jueves, noviembre 21, 2024
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Informe Especial: Alan García, Un Suicidio al Borde del Abismo

José Manuel Balmaceda, Salvador Allende, Getulio Vargas y Alan García tienen en común haber sido presidentes de Chile, Brasil y Perú, respectivamente.

Los cuatro se quitaron la vida por el expeditivo procedimiento de un balazo; tres de ellos en la cabeza, y Vargas en el corazón.

Pero hasta ahí llegan las semejanzas.

Balmaceda, Vargas y Allende se suicidaron mientras desempeñaban su mandato constitucional.

García terminó su segundo período en 2011.

Balmaceda, Vargas y Allende entregaron lo máximo que podían dar, la vida, en defensa de su mandato constitucional, en histórico desafío al imperialismo de turno.

García se descerrajó un balazo en la cabeza, minutos después de ser notificado de una orden de arresto.

Balmaceda, Vargas y Allende son recordados como héroes del valor republicano y mártires de la democracia.

García será recordado dentro de una plétora de políticos enriquecidos y envilecidos por la corrupción.

Balmaceda, Vargas y Allende pagaron con su vida la lealtad al pueblo que los eligió.

García se fue sin pagar.

Igual que Pinochet.


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La ultima entrevista de Alan García


El suicidio de Alan García

por Gustavo Espinoza M.

El suicidio de Alan García –y en particular las circunstancias que rodearon el hecho- no sólo conmocionó al país sino que, adicionalmente, dividió aún más a los peruanos y generó un debate que recién se inicia y que tiene que ver con las causas del acontecimiento pero también con el personaje que lo consumó, con las acciones que lo indujeron a hacerlo y hasta con el imperio de la justicia en un país como el nuestro, convulsionado por el accionar de mafias, que ha colocado al Perú virtualmente al borde de un acantilado.

El suicidio, dicen los especialistas, es el acto por el que una persona, de forma deliberada, se provoca la muerte; y suele ser el resultado de una desesperación incontenible derivada de una dolorosa e incurable enfermedad física; de una dolencia mental -depresión, trastorno bipolar o esquizofrenias; o la incidencia del alcohol o el abuso de sustancias toxicas.

A menudo ocurre que unos factores se suman a otros, de tal modo que el cuadro del suicidio se torna más complejo.

El uso de armas de fuego –como forma de actuar del suicida-, suele ser en nuestro tiempo la causa principal de estas muertes que se calculan en algo más de 900 mil, en un solo año en el mundo.

Los historiadores recuerdan que el primer suicidio conocido que se registra, tuvo lugar 600 años antes de nuestra era. Periandro uno de los 7 Sabios de Grecia y además Tirano de Corinto; se quitó la vida de un modo peculiar arrastrando en su suerte a otros.

En la antigua Grecia., quitarse la vida era considerado un error irreparable y, por tanto, rechazado-.

Platón, sin embargo estableció “excepciones”: el que la muerte, fuese impuesta por el Estado; que derivara de una enfermedad mortal; o que fuere resultado de una desgracia insuperable que rebasara la resistencia emocional del afectado.

A esta tercera excepción, podría haber acogido García quien, de alguna manera, se despidió de todos en la rueda de prensa que ofreciera en la víspera.

Todos estos elementos, nos dan aliento suficiente para juzgar el hecho ocurrido el pasado 17 de abril en circunstancia en la que el ex Presidente resistió -a su manera- la orden de captura dictada por el Poder Judicial para el cumplimiento de una prisión preventiva, habida cuenta de la naturaleza de los delitos que se le incriminaban y que eran sustantivamente semejantes a los que habían llevado tras las rejas a variaos de sus colaboradores.

Pero ellos también sirven para desorientar y confundir a personas de buena fe que, sin los antecedentes del caso, y llevados tan sólo por elementos subjetivos; pueden ser susceptibles de engaño.

Nadie en su sano juicio, podría decir que Alan García fue víctima de una persecución. Ni que los cargos enarbolados por la justicia contra él, fueran motivados por razones de orden político.

Por el contrario, su detención era esperada hacía mucho tiempo y más bien la ciudadanía se preguntaba por qué ella no ocurría, existiendo poderosos elementos de juicio en su contra. Por lo demás los cargos levantados no tenían ninguna connotación ideológica ni política.

Se trataba de acusaciones puntuales derivadas de su propia gestión gubernativa, del uso de fondos del Estado y de recepción de dineros del exterior obtenido en forma dolosa e ilegal.

En el fondo, eran acusaciones en buena medida similares –aunque bastante más graves- que las que llevaron a prisión a Ollanta Humala durante nueve meses; que mantienen tras las rejas a Keiko Fujimori desde diciembre pasado; y que han dado lugar hace apenas unos días a la captura de Pedro Pablo Kuczynski, el presidente peruano electo el 2016.

Bien podría decirse que tres razones empujaron a García a asumir la acción que lo condujo a la muerte: la certeza de la autenticidad de las acusaciones en su contra y la seguridad que en cada caso existían pruebas incontestables; la presencia en su mente de los trágicos hechos que protagonizara en el pasado y que costaran la vida de tantos peruanos
–desde los Penales hasta Bagua, pasando por Accomarca, Llocllapampa, Parcco Alto, Puccas, Pomatambo, Cayara, Santa Rosa, Los Molinos y otros- y el temor a verse recluido en una prisión, él, que jamás había pisado una cárcel en condición de reo.

Sería por eso un grave error de percepción el considerar que las circunstancias de su muerte, borren la responsabilidad de sus acciones. Independientemente del hecho ocurrido, tanto los delitos cometidos en el área de pertinente; como los crímenes consumados contra centenares de ciudadanos; siguen en pie. No han dejado de existir.

