Cuando sus votos en el parlamento no les alcanzan para defender la actual ley laboral que ellos impusieron en dictadura, recurren al tribunal constitucional, instancia establecida en la constitución de 1980 cuando estos mismos eran dueños del país junto con Pinochet.
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Dicen defender la libertad individual de los trabajadores en las empresas, como si un trabajador solo, pudiera relacionarse en igualdad de condiciones con el que tiene el poder de dar y quitar el empleo. Lo que estos señores de la derecha defienden es el poder que tiene el empleador para debilitar la organización sindical promoviendo grupos negociadores a través de los mandos medios paralelos al sindicato.
Aquí no se trata de costos económicos para las empresas ya que la mayoría de los empleadores extiende a trabajadores no sindicalizados los beneficios que el sindicato logra en la negociación colectiva, lo que les preocupa es el poder que pierde el empleador cuando él es quien decide a quien y cuales beneficios extiende, entonces ese trabajador que no es sindicalizado no es libre porque sus ingresos dependen de la voluntad del empleador.
De qué libertad hablan Allamand, Larraín y los de la derecha, no será que están defendiendo el poder del empleador que hoy tienen sobre los trabajadores, aferrados al plan laboral que junto a la dictadura impusieron el año 1979 que estableció la negociación colectiva solo en las empresas.
Son contrarios a la Negociación obligatoria para el sindicato interempresa, lo que a la derecha le aterroriza es que los trabajadores se unan para negociar, porque su filosofía es que ojalá los trabajadores negocien de a uno y que los sindicatos sean débiles para poder someterlos y así consolidar los abusos laborales, total los que ponen el dinero para sus campañas electorales, son los dueños de las empresas, esos son sus clientes y los trabajadores no tienen poder económico.
De donde salieron estos falsos defensores del derecho individual de los trabajadores, acaso no fueron estos mismos los que impusieron la actual y aberrante ley laboral, los que impusieron las AFP y cuando fueron parte de la dictadura callaron y justificaron mientras se atropellaron los derechos individuales de muchos chilenos y chilenas incluido los derechos individuales de los trabajadores.
Esta derecha anclada en el autoritarismo y el pinochetismo le hace mal a Chile.
(*) Secretario General de la CUT
Fuente: CUT