viernes, noviembre 22, 2024
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Labor de Inteligencia en Chile: La Obscena Alianza entre el Gobierno y Empresarios

El Gobierno chileno, presidido por el empresario Sebastián Piñera vuelve a generar un escándalo de proporciones, al comprobarse la existencia de informes de inteligencia, en el marco de los denominados Big Data, cuyo uso involucra a su administración con el multimillonario empresario Andrónico Luksic.

Efectivamente, la empresa española Alto Data Analytics y su trabajo con Quiñenco, la empresa matriz del Grupo Luksic (encargada de las operaciones industriales y financieras) cuyo dueño es el billonario chileno, fue contratada para elaborar un informe de Big Data (1) por el alto ejecutivo de Quiñenco y ex Ministro del Interior y Defensa bajo la primera administración de Sebastián Piñera (2010-2014) el reconocido abogado y militante sionista Rodrigo Hinzpeter, que contactó a la empresa española tras recibir, el 25 de julio del año 2019, en las oficinas centrales de la empresa, una carta bomba dirigida a su persona, que significó encargar un estudio que permitiera dar con señales conducentes a los responsables de esa explosiva misiva.

Esta relación entre Hinzpeter y Alto Data Analytics, sumado a la estrecha amistad que une al ex ministro con Piñera dio paso para que el documento elaborado para Quiñenco fuera ofrecido, como insumo de inteligencia al Gobierno, decisión concretada tras reunirse en dependencias de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) a inicio del mes de diciembre del año 2019.

Un encuentro que según el medio digital chileno Interferencia reunió a “representantes de las Fuerzas Armadas, del Ministerio del Interior y de la ANI. Pero participaron tres personas más: el entonces subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, el exministro de Interior y Defensa y actual miembro de la plana ejecutiva del Grupo Luksic, Rodrigo Hinzpeter, y un representante español de Alto Data Analytics”

El objetivo de dicho encuentro, además de presentar el informe Big Data, para eventualmente ser usado por el Gobierno o quizás elaborar otro informe, que lógicamente debía abarcar otros tópicos si el Gobierno llegaba a contratar a la entidad española, sobre todo considerando los alcances de la revuelta social iniciada el día 18 de octubre y que a la fecha de la reunión en la ANI no tenía visos algunos de concluir.

Una explosión incontrolable que sumaba a la destrucción de bienes públicos y privados, estaciones del metro de Santiago, saqueo de negocios, bancos y ataques a comisarías, que han puesto en jaque tanto al Gobierno, como también al conjunto de los poderes estatales.

El Informe de Alto Data Analytics sirvió, finalmente, para que novel ministro del Interior, Gonzalo Blumel, militante de un joven partido derechista de la alianza de Gobierno: Evópoli, en el hecho político comunicacional más bochornoso de la historia reciente diera a conocer textualmente que el Gobierno chileno había tenido acceso, sin mencionar la fuente a “información elaborada con tecnología extraordinariamente sofisticada” y que mostraría la injerencia de países como Venezuela, Cuba e incluso Rusia en la revuelta social.

Ello a través del estudio de más de cinco millones de usuarios de redes sociales: seguidores de K Pop —grupos de música popular coreana— futbolistas como Gary Medel y cantantes como Mon Laferte, que originó la risotada nacional frente a tamaña barbaridad.

En el reporte se señala, como influenciadores detrás de las movilizaciones “el canal ruso RT, el venezolano Telesur, dirigentes izquierdistas argentinos y celebridades dentro y fuera de Chile”.

Las palabras de Blumel demuestran que se le pidió a la empresa española un informe específico sobre las movilizaciones, que contradice lo sostenido por el Gobierno respecto a usar el documento elaborado para Quiñenco, cuestión absurda, pues Alto Data Analytics realizó un trabajo específico en función del envío de la carta bomba a Hinzpeter, antes de los sucesos que tienen a Chile en ascuas.

El Gobierno debe aclarar este tema, so pena de entrar en un camino que terminará con la salida de altas autoridades de la administración, entre ellos el propio Blumel. Incluso debe aclarar quien pagó este nuevo documento Big Data y que injerencia tiene Rodrigo Hinzpeter.

España y sus espejitos

Tras más de un mes de interrogantes respecto al nombre de la empresa que elaboró el cuestionado y a estas alturas mediocre informe Big Data, más propio de un curso de iniciación al espionaje en redes de un curso de primaria, que de recopilación seria, que permita avanzar en consolidar una verdadera red de inteligencia que responda las interrogantes del Gobierno de Piñera; y como todo se descubre, saltó el nombre de la empresa española Alto Data Analytics fundada el año 2012 en España y que se encarga de “aplicar el Big Data para el análisis de la opinión pública y elabora informes de inteligencia económica para el sector privado”.

Una empresa que fue contratada por el Gobierno español presidido en su oportunidad por el ex presidente Mariano Rajoy señalando que existía influencias de medios y redes rusas en el debate político”.

Alejandro Romero, fundador de la empresa Alto Data Analytics en una interesante entrevista concedida al diario de derecha español El País señalaba, respecto a su empresa y el trabajo realizado en torno al tema independentista catalán que “hallamos ciertas anomalías dentro del análisis de la opinión pública. Medios [los rusos RT o Sputnik] con un volumen de difusión en redes sociales que llegaron a ser 1,7 veces El País o un volumen muy elevado de autores localizados en países como Venezuela y que difundían mismas conclusiones cuando el cliente fue Quiñenco y el estudio sobre la revuelta social chilena ¿Una especie de corta y pega?

