Por más que el sistema mediático lo omita, los nombres de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, forman parte irrevocable del núcleo más emblemático de la corrupta relación entre el dinero y la política, en la república neoliberal.
No obstante ello, o más bien por lo mismo, el sistema judicial chileno, conformado por el Ministerio Público y los Tribunales de Justicia, se alineó disciplinadamente en un comportamiento que desembocó en una irrisoria pena remitida, sólo por delito tributario.
Resultado neto: hoy Délano y Lavín se dan la gran vida que les permite el disfrute de su fortuna, sin ya tener que trabajar.
Si -comparada con la conducta de ese mismo sistema judicial en La Araucanía- no se trata de justicia de doble estándar, o más bien de clase, entonces qué puede serlo.
Encima, se dan el lujo de hacer pucheros ante las clases de ética empresarial, otro de los «castigos» que les endosó el aquiescente sistema judicial chileno.
Cumpleaños en París y caballos en Nueva York: así viven condena dueños de Penta antes de ir a curso de ética
Por Jorge Molina Sanhueza.
A la revisora del Centro de Reinserción Social de Gendarmería, Carlos Alberto Délano le mostró fotos de él junto su familia celebrando en la ciudad luz y que viajó a la gran manzana para ver cómo el pura sangre de su compañero, Carlos Eugenio Lavín, corría en el hipódromo.
Délano sigue repitiendo que el exgerente general Hugo Bravo es el responsable de todo. Lavín, en dos informes emitidos al Octavo Juzgado de Garantía de Santiago por el servicio de prisiones, ha mostrado falta de motivación para concurrir al curso de ética empresarial que ordenó el tribunal -en modalidad cerrada- en la Universidad Adolfo Ibáñez que se inicia el 4 de abril y se extenderá hasta diciembre.
Asegura que este último es muy largo, que le quitará tiempo para sus actividades personales y que no podrá salir de Santiago o de Chile por más de una semana. Ninguno de los dos internaliza aún que cometió un delito grave y aseguran que se ensañaron con ellos cuando la justicia los condenó a 4 años de libertad vigilada y los obligaron a pagar, entre ambos, más de 800 millones de pesos como autores de delitos tributarios y aportar ilegalmente a los políticos de la derecha.
Procedimiento abreviado con libertad vigilada y reconocer autoría en delitos tributarios o un largo y desgastante juicio oral de final incierto.
Esas eran las opciones que enfrentaban en 2018 los dueños de Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín con la Fiscalía Oriente.
Los empresarios, por recomendación de sus abogados, prefirieron la primera chance y el pago de una multa -mitad y mitad- de poco más de 857 millones de pesos como perjuicio fiscal. Así quedó refrendado el 9 de julio de pasado, cuando el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago emitió su sentencia de 4 años para los hombres de negocios. No fue lo único.
“Los Carlos” debían, además, cumplir con la asistencia a un curso en la Universidad Adolfo Ibáñez de ética empresarial que les costará 30 millones de pesos. A lo anterior se sumó una intervención y seguimiento por el Centro de Reinserción Social (CRS) de la zona oriente para modificar “distorsiones o cogniciones antisociales que justifiquen la comisión de delitos económicos”.
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Por lo anterior, ambos se han sentado frente a las profesionales de Gendarmería, quienes han trabajado con ellos la “motivación” para que asistan al curso “cerrado” que preparó la casa de estudios los viernes de cada semana, que comienza el próximo 4 de abril y se extenderá hasta diciembre.
En el informe correspondiente a Délano, fechado en noviembre de 2018 y firmado por la delegada de Libertad Vigilada Disa Oxa Gallegos y la supervisora técnica María Carreño Cañas, se observa que el empresario se enojó cuando le leyeron cómo sería su plan “educativo”.
“Delegada debe pedirle que no se ofusque y la deja hablar para avanzar en la lectura del plan. Solo se pudo leer la propuesta (…) ya que algunos rasgos obsesivos y abstracciones selectivas del discurso, hicieron difícil el diálogo”, se lee en el documento.
Un segundo informe al que accedió este medio, que data del 4 de marzo pasado, reveló que Délano estuvo junto a su familia en París celebrando su cumpleaños.
De hecho, a la interventora de Gendarmería le mostró fotos celebrando en la ciudad luz.
Luego, la profesional le preguntó por qué viajó tan repentinamente a Estados Unidos: Délano respondió que su “compañero de causa”, Carlos Eugenio Lavín, lo invitó “para ver correr a su caballo”.
“Se conversa sobre el curso de ética, menciona las vacaciones. Se le explica que debe ajustarse al tiempo del delegado y que está cumpliendo condena”, escribió la especialista del servicio de prisiones.
Frases sueltas
Délano asegura que “los viajes lo hacen pensar” y se autodenomina “una máquina de dar empleo” y que le duele analizar el concepto “egoísmo”.
