Mientras la diputada comunista afirmó que el proyecto de reforma a la educación superior del Gobierno «impone una visión tecnócrata de la educación superior», los estudiantes de la CONFECh convocaron a una nueva jornada de movilización para el 28 de julio.
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La diputada comunista Camila Vallejo criticó la «visión tecnocrática» que, a su juicio, modela el proyecto de reforma a la educación superior del Gobierno, que la ha hecho objeto de críticas de parte de quienes deberían apoyarla.
Vallejo señaló que el Gobierno no está en condiciones de «exigir un apoyo ciego a una reforma que está siendo criticada por todos y que requiere profundas modificaciones, las que implican cambios a la lógica de financiamiento que se está imponiendo», que se vincula con el crecimiento económico.
«Es extraño que pasemos de una gratuidad universal en seis años (como se anunció en campaña), a la gratuidad en 50 ó 70 años. Hay un legítimo cuestionamiento a la voluntad de Hacienda para avanzar en la gratuidad», apuntó.
La ex presidenta de la FECh señaló que el Ejecutivo debiese apuntar a una «inversión social» en vez de una «lógica de ahorrar hasta que las vacas estén raquíticas».
A la vez, buscar respaldo con un acuerdo social y político que implique «despejar el avance de la gratuidad, que aún es confusa y hace imponer una visión tecnócrata de la educación superior».
«Habría que definir los aliados estratégicos, y ellos están del lado de quienes piden cambios estructurales para las instituciones fundamentales del país», señaló Vallejo, lamentando que el actual proyecto no haya recogido las demandas de aquéllos, lo que «detonó las críticas de los sectores que debiesen ser aliados para una reforma de esta envergadura»
En tanto, las discusiones al interior de Nueva Mayoría Vallejo las ve como «algo necesario» en función de evaluar la proyección del conglomerado.
Desde la visión del Partido Comunista, «no vamos a bajar los brazos en esta pelea para que los proyectos salgan bien lo más apegados al programa».
La diputada del PC apunta sus dardos especialmente a la decisión de la Nueva Mayoría de mantener el Crédito con Aval del Estado (CAE).
“Nos presentaron la reforma hace poco tiempo, en el cónclave que hizo el Mineduc, donde se citó a congresistas y jefes de bancada de la Nueva Mayoría”, sostiene la legisladora en referencia a la instancia donde los partidos acordaron fortalecer la educación pública.
Sin embargo, grande fue la sorpresa cuando los rectores criticaron fuertemente la propuesta, porque “lo que se debió recoger de ese cónclave no se recogió, y eso detonó las críticas de los sectores que debiesen ser aliados para una reforma de esta envergadura”.
En ese sentido, explica que su partido advirtió al gobierno que debía tomar un camino claro y que en una reforma que toca muchos intereses “había que definir a los aliados estratégicos”, añadiendo que lo que ocurrió fue que “si bien hubo debate prelegislativo, no dio los frutos esperados y los actores no pudieron incidir como esperaban”.
La legisladora oficialista le solicita al Ejecutivo que se abra a modificaciones que solo pueden ser hechos desde esa instancia y a los cambios que el Congreso pida para viabilizar lo comprometido “que es garantizar un derecho a la educación”.
En ese sentido, Vallejo sostiene que hay cuatro puntos del proyecto que requieren una “cirugía mayor” como es la construcción de un sistema público fuerte, de excelencia y nacional, lo cual implica crear un fondo para expandir al sector estatal.
El segundo punto al que hace referencia es el de la política para el sector privado, que recibirá recursos públicos, lo cual a su juicio “hay que exigirles requisitos democráticos. No solo acreditación y ausencia de lucro, sino que pluralismo y libertad de cátedra” para evitar que se “legalice una igualdad de trato entre instituciones privadas y estatales, como plantea el proyecto”.
