Los que a través de una inicua e insostenible acción judicial, pretendieron liquidar en el suelo a Cristina Fernández de Kirschner, lograron exactamente lo contrario: la convirtieron en la líder de la creciente oposición a Mauricio Macri, desafío que ella aceptó, mediante la convocatoria a un frente amplio y unitario para detener la autoritaria ofensiva neoliberal en que está empeñado el Gobierno, que ha significado hasta la fecha, la eliminación de una serie de derechos sociales conquistados.
A cuatro meses de dejar el poder, Cristina Kirchner tuvo su debut en los tribunales. Esta mañana la ex presidenta asistió al despacho del juez federal Claudio Bonadio, que la citó en el marco de la causa por la venta de dólar futuro.
No declaró y presentó un duro escrito en el que acusó al Gobierno de Cambiemos, en complicidad con la Justicia, de querer «plantarle» una causa penal para meterla presa. En el texto, además, habló de persecución política y afirmó que «el plan de ajuste y miseria» de Mauricio Macri requiere de «la difamación y la calumnia para su implementación». Es más, la ex presidenta recusó al juez, que la acusa de haber ordenado una maniobra irregular que le provocó una millonaria pérdida al Estado.
«Esta hipótesis de asociación ilícita, construida capciosamente por el magistrado, es otra muestra de la arbitrariedad con que ha procedido y revela además la intención del Gobierno con la colaboración imprescindible del Poder Judicial de «plantar», a quien suscribe, una causa penal que me prive de la libertad», señaló.
«Como ya lo he dicho públicamente y reitero una vez más: no les tengo miedo. Fue decisión explicitada públicamente no tener fueros que me hubieran colocado en una posición de privilegio en relación a la de cualquier otro ciudadano», añadió.
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó un escrito ante el juez Claudio Bonadio en el que lo acusó de hacer un uso “abusivo del poder”, durante la declaración indagatoria en la que se negó a contestar preguntas y denunció en un escrito al gobierno nacional de llevar adelante una maniobra tendiente a dejarla detenida con ayuda del Poder Judicial.
De esta forma, cumplió con su declaración indagatoria en el marco de la causa en la que se investigan las operaciones de dólar a futuro realizadas durante el año pasado, en un marco dado por la presencia de miles de manifestantes que la vivaban bajo una persistente llovizna, frente a los Tribunales Federales de Comodoro Py.
Cerca de las 10, la ex mandataria arribó a la sede judicial del barrio porteño de Retiro y, en el marco de un fuerte operativo de seguridad signado por la presencia de efectivos de la Policía Federal dentro del edificio, se trasladó inmediatamente al cuarto piso, donde, primero, saludó a simpatizantes que habían logrado agolparse en el hall central para respaldarla, tras unas puertas de vidrio.
Antes ya se había visto pasar por ese mismo pasillo rumbo al despacho del juez Claudio Bonadio al abogado penalista Carlos Beraldi, quien se constituyó formalmente como su abogado defensor, como así también el ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli; al titular del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria, Héctor Recalde; y el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi.
También estuvo allí el ex ministro de la Corte Raúl Zaffaroni, con quien la ex mandataria se había reunido anoche en su departamento del barrio porteño de Recoleta.
Afuera, en el hall central del cuarto piso del edificio de Comodoro Py, empleados judiciales se entremezclaban con militantes y abogados afines al kirchnerismo.
Cerca de las 11, cuando ya se anticipaba que la ex presidenta se retiraría del despacho de Bonadio, afuera, en la calle, comenzó a sonar el hit “Avanti morocha”, de “Los Caballeros de la Quema” y, los simpatizantes que permanecían concentrados en el hall comenzaron a hacer cánticos de apoyo a la ex presidenta y de repudio al juez Bonadio.
Casi en ese mismo instante, el contenido del escrito presentado ante el juez Bonadio era subido a la página oficial de la red social Facebook de Cristina Kirchner.
Allí, en un extenso texto, la ex mandataria acusó al juez Bonadio de llevar adelante un «ejercicio abusivo del poder» e interpretó su citación a indagatoria como parte de una maniobra del gobierno nacional para, con ayuda del Poder Judicial, «plantar» una causa penal y dejarla detenida.
«Esta hipótesis de asociación ilícita, construida capciosamente por el magistrado, es otra muestra de la arbitrariedad con que ha procedido y revela además la intención del Gobierno con la colaboración imprescindible del Poder Judicial de ‘plantar’, a quien suscribe, una causa penal que me prive de la libertad», sostuvo en el escrito presentado en la indagatoria, que contó con la presencia también del fiscal del caso, Eduardo Taiano.
«Como ya lo he dicho públicamente y reitero una vez más: no les tengo miedo. Afrontaré este proceso y cualquier otro que quieran fabricarme. Fue decisión explicitada públicamente no tener fueros que me hubieran colocado en una posición de privilegio en relación a la de cualquier otro ciudadano. La igualdad nunca fue, para mí, un recurso retórico», agregó Cristina.
También, advirtió que su convocatoria a declarar como acusada es un acto de «prevaricato», delito que pena al juez que dicte resoluciones contrarias a la ley, e hizo un repaso de hechos políticos y económicos que rodearon la denuncia, además de negar todos y cada uno de los cargos que se le imputan en este expediente.
Por otro lado, la ex mandataria adelantó su decisión de denunciar a Bonadio porque «la resolución dictada» al citarla a declarar como imputada «resulta contraria a la ley y fundada en hechos absolutamente falsos”, y anticipó que “así quedará acreditado en la esfera judicial competente».
«Sólo a través de un ejercicio abusivo del poder jurisdiccional esta causa pudo ser llevada adelante», continuó la ex presidenta en un escrito con marcado tono político, con referencias a los Panamá Papers y a la devaluación llevada adelante tras el inicio de la gestión de Mauricio Macri.
Tras entregar el escrito, Cristina declaró verbalmente en presencia de Bonadio que «contestar preguntas no haría más que convalidar su manifiesta arbitrariedad, ilegalidad e incompetencia» y añadió que la acusación «no tiene el menor asidero jurídico y técnico, cosa que no me extraña dada la manifiesta incompetencia técnica de su señoría, como así también la manifiesta aversión política que tiene sobre la suscripta».
Tras su paso por los Tribunales, Cristina Kirchner se retiró caminando por uno de los laterales del acceso principal, sobre la avenida Comodoro Py, y, desde allí, caminó y saludó a los simpatizantes, hasta llegar al escenario donde, seguidamente, comenzó a pronunciar un discurso que se extendió por una hora.
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