En la historia reciente hemos conocido diversos casos de suicidio. Quizá si el más llamativo haya sido el de Adolfo Hitler. El jerarca Nazi se pegó un tiro para no caer en manos de las tropas soviéticas que llegaron a las puertas de su Bunker en Berlín en los primeros días de mayo de 1945.

Su luctuosa muerte, no lo convirtió en héroe, ni borró sus alevosos crímenes. Para el mundo, Hitler siguió siendo uno de lo más grandes criminales de la historia humana. Y su muerte, fue atribuida a la cobardía que lo atenazó cuando supo que tendría que dar cuenta de sus actos.

En otra dimensión, por cierto, aquí ocurre lo mismo. Alan García nunca será absuelto por la historia.

Fuente: Alainet

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Suicidio de Alan García Pérez: claves para su lectura política

Por José Carlos Llerena Robles (*)

Hace ya algunas horas falleció el expresidente del Perú Alan García Pérez (1985-1990 y 2006-2011) quien “se disparó en la cabeza al conocer de su orden de detención preliminar por el caso Odebrecht” (1).

A continuación algunas claves necesarias a atender para una lectura de lo que esto significa desde la lucha de los pueblos y en un enfoque continental.

Este es un análisis inicial a pocas horas de este suceso que definitivamente tendrá tanto implicancias políticas, jurídicas como sociales en el combate contra la corrupción en el Perú concentrada frente a élites políticas, mediáticas, judiciales y empresariales, por lo que se plantearan brevemente las principales claves para comprender lo sucedido desde el campo popular.

1.- Crisis de modelo: disputa entre élites

A nivel mundial nos encontramos en un contexto multipolar (la hegemonía norteamericana unipolar post caída del Muro de Berlín se enfrenta a nuevos actores como China, Rusia, India) y de transición (al menos en lo económico el imperio yankee viene siendo desplazado por China y la India cada vez se acerca más al segundo lugar de potencia económica mundial), lo cual ha terminado evidenciando la crisis del modelo de acumulación de capital, el capitalismo.

Esta es una crisis multidimensional (de modelo económico, financiera, de vida y del trabajo, energética, alimentaria, cultural, de modelo de democracia, ambiental) que amenaza a la humanidad y la posibilidad de un futuro (Asamblea Internacional de los Pueblos, 2019).

En nuestro continente esta crisis se puede apreciar en la ofensiva del neoliberalismo, siempre al servicio del imperialismo norteamericano, en nuestros territorios para así asegurar la acumulación por despojo de nuestros recursos y priorizar la acumulación de capital sobre el trabajo de los pueblos, en vista que el vaquero del mundo ha perdido presencia en el Medio Oriente lo cual lo llevar a saciar su apetito capitalista (y sobretodo energético) en lo que denominaron su Patio Trasero. Sin embargo, esta ofensiva no es sencilla y se encuentra escenarios adversos producidos por la crisis que atraviesa el modelo económico.

Por ello, en distintos países de la región podemos apreciar que entre los mismos grupos dominantes existen rupturas y conflictos. En el Perú, este terremoto en la supraestructura y que ha remecido a la élite política, empresarial, judicial y mediática fue generado por las revelaciones de casos de corrupción alrededor de la empresa constructora Odebrecht a mediados del año 2017. Se estima que los montos de dinero alrededor de este caso oscilan entre los 45 millones de dólares.

Es sintomático que todos los presidentes de la república elegidos en democracia estén siendo investigados por este caso. Entre ellos cabe resaltar la presencia del expresidente Alan García, quién ya había sido investigado por otros tipos penales a partir de su primer período presidencial de 1985-1990.

2.- Alan García y su historial de evadir la justicia

Mientras al inicio iban siendo afectados con mayor facilidad políticos y otros expresidentes en las investigaciones sobre este caso de emblemático corrupción, Alan García daba la impresión, con la experiencia que tiene en esta materia, de torear con destreza y facilidad las distintas potenciales imputaciones que se obtenían mediante las investigaciones del equipo fiscal especializado.

Esto tanto mediante sus capacidades políticas personales, ya sea mediante entrevistas condescendientes de medios de comunicación de la prensa concentrada o el uso recurrente de su cuenta en Twitter, el bloqueo desde el parlamento por parte de la bancada aprista para entorpecer las investigaciones –en alianza con otras fuerzas en el congreso que buscaban el mismo objetivo- y la red de contactos a nivel de Poder Judicial que también fueron parte de otro escándalo en el aparato judicial en el primer semestre del 2018 y que fue denominado “Lava Jueces”.

No obstante, el año pasado, ya con otros peces gordos golpeados por el peso de las pruebas de las investigaciones, como Keiko Fujimori en prisión preventiva, Alejandro Toledo prófugo de la justicia, Ollanta Humala que junto a su cónyuge Nadine Heredia afrontaron 9 meses de prisión preventiva y el mismo expresidente renunciante Pedro Pablo Kuczynski que hoy se encuentra con prisión preventiva con arresto domiciliario, el equipo fiscal se iba acercando a García.

Al inicio apelaba a viajar con regularidad a Europa donde tiene departamentos bajo su propiedad y luego de distintas maneras de eludir la investigación judicial llegó el lamentable y bochornoso momento donde solicita asilo a la Embajada Uruguaya en el Perú y que a los pocos días se le deniega (2).