El tercer punto al que se refiere la diputado es el del endeudamiento a través del CAE, indicando que “hasta el gobierno de Piñera propuso cambiar el Crédito con Aval del Estado (CAE) y eliminar la banca privada. No digo que esa sea la solución, pero hasta la derecha tuvo consenso para hacerlo, y no puede ser que el gobierno de la Nueva Mayoría, que se propone consagrar la educación como un derecho, mantenga el CAE”.
El último punto hace referencia a la gratuidad, donde Vallejo señala que es una falacia diferenciar “entre el cumplimiento de la gratuidad universal y el fortalecimiento a la educación pública”, donde una solución podría ser el aumento de la matrícula y recursos a ese sector, a través del traspaso de estudiantes “de instituciones privadas que, porque lucran, debería ir cerrando o reduciéndose, porque no podemos legitimarlas”.
En cuanto a un sector de la Nueva Mayoría que habría redactado la reforma de una manera tecnócrata y que estaría representada por los ministros Nicolás Eyzaguirre (Segpres) y Rodrigo Valdés (Hacienda), la diputada precisa que “aquí existe una religión neoliberal, que dice que la receta incuestionable es ahorrar en periodos de abundancia para cuando las vacas estén flacas. Pero cuando llegan las vacas facas, sigue la lógica de ahorrar, hasta que las vacas estén raquíticas”.
A su juicio, tal mirada ha sido cuestionada en el mundo, ya que “muchos países que han estado en crisis económica en vez de hacer reducción fiscal, hacen inversión social, sobre todo en educación”.
Por lo tanto, explica la existencia de una batalla de ideas entre estas dos miradas que “algunos ven esto como una crisis política y falta de gobernabilidad, pero yo lo veo como algo necesario” para ver cómo se proyecta la coalición, por lo que en ese debate “seguirá ocurriendo, como en la Ley de Presupuestos”.
“Hay un llamado transversal a acordar la educación que queremos, pero también hay que comprender que cada sector argumentará según su posición de clase”, afirma y agrega que “no vamos a bajar los brazos en esta pelea para que los proyectos salgan bien, lo más apegados posibles al programa”.
Estudiantes anuncian nueva marcha en rechazo a la reforma educativa
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La Confederación de Estudiantes (Confech) convocó a una nueva marcha por las calles de Santiago para protestar en contra de la reforma educativa impulsada por el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
La manifestación, que está fijada para el próximo 28 de julio, se realizará para condenar la «educación de mercado» y criticar la actuación que han tenido la ministra de Educación, Adriana Delpiano, y el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en la tramitación del proyecto educacional.
La agrupación de estudiantes solicitó este viernes una autorización a la Intendencia Metropolitana para marchar por la Alameda, la principal arteria de Santiago y una de las más transitadas por los capitalinos.
«Es un recorrido que hace rato que no hacemos como estudiantes, así que ingresamos esta solicitud», señaló a los periodistas la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Camila Rojas.
La reforma educacional, según los estudiantes, mantiene una lógica de mercado y deja la puerta entreabierta al lucro en la educación universitaria, además de incumplir la promesa de gratuidad universal comprometida por el Gobierno.
La gratuidad en la educación superior universitaria fue una de las principales demandas de los estudiantes que desde 2011 se lanzaron a las calles para reclamar su derecho a estudiar sin estar condicionados por su capacidad económica.
La iniciativa fue incluida en el programa electoral del segundo mandato de Bachelet y se estableció que el 70 % de los estudiantes más pobres podrían acceder de forma gratuita a la universidad, sin embargo, tras la brusca desaceleración económica que golpeó al país este año, el Gobierno recortó la cuota de forma considerable.
Desde el pasado 21 de mayo, el Ejecutivo modificó en más de cinco ocasiones las propuestas de gratuidad, lo que desconcertó a la comunidad estudiantil y empujó a miles de personas a marchar de nuevo por las calles de las principales ciudades del país.
Muchos colegios y sedes universitarias se mantienen ocupadas por los alumnos, que de seguir la iniciativa de fuerza arriesgan a perder el año.