En entrevista concedida a La Tercera, el Presidente de la UDI, senador Hernán, reconoce que 2015, debido a la crisis por las investigaciones a varios de sus dirigentes, ha sido el peor año en la historia del partido, incluso, dice, peor que cuando asesinarona a Jaime Guzmán. Pero la autocrítica llega hasta ahí. En su opinión, en rigor una tautología, los que fueron sorprendidos con los dedos en el cajón, «probablemente en forma muy irreflexiva, muy liviana, si bien recibían recursos a través del Servel, si se ofrecían alternativas, las tomaban».
Y eso sería todo.
Si con esos principios y esa filosofía pretenden refundar el partido, mejor que se ahorren la pega, y se queden donde mismo.
Hernán Larraín: «Este año ha sido el peor en la historia de la UDI, más que para el asesinato de Jaime Guzmán»
Francisco Torrealba
El senador repasa los casi 12 meses que lleva en la presidencia gremialista, cargo que asumió en medio de la crisis por las investigaciones a varios de sus dirigentes. Larraín respalda la decisión del tribunal supremo de la UDI de no sancionar a Novoa. Adelanta, además, detalles de la reestructuración del partido.
Luego de que en enero del año pasado Ernesto Silva renunciara a la presidencia de la UDI, Hernán Larraín asumió el cargo. Y lo hizo en medio de la etapa que él mismo califica como la más dura para el partido. El senador se va en mayo, cuando, espera, los golpes más fuertes por las investigaciones por el financiamiento irregular de la política comiencen a quedar atrás, para dar paso a la reestructuración del partido.
Acá hace un balance de los últimos doce meses, en el que defiende la decisión de no sancionar internamente a Jovino Novoa y aborda parte de los cuestionamientos a su partido.
A punto de cumplir un año en la presidencia de la UDI, ¿tiene un diagnóstico de por qué pasó todo esto?
Bueno, en el tema de financiamiento irregular de las campañas creo que, sin lugar a dudas, pasó porque previo a los cambios que se produjeron en 2003, que abrieron por primera vez el financiamiento público para las campañas, el sistema de financiamiento operaba fundamentalmente a través de boletas. Cuando viene el cambio, eso se redujo dramáticamente pero no totalmente, en parte porque había algunos que preferían aportar de esa manera y en parte porque el sistema tenía limitaciones de distinto tipo. Muchos, probablemente en forma muy irreflexiva, muy liviana, si bien recibían recursos a través del Servel, si se ofrecían alternativas, las tomaban, y eso le ocurrió a todo el espectro político porque la fuente de financiamiento y el modo de financiamiento era el mismo para todos. Probablemente unos tenían más apoyo que otros, pero todos tenían el mismo tipo de financiamiento.
¿No cree que es un tanto complaciente plantear que lo hacían todos, no será que los estándares éticos se relajaron en la UDI?
Bueno, yo no generalizaría porque creo que hay algunos dirigentes que tomaron ese camino, pero no todos. Cuando digo que esto ocurría en todo el espectro político no es para buscar una suerte de empate o ser autocomplaciente, sino que simplemente para asumir una realidad, así era cómo se complementaba el financiamiento de las campañas. Uno sabía que la empresas financiaban normalmente a todos los sectores políticos y se sabía que muchas veces esos caminos pasaban por este tipo de mecanismos y en ese sentido se produjo esta situación que un poco sorprendió al mundo político porque quizás no se estaba consciente de lo que se había estado haciendo.
La ley se presume conocida por todos, más aún por quienes la hacen, entonces cuesta entender que aquellas personas que giraban boletas ideológicamente falsas o que pedían boletas ideológicamente falsas no supieran que era un delito.
Bueno, es que precisamente ese es el tema, no era considerado delito, sino que Impuestos Internos cuando ocurría eso declaraba que era un gasto rechazado y obligaba a declarar bien, a rectificar y pagar con intereses y reajustes las multas correspondientes. Eso es lo que había ocurrido normalmente cuando se rechazaba una boleta que no correspondía, entonces no había necesariamente una consciencia de que estaba cometiendo un delito. Por tanto, puede que usted tenga razón, que aquí se fue acostumbrando a un nivel de actuaciones que fue rebajar los estándares de conducta, que por la facilidad que significaba se hacía vista gorda a un procedimiento irregular.
La UDI tiene a un ex presidente de partido condenado, parlamentarios formalizados, a un senador que renunció a su militancia, desaforado, a ex candidatos presidenciales investigados, militantes de base formalizados, funcionarios del partido investigados, parece que había un modus operandi en el partido.