A partir de ese momento se dicta una orden judicial de impedimento de salida del país por 18 meses mientras se realizan las investigaciones judiciales. Dicho impedimento seguía vigente hasta el día de hoy. A ello hay que agregar el amplio historial de burla al sistema de justicia que guarda el expresidente García por diversos escándalos –patrimoniales como violación de derechos humanos- referidos a su primer mandato presidencial (3).

3.- La detención preliminar y el allanamiento

El intento de suicidio de García el día tiene que ver con los avances en las investigaciones de casos de sobornos en la adjudicación y construcción del Metro de Lima durante su segundo mandato (2006-2011) (4). El delito en cuestión objeto de la investigación es el de lavado de activos.

Se emitió la orden judicial de detención preliminar (figura judicial distinta a la prisión preventiva) por 10 días de Alan García y 8 personas más cercanas a él y que tuvieron participación en el proceso de adjudicación y construcción del Metro de Lima así como el allanamiento de sus respectivos domicilios y lugares específicos solicitados por el equipo de fiscales especializados.

Es ante la llegada las autoridades a su domicilio que García decide dispararse un tiro en la cabeza y luego es llevado al hospital Casimiro Ulloa donde horas más tarde informarían su deceso.

Entre las personas con orden de detención preliminar y allanamiento se encuentran 2 personajes clave: Luis Nava Guibert (exsecretario general de la Presidencia durante el segundo gobierno de García Pérez y persona de confianza) y Miguel Atala Rivera (expresidente de PetroPerú durante el segundo mandato de García).

Estas personas son clave porque mediante ellas se efectuaron pagos irregulares de parte de Odebrecht mediante (i) transferencia de dinero a cuentas de la offshore panameña Ammarin Investment Inc. en la Banca Privada de Andorra (aproximadamente 1 millón 300 mil dólares); y, (ii) pagos directos desde la famosa Caja 2 del Departamento del Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht administrada por su representante en el Perú el señor Jorge Barata (4 millones de dólares referidos a los Tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur).

Tal como relata IDL Reporteros, a mayor profundidad de las investigaciones el camino del dinero se iba concentrando en un receptor: Luis Nava, el hombre de confianza de García Pérez. (5)

4.- Cuestiones pendientes y el campo popular

El fallecimiento de Alan García el día que iba a ser detenido preliminarmente a partir de las investigaciones sobre el caso Odebrecht y los hallazgos de responsabilidad de su hombre de confianza Luis Nava abren espacio a una serie de interrogantes y planteamientos que solo se aportarán de manera enunciativa con la esperanza que se traslade en debate y análisis desde los movimientos sociales:

¿Qué sucederá con investigación judicial sobre la cual versa la orden de detención preliminar y allanamiento ordenada el día de hoy contra Alan García y demás?

Con la sola presentación del acta de defunción de Alan García se archivan de inmediato todos los procesos en su contra. En términos jurídicos, muere como inocente. Sin embargo, este archivamiento no significa que los procesos contra los demás imputados se detengan (6).

Ahora bien, más allá del análisis estrictamente jurídico, cabe preguntarse desde un punto de vista política como impacta en las investigaciones que se excluya de las investigaciones a una persona como Alan García que a todas luces ejercía liderazgo entre las personas denunciadas, por lo menos en el caso del Metro de Lima.

A ello sumarle el discurso que comienza a resonar en los medios de comunicación –muchos de ellos siempre complacientes en las entrevistas con el expresidente- acerca de victimizar a García Pérez y trasladar la atención a una supuesta y vergonzosa acusación de abuso de autoridad de parte del equipo de fiscales especializados que trabajan en el caso Odebrecht.

¿Cómo queda el Partido Aprista sin su principal referente?

Desde hace varios años se vienen generando disputas entre distintos grupos al interior del partido aprista. Durante el último gobierno a propósito de la coyuntura Odebrecht esas divisiones y conflictos al interior del APRA se hizo más evidente en distintos lamentables episodios protagonizados por representantes de los grupos en disputa: los congresistas apristas Jorge del Castillo y Claude Maurice Mulder (7).

A partir del día de hoy la muerte de García definitivamente incidirá en los conflictos internos en el APRA, la cuestión es tener claro el panorama de las fuerzas y alianzas que al menos al día de hoy no están aún claras.

La lectura del movimiento social

Si bien aún es temprano para definir un diagnóstico consensuado a partir de la muerte de García Pérez en el proceso de lucha que el campo popular en el Perú viene asumiendo contra el modelo neoliberal (modelo que encontró justamente en Alan García a su protector al privilegiar la acumulación del capital por parte de empresas transnacionales minando los derechos de trabajadores y trabajadoras, criminalizando la protesta social como en la masacre de Bagua en el 2009, violando derechos humanos como la matanza de Los Molinos hace 30 años y socavando nuestro medio ambiente y naturaleza a favor de las industrias extractivas), en las discusiones hay tres aspectos que pueden servir de punto de partida para esta necesaria reflexión:

Interpretación del momento:

Desde los movimientos sociales no comprendemos el fenómeno de la corrupción como un problema exclusivamente moral, como lo plantea el enfoque liberal, sino como un problema sistémico directamente relacionado con el modelo de acumulación de capital por despojo que se da en nuestros territorios desde hace 200 años.

En ese sentido, nuestros esfuerzos deben en primer lugar destinarse a comprender el momento histórico que afrontamos para así poder continuar en la lucha con la corrupción que acabe con la impunidad de tantos criminales pero también con que se profundice esto y se evidencia que nos encontramos ante un problema inherente al capitalismo vigente que se encuentra en crisis.

Parte de ello es que las investigaciones no se circunscriban al ámbito de los “políticos tradicionales” sino que llegue a todos lo protagonistas de los grupos dominantes en nuestro país (empresariado, medios de comunicación, entre otros).

