por Luis Varese.
Neils Meizer, relator de la ONU para (contra) la Tortura, en una larga entrevista al eldiario.es (que todo mundo debe leer) relata detalles espeluznantes, de cómo se ha fabricado el “caso Assange”.
Lo que descubrimos aquí es que la policía sueca, honesta y transparente, filtra información falsa sobre los casos de violación que nunca se dieron, ya que ninguna de las dos mujeres así lo denunciaron.
¿A quién filtra la información?
A un pasquín sueco sensacionalista (allí también existen) en combinación seguramente con la CIA y los Servicios de Inteligencia sueco y británico.
¿Para qué hace esto la policía sueca?
Para desacreditar al periodista que descubrió los atentados contra los derechos humanos de toda la diplomacia y acción yanqui, no solamente en la guerra de Afganistán, sino en relación a todos los socios europeos y latinoamericanos, a los cuales los intereses estadounidense han venido traicionando de manera sistemática.
El asesinato de civiles en Afganistán transmitidos por WikiLeaks es solamente una pequeña parte de las barbaridades que hace e hizo el espionaje estadounidense, no contra sus “enemigos” ideológicos o militares, sino contra sus socios, amigos y copartícipes de las barbaries que comete.
Hoy las oligarquías temerosas de perder tremendos privilegios destruyen la democracia y el estado de derecho y miren qué bien se ocupan de quitarnos las vendas de los ojos.
Cae el mito de la Policía y la Fiscalía suecas. Cae el mito de las Cortes Británicas que aparecen en el imaginario occidental como Cortes no corruptas, versus las Cortes latinas (primero españolas e italianas) y luego por supuesto latinoamericanas.
Los jueces de togas rojas y ridículas pelucas blancas, resultan ser peores que cualquier vendido al narco del barrio, sometidos a los intereses inescrupulosos de sus gobiernos de turno.
Cae, por supuesto, el mito de la Justicia anglosajona estadounidense. Tremendo mito con el que nos han mantenido idiotizados durante décadas.
Finalmente cae el mito del asilo latinoamericano gracias a la Cancillería del Gobierno de Lenín Moreno. Es terrible y muy triste este papel que nos tocó jugar a todos los que votamos por él y lo propusimos y lo impulsamos y lo apoyamos en la campaña electoral y en su triunfo. Aquí nadie puede tirar la primera piedra. Todos somos responsables. No valen los mea culpa. Vale la autocrítica seria y consistente. No basta pedir perdón, hay que corregir el método de elección.
Tres mitos importantísimos de la cultura occidental. La Justicia anglo sajona, la Policía y Fiscalía suecas y el asilo latinoamericano. Tres mitos en los que hemos creído de una u otra manera y que han venido siendo sustento de nuestra “civilización”, junto con otros mitos, por supuesto.
Bien, es bueno que lo sepamos. Aquí lo único que cuenta es el dinero, el capitalismo brutal, la apropiación ilícita de los bienes de las naciones, la ilegitimidad por encima de todo, la ruptura de cualquier norma con tal de enriquecerse, la violencia y la brutalidad como única regla.
Julian Assange, encerrado en una jaula de vidrio donde no puede comunicarse directamente con ninguno de sus abogados. Julian Assange preparado para la hoguera, como dice Niel Meizer, el relator especial de la ONU (¿próxima víctima?). Listo para el cadalso o la hoguera igual que Tomás Moro (La Utopía), Giordano Bruno o las víctimas de la Inquisición tantas mujeres libertarias acusadas de brujas o herejes. O como Galileo Galilei que tuvo que decir lo contrario a lo que pensaba y terminó afirmando… “eppur si muove”, y sin embargo se mueve, la Tierra, nada menos.
Julian Assange es de los justos, de los que tienen razón, al igual que los que menciono.
Julian Assange el mártir del derecho de la libertad de expresión y de información, que es un DERECHO. Julian Assange que debe ser liberado, pero que nadie le restituirá los miles de días preso y asilado y torturado.
Julian Assange derriba mitos aún en el oscuro silencio de las mazmorras británicas disfrazadas de democracia y justicia. Condenado por sus colegas que bien utilizaron la información para vender más de los periódicos y enriquecer más aún a sus propietarios.
Julian Assange que en el imaginario colectivo aparece como culpable, como aparecen culpables los mártires y profetas, hasta que se descubre que batallaban por nosotros los que no tuvimos el coraje, o que engordamos en la esperanza de que nada ocurriera.
Julian Assange, derriba mitos. Derrumba paredes, rompe los muros de la cárcel. Ojalá no lo extraditen a ese país donde hay más de 1000 niños presos y no me refiero a los niños migrantes, sino a niños estadounidenses que su sociedad no sabe qué hacer con ellos. En ese país donde la tortura y la pena de muerte son legales.
En ese país dispuesto a destruir la humanidad, en nombre de la libertad de enriquecer a unos poquitos. Será extraditado a ese lugar, al Estado de Virginia, donde está la CIA y donde se junta lo peor de la humanidad para conspirar contra sus propios hijos, mujeres nietas y nietos.
Allí lo quieren deportar y personajillos de turno en los gobiernos son responsables de semejante barbarie. En pocos años la historia lo reivindicará y nuestros hijos harán de él un paladín. Ya es un héroe y un mártir de la libertad de expresión.
Teman, avergüéncense los que quedarán en el basurero de la historia. Tengan orgullo quienes le dieron asilo o procuraron salvarlo dándole otra ciudadanía.
Hay un solo grito que debe recorrer el mundo hoy o en mayo, cuando se pronuncie esa “jueza” o esa “corte”.
Assange no debe ser deportado.
Assange debe ser protegido en nombre de todas y todos los seres humanos.
Fuente: Alainet