viernes, noviembre 22, 2024
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Asesinó a Dos Mujeres: El Hannibal Lecter Chileno no Cree en el Arrepentimiento

Erasmo Moena Pinto violó y mató en 2010 a Loreto López Fernández (36) y Andrea Huape Pinto (43). Hoy cumple cadena perpetua en la Cárcel de Valparaíso. En conversación con un canal de televisióm. se consideró «peor que Hannibal Lecter».

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Era el año 2010 cuando Loreto López Fernández (36) y Andrea Huape Pinto (43) perdieron la vida de la manera más trágica a manos de Erasmo Moea Pinto, quien las engañó al ofrecerles un trabajo que no era de él para luego violarlas y matarlas sólo en un lapso de días, meses después de haber salido de la cárcel por otras condenas. Hoy cumple presidio perpetuo en la Cárcel de Valparaíso, y desde ahí manifestó no sentirse arrepentido.

En conversación con La Mañana de Chilevisión, Moena repasó los acontecimientos que lo hicieron llegar a sus víctimas. «Yo nunca pensé cómo personas con criterio formado, si una tenía 39 y la otra 41, iban a venir a pegarse el pique. Yo lo encontré ilógico y ahí empezó lo ilógico que empecé a hacer yo», indicó.

«Vinieron desde Santiago a ver algo que era demasiado bueno por teléfono. Yo no me dejaría convencer por nadie por teléfono», añadió, recordando que para ello no maquinó ningún plan, pues «el aviso estaba en el diario y yo llamé por teléfono no más. No puse ningún aviso».

Ambas mujeres llegaron a Erasmo por una tercera amiga, que había sido contactada a través del contacto en un diario, pero como ya tenía trabajo, pasó el dato. El hombre contó que solamente compró un teléfono «y empecé a llamar, a contactar. De repente una me dijo ‘no si ya tengo trabajo ya, pero gano tanto, ¿y cuánto podría ganar?’. La cosa es que empezó un diálogo y ahí me entretuve porque tenía a alguien con quién conversar. No tenía amigas ni amigos, era solo. Empezamos a entrar en algo más social y le dije ‘ya bueno, entonces quedamos en eso’ y ahí colgué no más, di esa llamada por muerta, hasta que un día me llaman por teléfono y apareció la primera… Loreto».

Loreto venía desde Santiago en busca de un puesto como secretaria en Viña, pero era él quien la esperaba y tras persuadirla, la llevó hasta una quebrada de Placilla, donde finalmente cometió el crimen. «Fui sorprendido a la entrevista con ella, pero no sé, se fueron dando las cosas, una llevó a la otra, y de repente llegó un momento en que me veo en la cárcel, cuando me veo algo atrapado y me tuve que deshacer de ella, me vi atrapado. No supe como zafarme de ella, de decirle ‘no, si es una broma no más’. Me vi tan atrapado que hice lo único que hice toda mi vida, deshacerme de todo lo que me estorba, y en ese momento ella me estorbaba», reveló el homicida.

«En ese momento no me dio nada, porque era yo o yo no más(…) es como que yo me desdoblara y el que está actuando es otra persona». respecto a su segunda víctima, Andrea, indicó que «vino por la misma llamada… que era por la misma persona, y ahí ya se me achicó el mundo», confesó.

Sin embargo, todo se descubrió tras varios peritajes que lograron dar con un reclamo que había efectuado a la compañía teléfonica donde compró su teléfono prepago, lo que permitió ubicarlo. Ello, además de la acción de señuelo de una prima de Loreto.

Durante la entevista con el matinal, el recluso declaró sentirse como «un monstruo, peor que Hannibal Lecter en la película del Silencio de los inocentes».

«Me provoca ruido el no saber porqué tengo esta falta de empatía con el resto de las personas. Quiero saber qué es lo que tengo, si es un daño en mi cerebro o está en mi ADN que n soy así. Quiero que alguien me diga, si es una cosa que para mi me ha causado pena por ser como soy», se cuestionó.

Los informes médicos del acusado arrojaron que presenta un trastorno sexual sádico y que actuó con lucidez de conciencia, distinguiendo lo lícito de lo ilícito, pero que posee un desorden de personalidad aunque no sufre una enfermedad psiquiátrica.

Pero no son los únicos crímenes a su haber, ya que un cercano a él también encontró la muerte previamente. «Mi amigo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado, vio cosas equivocadas y quiso hacer cosas que no tenía que hacer y lamentablemente yo no quería caer preso en ese momento. Una pena por él, pero no podía hacer más yo. Pese a la amistad, sopesó más mi libertad y no caer preso que mi amistad», reconoció.

Sobre si se arrepiente de sus actos, sostuvo que «no creo en el arrepentimiento. Si me arrepintiera, no habría venido a esta entrevista. Para mí existe el arrepentimiento antes de, pero después sólo existe no cometer errores».

En cuanto al perdón de los familiares de sus víctimas, dijo que «a lo mejor no me van a perdonar nunca, pero tampoco me interesa su perdón, porque en un sentimiento de padre no existe ese perdón».

Finalmente, manifestó que cree que su epitafio dirá: «Erasmo Moena Pinto, ‘murió en su ley’ no más».

Fuente: Soy Chile

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