Con relación a lo anterior el campo popular a partir de la situación continental está en la capacidad de comprender y difundir lo que realmente consiste el lawfare o la judicialización de la política.

Este instrumento de dominación de las élites antipopulares en Nuestramérica bajo encargo y preparación del imperialismo norteamericano, que podemos apreciar claramente en la proscripción de líderes y lideresas populares y con amplia aprobación de la gente como el preso político Lula Da Silva en Brasil, los primeros visos de impedir que participe Cristina Fernández en los siguiente comicios presidenciales en Argentina dada su enorme capacidad de interpelación en el pueblo para erradicar la miseria y pobreza que trajo el macrismo y las imputaciones disparatadas contra Rafael Correa en Ecuador, no puede ser tergiversado por los grupos de poder en el Perú con la finalidad que prevalezca la impunidad.

Ni Alan García ni Keiko Fujimori tienen ese respaldo de aprobación popular (todo lo contrario según cifras de cierre del 2018 tienen 93% y 86% de desaprobación, respectivamente) y ni que decir de sus lamentables resultados en los recientes procesos electorales.

Además, en los casos de los mencionados líderes populares que fueron parte del denominado ciclo progresista se imputan cargos ridículos y absurdos, que solo cobran sentido cuando uno repara en que tanto Lula, Cristina como Correa han sido personas que han confrontado, en mayor o menos medida, al stablishment.

Al respecto, en el caso peruano sobre Alan García existen pruebas categóricas e imputaciones serias –difícil imaginar que uno se quite la vida por cargos sin sustento- y además no solo no confrontó a los grupos de poder sino que siempre se alineó con ellos. Esto quiere decir que no encaja en la caracterización necesaria para afirmar que nos encontramos en un supuesto de judicialización de la política. Por esto es fundamental comprender la coyuntura nacional en el escenario de ofensiva neoliberal que aqueja a la Patria Grande.

Movilización contra la impunidad: En vista del discurso condescendiente y con una intencionalidad de impunidad clara el campo popular debe evaluar donde depositar su apoyo en esta batalla táctica de cara al horizonte estratégico que resulta tumbarnos el modelo neoliberal.

Por ello la movilización en respaldo al frente de disputa que otorgue mayores posibilidades para construir los espacios necesarios para cambios profundos en la sociedad peruana es fundamental en este momento. Ellos -llámese la derecha, grupos de poder- lo harán. ¿Nosotros?

Organización en la batalla de ideas y recuperación de memoria nacional:

El discurso del poder, de la dominación, de la élite que ha cooptado el aparato estatal para concentrar riqueza en pocas manos –las de siempre y los mismos apellidos de avenida- en detrimento de la justicia social del pueblo peruano a pocas horas del fallecimiento de García ya comienza a tomar forma y difusión.

Si bien las demandas del pueblo peruano no son satisfechas ni menos aún celebrando la violencia ni la muerte de personas, no podemos permitir que se imponga un discurso de impunidad y se pretenda eliminar de la memoria nacional y colectiva los distintos crímenes patrimoniales y contra la vida en los que ha estado inmerso Alan García Pérez en su calidad de jefe de Estado dos veces. Es entonces donde corresponde organizarnos, planificar y asumir esta batalla de ideas.

Ellos tendrán el dinero y los medios masivos de comunicación, nosotros y nosotras tenemos las calles, nuestros territorios, nuestros cuerpos.

De cara al bicentenario tenemos deudas no resueltas con distintos episodios históricos de nuestro Perú que hemos preferido -cual característica propia de una Arcadia Colonial- no hablar, no debatir, no problematizar, no encarar.

Aprovechemos esta reciente oportunidad para comenzar a trabajar métodos, enfoques, estrategias para encarar nuestra historia e interpelarnos entre peruanos y peruanos para juntos y juntas alcanzar nuestra segunda y definitiva independencia.

* Integrante de la Organización La Junta, de Perú

Fuente: Resumen Latinoamericano

Referencias:

1) https://larepublica.pe/politica/1451392-alan-garcia-detenido-envivo-ultimas-noticias-expresidente-detencion-preliminar-caso-odebrecht-luis-nava-miguel-atala-lava-jato
2) https://ojo-publico.com/946/gobierno-de-uruguay-rechaza-asilo-para-expresidente-alan-garcia
3) http://www.atv.pe/actualidad/estas-sido-todas-fugas-alan-garcia-367000
4) https://ojo-publico.com/1155/Expresidente-Alan-Garcia-fallecio-luego-de-dispararse-por-inminente-detencion-en-Caso-Lava-Jato?fbclid=IwAR0egQqhRQW1rvBov3WLD_rxFDlqyCNdzj4fqVLNiUhBqHaFRQZcb52MY9I
5) https://idl-reporteros.pe/los-pagos-ilegales-de-odebrecht-a-luis-nava/
6) https://gestion.pe/peru/politica/alan-garcia-sucede-proceso-penal-patrimonio-fallecimiento-264486?utm_source=facebook&utm_medium=organicfb&utm_campaign=alan-garcia&fbclid=IwAR29E0n6DR9KpGVJiVbgjmF8Fsv7sJGijdWq7SroefgyjeAtmrH5zhgOAE8
7) https://www.youtube.com/watch?v=lvmIMZhJNEM

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Alan nunca muere… por eso se suicida

por Isaac Bigio (*)

Cuando faltan solo 5 años para que la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) cumpla 100 años de haber sido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en el México post-revolucionario, el único presidente que llegó a tener este partido, Alan García, se suicidó cinco semanas antes de cumplir sus 70 años de edad.

