Luego que la PDI iniciara la demolición del antiguo Cuartel Borgoño de la CNI, ubicado a un costado de la Estación Mapocho; organizaciones de Derechos Humanos, el Consejo de Monumentos Nacionales y la Municipalidad de Independencia manifestaron su rechazo.
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Estos organismos buscan preservar el recinto para mantener la memoria histórica, por lo que el pasado lunes se reunieron con el director general de la PDI, Héctor Espinosa, luego de lo cual la policía civil paralizó las obras.
Sin embargo, ya se había desmantelado el techo del lugar y algunos muros interiores, detalla este miércoles La Segunda.
«Estamos buscando una salida inteligente que nos permita conservar el lugar y, quizás, gestionar otro comodato para velar por el legítimo derecho de una institución que busca tener más infraestructura, quizás generar una suerte de permuta con otro lugar», señaló al vespertino Rosario Carvajal, presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales.
En tanto, el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán (PS), remarcó que la demolición «se inició sin contar con el permiso municipal, ya que hay una disposición legal que establece que los organismos de las Fuerzas Armadas y la policía no tienen que pedir autorización para iniciar demoliciones y construcciones».
«Más allá de cualquier consideración política, se debe generar un espacio físico para preservar la memoria», añadió la autoridad comunal al vespertino.
La PDI informó que las obras de demolición forman parte de un plan de modernización del organismo, pues en el lugar se piensa edificar el «Cuartel Independencia II», que albergará una serie de unidades operativas y se dejará en pie un memorial construido en las afueras del recinto por la Municipalidad de Independencia.
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Demolición de Borgoño: el Estado en deuda con la memoria
El ex Cuartel Borgoño de la CNI está a punto de ser demolido por completo. Su ocupante actual, la Policía de Investigaciones, al parecer trata de borrar toda huella del pasado siniestro del recinto. Ex prisioneros, familiares y compañeros (as) de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos denuncian este hecho y de paso la falta de preocupación del Estado chileno por la preservación de sitios de valor histórico como el ex cuartel.
La noticia se difundió rápidamente por las redes sociales: el ultimo edificio del ex cuartel Borgoño de la CNI está siendo demolido y con ello se reducen las expectativas de algunos ex prisioneros de convertirlo en sitio de memoria. Esto motivó la realización de una manifestación en las afueras del recinto que congregó al Comité de Recuperación del Cuartel Borgoño, encabezado por la ex prisionera Mercedes Maldonado, junto con organizaciones de defensa del patrimonio, orgánicas políticas y autoridades de la Municipalidad de Independencia. Una vez más la sociedad civil tomó la iniciativa de rescatar la memoria ante el inmovilismo del Estado chileno.
Rosario Carvajal, presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, también formó parte de las manifestantes a las afueras del cuartel. En su intervención informó que en el país existen unos 1.032 sitios como el ex cuartel de la CNI que podrían ser protegidos, pero sólo 12 de ellos han sido declarados monumento histórico por la presión de organizaciones de ex prisioneros y familiares. “Esto representa una tremenda deuda del Estado con la memoria, estos sitios deberían ser protegidos automáticamente por el Consejo de Monumentos Nacionales sin esperar que la propias víctimas efectúen años de trámites, gasten recursos que no tienen y mientras tanto se pierdan espacios fundamentales para la memoria de Chile”.
Higinio Espergue, presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, entregó su apoyo a la iniciativa: “Hoy es un hito importante en la lucha por recuperar este sitio de memoria, donde se torturó, se asesinó y se hizo desaparecer a muchos compañeros y compañeras. La memoria la entendemos vinculada al presente, a las luchas que dan hoy día los mapuches, los estudiantes, los pobladores o los defensores del medio ambiente. Todas ellas tienen que ver con la memoria, porque los que fueron asesinados acá estaban comprometidos con la construcción de una sociedad mucho más justa y democrática, lo que hoy sigue vigente. Por esto corresponde exigir ahora que el Estado de Chile asuma su responsabilidad y tome las medidas para rescatar este sitio” enfatizó Espergue.
Borrado una vez más
Daniel Ruiz Lazo es hermano de Sergio, militante del MIR secuestrado por la CNI bajo el mando de Álvaro Corbalán Castilla, comandante del cuartel Borgoño. Premunido de un megáfono, Daniel integra un grupo de manifestantes en las afueras del recinto que tratan de evitar la destrucción del último edificio que integraba el complejo represivo. El rastro de su hermano se pierde en ese lugar como también el de Julián Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas, Manuel Sepúlveda Sánchez, Gonzalo Fuenzalida Navarrete y Julio Muñoz Otárola, los últimos detenidos desaparecidos de la dictadura y del cuartel Borgoño.
La memoria de estos y otros jóvenes opositores está íntimamente ligada al edificio. “Su demolición es hacernos pasar nuevamente por una tortura sicológica –expresa Daniel-, porque aquí podría quedar vestigios del paso de mi hermano y con la demolición está siendo borrado una vez más”, recalca, sintetizando el sentimiento de muchos familiares que a pesar del tiempo mantienen esperanzas en encontrar algún vestigio de sus seres queridos.
La manifestación culmina con la reunión del grupo para concertarse y constituir un ente más amplio, que permita asumir con más fuerza la tarea de rescatar el viejo edificio de la picota del olvido. Ya no tiene techo y ventanas y si llueve las paredes podrían deteriorarse aún más, haciendo irreversible la desaparición del último vestigio de la principal factoría del terrorismo de Estado durante la década de los 80.
Fuente: Villa Grimaldi