Muestras de ADN que no corresponden al sexo de los atletas, uso de sal y café en polvo, implicación de los servicios secretos del estado ruso e instrumentos ‘quirúrgicos’ para manipular pruebas: estas son algunas de las ‘curiosidades’ arrojadas por el Informe sobre el dopaje en Rusia y su apoyo oficial, realizado bajo la catedrático canadiense Richard McLaren, a instancias de la Agencia Mundial Antidopaje.
{source}
<script async src=»//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js»></script>
<!– Banner Articulos –>
<ins class=»adsbygoogle»
style=»display:block»
data-ad-client=»ca-pub-2257646852564604″
data-ad-slot=»2173848770″
data-ad-format=»auto»></ins>
<script>
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
</script>
{/source}
Grigori Rodchenkov es considerado la pieza angular de la trama. Antiguo director del laboratorio antidopaje de Moscú y del de los Juegos Olimpicos de Invierno de Sochi 2014, fue ampliamente reconocido por sus aportaciones a la detección de sustancias prohibidas.
Sin embargo y según el informe, parelamente desarrollaba el cóctel dopante ‘Duquesa’.
Tras su labor en Sochi, en cuyo laboratorio funcionó una trama de eliminación de positivos según el informe McLaren, Rodchenkov fue condecorado por Vladimir Putin, presidente de Rusia, con la Orden de la Amistad.
Rodchenkov, a quien atribuye en el informe McLaren la categoría de agente del FSB (servicio secreto ruso), se estableció en 2015 en Estados Unidos y desde allí empezó a dar detalles de la trama. En 2016 fallecieron repentinamente Nikita Kamayev y Vyacheslav Sinev, presidente y director ejecutivo de la RUSADA, Agencia Rusa Antidopaje.
El Duquesa y su pequeña ventana de detección
Rodchenkov creó su ‘cóctel’ con derivados de la testosterona aunque luego fue evolucionando hasta convertirse en un cóctel de esteroides. Se ingería disuelto en whisky o vermut. Su ventana de detección máxima era de cinco días.
El ‘sistema de seguridad’: una herramienta quirúrgica.
Un segundo sistema se dedicaba a alterar las muestras una vez analizadas si daban positivo. Primero en Sochi, en una práctica que luego continuó en Moscú, si el positivo quería ocultarse el positivo se ocultaba o se manipulaba sobre todo la muestra B. Al efecto se creó una herramienta especializada para abrir los tapones sellados de las muestras.
Se describe como de unos 10 centímetros de largo, similar a un instrumento de dentista, con mango y parte fina metálica que puede doblarse en varios ángulos». Sin embargo, aun así esta herramienta dejaba pequeñas señales en el envase. El informe alude a la colaboración del FSB en su desarrollo.
Sal, nescafé y ADN cambiados.
Una vez accesible la muestra de orina, se podían emplear sustancias como el agua, la sal y el café en polvo para conseguir que la muestra B fuera homogénea con la A en color y densidad, aunque se daban algunas imperfecciones: tres muestras -de medallistas- presentaban niveles de sal imposibles en un ser humano, y dos jugadoras de hockey sobre hielo presentaban ADN masculino.
El ministro Mutkó y el presidente ruso, Vladimir Putin
Mutkó, el ministro ascendido
El informe McLaren apunta a la colaboración en el sistema de las más altas instancias del Estado Ruso -El dopaje «recibió el apoyo de altos funcionarios rusos, incluyendo el ministro y viceministro de Deportes»-.
Se da el caso de que Vitaly Mutkó, ministro de deportes durante el periodo investigado (hasta 2011 abarcan las investigaciones, aunque se afirma que no se puede saber en qué momento se inició el sistema) y al que el COI prohibió asistir a los Juegos Olímpicos de Rio, fue promovido a viceprimer ministro el pasado octubre.
«No me sorprende», dijo Richard McLaren lacónicamente al ser preguntado sobre ello. El informe añade que «se puso en marcha una conspiración institucional en los deportes de invierno y de verano con la participación del ministerio de Deportes y sus servicios como la agencia rusa antidopaje y los laboratorios antidoping de Moscú, al lado del FSB, con el fin de manipular las pruebas».
Un millar de implicados y 30 deportes
El informe, que no da nombres, alude a un millar de deportistas rusos y a 19 extranjeros, y abarca una treintena de deportes, entre ellos el fútbol, del que Rusia acogerá el mundial en 2018.
El COI recomendó a sus Federaciones Internacionales afiliadas que no organizasen competiciones en Rusia.
Sin embargo, el Mundial no parece correr peligro.
El ministro Mutko, por cierto, es también presidente de la Federacion Rusa de Fútbol y del Comité Organizador del Mundial.
{source}
<script async src=»//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js»></script>
<!– Banner Articulos –>
<ins class=»adsbygoogle»
style=»display:block»
data-ad-client=»ca-pub-2257646852564604″
data-ad-slot=»2173848770″
data-ad-format=»auto»></ins>
<script>
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
</script>
{/source}
Fuente: Marca