Mística

El APRA se ufanaba de su gran mística. Todos los cuadros de la generación de Haya como los de la siguiente generación (la de Armando Villanueva o Andrés Townsend que fueron sus herederos) andaban orgullosos de haber soportado prisiones, torturas y maltratos.

Como testimonio personal puedo contar que, desde que tenía 13 años, solía visitar a todos los partidos políticos en Lima, y siempre iba a los coloquios semanales de Haya en su aula magna, donde a veces él o Villanueva me llamaron a conversar.

Toda la atmósfera del local aprista se resumía en un pedazo de la reja de una de las cárceles que haber estado Haya y que era colocada en medio de su sede.

Siendo tan chico me sorprendía ver cómo todos los mayores apristas siempre paraban platicando entre ellos sobre todas las prisiones por las que habían pasado, mientras que mi propio abuelo me contaba de una huelga de hambre que hicieron conjuntamente ellos, los presos políticos izquierdistas junto a los apristas, en el Real Felipe del Callao donde el agua les cubría siempre sus piernas.

En torno a esa entrega Haya había formado a su militancia con dos consignas: “A más calumnias, más aprismo” y “el APRA nunca muere”.

Según él, sus compañeros no debían temer a todas las acusaciones que se les hacía sino aprovechar de éstas para resistir, fortalecerse y contraatacar.

Sin embargo, todas esas lecciones no han sido seguidas por el único discípulo de Haya que haya llegado a colocarse la banda presidencial blanqui-roja.

García

García en 1985 ganó las elecciones presidenciales peruanas cuando aún tenía 35 años de edad y con él debuta en el poder un partido que durante sus primeras 6 décadas de existencia siempre había estado en la oposición o resistiendo persecuciones o confinamientos.

Después de su primer quinquenio (1985-90) García volvió a llevar al aprismo al poder en 2006-11.

En esas dos administraciones el partido de los miles de mártires fusilados en la rebelión de Trujillo de 1932 se estaba convirtiendo en uno que muchos identificaban con abusos en el poder y con corrupción.

García mismo fue una persona que hizo un giro político de 180 grados pues, tras haber llegado a palacio en 1985 prometiendo hacer el gobierno más antiimperialista del continente, luego en el 2006 regresa a este colocándose como el paladín que una a toda la derecha contra la amenaza de un antiimperialismo como el venezolano.

A diferencia de la vieja guardia aprista, Alan García se jactaba de haber sido siempre tan hábil que había evitado haber llegado a ser un reo. Lejos de ello, un hombre de condición modesta fue acumulando numerosas propiedades y vivía con muchos lujos, cuya fortuna nunca pudo explicar cómo se fue generando.

Miedo

Cuando empezaron las investigaciones judiciales más serias en su contra y vio que ya no tenía el blindaje de varios jueces asociados suyos, él entró a la sede diplomática uruguaya a pedir asilo, algo que Montevideo le terminó negando aduciendo que su vida o sus libertades no estaban en peligro y que su embajada no puede proteger a alguien que busca eludir un proceso por graves cargos de corrupción.

Cuando el 17 de abril la policía fue a hacerle una detención preventiva, él prefirió tirarse un tiro antes que pasar su primer día en una cárcel en todas sus 7 décadas de existencia.

Esa actitud es lo inverso de todo aquello que Haya había aconsejado. Para el fundador del aprismo, las persecuciones y las calumnias debían ser afrontadas con fortaleza personal pues al final estas fortalecerán al partido, uno cuyo lema siempre fue “el APRA nunca muere”.

García no quiso aprovechar el juicio en su contra para contratacar, como hicieron muchos desde Haya hasta el joven Fidel Castro.

Hay otros tres ex presidentes peruanos que gobernaron dos periodos, los mismos que pasaron por la cárcel.

Augusto Leguía murió en 1932 bajo rejas tras haber sido derrocado habiendo gobernado constitucionalmente un oncenio. Fernando Belaunde estuvo confinado en la terrible isla del Frontón y hoy, si bien muchos cuestionan sus políticas, usualmente se le tiende a considerar como un hombre honesto que no acumuló riquezas. Alberto Fujimori, quien cometió más crímenes que García, lleva 12 años en una prisión privilegiada (a la que volvió a entrar tras que se le revirtió un indulto).

Uno de los primeros ministros que tuvo García fue Yehude Simons, quien pasó 7 años encarcelado bajo cargos de terrorismo. Víctor Polay, un coetáneo suyo que también vino del aprismo, lleva más de dos décadas en confinamiento solitario acusado por lo mismo, condición que comparte toda la cúpula senderista.

García se suicidó porque no quiso pasar una sola noche en una cárcel, aunque esta no hubiese sido una con tantas privaciones como las de cientos de personas que tanto él como otros gobiernos condenaron por terrorismo.

Incluso, él bien pudo haber salido de ésta tras acabarse el proceso preliminar.

Conciencia sucia

A diferencia de Haya, Villanueva, Townsend y las generaciones forjadoras del aprismo, García sí sabía que su conciencia no estaba limpia y que ya no se podría seguir ocultando una serie de abusos y delitos suyos cometidos durante su administración.

Lula, quien tiene 73 años de edad, no se exilió y se entregó a la justicia, a pesar que sabía que la pena que le habían impuesto era abusiva y le condenaba, en los hechos, hasta el fin de su vida.

Hizo ello con el objetivo de movilizar a la opinión pública, sacar cara por su reputación y la de su partido, y buscar revertir esa persecución para lograr luego una futura victoria.

García, es 4 años menor que Lula, 11 años menor que Alberto Fujimori y 15 años menor que Abimael Guzmán (el líder senderista preso desde 1992 y con cadena perpetua).

