203° Natalicio de Marx: Confesiones a su Familia

En los soleados veranos londinenses, la familia de Marx hacía las tardes más entretenidas contando cuentos, realizando juegos y recitando poemas románticos alemanes y sonetos shakespearianos, todo esto intercalado con alguna broma de Carlos Marx.

Dentro de estos entretenimientos, se encontraba un juego cultural de la época que consistían en un cuestionario que las niñas realizaban a los mayores de casa.

Laura y Jenny, las hijas de Carlos Marx, fueron apasionadas de las Confesiones, el pasatiempo de salón muy popular en la Inglaterra victoriana.

En 1865, las jóvenes estimularon a su padre a responder las interrogantes del juego, conocido en la actualidad con el nombre de Cuestionario de Proust.

De estos sólo se conservan dos; los que Jenny Caroline le hiciera a su padre, y a su tío postizo “el General”, sobrenombre de Federico Engels, llamado cariñosamente de esta forma por las niñas.

Ambos cuestionarios fueron realizados por Jenny en 1865, y anotados por Laura Marx en inglés; traducidos posteriormente al francés por su marido Pablo Lafargue.

En ambos se encuentra la humanidad de los dos amigos y sobre todo hay una exposición sincera de los valores de los fundadores del marxismo.

Cuestionario realizado a Carlos Marx

Virtud favorita: La sencillez.

Virtud favorita en el hombre: La fortaleza.

Virtud favorita en la mujer: La debilidad.

Su principal característica: La unidad de propósito.

Idea de la desgracia: La sumisión.

El defecto que más disculpas: La credulidad.

El defecto que más detestas: El servilismo.

Tu principal antipatía: Martin Tupper (escritor de la Inglaterra victoriana, autor de Filosofía Proverbial, obra muy popular sobre enseñanzas morales).

Ocupación favorita: Ratón de biblioteca.

Poeta favorito: Shakespeare, Esquilo, Goethe.

Escritor favorito: Diderot.

Héroe favorito: Espartaco, Kepler.

Heroína favorita: Gretchen (personaje del Fausto de Goethe, es el amor de Fausto).

Flor favorita: Dafne (laurel).

 

Color favorito: Rojo.

Nombre favorito: Laura, Jenny (los nombres de sus hijas, y también de su esposa).

Plato favorito: Pescado.

Máxima favorita: Nihil humani a me alienum puto (Nada humano me es ajeno).

Lema favorito: De omnibus dubitandum (Hay que dudarlo todo).

Cuestionario realizado a Federico Engels

Virtud favorita: Alegría.

Virtud favorita en el hombre: Que se ocupe de sus propios asuntos.

Virtud favorita en la mujer: Que no extravíe nada.

Atributo personal más destacado: Saber de todo a medias.

Idea de felicidad: Château Margaux (vino) cosecha 1848.

Idea de la desgracia: Ir al dentista.

El defecto que más disculpas: Inmoderación.

El defecto que más detestas: Hipocresía.

Manía: Tomarle el pelo a los demás y que me lo tomen.

Persona que le resulta más antipática: Ch. Spurgeon.

Poeta preferido: Reineke de Vos, Shakespeare, Ariosto.

Escritor preferido: Goethe, Lessing, dr. Samelson.

Héroe preferido: Ninguno.

Heroína preferida: Demasiadas para nombrar sólo una.

Flor favorita: Campánula azul.

Color favorito: Rojo.

Plato preferido: Ensalada y estofado irlandés.

Máxima favorita: No tener ninguna.

Lema favorito: Immer ruhig (Siempre con calma).

Por Hayled Martín Reyes Martín

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/05/05/a-proposito-del-natalicio-de-marx-confesiones-de-su-familia-pdf/» rel=»noopener» target=»_blank»>Cubadebate

Las Respuestas de Marx&

203° Natalicio de Marx: Confesiones de Familia
Karl Marx y Jenny von Westphalen

En algún momento y como parte de uno de los juegos de salón típicos de la época, las hijas de Karl Marx le hicieron una serie de preguntas.

A modo de “confesiones”, las interrogantes servían para el divertimento frívolo, pero, respondidas por aquel genio, son una suerte de testamento de su brillantez e integridad.

Cuando le preguntaron sobre la cualidad que más apreciaba, Marx respondió: la sencillez. Casado con Jenny von Westphalen, de familia aristócrata, ambos renunciaron a cualquier lujo y vivieron con mil sacrificios, dedicados a la lucha política y a la creación intelectual.

Jenny era la única persona que sabía descifrar la pésima caligrafía de su esposo, y fue siempre su primera lectora, el sostén indispensable ante todo lo que impone la vida de un revolucionario.

Pero era su idea de la felicidad la lucha, opuesta a esa otra realidad, la sumisión, que en su mente era la peor de las desdichas

La precariedad fue un precio que supo pagar por no rendirse nunca ante las poderosas fuerzas que desafió. No sorprende entonces que, cuando sus hijas lo interrogaron sobre el defecto que más rechazo le provocaba, respondiera: “el servilismo”.

Sin embargo, sabía perdonar a aquellos que otorgaban su confianza sin reflexionar. Vencer a la ignorancia, ver más allá de los mitos que sostienen el culto al dinero y a la posesión material, desentrañar los entuertos de la vida en sociedad y de la explotación del hombre por el hombre: ese fue el sino indiscutible del Moro.

Esa proeza académica, esa colosal labor investigativa que lo llevó a escribir su obra cumbre, El Capital, y un sinnúmero de artículos y ensayos sobre política, economía e historia, son la base fundamental del pensamiento marxista contemporáneo.

Del mismo modo en que asumir su palabra como dogma es dañino para cualquier intento por emancipar a los pueblos subyugados del mundo, pretender olvidar su legado es un desatino irremediable.

¿Ocupación favorita?, inquirieron sus hijas: “Frecuentar bibliotecas”, respondió. Y no asombra, por supuesto. Aunque caben elucubraciones sobre qué hubiera podido hacer Marx en el mundo moderno, con todo el conocimiento universal en la palma de su mano, gracias a ese prodigio técnico que se conoce como internet.

Para Marx, el progreso científico y el histórico-cultural estaban dialéctica e indisolublemente vinculados. No extraña entonces que sus héroes favoritos fueran Espartaco, el esclavo que alzó la mano contra sus dueños, y Kepler, el astrónomo que formuló las leyes que rigen el movimiento de los planetas alrededor del sol.

Y es que en el fondo de su pensamiento hay un imperativo ético. “Nada humano me es ajeno”, reza un adagio en latín que el padre confesaría que era su favorito.

Hoy el genio de Tréveris cumple 203 años, y esos imperativos éticos siguen siendo brújula moral.

Por Michel E Torres Corona

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/05/05/las-respuestas-de-marx/#boletin20210505» rel=»noopener» target=»_blank»>Cubadebate

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