La empresa española ha señalado que su trabajo o al menos su presentación comercial ofrece informes basados en “un software que adquiere información de la esfera pública, entendida de forma muy amplia, no solo redes sociales. Indexamos fuentes adicionales de información, por ejemplo, noticias y comentarios de los lectores, información del BOE, del Senado de EE.UU., bases de datos de Wikipedia … Incluso Dark web, la web oculta, a ciertos sitios donde se filtra información para poder analizarlo”.

Seguramente este espejito tecnológico, traído de España, sedujo al nativo Gonzalo Blumel, ministro del interior chileno, influenciado en ello por la Malinche subsecretaría del interior, presidida en ese entonces por el destituido Rodrigo Ubilla, íntimo colaborador de Rodrigo Hinzpeter.

Toda una hebra de lobby, destinado a favorecer el intríngulis de inteligencia entre Alto Data Analytics, Quiñenco y “el niño bobo” representado por una administración de Gobierno deseoso de buscar culpables frente a una revuelta social, la cual no sabe controlar y menos dar respuesta a las demandas ciudadanas.

Lo gravísimo de esta denuncia respecto al papel cumplido por Rodrigo Hinzpeter y su vínculo político y de inteligencia con el Gobierno es que refuerza la convicción, respecto a que este Gobierno obedece al lobby empresarial.

Ello en materias de qué hacer, cómo avanzar y que se debe ceder o no frente a las demandas sociales. Que nada se hará en función de cambiar la constitución, reformar el sistema de pensiones, cambiar el modelo educativo y sanitario chileno. Un Gobierno sometido a la dinámica de defender un modelo político y económico excluyente y que sólo favorece a estos empresarios dispuestos a apuntalar a un Gobierno con pies de barro.

No es casual que el propio Andrónico Luksic —considerado uno de los hombres más ricos del mundo según el ranking Forbes con una fortuna estimada en 13 700 millones de dólares— sea el que marque ciertas pautas de comportamiento empresarial con relación al salario mínimo a pagar o pedir responsabilidad al mundo político.

No es fortuito que su banco haya estado involucrado en el tráfico de influencias, que significó la baja de popularidad en los últimos meses de la administración de la ex presidenta Michelle Bachelet. No es azaroso, que la sombra de Lucsik se expanda por el conjunto de la sociedad chilena. No resulta extraño ese afán de Luksic de tratar de dominar la escena política nacional ahora incursionando en el fangoso mundo de la inteligencia.

En lo específico, Alto Data Analytics es una empresa española vinculada a empresas de dueños sionistas como es el caso de Sumner Redstone dueño de Viacom y sus empresas asociadas, que suelen extender sus tentáculos a Latinoamérica.

Como también Vodafone, empresa denunciada por Edward Snowden a través de Wikileaks, de colaborar con agencias de inteligencia occidentales dando acceso a llamadas telefónicas, correos electrónicos y entradas a páginas de Facebook.

Los ex-empleos del español Alejandro Romero y sus vínculos con el sionismo chileno sirvieron para que su contrato con Rodrigo Hinzpeter fue crucial.

Un Rodrigo Hinzpeter, declarado sionista, del cual se afirma realizó su servicio militar no en Chile, como correspondía, sino que en los territorios ocupados palestinos al servicio del ejército ocupante israelí. Cercano al American Jewisch Committe (Comité Judío Americano), poderoso grupo de influencia en Estados Unidos y América Latina. Se le considera un hombre ancla en materia vincular a empresas israelíes en Chile en materias tan diversas como seguridad, tecnología militar, venta de armamentos, como también en temas acuíferos.

Hinzpeter, junto al exministro de defensa Andrés Allamand generaron una estrecha alianza con empresas de armas israelíes, que han sido implicadas en el llamado caso de las facturas duplicadas, que implican el desfalco al Estado chileno de 250 millones de dólares, que podrían verse incrementadas al calor de la investigación que se está llevando a cabo y que ha mostrado la enorme corrupción al interior del Ejército chileno.

Facturas duplicadas en la contabilidad del Ejército, asociadas a operaciones de venta de armas y sistemas bélicos realizadas a través la maestranza castrense, FAMAE, y empresas extranjeras como la israelí Rafael Advance Defense Systems y Elbit System.

Las empresas israelíes relacionadas a Big Data son numerosas, incluso contando con ex altos militares en su plana ejecutiva, como es el caso del excomandante en jefe del ejército ocupante israelí y ex candidato a primer ministro Benny Gantz, quien preside la firma de Big Data Fifth Dimension destinada a prevenir ataques terroristas.

Por todo lo señalado, no resultaría extraño ver a Hinzpeter nuevamente vinculado a un escándalo político de proporciones, que relaciona a grupos económicos como el de Andrónico Luksic con el Gobierno de Sebastián Piñera y a las empresas nacionales con israelíes, con todo el daño que ello implica, para una democracia representativa escuálida, desprestigiada y que se tambalea.

Nada bueno puede salir, cuando la delicada labor de inteligencia de un país vincula al Gobierno, con aquellos que detentan las más grandes fortunas y personajes vinculados al lobby sionista.

El Big Data consta de datos que son tan grandes o complejos que no pueden manejarse con los métodos tradicionales de procesamiento.

En general, también se conoce al Big Data por sus «tres V»: volumen, variedad y velocidad.

El volumen se refiere a su gran tamaño; la variedad, a la amplia cantidad de formatos no estándar, y la velocidad, a la necesidad de procesarlos con rapidez y eficiencia.

Fuente: NewsFront

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