Empero, a diferencia de ellos, García nunca quiso dormir en una prisión. Desde ella, al igual que esos otros casos, él bien pudo haber escrito sus memorias y otros escritos, organizar su defensa y revitalizar a su partido.

Al dispararse García quiso disparar contra los fiscales que le investigan para que se genere una conciencia nacional en favor suyo y de paralizar los procesos en su contra y los de otros ex mandatarios y ex ministros.

De allí que una de las personas que más haya saludado el martirologio de Alan sea Susana Higuchi, la madre de Keiko Fujimori, quien sigue presa, al igual que su ex marido Fujimori.

Se ha declarado un duelo nacional de tres días y muchos políticos asociados con la corrupción, especialmente del fujimorismo y del aprismo, ahora quieren aprovechar ello para pasar a la contraofensiva y pedir acciones contra quienes querían procesar a García y quieren seguir limpiando al país de la corrupción.

Futuro del APRA

El problema está ahora en qué va a poder pasar con el APRA, un partido que tiene una bandera y escudo similar al del Partido Socialista de Chile, en cuya misma internacional socialdemócrata se encuentra.

Al igual que García, Michelle Bachelet ha sido la única socialdemócrata sudamericana viva que fue reelecta en dos mandatos no consecutivos. Mientras ella ahora es la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, García estaba lleno de acusaciones por violar éstos y por sobornos.

El primer presidente que tuvo el partido socialista chileno, Salvador Allende, se suicidó en 1973 (o lo suicidaron) mientras luchó con el fusil en la mano para defender su mandato constitucional frente a un golpe militar que bombardeó su palacio de gobierno.

Debido a ello se ha convertido en un símbolo mundial.

En cambio, García, al suicidarse, no será recordado como un héroe al estilo de Allende. Tampoco va a inspirar a la militancia aprista a que siga la tradicional mística de aguantar persecuciones o cárceles.

En la forma que García decidió acabar con su vida es que se habrá inmortalizado pero no como la encarnación del luchador o de un hombre con templo de acero.

Él será recordado como el hombre que prefirió matarse antes que enfrentar a la justicia por graves denuncias morales.

Su partido no ha de sacar provecho de su figura, y, más bien, puede que acabe dividiéndose o disgregando.

El disparo que se ha dado Alan, en realidad, no solo le ha matado a él sino que puede terminar sepultando al aprismo, el cual fuera el partido más importante que haya tenido el Perú en toda su historia.

(*) Politólogo economista e historiador formado en la London School o Economics donde enseñó política latinoamericana; analista internacional

Fuente: Alainet

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Suicidio de Alan García y justicia

Iván Salas Rodríguez (*).

Dramático y lamentable el suicidio del ex presidente Alan García Pérez, pienso en el inmenso dolor de su madre, esposa e hijos. Esta decisión de no afrontar sus investigaciones penales y dispararse un tiro en la cabeza, será motivo de análisis psiquiátricos especializados en el tema.

A pesar de mis discrepancias políticas expresadas en forma pública, creo sinceramente que hay un nivel mínimo de humanismo que considerar en estas circunstancias, sobre todo por el respeto al dolor de sus seres queridos.

No estoy de acuerdo con protestas irresponsables de allegados al ex presidente, quienes con sus discursos altisonantes pueden generar mayor polarización social al afirmar que este suceso trágico tiene como causa la labor del periodismo de investigación, así como de los jueces y fiscales encargados de investigar los casos de megacorrupción que afectan a los últimos presidentes de la república y sus allegados.

NO, el periodismo, los jueces y fiscales vienen investigando conforme a ley, casos de corrupción que afectan la vida y bienestar de la población peruana.

Compatriotas que esperan una operación de emergencia en pasadizos de hospitales carentes de camas y personal por la falta de presupuesto; maestros y trabajadores jubilados con sueldos miserables de 350 a 450 soles (150 dólares); criaturas con anemia o desnutrición crónica; rebrote de tuberculosis; 1’400,000 jóvenes de 14 a 29 años que no estudian ni trabajan, expuestos a conductas riesgosas como: alcoholismo drogadicción y pandillaje; padres de familia desesperados porque su ingreso familiar no les alcanza para cubrir sus gastos elementales de alimentación, salud, vivienda y la educación de sus hijos; productores agropecuarios abandonados, sobreviviendo en las alturas por el escaso presupuesto para el sector agropecuario (3%); escuelas y colegios desmantelados con niños estudiando en la intemperie; incremento de brutales accidentes (incendios en buses, accidentes en carreteras por la anomia reinante, corrupción e impunidad); líderes campesinos asesinados en protestas sociales frente al abuso de empresas con mucho poder económico y político ante un Estado complaciente, etc.

Estos hechos nos deben dejar lecciones reflexivas para el futuro:

1° Si alguna vez la generosidad popular te elige para un cargo público, asúmelo con humildad, responsabilidad, honestidad, compromiso y mística de trabajo. Evita el egocentrismo exacerbado, recuerda que el poder es temporal, los seres humanos somos aves de paso dentro o fuera de la política.

2° Por mayores que sean tus problemas personales o familiares, nunca pienses en quitarte la vida, piensa en el inmenso dolor que ocasionarás a tus seres queridos. Ora, serénate y acude a un terapeuta.

De José Carlos Mariátegui (ilustre intelectual de izquierda, en mi opinión lo más grande en el Perú y la América Latina de su época) y de Alfonso Barrantes Lingán (ex alcalde de Lima, presidente de Izquierda Unida en los años 80), aprendí a discrepar poniendo toda la energía en ideas fundamentadas, evitando el odio patológico.