No, para nada, yo creo siempre que todas estas conductas están circunscritas a personas y a situaciones específicas y, por lo tanto, obviamente eso no existía como un modus operandi. Quizás si otras empresas hubieran sido investigadas de una manera tan profusa como Penta -que tuvo, además, alguien que describió detalladamente las operaciones-, probablemente se encontraría que estas situaciones se repiten en muchas colectividades.
En 2012, en una medida inédita, la UDI expulsó a cuatro militantes y el tribunal supremo, para justificar la decisión, planteó que las críticas que los cuatro sancionados le habían hecho al partido no contribuían al prestigio de la UDI. ¿Criticar es más grave que los delitos cometidos por el ex senador Novoa?
Mire, yo creo que los fundamentos del tribunal supremo son los que hay que tener en consideración. Siempre los fallos de los tribunales son susceptibles de cuestionamientos y críticas. El tribunal tomó un camino y nuestro partido es un partido que tiene vocación institucional. Las decisiones han sido tomadas por el tribunal supremo, y no forman parte de las decisiones políticas que toma la directiva o la comisión política o siquiera el consejo general.
Pero usted como directiva, al igual que la comisión política y el consejo general, tienen la atribución para al menos hacer una presentación en el tribunal supremo para que se haga una investigación, ¿por qué ni siquiera hicieron eso?
Eso no es efectivo, nosotros hemos señalado que los casos mientras están en proceso se presume la inocencia de las personas. Si alguien está siendo juzgado ¿por qué uno va a tomar sanciones respecto de esa persona, si esa persona alega que es inocente de los cargos que se imputan?
El ex senador Novoa fue condenado.
Si nosotros tomamos la decisión de presentar un caso mientras alguien está siendo procesado, investigado, para que el tribunal tome una medida, puede significar que se haga un prejuicio que afecte incluso negativamente a la persona que a lo mejor es inocente. Le puede agravar su situación porque no tiene el respaldo de su propio partido. Respecto de Jovino y muchos otros, hubo una presentación que se hizo muy tempranamente por militantes del partido y el tribunal no la acogió, no por razones de fondo, sino porque los procesos no habían terminado y nosotros tenemos el compromiso que cuando terminan los procesos vamos a llevar a las personas a conocimiento del tribunal. Y Jovino Novoa, en conocimiento de esas tesis, cuando él llega al acuerdo de un juicio abreviado, él, antes de que nosotros pudiéramos hacerlo, lleva el caso al tribunal supremo del partido, de manera que a nosotros, por así decirlo, se nos adelantó Jovino. Lo íbamos a hacer porque era lo que correspondía hacer, era lo que nos habíamos comprometidohacer, pero Jovino se nos adelantó, porque él mismo estaba consciente de nuestra política.
El tribunal supremo resolvió que a Novoa no se le puede sancionar ¿está de acuerdo?
Mire, el presidente del partido acepta las resoluciones del tribunal supremo, no es juez del tribunal supremo porque entonces ahí sí que se nos enreda la institucionalidad.
El tribunal supremo planteó que si la captación de recursos no es para beneficio personal sino que para bien del partido, no hay una falta.
Tendría que preguntarle el tema al tribunal supremo, yo no puedo responder por el tribunal supremo, nosotros acatamos y respetamos los fallos del tribunal supremo, tanto cuando expulsa a alguien como cuando lo absuelve.
¿Y tal vez por una señal de transparencia senador, no pensó en hacer una nueva presentación para ver si se podía modificar ese fallo?
No, porque ya había cosa juzgada y cuando hay cosa juzgada no procede revisar el fallo nuevamente. Podría haberse interpretado casi como un afán de persecución. No hay recursos contra los fallos de los tribunales supremos.
¿Y está de acuerdo con esa doctrina, de que si se comete un delito en favor del partido no debe sancionarse internamente?
Mire, yo prefiero no pronunciarme porque estamos entrando a analizar los méritos del fallo del tribunal en un caso determinado, y no me parece que como presidente del partido me corresponda hacerlo.
El senador Orpis renunció a la militancia, argumentando que no quería dañar al partido. ¿Habría esperado algo similar de Novoa?
Cada persona toma su camino como lo estima conveniente, a mí me parece que en esto uno tiene que ser respetuoso de las decisiones que toman las personas que están afectadas por estos procesos, porque además son todas situaciones distintas, por tanto cada uno tiene que seguir el camino que su consciencia le determine.
