Más de cien participantes tuvo la tercera versión de los Juegos Florales de Poesía 2016, organizado por la Agrupación Cultural Mil Tambores, de Valparaíso. La ganadora fue Victoria Herreros Schenke, emergente poetisa de 28 años, con una sobria, profunda y eficaz oda a la ausencia irremediable.
El jurado del concurso estuvo integrado por Silvia Manríquez, Víctor Rojas y Juan Huesbe.
Victoria Herreros Schenke, nace en Santiago el año 1988. Pasa su infancia y juventud en Chiloé, cuya geografía, cultura y atmósfera inspiran gran parte de su obra.
Desarrolla un interés literario desde muy temprana edad, gracias a la educación del colegio experimental al que asistió en la isla, en el que impartían como asignaturas teatro y literatura, esta última dictada por poetas y escritores locales.
Antes de cursar la enseñanza media, participa de talleres literarios impartidos por la casa de la cultura de Ancud, y logra algunos reconocimientos en concursos literarios locales, sin embargo, el interés real por escribir lo desarrolla en la edad adulta.
Actualmente es la ganadora del primer lugar del concurso literario «Juegos Florales» del Carnaval de los Mil Tambores de Valparaíso y participa del colectivo poético Orgasmar, de Puerto Montt, donde se dedican a organizar actividades culturales y lecturas de poesía.
Recientemente realizó junto a Orgasmar una gira poética autogestionada, por algunos lugares de Chile, como Valparaíso, Santiago, Chillán, Victoria, Temuco y Lautaro, y actualmente se encuentran trabajando en dos antologías poéticas, una del sur de Chile y la otra con circulación en Argentina, además del proyecto multidisciplinario «Vendaval Sur arte», en el cual integran distintas disciplinas artísticas además de la poesía, como teatro, danza, fotografía, ilustración, música, y pintura.
Beatriz
En esta casa
todos los espejos están rotos,
desde que no estás,
nos reflejamos desfigurados y por partes,
tus bellas fotografías ocupan su lugar,
pero están malogradas y descoloridas,
como un viejo recuerdo con medio cuerpo en el olvido,
porque tu nombre no se pronuncia,
porque tu ausencia nos acompaña desde lejos,
pero implacablemente,
porque un pájaro gris vino una noche a buscarte
y se desangró por los ojos,
porque le sostuviste la mirada,
hasta que ciego se azotó contra todo lo que se podía trizar.
En esta casa,
todas las ventanas están quebradas,
las dejamos así,
porque te esperamos con ansias,
pero tu recuerdo póstumo
se fractura pisando los cristales desperdigados
porque el retorno es una mera ilusión, en la que insistimos en creer,
nadie retorna, menos tú,
porque el pájaro gris te vigila con ojos rojos desde lo eterno,
porque las tumbas, son prisiones infinitas y absolutas,
porque no cerraste los ojos antes lo inminente
porque no te queda carne en los huesos,
y porque
desde que no estás
tu nombre no se pronuncia,
tu nombre no se pronuncia,
Beatriz.