En esta perspectiva, como militante de izquierda, expreso mis condolencias a la familia y militantes del partido Aprista Peruano.

Culmino reafirmando mi absoluta convicción de que los esfuerzos por lograr la Justicia en el Perú, deben continuar.

(*) Sociólogo, columnista periodístico.

Fuente: Alainet

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Triste, solitario final para Alan García

por Mariana Álvarez Orellana (*).

El Poder Judicial ordenó este miércoles la detención preliminar del dos veces ex presidente peruano Alan García (1985-1990 y 2006-2011) a raíz de su relación con la empresa Odebrecht, una de las principales protagonistas del Caso Lava Jato, tras lo cual el exmandatario decidió dispararse en la cabeza antes de su detención.

A medianoche, el fiscal José Domingo Pérez había notificado a la Policía sobre una orden judicial de allanamiento, descerraje, registro domiciliario y detención preliminar dictada por el juez Juan Carlos Sánchez Balbuena, contra el expresidente Alan García Pérez y otros ocho investigados por caso de sobornos de la empresa Odebretch.

Efectivos de la Policía de Investigaciones de Alta Complejidad (Diviac) y un representante de la Fiscalía de Corrupción de Funcionarios llegaron a las seis de la mañana a la casa de Alan García en Miraflores y, le informaron al expresidente que están procediendo a ejecutar la orden judicial de detención preliminar en su contra.

García recibió la noticia en las escaleras que conecta al segundo piso. Notifica que iba a llamar a su abogado y se encierra en su habitación, donde se pega un tiro.

El también líder del Partido Aprista fue investigado por el despacho del fiscal del equipo especial Lava Jato José Domingo Pérez por el Decreto de Urgencia 032-2009 y los aportes de la compañía brasileña a su campaña presidencial del 2006.

Un día antes, en una larga entrevista con RPP Noticias, el ex presidente de la República señaló:

“Confío en la historia. Soy cristiano. Creo en la vida después de la muerte. Creo tener un pequeño sitio en la historia del Perú», «Es una situación fea y si la patria llega a convencerse de que tengo algo de qué pagar, pues es la patria… Así como la he servido y he hecho cosas por ella, yo no estoy aquí para refunfuñar y odiar”, señaló a RPP.

Tras el fallecimiento surgieron diversas interrogantes sobre la continuidad del proceso en contra suya y contra otros implicados por el presunto pago de coimas de la constructora brasileña Odebrecht. Para, el abogado penalista Carlos Caro, la muerte del expresidente significará el archivamiento de todos los procesos en su contra.

“Según la ley, murió siendo inocente. La presunción de inocencia solo se quiebra con una sentencia condenatoria firme, que no ha existido en este caso. Él murió, literalmente, siendo inocente», dijo Caro a Gestión.pe.

Este archivamiento no implicará que los procesos contra los demás imputados se detengan. Exfuncionarios del gobierno aprista como Enrique Cornejo, Luis Nava y Miguel Atala, con orden de detención preliminar, podrán ser procesados con normalidad. El proceso penal implica la no afectación de su patrimonio. Sin embargo, el Ministerio Público podría iniciar un proceso de extinción de dominio en caso la investigación determine que existen bienes de origen ilícito dejados por Alan García.

García tenía prohibido salir del país desde noviembre, mientras era investigado por colusión, lavado de dinero y tráfico de influencias ligadas a la concesión a Odebrecht de la construcción de la línea 1 del metro de Lima.

Gracias a un acuerdo de colaboración entre los investigadores y la constructora, firmado el 14 de febrero, la empresa ha entregado nuevas pruebas de sobornos a altos cargos en Perú.

Las más recientes, divulgadas por el medio digital IDL-Reporteros y el diario El Comercio, prueban que Odebrecht entregó al menos cuatro millones de dólares a quien fue la mano derecha de García durante su Gobierno, el exsecretario de la Presidencia y exministro Luis Nava, hoy internado en una clínica local.

Los cuatro exmandatarios que han gobernado desde 2001 están bajo investigación de la Fiscalía por sus vínculos con Odebrecht por haber recibido sobornos o aportaciones no declaradas en sus campañas electorales. Dos de ellos ya han pisado la cárcel por este motivo: Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, mientras Alejandro Toledo sigue prófugo.

También cumple prisión preventiva por 36 meses, desde octubre pasado, la dos veces excandidata presidencial Keiko Fujimori, investigada por lavado de activos, procedentes de la contabilidad paralela de Odebrecht. Su padre, el dictador Alberto Fujimori, cumple una condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad, robo y corrupción.

Las investigaciones de la trama de Odebrecht en Perú requieren desentrañar operaciones de triangulación financiera que usan la banca tradicional y firmas radicadas en paraísos fiscales que esconden el rastro del dinero y los destinatarios finales.

Odebrecht tenía en Brasil un Sector de Operaciones Estructuradas (léase departamento de sobornos), que registraba con precisión, en un sistema llamado Drousys-MyWebDay, cada monto transferido a cuentas bancarias o firmas. Las anotaciones incluían el alias o apodo de los destinatarios relacionados con cada obra pública o cada campaña electoral.

De socialdemócrata a feroz anticomunista

En 1985 Alan llevó por primera vez al gobierno al APRA, el más antiguo y mejor organizado partido peruano, antiimperialista, con vínculos iniciales con la Internacional Comunista, para convertirse con el pasar de los años uno de los grupos más anticomunistas del país. Su primer gobierno fue progresista, con subsidios a las clases menos beneficiadas y con un intento de no pago de la deuda externa y de nacionalización de la banca.