Considerando todo lo anterior y descontando 1991, con la muerte de Jaime Guzmán, ¿este año que lleva como presidente de la UDI ha sido el más difícil en la historia del partido?
Sin lugar a dudas. La verdad es que la UDI ha vivido momentos muy duros en su historia. El año 91 con la muerte de Jaime Guzmán, su fundador, sin lugar a dudas fue un golpe muy brutal. También cuando ocurrieron las denuncias a propósito del caso de Spiniak que afectó algunos dirigentes nuestros, se vivió un momento de mucha crisis interna y fue un pésimo momento. Pero yo pienso que este ha sido el peor año en la historia de la UDI, más que para el asesinato de Jaime Guzmán, porque se juntaron dos cosas. Uno, una baja en el respaldo político a nuestro partido, en general a nuestro sector, pero en particular a nuestro partido en las elecciones municipales, presidenciales y parlamentarias de 2012 y 2013. Y cuando estábamos tratando de iniciar una nueva etapa y recuperarnos de ese bajón político, se produce este proceso de cuestionamientos por el financiamiento irregular de las campañas que, a pesar de ser un fenómeno transversal, por la forma que empezó se concentró inicialmente en nuestro partido, lo cual ha significado un proceso que agravó el momento que estábamos viviendo y significó también una crisis muy fuerte para nosotros, para nuestra imagen y potencial futuro.
Se ha dicho que la UDI está en un proceso de reestructuración, ¿hay cambios de fondo?
Claro, queremos centrarnos en cómo hacer que tengamos una sociedad en que podamos vivir sin temores, sin discriminación, con igualdad de trato, inclusiva. Cómo aseguramos una sociedad que le dé acceso a la gente, cómo aseguramos un crecimiento económico que siga un ritmo y no empiece a dar saltos hacia abajo, perdiendo la dinámica y haciendo imposible la superación definitiva de la pobreza y la estabilización de una clase media en Chile fuerte y estable. Cómo hacemos para que el país rompa la doble desigualdad que existe, la desigualdad que hay entre las personas y la desigualdad que hay entre las regiones. Es todo ese conjunto de conceptos el que nos hace pensar en un proyecto político renovado, pero que supone también un trabajo distinto y una imagen diferente. Esperamos que eso, junto al reempadronamiento que haremos a la brevedad que nos sea posible para tener un partido renovado no solamente en su idea y en su forma de trabajo, sino que en su militancia.
¿Mantiene su decisión de seguir en el cargo sólo hasta mayo?
Cuando asumí junto a la directiva tomamos un compromiso que hemos ido materializando, que era reorganizar el partido desde la forma de su gestión, cambiar sus estatutos, democratizar el partido lo más posible, cambiar la forma de financiamiento, lograr la mayor transparencia posible, lograr la unidad por sobre grupos o divisiones que puedan existir o que han existido. Y eso, en una unidad amplia del sector, generosa y disciplinada como la que también hemos estado construyendo a través de Chile Vamos, y muy fundamentalmente, hacer un proyecto refundacional de nuestro proyecto político. Ese proceso no va a estar terminado, pero su etapa de diseño y puesta en marcha, queda terminada en mayo y por eso me parece conveniente para el futuro del partido que ojalá gente joven, nuevas generaciones, se integren a un equipo unitario.
Se ha mencionado al diputado Jaime Bellolio y al ex ministro Lavín para sumir la directiva.
Son todas personas excelentes que deberían estar en este equipo. Hay que ver quiénes van a asumir los distintos roles, pero me parecen excelentes nombres para la futura etapa del partido.
¿Es verdad que le van a cambiar el nombre al partido?
Bueno, en este proceso refundacional uno obviamente ve todas las opciones. Yo personalmente, estuve muy tentado de hacerlo, pero más que cambiar el nombre, lo que hay que cambiar es el proyecto, el discurso, el estilo de trabajo, la imagen comunicacional, nuestra forma de desarrollar el proyecto político, y en ese sentido el nombre no tiene la misma prioridad o relevancia. Por lo tanto no es necesario un cambio de nombre, pero alguna cosa vamos a hacer ahí.
¿Puede ser sacarle el apellido al partido, sacarle el “popular”?
Mire, estamos trabajando ideas y esperamos en esa convención programática de marzo plantearlas y dar con un cambio que incluya el tema del nombre sin cambiarlo, pero cambiando.
Fuente: La Tercera