“Me he equivocado y nunca saco un peso para mí. Manifiesta que no desea seguir siendo empresario (…) que se ha sido injusto con él”, se lee en el informe.
Oxa asegura que trabaja la motivación del empresario, con miras a modificar comportamiento para que internalice la comisión del delito y que examine el daño que provocó en su grupo familiar.
Délano le pide su interventora: “no me perjudique, yo no me parezco a Carlos Eugenio”.
La profesional escribió que, pese a que asumió la responsabilidad de los delitos en la justicia -accediendo a una pena sustitutiva-, Délano sigue creyendo que el exgerente de Penta, Hugo Bravo, es el único responsable.
Este último es el fallecido ejecutivo que, con miras a obtener una colaboración sustancial en la indagatoria que se inició en 2014, reveló toda la mecánica de Penta para evadir impuestos, entregando aportes ilegales a los políticos de la derecha.
Manos vacías
Carlos Eugenio Lavín, en tanto, ha hecho ironías. En uno de los documentos del CRS, se lee que al llegar a una de las sesiones le dijo a su interventora:
“Vine sin cuaderno, con las manos vacías”.
“Se aprecia ausencia de juicio crítico respecto del rol de ambos en el grupo empresarial donde se cometieron delitos”, se lee en el informe.
En otra fiscalización de la condena, fechada el 29 de noviembre de 2018, Oxa fue clara:
Lavín “muestra disconformidad frente a la duración del curso, señalando según sus propias palabras, sentirse privado de libertad, ya que no podrá programar ningún tipo de actividad fuera de Santiago o del país por más de una semana mientras se estén impartiendo las clases”.
“Muestra de esta forma, tendencia a externalizar consecuencias respecto de la aceptación de la responsabilidad frente al tribunal”.
En la revisión fechada el 28 de febrero pasado, Lavín vuelve a manifestar su molestia por el curso al que debe concurrir.
“Se observa una resistencia (por segunda vez) en relación a la frecuencia de las clases semanales (…) lo que implicará, entre otros aspectos, una restricción de sus tiempos semana a semana para realizar actividades personales”.
No todo es negativo según los informes. Por ejemplo, ambos llegan puntuales a las entrevistas, “mostrando sentido de responsabilidad”.
Lea los informes completos
Fuente: Radio Bío Bío
El curso de ética empresarial que se impartirá a Délano y Lavín
Los dueños del grupo Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, realizarán el curso de ética empresarial en la Escuela de Postgrado de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI).
Los empresarios fueron condenados en julio pasado por delitos tributairos a cuatro años de presidio, con el beneficio de libertad vigilada intensiva. También fueron sentenciados a pagar una multa de 857 millones de pesos, cada uno, lo que corresponde al 50 por ciento del valor de los impuestos eludidos.
La justicia, además, condenó a Délano y Lavín a realizar un curso de ética empresarial de 100 horas, las que se desarrollarán entre el 4 de abril y el 13 de diciembre de 2019, los viernes entre las 09:30 y 12:30 horas, publicó La Tercera este sábado.
En el informe de Gendarmería, enviado al Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, detallan que las clases «contemplarán dos módulos: a) Ética General Aplicada y b) Responsabilidad Social Empresarial y Ética de los Negocios».
«En cuanto a la metodología de estudio, esta estará centrada en el desarrollo del pensamiento crítico a partir de la realización de clases, instancia en la que se promoverá la discusión y participación activa del Sr. Carlos Délano y el Sr. Carlos Lavín», detalla el texto divulgado por el matutino.
La Univerisdad, en tanto, deberá emitir «informes a los delegados, cada tres meses, de los avances y/o obstaculizadores del curso».
Las clases en la UAI tienen un costo de 30 millones de pesos y, según el informe de Gendarmería, será pagado por Délano y Lavín.
Asimismo, Gendarmería detalló que «previo al inicio del curso, el delegado a cargo tendrá reuniones con el equipo docente para dar a conocer el objetivo ligado al área de actitud y orientación procriminal, además de asistir a supervisar al penado en el desarrollo del curso».
El decano de la Facultad de Artes Liberales de la UAI, Francisco Covarrubias, explicó que este curso «se trata de una adaptación del curso de ética que todos los estudiantes de la UAI (de todas las carreras) tienen en su programa Core Curriculum, desde hace tres años».
«Este curso consta de una revisión, lectura de autores y discusión en grupos pequeños, de las tres corrientes clásicas de la ética (de las virtudes, utilitarismo y deontológica). En este caso, se le han agregado algunos aspectos legales y empresariales aplicados», detalló Covarrubias.
Las clases de ética, que tendrán la participación de 15 profesores de planta con doctorado, se impartirán sólo para los dueños de Penta.
La Tercera relató que, antes de concretarse el curso en la UAI, Gendarmería pidió a las universidades de Chile y de Talca conocer sus programas, entre otras casas de estudio.
Fuente: Radio Cooperativa