A la vez, fue duro en la llamada guerra popular de Sendero Luminoso, y se le acusa de ordenar la muerte de más de 300 militantes, muchos de ellos ya detenidos, al tiempo que organizaba en Lima el primer congreso de la Internacional Socialista 8socialdemócrata) en América. Se lo recuerda también por ser responsable de una de las mayores hiperinflaciones del país.

Al final de su gobierno apoyó la candidatura de Alberto Fujimori, quien desde la presidencia y luego como dictador puso en marcha durante una década un programa neoliberal de shock monetarista, privatizador y de dura represión popular, bajo el manto de la guerra antiterriorista.

.Alan García retornó al poder en 2006, llamando a la unidad de las derechas, aplicando las recetas del Fondo Monetario Internacional, en alianza con los grandes empresarios. Su compañera de fórmula en 2016 fue la socialcristiana Lourdes Flores, su opositora durante el primer gobierno, pero apenas logró el cinco por ciento de los votos. Sus partidarios en el Congreso se aliaron a los fujimoristas.

El tiro del final del 17 de abril de 2019 ocurre en un Perú sacudido por una gran revuelta contra todos los casos de corrupción. Desde sus filas hay quienes quieren considerarlo un mártir de la persecución judicial por los hechos de corrupción. Durante años él supo evitar la cárcel y torturas a la que fueron sometidos varios de sus colaboradores apristas, por motivos políticos. Pero esta vez intuyó que su detención, era el final: no podía contar con evidencias que lo exculparan ni con apoyo popular para seguir la lucha.

Lavado de activos, colusión y tráfico de influencias

En marzo de 2017, la procuraduría ad hoc para el Caso Lava Jato anuncia la presentación de una denuncia contra el expresidente Alan García, el exministro de Transportes y Comunicaciones Enrique Cornejo y el ex director ejecutivo de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE) Oswaldo Plascencia por el caso de la concesión del metro de Lima.

El fiscal Hamilton Castro dispuso el inicio de la investigación por presunto tráfico de influencias por los sobornos de Odebrecht para la adjudicación de los tramos 1 y 2 de la Línea 1 del metro de Lima. El diario El Comercio reveló que se reunió oficialmente cinco veces con Marcelo Odebrecht, ex CEO de la constructora brasileña.

En agosto, García defendió las donaciones que recibió la ONG presidida por su ex esposa Pilar Nores entre los años 2006 y 2010 por parte de Odebrecht. En noviembre de 2017 Marcelo Odebrecht, reveló a los fiscales peruanos que lo interrogaron en Curitiba (Brasil) que las iniciales «AG», escritas en su agenda celular, se refieren a Alan García, quien negó haber sido contratado como conferencista por Odebrecht y aseguró que sus ingresos fueron investigados a nivel del Ministerio Público y el Congreso.

En marzo de 2018, Jorge Barata (de Odebrecht) reveló que el ex ministro del Interior del segundo gobierno aprista Luis Alva Castro recibió de sus amos 200.000 dólares para la campaña presidencial de Alan García en el 2006. Tres meses después, el fiscal José Domingo Pérez abrió una investigación preliminar a tres expresidentes en el marco del Caso Odebrecht: Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuczynski y Alan García, a causa de aportes a sus organizaciones políticas.

En junio de 2018 el abogado Erasmo Reyna, defensor legal de García, interpuso una denuncia penal por prevaricato ante el Ministerio Público contra el fiscal José Domingo Pérez (declarada infundada por la Segunda Fiscalía en lo Penal), porque “cuando él inicia la investigación contra Alan García, él hace uso de lo obtenido en Brasil, que es una documentación obtenida al amparo de una cooperación internacional», justificó.

En noviembre, Alan García acude a la fiscalía para ser interrogado por el fiscal Pérez como parte de la investigación que le sigue por la adjudicación de la línea 1 del metro de Lima (tramos 1 y 2) a Odebrecht, y tras abandonar el despacho del fiscal señala que la diligencia se suspendió.

El mismo día, el fiscal Pérez solicita que se ordene impedimento de salida del país para el líder aprista, quien, ante la inminencia de su detención, solicita asilo diplomático a Uruguay, que la rechaza el 3 de diciembre.

El 10 de diciembre la Sala Penal de Apelaciones Anticorrupción del Poder Judicial amplía de 12 a 18 meses el impedimento de salida del país contra Miguel Atala, quien habría recepcionado dinero de Odebrecht en cuentas de Andorra. Al ex funcionario de Petro-Perú del segundo gobierno aprista se le atribuye haber recibido depósitos de Klienfeld Service LTD y de Coher Coher Investment hasta por la suma de un millón 321.766 dólares durante los años 2007 y 2008.

El 18 de febrero de este año, el procurador ad hoc del Caso Lava Jato, Jorge Ramírez, sostuvo -tras interrogar a Marco Queiroz Grillo, generador de fondos de la Caja 2 de Odebrecht- que “es evidente” que el contrato que se le hizo a Alan García para el pago de 100.000 dólares por una conferencia que ofreció en mayo del 2012 en Sao Paulo (Brasil) fue “simulado”.

Poco después el abogado brasileño José Américo Vieira Spinola confesó al fiscal Pérez que su estudio jurídico le pagó 100.000 al expresidente García por una conferencia por una orden de la constructora Odebrecht.

El 17 de abril, el abogado del ex presidente Alan García informó que éste se pegó un tiro en la cabeza antes de ser detenido por la policía en su domicilio, en medio de acusaciones de haber recibido un pago ilegal de la constructora brasileña Odebrecht.

Triste, solitario, final.

(*) Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente: Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico

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