Al anunciar el paquetazo para la clase media, dijo Piñera: «la misión de nuestro Gobierno en estos tiempos de adversidad es proteger a las familias chilenas”.
Los chilenos respondieron con un estallido al menos comparable, e incluso, atendidas las circunstancias, superior, al del 18 de octubre de 2019.
Si el factor detonante del estallido del 18 de octubre fue el alza de treinta pesos en el metro; el degradante ofertón de Piñera, en un esfuerzo postrera para impedir el retiro del 10% del fondo de pensiones, lo fue en la sublevación del 14 de julio.
Sin entrar al detalle del mismo, porque al igual que los anteriores, no está concebido para ser cumplido, en esencia comprende un bono no reembolsable de $500 mil para ingresos formales de entre $500 mil y $1,5 millones mensuales, para trabajadores ocupados, suspendidos, cesantes, a honorarios o por cuenta propia, que hayan sufrido una caída de 30% o más en sus ingresos formales; préstamo estatal solidario con un máximo de $650 mil por cuota y un monto máximo de $1,95 millón, con un un año de gracia y tres años de pago, con un máximo de 5% del ingreso, condonable para aquellos que no terminaron de cancelarlo; postergación por seis meses de los dividendos hipotecarios y aumento del subsidio de arriendo durante tres meses, por hasta $250 mil y para arriendos de hasta $600 mil mensuales, para familias con caídas de ingresos de 30% o más; postergación de las contribuciones de bienes raíces del segundo semestre, para viviendas con avalúo fiscal inferior a 5 mil UF; nuevo plazo y facilidades para postulaciones a a financiamientos preferentes del Estado a estudiantes de educación superior; y postergación de hasta tres meses del pago de las cuotas del Crédito con Aval del Estado.
Piñera concluyó el discurso con una de sus típicas cantinfladas:
«Sólo actuando con mucha sensibilidad y urgencia frente a las carencias y necesidades de las familias chilenas, y con mucha responsabilidad y visión frente a las soluciones, podremos compatibilizar la necesaria protección que requieren las familias durante estos tiempos de emergencia, con el igualmente necesario impulso y protección permanente que ellas requieren”.
Por cierto, no se le olvidó mencionar que las medidas tienen un costo de US$30 mil millones; lo cual,m en todo caso, no es sino tramoya estadística.
En efecto, en el cohecho de Piñera conviven la improvisación, el cálculo y la letra chica, orientadas a maximizar la distancia entre la oferta y su concreción. Todavía no terminaba el anuncio, cuando quedaron de manifiesto las irremediables inconsistencias de un plan armado sobre la marcha para sofocar el fuego amigo de la primera línea de la derecha, y reforzar la última trinchera del sistema privado de pensiones.
Tan solo a modo de ejemplo, el ofertón de la semana pasada, previo a la primera votación del proyecto de ley del 10%, consistió en un préstamo de $2.600.000 con 25% de subsidio, es decir, $650.000 mensuales. Hoy, Piñera ofreció un bono de $500.000 y un crédito de $1.950.000; es decir, un ahorro de $150 mil per cápita.
Como anotó sagazmente @StelarToqui, los chilenos con rentas entre $401 mil y $499 mil no califican para el #Bono500; ni para el préstamos blando; ni para el bono de emergencia;
ni para el bono Covid; ni para cajas de mercadería; ni para postergación de crédito, y en rigor, para nada.
Una hora después del discurso de Piñera, el Ministro de Desarrollo Social, Nicolás Monckeberg, sale a decir: «hay que hacer algunos ajustes a los anuncios».
En rigor, lo que diga el gobierno ya no tiene credibilidad; lo más parecido a un estado de desgobierno.
A modo de prueba, todavía no terminaban los anuncios de Piñera cuando brotó espontáneo un inesperado cacerolazo.
A partir de las 21:00 hrs, conforme a una convocatoria difundida en redes sociales, la protesta nacional emergió vigorosa, extendida y masiva, tal como el 18 de octubre.
Sería pretensioso abarcar en pocas líneas el despliegue de una manifestación popular de escasos precedentes en nuestra historia, pero al menos acá van algunos testimonios de esa incomparable herramienta de expresión colectiva que son las redes sociales:
Valparaíso:
Pudahuel sur:
Lo Hermida:
Punta Arenas:
Antofagasta
Hacia la medianoche, la protesta nacional desbordó la capacidad represiva del régimen, lo que no quiere decir que el aparato del Estado no lo haya intentado.
Lo Prado:
Rancagua
Cerro Navia
Valparaíso
Aclarado el punto que esta es solo una muestra, cabe consignar que se trata de una noticia en desarrollo, que tanto es condicionada, como condicionará la votación en particular del proyecto de ley que autoriza el retiro de hasta el 10% de los fondos acumulados en las cuentas de los afilados por las AFP.
A juzgar como se vislumbra el panorama, el eventual rechazo en el Parlamento, podría generar insospechadas repercusiones.
Por de pronto, se la pone difícil a los diputados de derecha que quieran darse vueltas la chaqueta, y que decir de los traidores emboscados, tipo Alinco, Auth, Meza o Pérez. Arriagada.
Pero también se sabe que sólo el peor gobierno de la historia es capaz de ignorar una advertencia de este calado,