la oferta de rescate a través del fondo Knighthead Capital, la huella de Piñera también está presente.

En el directorio de Bice Seguros está el economista y opinólogo Bernardo Fontaine Talavera, quien compartió mesa con Piñera en el directorio de Lan Airlines a fines de los años 90.Penta, por su parte, es el conglomerado creado por sus amigos Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, ex socios del joven Piñera en el edificio Las Américas.

Por ese entonces (1989) Délano y Lavín también eran ejecutivos de Consorcio Nacional de Seguros.Claves en la supervivencia de la compañía son sus dos de socios actuales, las aerolíneas Delta y Qatar.

Según informó Iván Weissman en El Mostrador, a Delta la asesora Fernando Barros Tocornal, el brazo derecho y consigliere tributario de Piñera desde comienzos de los años 90.

A Qatar, por su parte, la asesora el estudio Carey, donde los vínculos de Piñera son históricos. El abogado Guillermo Carey Tagle fue su socio en Ladeco, la primera incursión del entonces joven e impetuoso especulador en la industria aérea.

Guillermo Carey fue el único inversionista en presentarse a la apurada privatización de Lan a fines de 1989, al final de la dictadura. Esta lista podría ampliarse más, pero la conclusión sería la misma: el mundo financiero local es demasiado pequeño, todos se deben favores, pasadas, datos sensibles.

La quiebra de Latam los afecta a todos y de hecho los coloca en bandos opuestos dependiendo de si son acreedores o accionistas. Atrás quedaron los tiempos en que todos ganaban y la aerolínea surcaba los cielos como un símbolo del modelo chileno: la empresa estatal que se caía a pedazos, rescatada por audaces empresarios jóvenes que la transformaron en una potencia regional.

Encerrados en la cabina del piloto

Mientras todos los involucrados mueven sus fichas ante el James Garrity, juez del distrito Sur de Nueva York que ve el caso de la quiebra de Latam, a Piñera se le puede abrir un flanco incómodo debido a la sospecha de que nunca se ha desligado por completo de la aerolínea.

Los balances de Costa Verde S.A. muestran que la familia Cueto viene operando hace años una bicicleta financiera altamente apalancada y en la que los hijos de Piñera han participado.

En 2013, estos le prestaron 40 millones de dólares a través de uno de sus fondos. Los Cueto devolvieron la plata tras vender un 20% de Latam a la aerolínea estadunidense Delta.

La industria aérea siempre ha sido un negocio procíclico y de volumen. Durante la crisis a comienzos de los años 80 más de 20 aerolíneas se acogieron al capitulo 11.

Así ha ocurrido en prácticamente todas las recesiones, y es precisamente el motivo por el cual a los fondos de inversión, como Oaktree, les atrae tanto el sector.

La estrategia consiste en comprarlas cuando están quebradas, negociar con los sindicatos, hacer reingeniería, echarlas a volar y, cuando los activos se han vuelto a valorizar, salir y vender.

Muy parecido al guion de la película Wall Street de Oliver Stone y protagonizada por Michael Douglas estrenada a fines de los 80.

Otro inversionista tomará su lugar y mantendrá la continuidad de giro hasta la próxima recesión. Así lo hizo Piñera primero con Ladeco y luego con Lan.

El problema es de los accionista que se quedan sin reparar en los riesgos intrínsecos del negocio.

Es el caso del grupo Bethia que en 2010 compró la participación de Piñera y hoy lo único que quiere es salirse; o de las AFP que suscribieron sucesivos aumentos de capital hasta llegar a tener casi 20% de la compañía.

Está por verse cuánto perderán. La última palabra la tiene el juez Garrity.

Fuente: Interferencia

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