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11 de Mayo de 1983: La Primera Jornada Nacional de Protesta

por Iván Ljubetic Vargas (*).

Uno de los hechos más relevantes en la lucha antifascista lo constituye la Primera Jornada Nacional de protesta, llevada a cabo el 11 de mayo de 1983.

Previa a ella ocurrieron dos hechos relevantes que, en nuestra opinión, contribuyeron a crear las condiciones para que ella tuviera éxito. Estos fueron: la proclamación de la Política de Rebelión Popular de Masas y la primera acción callejera en Santiago.

La política de rebelión popular

El 3 de septiembre de 1980, en Moscú tuvo lugar un acto de conmemoración del décimo aniversario de la Victoria Popular. En esa ocasión Luís Corvalán, Secretario General del Partido Comunista de Chile formuló por primera vez la Política de Rebelión Popular de Masas (PRPM).

En su intervención Corvalán planteó:

“Los revolucionarios debemos mirar siempre de cara a la realidad. El pueblo de Chile sufre ya siete años de un régimen fascista. Miles de nuestros compatriotas han muerto salvajemente asesinados. Miles han desaparecido. Decenas de miles han pasado por las cárceles, los campos de concentración y las cámaras de torturas. Miles y miles han sido expulsados de su propia patria. La dictadura ha modificado la estructura económica de Chile para ponerla al servicio de los Pirañas y otros clanes y de los grandes trusts multinacionales…

Estos hechos –continuó Corvalán- son elocuentes de por sí. De una parte, muestran el verdadero carácter del régimen fascista y, de la otra, las posibilidades de unir en contra de él a la abrumadora mayoría de la nación… Todas las fuerzas progresistas, por imperativo de la vida misma, están llamadas a unirse en la lucha por la libertad…

El primer deber de los antifascistas es luchar contra el fascismo y plasmar la unidad contra la dictadura…

Es el fascismo el que crea una situación frente a la cual el pueblo no tendrá otro camino que recurrir a todos los medios a su alcance, a todas las formas de combate que lo ayuden, incluso de violencia aguda.”

La “marcha del hambre”

La escritora Patricia Verdugo, fue testigo ocular de la primera acción realizada en el centro de la capital, Así la describió en su libro “Bucarest 187”:
“Las primeras protestas callejeras estuvieron focalizadas en el centro de Santiago. Las organizó el Partido Comunista y las llamó ‘Marcha del Hambre’. Fui con Marcela a la primera de ellas, en agosto del 82.

Anochecer en el centro, alicaídos empleados saliendo de sus trabajos, gente que paseaba -oscura y gris- de aquí para allá.

-¿Dónde, Marce, dónde?
-Tranquila, paciencia. Faltan dos minutos –dijo consultando su reloj.

La disciplina de los comunistas siempre me pareció sorprendente. Una disciplina que los había distinguido como los más leales colaboradores del Presidente Allende, en contraposición con el desorden irresponsable de los socialistas. A la hora exacta, una bengala iluminó el cruce de Ahumada con Huérfanos y mil tranquilos transeúntes se convirtieron en manifestantes. ‘¡Pan, trabajo, justicia y libertad!’ fue el grito coreado al unísono. No tengo idea cuántos eran los convocados y cuántos se sumaron en el camino.

La gresca con la policía –muy poca en el sector- fue monumental y se llevaron a treinta y dos detenidos”. (Patricia Verdugo: “Bucarest 187”. Editorial Sudamericana, Santiago, 2000,
página 143)

La primera Jornada Nacional de Protesta

Convocada por la Confederación de Trabajadores del Cobre, tuvo lugar el 11 de mayo de 1983 la Primera Jornada Nacional de Protesta. La presidió la consigna: “Proteste como pueda, pero proteste”.

Fueron cientos de miles los chilenos que se adhirieron a ella, usando las más diversas formas: no enviando a los niños a las escuelas, no cancelando deudas, no comprando, participando en acciones callejeras, haciendo sonar cacerolas; levantando barricadas en barrios y poblaciones, donde enfrentaron a los carabineros.

Los agentes de la dictadura reprimieron salvajemente. En Santiago fueron asesinados dos manifestantes y hubo 81 detenidos. En Temuco 52 fueron apresados y 14 en Valparaíso.

Según informó ‘La Tercera’ el viernes 13 de mayo de 1983 (página 4), el Ministerio del Interior aseguró que, en sectores como Lo Hermida, La Victoria, La Castrina, La Legua y en Avenida Grecia, hubo elementos que “hicieron uso en forma indiscriminada de armas de fuego cortas y otras automáticas contra personal de carabineros”.

La real valoración de la protesta

Testimonios entregados por la prensa internacional acreditada en Santiago, resaltaron los aspectos más significativos de la protesta: su carácter masivo, multitudinario, la explosión de combatividad, la expresión de la indignación colectiva, las distintas formas coherentes y complementarias en que se expresó la rebeldía popular de las masas, la unidad que se dio en la lucha.

“El Mercurio” calificó la protesta como “el más serio desafío al régimen del general Pinochet”.
El tirano reacciona desolado. Dijo, según afirma ‘La Tercera’ en su edición del sábado 21 de mayo de 1983 (página 5):

“Yo observo en el país como una desmoralización en nuestra gente y observo que parece que no se atrevieran a hablar y a defender al gobierno”.

A pesar de la censura

La dictadura intentó por todos los medios acallar los ecos de la jornada. Agentes del régimen volaron las antenas de transmisión de la radio La Voz de la Costa, del obispado de Osorno; incluso, la edición de ese fin de semana de “El Mercurio” fue censurada; radio Cooperativa de Santiago y sus filiales de Valparaíso y Temuco, pudieron sólo tocar música, referirse a deporte y entregar la publicidad de sus avisadores.

Pero los chilenos, tanto los que combatían en el interior, como los que trabajaban en la solidaridad en el exterior, recibieron noticias a través de las ondas de Radio Moscú, Radio Praga y otras emisoras amigas.

Se abre una nueva etapa

La jornada de protesta del 11 de mayo de 1983 abrió una nueva etapa en la lucha antifascista. Mostró la combativa movilización de las masas y contra ellas, la tiranía multiplicó el terrorismo de Estado.

Fue así, como sólo tres días después, el 14 de mayo, se efectuó un operativo contra varias poblaciones populares. Fuerzas combinadas del ejército y carabineros irrumpieron en la Victoria, Joao Goulart y La Castrina. Allanaron casa por casa. Sacaron a todos los varones, que fueron llevados a lugares cercados. Quedaron 133 pobladores detenidos.

Vocero de la DINA-CNI

Según “La Tercera”, del 31 de mayo de 1983 (página 14 A), se incautó “un cuantioso arsenal de armas, modernas máquinas impresoras y abundante material impreso con tácticas y doctrinas marxistas. Agrega que “entre el material ofensivo incautado en las acciones, se cuentan subametralladoras, metralletas, pistolas, proyectiles de fabricación rusa contra blindados, elementos para fabricación de bombas caseras, miguelitos, polvos de aluminio, etc.

Naturalmente, una vez más mintió este matutino, que jugó el sucio rol de vocero y de cómplice de los crímenes la DINA-CNI.

(*) Historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

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